La ley ómnibus, el DNU, la familia Elsztain, y la Ley de bosques: ¿Cómo tenemos que pelear para derrotarlos?

Actualmente la Ley 26.331 protege parcialmente a los bosques y establece ciertos límites al desmonte. El proyecto enviado al Congreso por Milei modifica esta ley para facilitar el desmonte en áreas donde actualmente no se permitía.

Entonces vemos que la Ley ómnibus y el DNU apuntan de forma deliberada a destruir todas las regulaciones existentes a medida de la voracidad del gran capital nacional e internacional. Como cola de león algunos sectores de los burgueses nacionales pueden llegar a beneficiarse de las migajas que se le caen de la mesa al gran capital internacional. Una vez más los capitalistas demuestran con gran claridad que son una clase social completamente inservible, ineficiente, parásita, voraz y extremadamente violenta.

Pretenden profundizar la privatización de la economía, eliminando todo tipo de regulación que modera las partes más rapaces y autodestructivas del capitalismo. Este proceso se desarrolla debido al mercado mundial capitalista que nos impone ser un país exportador de materias primas con un muy pequeño desarrollo industrial mayormente ligado a la industria agroalimentaria. El mercado mundial capitalista unifica y esclaviza a la mayoría de las naciones donde los países imperialistas sostienen con su poderío económico la división mundial del trabajo a países como el nuestro.

Las modificaciones propuestas a la Ley de bosques apuntan directamente a profundizar este proceso anteriormente nombrado, y tiene a la familia Elsztain como uno de los principales beneficiarios. Está familia se ven ve a sí mismos misma como unos grandes emprendedores, dueños del Banco Hipotecario, el mayor de los hermanos, Eduardo Elsztain, es dueño de una cadena de 11 shoppings entre otras inversiones. Cresud es la joya familiar, principal empresa del holding, una empresa dedicada a la puesta en valor de haciendas y grandes extensiones de tierra (adquieren miles de hectáreas en la región de mayores rendimientos, las ponen en valor rediseñando la producción y cuando lograron elevar su valor de forma considerable las venden a grupos inversores haciendo considerables diferencias).

Siendo sinceros no pueden ser considerados parte de una burguesía pujante, menos en el periodo actual del capitalismo mundial en estado senil, como otras familias de la burguesía podrían ser considerados burgueses más orientados a la especulación de tierras. Solamente entendieron el fenómeno chino que necesitaba importar alimentos en el periodo anterior, y por la lógica del mercado el valor de las tierras de las más productivas del mundo se elevó a 5 veces su valor desde la década del ‘90 del siglo pasado. Una familia de las más beneficiadas de la “década ganada” del Kirchnerismo.

Aunque declaran en los medios de comunicación que los empresarios ligados al Estado no le hacen ningún favor a la nación, alojaron a Milei en su hotel Libertador desde la previa al balotaje hasta hace pocas semanas (¡se nota que quieren estar lejos del Estado!). Y se quedaron con varios puestos clave en el gobierno, poniendo a gente de su entera confianza en la presidencia de la AABE (la agencia que habilita la venta de tierras públicas.). También figuran reiteradamente por cuentas fantasmas en los documentos de los Papeles de Panamá como titular de sociedades y fideicomisos en Bermudas y la Isla de Man.

Si logran destruir la Ley de bosques lograrían que el 80% de los bosques del país queden como zona amarilla o roja después de la sanción de la Ley y puedan ser desmontados a mayor velocidad, estos “emprendedores “siempre intentan, y en ocasiones logran, burlar las regulaciones con todo tipo de subterfugios legales.

“Eurnekián desmontó 25 mil hectáreas antes de que sancionara la Ley de bosques. Lo multaron con medio millón de dólares que no pagó”, recordó Giardini (Coordinador de la Campaña de Bosques) sobre otro de los empresarios cercanos a Milei. El titular de Aeropuertos Argentina 2000 posee la Finca Los Dompanos en Chaco, un emprendimiento ganadero de casi 50 mil hectáreas. Aún quedan otras 25 mil por desmontar.

Tenemos que ser sinceros la aprobación de la Ley ómnibus o y/o del DNU significaría el avance para el desmonte de miles de hectáreas de bosques nativos y la destrucción de su biodiversidad a un ritmo muchísimo mayor al actual, tenemos que pelear por que caiga la ley caigan ambos de forma completa, como un primer paso, de una serie de pasos, que deberían terminar por derribar a este Gobierno.

La ley debe caer, pero ¿cómo vamos a lograr eso?

El gobierno está poniendo todo su armamento político para que se apruebe, nosotros, la clase obrera y demás sectores oprimidos de la sociedad tenemos nuestras armas y métodos de lucha: la organización a través de las asambleas obreras y populares y la movilización para lograr mayor cohesión y un mayor grado de conciencia del rol que, como jóvenes y trabajadores, debemos llevar adelante dentro de la sociedad.

No debemos guardar ningún tipo de esperanza en la lucha parlamentaria, aunque debemos darla, tenemos que saber que el Parlamento es una institución de la burguesía y ha sido creada para adormecer a los trabajadores.

El parlamento debe ser utilizado como una tribuna revolucionaria que sirva para impulsar la revolución, llamando a desconfiar de las instituciones del Estado y confiar en nuestras propias fuerzas y organización.El Poder Judicial también defiende el statu quo, solamente el peligro real de perder sus privilegios puede lograr que el gobierno dé marcha atrás, solamente la lucha de masas que prepare a la clase obrera en clave de poder obrero puede garantizar que el gobierno deje de intentar destruir nuestras conquistas y la Ley de bosques es una conquista parcial muy importante que debemos defender.

¿Con quienes contamos para esta lucha?

Cómo dijimos en una anterior oportunidad en más de un artículo nuestra única garantía de triunfo está en la clase obrera y los sectores populares, hasta acá estamos bien pero tenemos que tener claro que estos sectores no son homogéneos, entre varios de nuestros camaradas y compañeros de lucha existen compañeros que creen honestamente que se pueden conciliar los intereses de la burguesía y los de los trabajadores, pero debemos comprender que en la situación de crisis económica internacional del capitalismo, y Argentina no es una isla, es imposible conciliar intereses irreconciliables, los reformistas son empujados a llevar adelante contrarreformas, la idea de lograr una armonía entre el capital y el trabajo inevitablemente prepara el camino para una derrota estrepitosa, las ideas de la lucha de clases son y deben ser nuestras ideas rectoras, debemos volver a las fuentes, a las maravillosas ideas del marxismo y prepararnos para derrotar a la reacción; derrotar a la Ley ómnibus y el DNU para prepararnos para los grandes acontecimientos que están por venir en un futuro muy cercano.

Solamente la lucha por defender las conquistas del pasado, y frenar el ataque a nuestras condiciones de vida, nos prepara para poder construir una sociedad mejor, un mundo mejor que deberá ser un mundo socialista, donde los recursos estén en manos de todos y todas, sobre la base de un plan de producción democrático y racional, y no en manos de una pequeña minoría que se enriquece saqueando y quemando con la permisividad de los distintos partidos patronales.

Sobre los hombros de millones de jóvenes, trabajadores y campesinos descansa la responsabilidad de salvar al planeta de la destrucción de sus bosques, de la opresión, de la contaminación, de la barbarie, y de un cambio climático devastador, cuyo responsable real es el sistema capitalista con la depredación rapaz de unos recursos naturales que nos pertenecen a todos. Continuando por este camino de acelerada destrucción ambiental se vislumbra un planeta agónico de horror, devastación y muerte.

Debemos señalar como principal responsable de esta dramática situación a las grandes corporaciones multinacionales capitalistas y los empresarios y terratenientes nacionales que se enriquecen a costa de destruir el planeta. Los capitales privados, dueños de los medios de producción se ven imposibilitados, por la avaricia capitalista, para poder desarrollar un plan ecológicamente sustentable. Por esto debemos tomar el problema en nuestras manos, solo la juventud y la clase obrera organizada pueden rescatar nuestros bosques y al planeta Tierra de la codicia capitalista. Debemos llevar estas ideas a todas las asambleas ambientales del país.

Se necesita una acción inmediata, si sos comunista veni y organízate con nosotros.


Artículo redactado el 6/2/2024