Movimiento piquetero

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El movimiento piquetero estuvo a la vanguardia de las luchas en nuestro país en los últimos años. Es un movimiento con un innegable carácter anticapitalista y con un gran potencial revolucionario. Un sector de nuestra clase que durante los últimos años dio un ejemplo de gran combatividad y sacrificio, sometido permanentemente al chantaje del hambre, la miseria, la escasez y del punterismo de las patotas del PJ y de la policía.

BALANCE Y TAREAS

El movimiento piquetero estuvo a la vanguardia de las luchas en nuestro país en los últimos años. Es un movimiento con un innegable carácter anticapitalista y con un gran potencial revolucionario. Un sector de nuestra clase que durante los últimos años dio un ejemplo de gran combatividad y sacrificio, sometido permanentemente al chantaje del hambre, la miseria, la escasez y del punterismo de las patotas del PJ y de la policía.

El movimiento piquetero ha desplegado un gran coraje, pero el coraje no es suficiente. El movimiento piquetero nació luchando por trabajo genuino para todos los desocupados. En condiciones de una crisis capitalista tan profunda como se da en la Argentina, esto es imposible de conseguir bajo este sistema. La lucha por trabajo genuino, por un empleo digno para todos, está indisolublemente ligada a la lucha por la transformación socialista de la sociedad. Pero para encarar esta pelea esto pasa por la unidad de toda la clase obrera en la lucha. Esto significa la unidad en la lucha de los trabajadores ocupados y desocupados. No hay otro camino.

Tras un año de frenética actividad también se percibe un cierto repliegue en este movimiento. Esto es normal. El obrero desocupado siente instintivamente que le falta la presencia y el apoyo activo del obrero ocupado, que todavía no se incorporó de manera decisiva a la lucha.

En los últimos meses el movimiento piquetero reorientó sus demandas en la exigencia de bolsones de comida, de subsidios de los Planes Trabajar y en la creación de comedores populares, lo cual fue inevitable ya que de ello dependía la sobrevivencia de miles de familias desocupadas. Las demandas por trabajo genuino quedaron relegadas a un segundo plano en todas las marchas y cortes de ruta, como un reconocimiento de lo que antes dijimos.
Particularmente equivocada fue la táctica desplegada por las direcciones de la FTV-CTA y la CCC separando el accionar de sus bases del llamado sector "combativo" de los piqueteros y centrándolo exclusivamente en la reivindicación de subsidios y bolsones de comida para su movimiento.

Por un movimiento piquetero unido y democrático

En los últimos meses hemos presenciado una dispersión y un fraccionamiento creciente del movimiento piquetero. Para la mayoría de los activistas es desmoralizante ver cómo cada día de la semana, en días distintos, cada grupo se moviliza por su cuenta para exigir demandas propias para ellos. Resulta totalmente injustificable que no exista una única organización piquetera común a todos los desocupados.

Desgraciadamente, la única razón real para esta división reside en los grupos y partidos políticos que están a la cabeza del movimiento piquetero y que son reticentes a apoyar una fusión porque significaría la pérdida de control de un área importante de influencia. Esto es exactamente lo contrario de lo que se espera de una dirección revolucionaria. ¡Los intereses de la clase siempre deben ser lo primero! Lo que se necesita es un movimiento piquetero unido, democrático y de masas, donde cada tendencia política tenga el derecho a plantear sus ideas, consignas y programa, mientras que luchan por cada paso adelante y reforma que pueda aliviar las condiciones de los desocupados.

Y esta es el principal objetivo a plantearse en este momento, junto con la insistencia de buscar puntos de contacto con los obreros ocupados a través de la Comisiones internas y cuerpos de delegados, sindicatos y gremios combativos, volantear empresas, colaborar en sus luchas, etc. Todo ello de cara a preparar una más efectiva coordinación cuando los obreros ocupados se lancen decisivamente a la lucha, al mismo tiempo que nos dotamos del programa que pueda efectivizar nuestras demandas.

Los marxistas de El Militante demandamos:

-Trabajo genuino para todos. Para conseguirlo hay que repartir el trabajo existente por rubro de producción entre todos los trabajadores (ocupados y desocupados), sin reducción salarial.
-Plan de obras públicas e infratestructuras en los barrios y villas (alcantarillado, escuelas, hospitales y Centros de Salud, Casas de la Cultura y de Ocio, rutas, etc) para dignificar nuestras condiciones de vida y acabar con la desocupación.
-Nacionalización de la Banca, monopolios y grandes estancias, bajo control obrero y sin compensación, para planificar la economía en base a las necesidades de la mayoría de la sociedad.