La clase obrera, el campesinado pobre y los pobres urbanos, tenemos la fuerza para hacer muchísimo más que un plantón, tenemos la fuerza para transformar la sociedad; no tendríamos por qué estar esperando pasivamente por semanas la decisión de un tribunal totalmente parcial y al servicio de la burguesía, sino que deberíamos pasar a acciones más decisivas.
¡Por una Jornada decisiva de lucha!
A convertir los campamentos en centros de agitación y debate político
La histórica manifestación del 30 de julio demuestra la intensificación de la lucha en las calles en contra del fraude electoral. Mientras la derecha sólo alcanza a vituperar el movimiento con toneladas de mentiras por minuto en los medios electrónicos, las masas se alistan a continuar con la lucha hasta el final. Un indicador muy importante es la consigna introducida por los marxistas en el seno del movimiento a través de miles y miles de volantes y periódicos de ¨Militante¨ en innumerables manifestaciones de la lucha del movimiento contra los cambios reaccionarios al Régimen de Jubilaciones y Pensiones del IMSS, en la lucha contra el desafuero, y en la heroica lucha minera a partir de Sicartsa:
“Si no hay solución, habrá revolución” (Hoy en día, en la lucha contra el fraude, esta ha sido una consigna muy coreada en las manifestaciones del 8, 16 y 30 de julio.
No cabe la menor duda que este maravilloso y contundente movimiento puede triunfar, no sólo en términos de hacer valer el voto, sino que podría ir mucho más allá, hacia la transformación socialista de la sociedad. El poder de las masas en las calles dirigidas hacia el objetivo de la transformación social, podría concentrarse en preparar audazmente una Jornada decisiva de lucha que incluya:
una huelga general de 24 horas convocada por el PRD y los sindicatos, durante la cual se organicen bloqueos de carreteras, bloqueos de fronteras, bloqueos de pozos petroleros y bloqueos de todos los puertos del país.
En 24 horas se daría un vuelco decisivo a la correlación de fuerzas favorable al pueblo trabajador en contra de la burguesía y, además, con un llamamiento consistente y de clase hacia el Ejército, podría conseguirse profundizar la simpatía que subyace en el seno de la tropa y de sectores de la oficialidad a favor de AMLO. En 24 horas, con estas sencillas medidas, podríamos lograr muchísimo más que muchos desgastantes días en el plantón.
La clase obrera, el campesinado pobre y los pobres urbanos, tenemos la fuerza para hacer muchísimo más que un plantón, tenemos la fuerza para transformar la sociedad; no tendríamos por qué estar esperando pasivamente por semanas la decisión de un tribunal totalmente parcial y al servicio de la burguesía, sino que deberíamos pasar a acciones más decisivas.
Es necesario convertir los campamentos en centros de agitación y debate político, debemos aprovechar los campamentos para organizar células de base del PRD en cada Estado, en cada delegación del Distrito Federal. Este maravilloso movimiento contra el fraude debe aterrizar en el rescate del PRD por las bases del partido, debe conducirse hacia la democratización del PRD, debemos hacer valer la sangre de los 600 perredistas muertos durante el salinato, luchando por una ASAMBLEA GENERAL DE CAMPAMENTOS, en la que participen delegados elegidos en asambleas de cada campamento, para empujar dicha Jornada decisiva de lucha contra el fraude electoral, que como explicó AMLO, va mucho más allá de la defensa del voto.
El punto es que, si tenemos la fuerza para hacer un plantón, mejor aprovechémosla para hacer algo menos desgastante y más efectivo, pues mientras el movimiento espera la decisión del tribunal haciendo un plantón, la burguesía, a través de su lacayo el IFE, está arreglando los paquetes electorales para al final, intentar volver a declarar “vencedor” a Calderón.
Eso intentarán pero está por verse, ya que es posible que ante el enorme empuje desde abajo por parte de las masas y como un intento de frenar el proceso revolucionario, sectores decisivos de la burguesía saquen la conclusión de que al imponer a Calderón a través del tribunal, sólo conseguirán una radicalización de las masas incontrolable incluso por el PRD, de forma tal que la lucha en las calles desbordaría a la burocracia del partido -que ahora tiene muy controlados a los campamentos- y para intentar evitarlo, se vean obligados a reconocer el triunfo del PRD, lo cual significaría un triunfo revolucionario de las masas.
¡Si no hay solución, habrá revolución!
¡Por una ASAMBLEA GENERAL DE CAMPAMENTOS!
¡Por una Jornada decisiva de lucha!