La noticia de la enfermedad de Fidel y la arriesgada operación a la que fue sometido a finales de Julio para detener una hemorragia intestinal han provocado rumores sobre su salud y su capacidad para retomar el timón de revolución cubana. Ante esto,la burguesía internacional se ha puesto a salivar, cual perro a la vista de un suculento hueso.
Es hora de darse cuenta de los auténticos peligros
La noticia de la enfermedad de Fidel y la arriesgada operación a la que fue sometido a finales de Julio para detener una hemorragia intestinal han provocado rumores sobre su salud y su capacidad para retomar el timón de revolución cubana. Ante esto, la burguesía internacional se ha puesto a salivar, cual perro a la vista de un suculento hueso.
El exilio más calloso de Miami, haciendo uso de sus escurridas capacidades mentales y sus características maneras de mafioso, ha pedido abiertamente un golpe de Estado. En una conferencia de prensa celebrada el 24 de Julio Jorge Mas Santos, presidente de la tristemente famosa Fundación Nacional Cubano Americana, exhortó a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Cuba a poner en escena un golpe de estado al estilo del ejecutado en Venezuela en Abril de 2002.
"Ustedes -dijo- tienen en sus manos la oportunidad de rendirle el más alto coraje y generoso servicio a la Patria por la acción decisiva y patriótica de sus fuerzas, estableciendo una autoridad transitoria cívico-militar que termine con la dictadura de los hermanos Castro".
"Por nuestra parte, -continuó- nos comprometemos firmemente a promover una acción internacional de ayuda y reconocimiento para la autoridad que devuelva a Cuba sus esperanzas y garantice una transición pacifica hacia una democracia que proteja las libertades civiles de todos, y una economía de mercado que lleve el país a la prosperidad."
En una declaración hecha pública el 6 de Agosto, la Secretaria de Estado de los Estados Unidos de Norteamérica, Condolezza Rice, afirmó que "los Estados Unidos están observando con atención los acontecimientos en Cuba" y, haciéndose eco de las palabras de Mas, aseguró que "todos los cubanos que deseen un cambio pacífico hacia la democracia pueden contar con el apoyo de los Estados Unidos. Animamos al pueblo cubano a trabajar en la isla por un cambio positivo y estamos preparados para proveerlos con la necesaria asistencia humanitaria."
Por esta "asistencia o ayuda humanitaria" sólo podemos inferir que la señora Rice no pretendía devolver la oferta de envío de doctores a las zonas afectadas por el huracán Katrina que el Presidente cubano hizo a su homólogo estadounidense el año pasado.
Sin embargo, no todas las fuerzas de la reacción están tan alejadas de la realidad como la familia Mas y la administración Bush. El Financial Times, en un editorial publicado en 2 de Agosto bajo el título de Ganándose a Cuba, advierte a la administración norteamericana contra los aventureros planes del exilio de Miami y ofrece un plan alternativo para la reintroducción del capitalismo en Cuba.
Después de reconocer que "la economía cubana es ahora mas resistente que en cualquier otro momento tras el derrumbe de la Unión Soviética" y que "el Partido Comunista disfruta de un grado de legitimidad que aquellos de la Europa de este en los años 80 nunca tuvieron", lo que la voz del capital en Europa propone es aproximarse a aquellos elementos dentro de la nomenclatura del Partido Comunista que pudieran "albergar mayores simpatías hacia una gestión económica orientada a la economía de mercado" y señala a la experiencia China como el modelo más seguro para la reintroducción del capitalismo en Cuba, lo que debería ser facilitado por un relación más amistosa por parte del gobierno de los Estados Unidos para con la Isla. "Es, sobre todo" -dice el FT- ¨tiempo de que Estados Unidos reconsidere el embargo económico. Los Estados Unidos deberían tomar una posición en relación al comercio con Cuba como la que han tomado con países tales como China o Vietnam," ya que "no hay una alternativa de mercado y democrática aguardando a emerger en la Isla de forma mágica e inmediata." "Animar a un cambio radical", concluye el Financial Times "podría desestabilizar peligrosamente no sólo Cuba sino todo el Caribe occidental".
Un mes largo después de que Raúl Castro tomara las riendas del Estado Cubano, una parte de la burguesía internacional está mostrando su decepción ante la falta de cualquier movimiento en la Isla y la calma que ha rodeado al temporal traspaso de poderes. Un artículo publicado en el Financial Times el 22 de Agosto con el título Las estrellas cubanas esperan brillar después de Castro da expresión a este sentimiento.
Para ellos, la figura de Raúl Castro y la presencia de veteranos de la revolución que aún están activos es una complicación demasiado grande para sus planes de reintroducir el capitalismo en Cuba.
De este modo, parecen haberse resignado a aguardar a una nueva, más joven, generación de políticos y representantes del Estado que, afortunadamente para ellos, estuviera más inclinada a llevar a la economía y sociedad cubana por el camino del capitalismo o, como ellos dicen, "que pensara diferente de Fidel y Raúl".
"Demasiado a menudo pensamos en la troika (Alarcón, Lage, Pérez Roque) como plan A", dice el historiador Canadiense John Kirk en FT. "De hecho, existe también un plan B, formado por las estrellas del partido, el gobierno y el ejercito que han sido preparados para participar activamente en la sucesión".
La cuestión que los sectores más perspicaces de la burguesía internacional se pregunta, ya no es qué pasará cuando Castro muera, pues la experiencia de este mes parece indicar que no será nada que pudiera convenirles. Ahora la pregunta que pende sobre su cabeza como una espada de Damocles es: ¨¿Qué pasara una vez los famosos hermanos y los pocos históricos de su entorno sean incapaces de influenciar los acontecimientos en la Isla caribeña?
La reintroducción del capitalismo en Cuba es un peligro real. Como el mismo Fidel Castro declaró en noviembre pasado en la Universidad de la Habana, el mayor peligro para la revolución cubana no se encuentra en los Estados Unidos, sino en la misma isla, especialmente, como él mencionó específicamente, los peligros de la corrupción y el burocratismo (ver transcripción del discurso http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/2005/esp/f171105e.html)
La introducción de reformas de mercado que siguieron el hundimiento de la Unión Soviética, aunque fueron un mal necesario, ha dado lugar al nacimiento de una capa dentro de la sociedad cubana con intereses en el restablecimiento del capitalismo en la Isla. Los duros años del periodo especial han sembrado también ilusiones en ciertas capas de que bajo un sistema capitalista disfrutarían de una existencia más cómoda. En mayor o menor grado, gente con tales ideas y aspiraciones puede ser encontrada en todos los niveles de la sociedad cubana. Pensar que el Partido Comunista es inmune a este proceso sería extremadamente ingenuo y enormemente estúpido. Estas peligrosas tendencias son, de hecho, mas obvias en ciertos sectores del Estado y del Partido Comunista.
Los trabajadores, los campesinos y la juventud de Cuba no deben tener ninguna ilusión en el capitalismo. Bajo un sistema capitalista, las conquistas de la revolución serían destruidas y con ellas las vidas de las masas cubanas. Los cubanos revolucionarios deben estar alerta y oponerse de forma inmediata a cualquier movimiento en dirección al capitalismo, independientemente de donde venga éste.
La mejor manera de reforzar la revolución cubana es, por una parte, desarrollar un debate a fondo sobre estos temas, incluida la cuestión del llamado "socialismo chino". De otra parte, el futuro de la revolución cubana yace en el desarrollo de la revolución en América Latina. La abolición del capitalismo en Venezuela, Bolivia o, incluso, México, rompería el aislamiento de la revolución cubana de manera decisiva.
Los trabajadores, los campesinos y la juventud del mundo deben unirse en apoyo a la revolución cubana. La revolución cubana no es más que un eslabón en la cadena de la revolución socialista mundial y debe ser defendida.
Las fuerzas de la reacción, con diferentes estrategias que revelan sus diferentes perspectivas e intereses, están dispuestas a batallar por la reintroducción del capitalismo en Cuba. Las fuerzas progresistas de la revolución deben combatir estos planes con toda la energía y fuerza de las que sean capaces. La reintroducción del capitalismo en Cuba sería un golpe terrible para la presente revolución Latinoamericana, de la que Venezuela es sólo su expresión más avanzada.
Dentro de la izquierda, aquellos oportunistas que gustan de alabar las impresionantes conquistas sociales que la revolución venezolana ha traído consigo, como un sistema de salud gratuito y universal o los enormes avances realizados en materia educativa, permanecen silenciosos sobre el papel que Cuba ha jugado en Venezuela para que ésta pudiera alcanzar esos objetivos. No quieren ser avergonzados por sus compañeros y amigos liberales y prefieren, como no, caracterizar la ayuda mutua que la revolución bolivariana y cubana se prestan como un retorcido acto de egoísmo por cada uno de estos dos países, presentándola en sus más simples términos comerciales bajo lo que ellos llaman el programa de doctores por petróleo.
Lo que ignoran convenientemente es que, incluso en los más puros términos comerciales, todo el dinero proveniente del petróleo en Venezuela no podría pagar por la ayuda que 20.000 trabajadores de la salud cubanos están dando a la revolución venezolana; simplemente porque ningún doctor, enfermera o dentista de otro país estaría dispuesto a ir en esos números a los barrios pobres de Venezuela para trabajar y vivir allí. Sólo la original vocación internacionalista de la revolución cubana puede explicar esto.
Existen también esos sectarios de izquierda quienes, porque la realidad Cubana no cuadra con el "ideal" de lo que una sociedad socialista "debería ser", deambulan por ahí condenando como Estalinistas y burócratas a aquellos que no abandonan a la revolución o, incluso peor, ni condenan ni actúan en ningún otro modo. Para ellos la reintroducción del capitalismo en Cuba no sería un paso adelante ni un paso atrás en la lucha por la emancipación humana, sino un paso a un lado y eso, vergonzosamente, es lo que hacen; echarse a un lado y cruzar los brazos sobre el pecho, no vayan a ser salpicados por la suciedad de la vida.
Ha llegado el momento de que los oportunistas pongan sus prejuicios a un lado y vean el interés general de la clase trabajadora cubana y de la revolución mundial. Para los sectarios es ya tiempo de que abandonen sus juegos de sombras en las paredes de sus cuevas y salgan a la luz de la vida y la realidad.
¡Hay que defender la revolución cubana!
¡Por una Federación Socialista de Cuba y Venezuela!
¡Por una Federación Socialista de América Latina!