Los trabajadores ¿esenciales?

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Durante todo el período desde que se inició la cuarentena nos preguntamos ¿quiénes son los trabajadores esenciales? ¿Cuántos son? ¿Quién definió el carácter de esencialidad para algunos trabajadores o ramas laborales y a otros no? Este es un texto que intenta pensar desde un punto de vista crítico y de clase.  

Según el Decreto 367/2020 en un principio eran 24 actividades para más luego pasar a 31 ramas laborales las que son definidas como esenciales. Desde fuerzas de seguridad, Bancos, Sanidad, gobierno nacional, provinciales y municipales, justicia, transporte, supermercados, industria de alimentación, etc., etc., etc.

Esta lista evidencia que los llamados trabajadores esenciales contemplados en el decreto nacional, representan la base mínima para que el sistema funcione, amen que el aumento de 24 a 31 ramas esenciales evidencia las presiones de las grandes patronales al gobierno para romper el confinamiento social.

Según estimaciones seríamos 4 millones los trabajadores esenciales englobados en el decreto. Los números del empleo establecen que hay, según el Observatorio de la Deuda Social de la UCA (ODSA), 45 millones de habitantes, con una Población Económicamente Activa (PEA) de 18 millones a nivel urbano, de los cuales 12 millones están registrados. El 26% de la PEA tiene un trabajo precario sin seguridad social, 20% son trabajos inestables, como changas, y hay un 10% de desocupados.

Podemos deducir del informe del Observatorio de la UCA que, entre el trabajo precario, el grupo de trabajadores inestables, que al no estar debidamente registrado no se puede hacer un seguimiento fehaciente de su actividad; y los desocupados sumamos 56% de trabajadores que no somos “esenciales”, pero estamos empujados a salir a la búsqueda de un plato de comida.

Con respecto al resto, sobre unos 6 millones de trabajadores que están en el sector privado formal, hay 2,3 millones que están exceptuados de realizar la cuarentena,

Observando de forma detenida los trabajadores esenciales serían los trabajadores mínimos durante un período corto de tiempo para que funcione el sistema capitalista con cierta normalidad. Cuando hablamos de trabajadores, consideramos a la clase obrera en su conjunto la que sostiene al capitalismo argentino, no así la burguesía que es la clase que nos explota y se apropia de nuestra plusvalía para generar su propia riqueza.

La crisis mundial del capitalismo se venía desarrollando hace más de una década y la pandemia del COVID-19, solo jugó como un catalizador de la misma, es por eso, que nos toca a nosotros, a los de bajo, cuidar de nuestras vidas.

Debemos dar un paso adelante en la organización en las fábricas y barrios, por la vida y el empleo.

Los capitalistas se encuentran sentados sobre montañas de dólares.

Solo una economía planificada podrá sacarnos del atraso y la postración; claro está, construyendo una nueva legalidad.

Trabajadores, no tan… esenciales

Los que quedan expuestos a la desidia del Estado, las patronales y los sindicatos:

El domingo 21 de junio falleció por COVID-19 tras haber estado internado grave José Aguirre, enfermero del hospital Rivadavia de Buenos Aires. Se trata de la muerte número 14 por la pandemia de coronavirus entre trabajadores de la salud, de los cuales ya hay 708 casos positivos. Después de conocer la noticia sus compañeros anunciaron medidas de fuerza y reclamaron para que se endurezcan las medidas de aislación. Indicaron que existen fuertes presiones desde las direcciones de enfermerías para que no se soliciten licencias, son denuncias generalizadas por los trabajadores de la salud en muchos hospitales. Aunque existe una ley y resoluciones ministeriales que obligan a licenciar a los trabajadores de grupos de riesgo las autoridades no garantizan dichas licencias. Las mismas situaciones sufrieron Silvio Cufre y María Ester Ledesma ambos enfermeros a las cuales no les contemplaron sus licencias por pertenecer a grupos de riesgo y perdieron la vida.

Envueltos en la desidia del estado y la inacción de ATE y La Federación Sindical de Profesionales de la Salud de la República Argentina (FESPROSA), los trabajadores continúan con los reclamos por más y mejor calidad de materiales de bioseguridad, la reapertura de paritarias, aumento salarial, pago del bono a todos sin descuentos y el pase a planta permanente de los trabajadores precarizados por el Estado.

Por otro lado, la cifra de casos positivos asciende día a día en el servicio metropolitano de trenes y las cifras más elevadas se dan en la Línea Roca con 28 contagios y en el San Martín con 24 contagios. Trabajadores de la línea Belgrano Norte denunciaron que la patronal no llevó adelante el protocolo cuando hace dos semanas se habían presentado los primeros casos en la estación Boulogne, no se aisló ni se realizaron los testeos necesarios, destacaron que la empresa mira para otro lado y esta política es avalada por los sindicatos ferroviarios que hacen la vista gorda y son responsables de que no se apliquen las medidas correspondientes para proteger y evitar los contagios. Las condiciones están dadas en una estructura en la que circulan trabajadores y miles de usuarios sin la protección adecuada. La situación en el sistema de transporte se agrava, desde el comienzo de la pandemia vienen reclamando el testeo y aislamiento para todos los trabajadores en contacto con casos sospechosos

En tanto esta semana, se hicieron virales imágenes del supermercado Coto. Donde Eduardo Búfalo, gerente de la sucursal Lanús Oeste, impidió a los gritos, sin barbijo y con la prepotencia de un capataz, ya que inspectores municipales se aprestaron a clausurar la sucursal por haber diez empleados con Covid-19. Según informó el sindicato de Comercio, hay al menos 158 casos informados en las sucursales del área metropolitana. Es el hipermercado que más casos de Covid-19 registró en el último tiempo. Sin embargo, como se viene viendo desde hace días, la patronal no toma ninguna medida de prevención ni para clientes ni para el personal, a quienes expone a diario a posibles contagios. Le sigue Carrefour, solo en AMBA, 129 casos de coronavirus en las sucursales de la multinacional francesa. Según el gremio de los trabajadores que presentaron síntomas y fueron testeados 410 dieron positivo.

El Estado, tiene la obligación de garantizar testeos permanentes y controlar que las empresas cumplan con los protocolos necesarios cuidando a los trabajadores, al igual que los distintos sindicatos.

Al fin y al cabo, en el inicio de la pandemia se denominó como esenciales a un grupo de actividades que ayudarían a mantener cierta normalidad, nunca se propuso mejorar y solucionar los problemas que acarreaban dichos trabajadores, se trató de romantizar sus actividades con simples aplausos mientras se los dejaba expuestos a la pandemia, a los problemas económicos y algún rechazo social que no se hizo esperar.

El común denominador que sobresalió fue el de la inconformidad y la organización para luchar contra dicho desamparo, en algunos casos junto a sus sindicatos y en muchos desde la auto-organización.

Solo podemos confiar en nuestras propias fuerzas, ni las leyes en el Parlamento o los Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) que supuestamente nos defienden, son más que papel mojado ante las patronales y la conducta de los jefes sindicales es cerrar arreglos salariales a la baja con la excusa de salvar el empleo.

Solo la organización de los de abajo podrá detener la ofensiva patronal.

¡Organicémonos!