Masiva huelga del sector público en Israel

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El miércoles 29 de noviembre la federación israelí de sindicatos, Histradut, organizó una huelga general de todos los trabajadores del sector público. Las razones de la huelga fueron, por un lado, el aplazamiento del pago de los salarios en ayuntamientos, consejos religiosos y cuerpos de bomberos, y por el otro lado, el robo del dinero de los trabajadores por parte de los propios ayuntamientos, transfiriendo sumas parciales de dinero a los fondos de pensiones, que se calcula costará a los trabajadoreadores miles de millones de shekels.

600 mil trabajadores estatales judíos, musulmanes y cristianos luchando juntos

El miércoles 29 de noviembre la federación israelí de sindicatos, Histradut, organizó una huelga general de todos los trabajadores del sector público. Las razones de la huelga fueron, por un lado, el aplazamiento del pago de los salarios en ayuntamientos, consejos religiosos y cuerpos de bomberos, y por el otro lado, el robo del dinero de los trabajadores por parte de los propios ayuntamientos, transfiriendo sumas parciales de dinero a los fondos de pensiones, que se calcula costará a los trabajadores miles de millones de shekels.
Los trabajadores y la dirección del Histradut durante meses han estado advirtiendo de que irían a la huelga, pero el Ministro de Economía estaba demasiado ocupado con cosas más importantes, por ejemplo, cómo seguir oprimiendo a los pobres para dar dinero a los capitalistas. Israel prácticamente es un estado ladrón: tiene enormes sumas de dinero, pero este dinero es utilizado para llenar los bolsillos de los capitalistas y los bancos, y también de los jefes corruptos del ejército. Es utilizado para crear nuevos millonarios y multimillonarios, no para los trabajadores.
No sólo son los trabajadores municipales los que están sufriendo, toda la clase obrera también sufre. Algunas familias obreras, donde trabajan los dos padres, viven bajo la línea de pobreza. Por ejemplo, escuchamos a Faraj Marai, jefe del departamento de turismo y cobros del ayuntamiento de Horfesh, que explicaba que no ha recibido su nómina desde hace seis meses. No sólo la suya, sino también las de otros 37 trabajadores que están en la misma situación. Tanto él como otros tienen dudas de que la huelga, en la forma que ha adoptado, pueda resolver el problema.
“Ya estamos en una situación de desesperación, creemos que el Hitradut ha comenzado sus acciones demasiado tarde”, dice Marai. “El ayuntamiento de Horfesh tiene muchos problemas económicos, incluso si finalmente llega el dinero no estamos en absoluto seguros de que lo recibamos. Todos los procedimientos burocráticos son gravosos… tardíos. Creemos que si el gobierno quiere, es posible encontrar una manera de dar a todos los trabajadores su dinero”.
Tiene razón. Esta huelga, aunque es un paso positivo, no muestra toda la fuerza de la clase obrera y no es suficiente para ganar la lucha. Es bueno que la dirección del Histradut convoque una huelga, pero para ganar debería haberla transformado en una huelga general de todos los trabajadores que paralizara las actividades económicas del país. Una huelga total pondría de rodillas a todos los empresarios y políticos corruptos, que están en guerra contra los trabajadores.

La burguesía se une contra los trabajadores…

No les costó demasiado a los capitalistas comenzar su contraofensiva. El mismo día que comenzó la huelga, la Federación Israelí de Cámaras de Comercio y la Asociación de Manufactureros, pidieron al Tribunal Nacional de Trabajo que publicara una orden para detener la huelga. Los economistas de la asociación dicen que un solo día de huelga costará a la economía, es decir, a la burguesía, 350 millones de NIS. También dijeron que en dos días, el gasoil (petróleo) podría desaparecer de las gasolineras y que no lo repartirían durante la huelga. Desgraciadamente, el tribunal dio la orden y el Histradut desconvocó la huelga al segundo día. Sin embargo, esto no elimina los problemas que provocaron la huelga.
Los capitalistas y algunos de la extrema derecha no han perdido el tiempo en derramar lágrimas de cocodrilo por el sufrimiento de los pobres trabajadores. El presidente de la Asociación de Manufactureros, Shraga Brosh, dijo que la retención de salarios y el fracaso en la transferencia del dinero a los fondos de pensiones era algo intolerable. El parlamentario Nisan Slumianski (Unión Nacional-Mafdal) atacó al gobierno por su política económica. Esto claramente sólo es demagogia. ¿Dónde ha estado la asociación desde 2004, cuando se celebró la primera huelga general y cuando el gobierno prometió pagar los salarios a los trabajadores? ¿Qué hicieron cuando su partido participó en las coaliciones de gobierno con Ariel Sharon? La derecha radical está intentando utilizar la impotencia de la dirección de los trabajadores para conseguir influencia política a su costa, y esta es la falla de la dirección, que entró en la coalición de Olmert a pesar de que el resultado miserable de este comportamiento era obvio para todos, además de para los propios dirigentes obreros.
El presidente de la Federación Israelí de Cámaras de Comercio, Uriel Lin, expresó el temor de los capitalistas a esta huelga, cuando dijo que “la huelga prevista es un ejemplo del mal uso del poder de huelga y del derecho a la misma. Debemos romper (!) la tradición de los ayuntamientos de tener un enorme déficit y de exigir que el gobierno pague sus facturas, a costa de los contribuyentes. Esta es una ofensa a todos los ciudadanos de Israel y al sector empresarial israelí en particular” .
Lin y sus cohortes tienen buenas razones para tener miedo. Considerando sus extraordinarias contradicciones de clase, Israel es una bomba de relojería desde la perspectiva de la lucha de clases. El año pasado, el número de pobres en Israel era aproximadamente de 1,5 millones. Este año se unirán otros 100.000. La depresión es rampante, junto con la ocupación brutal de Palestina, ha convertido a la sociedad israelí en alienada y violenta. Los capitalistas han conseguido desviar la atención de los problemas sociales utilizando las guerras y los conflictos étnicos, pero esto ya no funciona. El fracaso de la guerra contra el pueblo libanés sólo ha aumentado la rabia y la frustración de la población, la matanza en Beit Hanoun ha sido condenada por la mayoría de los israelíes por su crueldad intolerable. Los capitalistas no sólo temen el daño económico inmediato de esta huelga, sino que también han visto a los trabajadores árabes y judíos unidos en la lucha y comprenden las repercusiones políticas que esto puede tener. Una lucha de la clase obrera unida es lo que temen la mayoría de los capitalistas. Por eso quería desesperadamente detener la huelga, a pesar de que iba dirigida principalmente contra el gobierno (por supuesto desde un punto de vista práctico esta dicotomía no tiene sentido: el gobierno representa a los capitalistas y pone en práctica una política que favorece a sus intereses).
En este contexto, merece la pena citar una historia que se ha publicado en Walla, un portal de Internet israelí:
“… pasajeros en el aeropuerto intentaron abrirse paso hacia un vuelo de British Airways. La empresa pidió al aeropuerto que permitiera que el avión abandonara el país porque la tripulación no se había despertado a tiempo y no podría salir a horario. El comité de trabajadores permitió que el vuelo saliera sin los pasajeros, pero British Airways intentó escabullirse ante los pasajeros que se oponían a la decisión del comité. Sin embargo, el comité descubrió esto y el vuelo fue cancelado, la tripulación se quedó en Israel”.
Esto enseña a los trabajadores que no sólo los capitalistas israelíes intentaban romper la huelga, sino también los de otros países. Por lo tanto, lo que hacía falta era un llamamiento a la clase obrera de todo el mundo para que apoye la huelga, así no podrían ser utilizados para romperla. Esto ha ocurrido ya antes, cuando durante la huelga de estibadores, el gobierno israelí pidió a los corruptos regímenes árabes que lo ayudaran utilizando sus puertos para romper la huelga.

… y los trabajadores unidos contra la burguesía

Unos 12.000 trabajadores están afectados directamente por el retraso de los salarios y otros 40.000 por el robo del dinero de las pensiones. La mayoría, trabajadores árabes y religiosos. A pesar de esto, 600.000 trabajadores salieron a la huelga en protesta por este crimen. Los judíos seculares, los judíos religiosos, los árabes cristianos y los musulmanes, salieron juntos a la huelga contra sus explotadores. Este ha sido un maravilloso ejemplo de solidaridad de la clase obrera, el mejor arma de los trabajadores contra la burguesía.
Según los representantes del Histradut, la mayoría de los convocados apoyó la huelga y los teléfonos no paraban de sonar. Jihad Aqel, miembro del Hadash (frente electoral del Partido Comunista), “uno, que ha experimentado muchas huelgas, siente que la gente nos apoya, incluso más que en la huelga de 2004. La población es consciente de que los trabajadores no han recibido sus salarios ni pensiones y que el problema no se resolvió en 2004, así que debemos luchar” . También los trabajadores respondieron diciendo que sus empresarios habían amenazado con echarlos del trabajo. Esto demuestra que es una necesidad la creación de comités de acción militantes para defender los derechos de los trabajadores en huelga.
No son detalles menores. Entre los izquierdistas, también en Israel, existe una noción que ve a los judíos israelíes como un solo bloque social reaccionario. Sin embargo, los marxistas siempre hemos insistido en el hecho de que en Israel existen trabajadores y capitalistas, explotados y explotadores. Hace un tiempo pronosticamos el estallido de la lucha de clases en Israel, los capitalistas se ven obligados a atacar las conquistas de los trabajadores para aumentar sus beneficios. Esta huelga demuestra que hay intereses de clase contradictorios en Israel, que transcienden la división nacional promovida por los capitalistas para romper la unidad de los trabajadores e impedir una lucha de masas. Hemos escrito antes que la llegada de las luchas acabará con esa teoría infantil y esta lucha es sólo el principio.

Crítica y estrategia para vencer

Es muy típico de Peretz, que prometió subir el salario mínimo a 1.000 dólares y que en su lugar toma parte en la guerra al servicio de Bush, decir que él apoyaba la huelga. Pero si apoyaba la huelga ¿qué hacen los dirigentes laboristas en el gobierno burgués de Olmert? Olmert no manifestó inmediatamente su posición ante la huelga, pero las acciones del Ministro de Economía, Hirchson, no dejan lugar a duda de la posición del Kadima.
Por otro lado, debemos decir que aunque la huelga general fue un paso correcto, positivo, que expresaba la presión de la clase obrera en el Histradut, debemos recordar que esta federación representa a otros 500.000 trabajadores ¿por qué no convocar a todos a la huelga? La dicotomía entre sector privado y público es artificial, sólo sirve a los intereses de los capitalistas y debilita la huelga. El Histradut debería haber extendido la huelga incluyendo a esos trabajadores, además de animar a los trabajadores no sindicalizados a ir a la huelga. De esta manera habría fortalecido la huelga y a sí mismo para futuras batallas.
Una huelga general, con un carácter político, cuyo objetivo sea echar del poder al gobierno, recibiría el apoyo de muchos trabajadores israelíes y de sus familias. Pero para que esto ocurra es necesario llevar a cabo una acción militante, bajo una dirección democrática elegida en cada centro de trabajo y no sólo una lucha parcial controlada por la burocracia del Histradut.
Esta huelga uniría a todos los trabajadores, judíos y árabes. La lucha exitosa de los trabajadores contra los capitalistas demostraría cuál es la única paz real entre la población de esta tierra. Las guerras, el nacionalismo y el racismo son armas de los empresarios y sus sirvientes corruptos, que les permiten crear divisiones étnica y religiosas entre los trabajadores de diferentes nacionalidades. Una huelga general de 24 horas enseñaría a los trabajadores que no hay fuerza sobre el planeta capaz de detener la unidad de la clase obrera.