México: La beatificación de Juan Pablo II y la protección del alto clero a los sacerdotes pederastas

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Juan Pablo II y Macial MacielLos grandes medios televisivos de México en cada momento hablan de la beatificación de Juan Pablo II, dando desde ahora un trato de santo al difunto papa; esta es una vieja táctica para desviar la atención frente a graves problemas, tal como el actual intento de modificar la Ley Federal de Trabajo. Pese a que en cada oportunidad se habla de las grandes bondades del llamado santo padre, no se han podido silenciar algunas voces como la de el ex legionario de Cristo José Barba (abusado sexualmente por Marcial Maciel), el investigador Fernando González o el ex sacerdote Alberto Athié que, aunque con poco acceso a los medios de comunicación, han denunciado y demostrado cómo el alto clero, durante el pontificado de Juan Pablo II, encubrió y protegió a criminales que bajo la sotana abusaron sexualmente de miles de niños y jóvenes inocentes.

Juan Pablo II y Macial MacielLos grandes medios televisivos de México en cada momento hablan de la beatificación de Juan Pablo II, dando desde ahora un trato de santo al difunto papa; esta es una vieja táctica para desviar la atención frente a graves problemas, tal como el actual intento de modificar la Ley Federal de Trabajo. Pese a que en cada oportunidad se habla de las grandes bondades del llamado santo padre, no se han podido silenciar algunas voces como la de el ex legionario de Cristo José Barba (abusado sexualmente por Marcial Maciel), el investigador Fernando González o el ex sacerdote Alberto Athié que, aunque con poco acceso a los medios de comunicación, han denunciado y demostrado cómo el alto clero, durante el pontificado de Juan Pablo II, encubrió y protegió a criminales que bajo la sotana abusaron sexualmente de miles de niños y jóvenes inocentes.
México es el segundo país con más católicos del mundo, Juan Pablo II fue un hombre que ganó la simpatía de millones de personas en el país, al que visitó en 5 ocasiones. Es por ello que el presidente espurio, Felipe Calderón, se atrevió a asistir sin permiso del senado a su beatificación y le dijo al actual papa: “Gracias por su invitación, gracias a usted y a la Iglesia, le traigo una invitación del pueblo mexicano, de los mexicanos para que visite nuestro país que al momento sufre mucha violencia. Ellos le necesitan  mucho, más que nunca estamos sufriendo” (La Crónica, 6 de mayo de 2011).
La religión es de buena ayuda para la clase dominante en tiempos de crisis, orientando a las masas a buscar la solución a los problemas más terrenales con el todopoderoso, justificando y aceptando el status quo en vez de comprender el injusto mundo capitalista en que vivimos para poderlo transformar. La historia de la lucha de clases nos lo ha dicho: a la burguesía y su Estado no les interesa la ayuda al prójimo e intentan dejar en la mayor pobreza a la clase obrera.

Represión contra quienes desde la iglesia condenan los abusos a menores


Basta con escuchar a Alberto Athié Gallo para darse cuenta que es un católico convencido que no busca atacar a la iglesia, pero que tampoco está dispuesto a guardar silencio frente a los crímenes que ve, lo que lo ha convertido en uno de los principales críticos a este sector del clero y el actual sistema estructural de la iglesia católica que protege a los sacerdotes pederastas. Ese fue el motivo de su dimisión como sacerdote, al descubrir  los casos de abuso sexual de Marcial Maciel -exdirigente y fundador de los legionarios de Cristo-, como el de Fernández Amenábar -al que Athié le prometió en el lecho de su muerte que lucharía para que hubiera justicia sobre su caso-. Al respecto, Athié intentó denunciar el abuso ante sus superiores, la respuesta fue la protección de Maciel por parte del más alto clero, incluyendo a Joseph Ratzinger, quien ante una carta entregada personalmente a través del obispo Carlos Talavera, denunciando los crímenes de Maciel dijo: “Lamentablemente el caso de Marcial Maciel no se puede abrir –le dijo luego de leer la carta de Athié– porque es una persona muy querida del papa Juan Pablo II y además ha hecho mucho bien a la Iglesia. Lo lamento, no es posible” (La Jornada, 9 de octubre de 2007).
José Barba y Alberto AthiéAntes de esto, había hablado ya con Norberto Rivera Carrera, arzobispo de la ciudad de México. Cuando  Athié se reunió con él, recibió la respuesta tajante: “’¿Qué no entendiste lo que ya dije a los medios?: ‘Todo es un complot.’ No tengo nada más que hablar contigo’. Y lo corrió de su oficina” (La Jornada 21 de marzo de 2011).
Athié fue víctima de presiones y persecución. Esto no es nuevo, el alto clero, apoyándose en sus poderes totalitarios margina y silencia a sus críticos, protegiendo a los criminales, ese fue el caso del arzobispo Christoph Schoenborn que denunció que Ángel Sodano (un altísimo funcionario católico) impidió que se investigara al entonces ex cardenal de Viena Hans Hermann Groer, que representa uno de los recientes casos más escandalosos de la iglesia. Groer violó a sus alumnos de un seminario de Viena y a monjes de Goettweig. Fue tal el escándalo que tuvo que dimitir, pero en vez de que la iglesia condenara a Groer, silenció a Schoenborn obligándole a desdecirse de sus declaraciones. A Alberto Athié, por su parte, le quitaron todas sus funciones y le obligaron al exilio en Chicago dándole un año sabático; en esos días Athié reflexionó mientras descubría nuevos casos, supo de 3 mil niños abusados sexualmente por más de 180 sacerdotes en el mundo, finalmente renunció en el año 2003 para poder defender la causa de luchar por justicia para los niños abusados por sacerdotes homosexuales y pederastas.

 

La doble moral de la iglesia

El alto clero católico ha sido bastante reacio frente a medidas como las bodas gay, el derecho al aborto o el uso de anticonceptivos, en esta campaña han sido muy activos sacerdotes como Norberto Rivera, el mismo Macial Maciel y congregaciones como los legionarios de Cristo, esto no es más que una hipócrita doble moral. Con el argumento de no dañar la imagen de la iglesia se ha terminado protegiendo, solapando y ocultando hasta donde les ha sido posible los abusos de sacerdotes contra jóvenes y niños, combatiendo a quienes desde su interior se han atrevido a denunciarlos.
Un sacerdote belga, Gregorio Lamercier, hizo un perfil psicológico de Marcial que se encuentra en los archivos del Vaticano desde el año 1959, donde señala:
“Es un homosexual sicológico; que no ha llegado a actos homosexuales, pero toda su sicología, todo su carácter, todo su temperamento es de un homosexual: duplicidad, megalomanía, mentiras, mitomanía, el fin justifica a los medios, el usar de las personas como instrumentos y rechazarlas cuando ya no sirven, ostentación de hechos pretarnaturales (sic), poder ‘seductor’, falta absoluta de conciencia” (Revista Proceso 1800, 1 de Mayo de 2011).
La iglesia bajo el mandato de Juan Pablo II y ahora de Ratzinger ha condenado el homosexualismo. Los marxistas nos oponemos a la discriminación a las personas que tienen preferencias sexuales diferentes a las “normales”, consideramos que lesbianas, gays, transexuales y bisexuales deben contar con el respeto e igualdad de derechos a los de cualquier otro ser humano, si un sacerdote quiere ejercer el celibato está en su derecho de decidir sobre su cuerpo y debe respetársele, eso no elimina que tenga preferencias sexuales y si un sacerdote es homosexual (como lo fue Maciel) no es motivo para discriminarle. En lo que estamos completamente en desacuerdo es con el abuso sexual contra otra persona, con más razón cuando se trata de niños inocentes -y de gente que abusa de ellos aprovechándose de su posición de sacerdote-.
Maciel además era un enfermo drogadicto, en el informe arriba citado se señala:
“Tomaba inyecciones en cantidad, hasta 40 en un día; que en Roma tuvieron que quitarle la llave y hasta las llantas del coche para que el P.M (Padre Maciel) no saliera a comprar inyecciones, que una vez quiso brincar por la ventana en pijama para ir a comprarlas” (ibid). Era adicto a la morfina y se apoyaba en otros sacerdotes para conseguir su droga.
Maciel fue el principal teólogo de la congregación que más se desarrolló en el papado pasado, pero en él la teoría va en contradicción con su práctica. Se sabe que este “gran ejemplo de moral cristiana”, contó con varias familias y llegó a violar a sus propios hijos. Existen teólogos de la liberación como Leonardo Boff que han defendido el derecho a que los sacerdotes formen una familia, consideran que así se puede acabar con los crímenes de abusos sexuales de sacerdotes, lo que queda claro es que estas ideas medievales del catolicismo van en contra de toda naturaleza.
Ante todos los abusos del fundador de los Legionarios de Cristo, finalmente un grupo perteneciente a esta congregación, como José Barba, rompió el silencio y denunció los abusos de Marcial Maciel, después siguieron las denuncias de sus propios hijos, finalmente la iglesia tomó medidas, aunque en el fondo no dejaron de brindar cierta protección, simplemente mandaron al viejo Marcial a que pasara sus últimos días en el retiro y la reflexión, despojándolo de todos sus cargos y funciones. La iglesia previamente había hecho modificaciones al código canónico que facilitaba la protección a estos delincuentes con sotana.

 

Macial Maciel y Norberto RiveraEl respetable cardenal Rivera es un protector de pederastas

El informe arriba citado forma parte de un archivo que consta de 212 documentos que demuestra que el Vaticano desde el año 1959 estaba enterado del actuar de Marcial Maciel, demostrando la complicidad y protección con que el fundador de los legionarios de Cristo contó. Estos materiales fueron entregados a Alberto Athié, José Barba y a Fernando González por clérigos del mismo Vaticano, lo que demuestra el descontento ante la actual situación que se vive dentro de la iglesia.
El Cardenal Norberto Rivera apenas ve la oportunidad hace declaraciones a favor de la oligarquía mexicana y contra la lucha del pueblo trabajador; además es un ejemplo claro de la protección a los pederastas, concretamente a Marcial Maciel, lo cual ha sido ampliamente documentado en libros como por ejemplo: “Manto Púrpura. Pederastia clerical en tiempos del cardenal Norberto Rivera Carrera” de Sanjuana Martínez o  “La iglesia del silencio. De mártires y pederastas” de Fernando González.
La persecución contra Athié es un buen ejemplo del actuar de Rivera, pero sobran las declaraciones en los medios de comunicación donde ha hablado a favor de Maciel.

 

Los Legionarios de Cristo y la lucha de clases dentro de la iglesia

 

“Durante el papado de Wojtyla, la legión sería la congregación católica de mayor crecimiento. Cuando Wojtyla llegó al Vaticano, contaba con 100 sacerdotes, a su muerte tenía 800 y más de 2.000 seminaristas repartidos en 124 casas por todo el mundo, universidades en México, Chile, Italia y España; facultades de Teología, Filosofía y Bioética. Más de 130.000 alumnos y 20.000 empleados en su grupo económico Integer. La cifra que más se ha repetido sobre el valor de los activos de la Legión en los últimos años es de 25.000 millones de euros” (El País, 29 de abril de 2011).
Los legionarios es una congregación católica de ultraderecha. Financiaron, por ejemplo, al sector pro-capitalista del sindicato Solidaridad para facilitar la caída del estalinismo en Polonia. Marcial Maciel era un hombre con fuertes vínculos con los capitalistas y tremenda influencia en la Iglesia y sobre el mismo Juan Pablo II.
La iglesia no existe en el vacío, muchos sacerdotes se indignan ante las injusticias del mundo en que vivimos. Lo que ha ocurrido con estos sacerdotes abusadores de menores es un crimen, pero también lo son las guerras imperialistas, la enorme explotación capitalista, la represión contra la lucha de jóvenes, campesinos y obreros.
La iglesia es un instrumento que necesita la clase dominante para justificar su inhumano sistema, pero el cristianismo tuvo orígenes revolucionarios, fueron víctimas de persecución y en las primeras comunidades se practicaba una especie de comunismo utópico, distribuyendo las riquezas de toda la comunidad entre sus miembros. Así como vemos congregaciones reaccionarias como el Opus Dai o Los Legionarios de Cristo, no debe extrañarnos el surgimiento de la Teología de la Liberación que aspira a luchar también por un mundo mejor en esta tierra. Sacerdotes latinoaméricanos han luchado hombro a hombro con obreros y campesinos, han derramado su sangre frente a la represión de dictaduras capitalistas. Juan Pablo II bajo su brazo operador, Joseph Ratzinger, atacaron y desmantelaron a la teología de la Liberación.
La revolución de 1905 en Rusia fue dirigida en un inicio por un sacerdote, el Pope Gapón, es muy probable que incluso fuera policía zarista, pero fue impulsado por las bases obreras que dirigía y frente a la represión brutal se enfrentó abiertamente al régimen. Lenin no tuvo ningún problema en plantear un frente único con el Pope Gapón en la lucha contra el zarismo al que además trató de acercar a las ideas del marxismo. Nosotros los socialistas no tenemos obstáculo en luchar contra las injusticias y una sociedad mejor con otros compañeros que tengan ideas filosóficas y religiosas distintas a las nuestras, cuando consigamos construir una sociedad igualitaria (que nosotros creemos en un inicio debe ser el socialismo), ya tendremos tiempo para discutir amistosamente nuestras divergencias.

 

Beatificación fast track

Una de las cosas más criticadas de la beatificación de Juan Pablo II es la enorme velocidad con la que se ha realizado el proceso, algo completamente inusual bajo los propios procedimientos del catolicismo. Esta beatificación fast track, obedece a que mientras pasa el tiempo es más evidente la complicidad del clero en el encubrimiento de los abusos sexuales de sacerdotes. Es inocultable que la iglesia protegió y escondió estos casos, es difícil creer que el propio Juan Pablo II no estuviera enterado de lo que ocurría en la institución que él dirigía, aunque es difícil de comprobarlo y por el momento no se ha comprobado, de hacerlo, todo el proceso de beatificación se vendría abajo y con ello las aspiraciones que tiene el alto clero y la clase dominante de usarlo en su beneficio. Frente a las evidencias ahora se dice que se le ocultó la información al entonces papa, incluido por su mano derecha Joseph  Raitzinger. Pero como dijera Alberto Athié no se puede tapar el sol con un beato, la realidad es inocultable.
 

La actitud de los marxistas frente a la religión

 

Los marxistas no podemos más que simpatizar con la causa de sacerdotes como Alberto Athié, eso no niega que tengamos diferencias filosóficas profundas, pero que podemos discutir en su momento de manera amistosa. Nosotros luchamos por una sociedad igualitaria donde no exista razón ni complicidad de crímenes contra cualquier ser humano, empezando por los niños.

El sistema capitalista es injusto e inhumano por naturaleza, ya antes en nuestro país salieron a relucir mafias de prostitución y pornografía de menores impulsados por “honorables empresarios”, solapados por los altos políticos burgueses quienes son asiduos clientes o a los que se les soborna con favores sexuales. Tal es el caso donde estuvieron involucrados el exgobernador de Puebla, Mario Marín, y burgueses como Succar Kuri y Kamel Nacif. Estos ejemplos muestran lo enfermo que se encuentra el sistema capitalista y la Iglesia Católica, iniciando por el Estado Vaticano.
Luchamos para acabar con el sistema capitalista y por el auténtico socialismo, que nada tiene que ver con la caricatura burocrática estalinista que cometió severos crímenes en la URSS o Polonia. Pero el retorno al capitalismo en el antiguo y mal llamado bloque socialista ha demostrado ser un sistema más injusto.

El verdadero socialismo significará el verdadero respeto a cualquier creencia religiosa o materialista. Los verdaderos marxistas nos oponemos a la persecución de cualquier religión por sus ideas, pero la Iglesia dejará de ser un instrumento de control y sometimiento de un puñado privilegiado que debe justificar de alguna forma las injusticias de su sistema, también dejará de ser un instrumento que permita la protección contra quienes comenten los más brutales abusos y crímenes. Quien quiera profesar una religión o no lo quiera hacer lo hará por verdadera convicción propia.

 

Fecha:  13 de mayo de 2011