La Clase Trabajadora ante el desafuero de López Obrador

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La lucha de clases siempre encuentra canales de todo tipo para expresarse, este es el caso del actual enfrentamiento entre la burguesía y la inmensa masa de desposeídos: la primera tratará de impedir a toda costa el que Jefe de Gobierno del DF, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) contienda al frente del PRD como candidato presidencial en las elecciones del 2006 y la segunda, para evitar que dicho objetivo se logre.

¡No al Desafuero! ¡Sí a una Política Socialista!

La lucha de clases siempre encuentra canales de todo tipo para expresarse, este es el caso del actual enfrentamiento entre la burguesía y la inmensa masa de desposeídos: la primera tratará de impedir a toda costa el que Jefe de Gobierno del DF, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) contienda al frente del PRD como candidato presidencial en las elecciones del 2006 y la segunda, para evitar que dicho objetivo se logre.

Lenin en alguna oportunidad explicó que la política es economía concentrada. Los acontecimientos que vemos ahora en México ratifican sólidamente esta aseveración. ¿Qué hay de tras en las aspiraciones de cada una de las clases en pugna? Las últimas dos décadas y media han significado más que duros reveses para las condiciones de vida de los trabajadores del campo y la ciudad: privatizaciones, despidos, caída de los salarios, recortes al gasto social, ataques a las condiciones laborales, etcétera. Pero en todo esto ha habido un ganador, la burguesía. Mientras que en el caso de los trabajadores, se extendió y profundizó la miseria, la burguesía logró una más que significativa concentración de riquezas metiendo a muchos de estos hombres de negocios a la revista Forbes. En un momento dado, en el periodo de Salinas, México se trasformó, después de EE.UU y Japón, en el tercer país productor de multimillonarios. Hoy en día en nuestro país, por ejemplo, al lado de aproximadamente 70 millones de pobres convive el hombre más rico de toda América Latina, Carlos Slim: "El monto de la riqueza de los mexicanos de Forbes en 2004 representa un crecimiento de 70.68 por ciento respecto de la cantidad que, en el listado correspondiente a 2000, detentaban los empresarios de esta nacionalidad y que era de 24 mil 900 millones de dólares. Se trata de una variación relevante, sobre todo porque ocurrió en un periodo de escasa actividad económica… Para efectos comparativos, la fortuna personal de Slim Helú equivale a 264 mil 180 millones de pesos, una cantidad que representa 42.3 por ciento del ingreso corriente total en un año de los 24.65 millones de hogares existentes en el país, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI)", (La Jornada, 11 de marzo 2005).

Exacerbación de la miseria por un lado y exacerbación de la concentración de riqueza por otro. Esos han sido los derroteros de la historia nacional en los últimos años.

No obstante, en lo que va de la presente década el rumbo no ha cambiado ni un ápice, por el contrario las cosas han empeorado. Bajo el gobierno de Fox la política implementada en su momento por los gobiernos del PRI se mantuvo como una copia al carbón, pero además de ello otro factor que ha significado un mayor estrujamiento de la clase trabajadora y el incremento de la miseria generalizada, es el estancamiento económico que padece el país desde el año 2000. A pesar del ligero repunte logrado por la economía en 2004, ello no significó ningún efecto favorable a la clase obrera, aunque sea moderado, para suavizar en algo las duras secuelas de la crisis económica sobre las masas empobrecidas.

Para la burguesía no hay otro remedio para atenuar la crisis económica, más que atacar severamente las condiciones de vida de las masas. Por ello les urge privatizar el sector energético y por eso les urge elevar la productividad y lograr mercancías más competitivas en el mercado exterior por medio del despido, abatiendo los salarios y extendiendo e intensificando la jornada de trabajo, aplastando los pocos derechos laborales que aun están protegidos por la Ley Federal del Trabajo (LFT).

Por su parte la clase trabajadora fastidiada de años de ataques ya ha dado muestras más que serias de que ya no está dispuesta a permitir que la burguesía continúe por el mismo camino. Esta disposición a luchar es la que, salvo la contrarreforma al régimen de pensiones de los trabajadores del IMSS, prácticamente ha paralizado por el momento a Fox en su agenda de los ataques más ambicionados por la burguesía y el imperialismo, entre ellos la privatización del sector energético, las contrarreformas laborales y fiscales.

La característica fundamental del actual periodo es la contradicción entre la imposibilidad de la burguesía para solucionar algo en el terreno económico sin atacar severamente a la clase trabajadora y la falta de disposición de los trabajadores para seguir tolerando esa política. Esta contradicción está afectando todos los terrenos de la vida nacional, tanto en el plano económico como político.

Una luz al final del túnel

Es en este terreno que se presenta el gobierno del PRD en la Ciudad de México como una luz al final del túnel a los ojos de millones de trabajadores y jóvenes del campo y de la ciudad de todo México. Después de años de recortes y ajustes sociales, el gobierno encabezado por AMLO se pone años por delante en el terreno de las reformas sociales en comparación de lo que han conocidos varias generaciones enteras, ya sea a nivel de gobiernos estatales o federales.

Si bien es necesario señalar que las reformas impulsadas por AMLO son moderadas, al mismo tiempo tenemos que admitir que considerando lo que han tenido que padecer las masas durante las últimas décadas, ésta política se traduce para millones como un vaso de agua fresca en medio del desierto.

Para millones, la política del gobierno perredista de AMLO se traduce en sus deseos de que esas reformas se puedan aplicar a nivel nacional, por ello las expectativas e ilusiones en él son muchas. Para hablar de cuestiones concretas es necesario destacar que la educación, tanto a nivel superior como medio superior no había experimentado ningún tipo de desarrollo en la Ciudad de México desde la primera mitad de los años 70, y ahora bajo el gobierno del AMLO en apenas cuatro años se ha creado la Universidad del Distrito Federal y también se han instalado 16 nuevas escuelas preparatorias, una por delegación.

Sobre la vivienda, después de décadas, cuando esto se podía lograr por medio del Instituto Nacional para el Fomento a la Vivienda de los Trabajadores (INFONAVIT), ahora miles de familias capitalinas pueden aspirar a obtener una vivienda modesta pero digna debido a los programas de créditos blandos del gobierno del DF. El objetivo es que cuando menos unas 250 mil familias se puedan hacer de vivienda por este medio al concluir la administración de AMLO.

Por su parte la red sanitaria pública del DF, la cual estaba prácticamente aniquilada, ha sido fortalecida. Si bien los logros en este terreno siguen siendo modestos, hay que recalcar que recientemente se han abierto varias pequeñas clínicas y hospitales en las colonias de las regiones más pobres de la Ciudad de México.

Todo esto sin olvidar los subsidios que se otorgan a ancianos, madres solteras y otros sectores muy vulnerables de la población. Hay que destacar que esta última política, aunque limitada, es inédita en la historia del país.

Estas acciones son las que llenan de aspiraciones a millones de pobres de todo el país y son las mismas que ponen nerviosos a la burguesía y el imperialismo. Para estos últimos es importante cerrarle a toda costa el paso a AMLO, ya que encierra serios riesgos para sus intereses, pues son concientes de que un triunfo del perredista en las elecciones presidenciales, significaría la instalación de un gobierno sometido a descomunales presiones desde abajo que en un momento dado se podría ver forzado a aplicar políticas que ni el mismo AMLO se habría imaginado. Ello encierra el riesgo potencial de que una futura administración perredista, con AMLO al frente, se vea obligada a confrontar serios intereses de la burguesía y el imperialismo.

Un proceso continental: el péndulo a la izquierda

Para el imperialismo yanqui la preocupación ante esta perspectiva es doble. A pesar de las medidas tomadas, entre ellas el abaratamiento del dólar respecto a las principales monedas de sus competidores, particularmente el euro, no ha logrado nada en su intención por revertir el enorme déficit comercial que padece su economía. Por el contrario, como fue el año pasado, este déficit sigue creciendo. EEUU tiene enormes expectativas en México y el resto de América Latina por apoyarse en sus mercados para darle salida a su sobreproducción y revertir en algo su déficit comercial. Conforme más se prolongue la tarea de revertir el déficit comercial, más se prolongarán las expectativas de lograr una recuperación sólida de la economía yanqui.

Por ello para los yanquis es de vital importancia todos aquellos acuerdos comerciales existentes con las naciones de la región y los que pueda lograr, especialmente el ALCA. Sin embargo el imperialismo ve con temor cómo esa expectativa enfrenta cada vez mayores problemas, esto particularmente por el giro del péndulo hacia la izquierda entre las masas oprimidas latinoamericanas que en muchos casos han frenado ataques importantes de sus respectivos gobiernos, y a otros de plano los han hecho dimitir. El caso más reciente de este proceso -aunque aún inacabado-, es el intento de renuncia del presidente Mesa tras las intensas jornadas de lucha de los trabajadores bolivianos exigiendo que se firme la ley de hidrocarburos. Pero además de los abiertos procesos revolucionarios, este proceso también ha dado como resultado la irrupción de en el poder de gobiernos de izquierda. En este caso la reciente instalación del gobierno de Tabaré Vázquez en el Uruguay ratifica esta tendencia.

Un reciente informe de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) destaca que el gigante del norte "debería prestar más atención a una región a la que dirige el 20% de sus exportaciones (150 mil millones de dólares al año) y cuyo potencial de crecimiento es enorme." (Periodista Digital.com 07/03/05).

De acuerdo a este mismo medio informativo, en el diagnóstico de la CIA se "hace hincapié en la necesidad de lograr un mayor crecimiento económico y de fortalecer la democracia. Para ello, el texto sugiere que México y Brasil jueguen un papel primordial. EEUU quiere frenar el avance del populismo, sobre todo porque tiende a radicalizar el sentimiento antiamericano." Y continúa la CIA, en su informe: sostiene que "en América Latina, el fracaso de las élites para adaptarse a las exigencias de la democracia y el libre mercado muy probablemente impulse la expansión del populismo y lleve a algunos movimientos, como los indígenas, (…) a considerar métodos más drásticos para obtener lo que ellos consideran un mejor reparto o porción del poder político y la riqueza (…)"

Ya en un informe anterior, a mediados de febrero, el director de la CIA, Porter Goss, reporta a Cuba, junto con Venezuela, Colombia y México (estos últimos tendrán elecciones en 2006) y Haití (elecciones en 2005) como naciones "potencialmente inestables".

Para el imperialismo yanqui es de vital importancia frenar el giro hacia la izquierda en América Latina por razones económicas y políticas, pero en el caso de México esta segunda razón adquiere especial importancia. A pesar de que no está dicha la ultima palabra al respecto, el imperialismo sabe del enorme riesgo que, tras un potencial triunfo electoral del PRD, se presente en nuestro país un proceso similar al de Venezuela. Esto implicaría un choque con sus intereses económicos, pero las preocupaciones no se quedan en ese terreno, a la par el imperialismo tiene temor sobre la manera en que un proceso similar al venezolano al sur de su frontera podría tener algún efecto político sobre las capas más oprimidas de los EEUU, entre las cuales, por cierto, millones son mexicanos o de ese origen. Un ejemplo de esto es como hoy en la lucha contra el desafuero se están formando comités de apoyo a AMLO de emigrantes mexicanos en EEUU. De acuerdo a la OCDE, México y los EEUU son de entre las naciones que integran este organismo, las dos naciones con los más altos índices de miseria infantil

El complot

Es por estas y no por otras razones por las cuales el imperialismo ha lanzado recientemente una ofensiva para presionar a Fox a que ponga "orden en casa". Para el imperialismo "más vale prevenir que lamentar" y en ese contexto se ubican las declaraciones del Departamento de Estado acusando a México ante los ciudadanos norteamericanos como un país inseguro; en ese mismo tenor es el endurecimiento de las últimas fechas en la política anti inmigrantes por parte del imperialismo. En síntesis, una de las razones de fondo de la reciente visita a México de Condolezza Rice fue presionar a Fox para apuntalar la campaña anti AMLO.

Para tratar de mermar las posibilidades de AMLO y el PRD hacia la presidencia, la burguesía ha intentado de todo. Desde los "video escándalos" (videos en los que gente cercana a AMLO es evidenciada en actos de corrupción), hasta la movilización masiva organizada por la ultraderecha contra la "inseguridad" en el DF de junio del 2004, pasando por un enfrentamiento jurídico sobre el terreno del Encino, el recortarle al presupuesto capitalino, así como los linchamientos y la muerte de dos agentes de la Policía Federal Preventiva (PFP) en Tláhuac.

No obstante la magnitud de los ataques, y la participación con toda la carne al asador de parte de los principales medios informativos, la simpatías hacia AMLO no sólo no ha disminuido, sino que además se han incrementado. Explicar este resultado pasa por la clara comprensión de las masas de dos cuestiones que son parte del día a día: por un lado la economía no da ni el menor viso como para poder engendrar algún tipo de ilusión en el régimen aunque sea moderada, y, por otro, dado el nivel de expectativas sobre el PRD y AMLO, millones de trabajadores del campo y la ciudad interpretan los ataques contra este partido y su potencial candidato a la presidencia como ataques contra ellos mismos.

Ante el hecho del incremento de la popularidad de AMLO, la burguesía optó, y en ese esfuerzo se encuentra ahora, por evitar que AMLO se postule retirándole sus derechos políticos sometiéndolo a un proceso legal por supuestamente desacatar una orden de un juez para suspender las obras para la construcción de un camino hacia un hospital. Dicha orden se basó en que supuestamente el terreno empleado para dicho fin pasa por un predio privado (el Encino). Así, para poder procesar a AMLO primero es necesario que en la Cámara de Diputados se le retire su fuero político, (garantía que poseen los gobernantes y parlamentarios para que mientras estén al frente de su cargo no puedan ser procesados legalmente. Mientras están en funciones sólo la Cámara de Diputados puede cancelar ese derecho para que sean juzgados).

Ya casi son 10 meses desde que inició este proceso y, de acuerdo a como lo reporta la prensa, al parecer el principal episodio está por llegar. Durante varios meses la burguesía ha tenido una postura homogénea: frenar a toda costa a AMLO y desaforarlo y además con ello imprimirle un golpe al la moral de los trabajadores del campo y la ciudad.

Divisiones entre la burguesía

No obstante, a la postre esta actitud no es tan firme por parte de algunos sectores de la burguesía. La razón: aunque han sido pocas las veces en que se les ha llamado, las masas ya han dado muestras más que serias de estar dispuestas a ir con todo y hasta el último para impedir que AMLO sea desaforado. Muestra de ello son las dos multitudinarias concentraciones del año pasado (marzo y agosto), en las que asistieron al zócalo capitalino cuando menos unas 500 mil personas en cada una. Pero las cosas no se quedan ahí, ya sea porque han sido convocados o por iniciativa propia los simpatizantes y militantes de base se han dado a la tarea de conformar comités de apoyo a AMLO, o comités de base del PRD; esos comités se están extendiendo por todo el país y ya se pueden contar por miles en comunidades, ejidos, colonias y universidades.

Un elemento reciente en esta oleada de lucha es la conformación del Frente de Trabajadores contra el Desafuero de AMLO, integrado por más de 60 sindicatos, cooperativas y otro tipo de agrupaciones. Este factor por sí mismo ya marca un cambio importante en la situación.

Mirando el panorama general, no sólo encontramos el problema del desafuero sino además toda la tensión generada por la política de años por parte de la burguesía y sus estragos atizados por el estancamiento económico. Tenemos frente a nosotros una situación de polarización social como no se había visto en años en México.

En este contexto, marcado por una cada vez mayor participación de las masas acompañadas de su vocación para impedir que AMLO sea sacado de la jugada, la burguesía ha empezado a titubear. Algunos segmentos ya no están tan seguros de continuar adelante con el desafuero, muestra de ello es la Asociación de Banqueros de México (ABM) los cuales en su reciente convención de principios de marzo en Acapulco declararon que ellos, aludiendo a AMLO, no tendrían inconveniente si en el 2006 se instala un gobierno de izquierda.

Para las masas la defensa de AMLO es una cuestión de primer orden. Después de años de ataques tras ataques, se les presentan las elecciones, y lo que vendría después de ellas, como una oportunidad para cobrarse muchas cuentas pendientes. Los trabajadores ven en las elecciones una especie de revancha y tienen en AMLO su carta fuerte. Por tanto, no estarán dispuestos a permitir que esa oportunidad se les vaya de entre las manos como agua sin antes dar una lucha feroz, una lucha que se puede salir de control y trasformarse en el punto de inflexión para que la frágil paz social de este país salte en mil pedazos por los cielos. Este es el temor que está haciendo que un sector de la burguesía vea como un enorme peligro el desafuero.

Por otro lado, el ala dura, por ejemplo la patronal Coparmex, se mantienen firmes en la idea de no ceder ni en un milímetro en la intención de desaforar a AMLO. Para este sector el peligro radica en que, en caso de que el PRD se instale en el gobierno, se desarrolle un proceso en el cual las masas se sientan más confiadas y por medio de la presión obliguen a ir a AMLO más lejos de lo tolerable.

Lo lamentable para ambos sectores de la burguesía es que bajo las condiciones actuales ambas posibilidades encierran un más que marcado potencial. En otras palabras, tanto tienen razón aquellas capas de la burguesía que dicen que si se desafuera a AMLO habrá estallidos insurreccionales, como aquellos que dicen que si gana las elecciones se podrían presentar procesos de convulsividad social que podrían salirse fuera de control. De hecho, el no desaforar a AMLO significaría por sí mismo una victoria parcial de los trabajadores del campo y la ciudad.

Esta falta de definición sobre el rumbo a seguir por parte de la burguesía ha profundizado las contradicciones en el seno del propio gobierno de Fox y de sus partidos tradicionales.

La renuncia del secretario particular de Fox, Alfonso Durazo, dejó en claro las controversias y las fracturas que hay en el seno del equipo del presidente a partir del asunto del desafuero. De hecho lo que se conoció como el "Gabinetazo" (el círculo más cercano al presidente) prácticamente se ha desmembrado.

El PRI viene arrastrando una crisis ya de algunos años que conforme pasa el tiempo se hace más severa. Tras el triunfo de Fox la grietas se abrieron más, producto de las diferencias entre el ala que está empeñada a toda costa en apoyar la política de Fox, (Madrazo, Elba Esther Gordillo…) y aquellos que ven en esa política el suicidio de su partido. Esta controversia también se ha venido expresando por medio de la lucha por la candidatura del PRI para el 2006, dándose como resultado la exacerbación de las pugnas internas, teniéndose en este caso uno de sus más recientes y más importantes episodios en la 19º Asamblea Nacional de este partido, en la que una maniobra de los Madracistas derivó en una modificación de los documentos de principios, por medio de la cual se abre una pequeña fisura con la cual se pone al PRI en posibilidades de caminar en torno a la privatización de PEMEX. Con esta acción, Madrazo pretende atraer el apoyo de la burguesía y el imperialismo con miras al 2006.

La reacción de los priístas opuestos a esta medida no se dejó esperar e inmediatamente denunciaron esta acción y dejaron de manifiesto su oposición a que el PRI apoye la privatización. Los cierto es que al final, Fox no logró nada de la 19º asamblea del PRI, pero lo que sí se obtuvo a cambio fue hacer más grande la grieta que separa a los priístas.

Esta situación deja muy mal parado al PRI de cara al desafuero de AMLO. Entre ellos también hay enormes temores por lo que dicha medida puede implicar para su partido y en general para la estabilidad social. A pesar de que el coordinador de la fracción priísta en la Cámara de Diputados, Emilio Chuayffet, está moviendo todos los hilos a su alcance para lograr el voto a favor del desafuero de parte de su bancada, no hay nada seguro. Algunos diputados ya se han manifestado públicamente en contra del desafuero, incluido Beltrones quien es presidente de la cámara de diputados, y otra capa de priístas influyentes han hecho lo mismo. Tal es el caso del senador Manuel Bartlett quien califica al desafuero como una aventura y bastante riesgoso. Otros es el caso del gobernador del Estado de Hidalgo, Miguel A. Núñez Soto. quien refiriéndose a sus aspiraciones presidenciales y en alusión a AMLO destacó que no esta a favor del desafuero porque prefiere derrotar al perredista en las elecciones. Estos ejemplos ya hablan por sí mismos de las diferencias que hay en el PRI sobre el desafuero y la manera en que los temores de un sector de la burguesía están influyendo entre sus huestes.

En el PAN tampoco hay una seguridad total de parte de todos de ir hasta las últimas consecuencias en el asunto del desafuero. Recientemente las dudas, las diferencias y los desencuentros se dejaron expresar por medio de la renuncia como diputada panista de Tatiana Clouthier Carrillo, hija del emblemático dirigente panista, el fallecido Manuel J. Clouthier. Dicha renuncia la precipitó la selección como dirigente nacional del PAN de Manuel Espino, quien para la exdiputada panista representa a la ultraderecha del partido y por consecuencia al ala que esta dispuesta a cerrarle a toda costa el paso a AMLO.

Esta lucha se ganará en las calles

Como podemos ver las cosas no se presentan tan fáciles para el bloque pro desafuero; no obstante ello, es necesario tener presente que lo que sucede en la Cámara de Diputados, solamente es un reflejo de lo que está sucediendo en las calles con los trabajadores movilizándose. Los titubeos entre la burguesía y sus políticos ya reflejan los temores de una resistencia que apenas empieza y que tan sólo se ha expresado masivamente en dos movilizaciones. Existen condiciones más que favorables para que el PRD convoque a movilizaciones como las de marzo y agosto del año pasado en el momento que lo desee.

De hecho ya ha convocado a una manifestación nacional para el 30 de marzo, aunque al respecto existen dos mínimas posibilidades: 1.- Que las divisiones en el interior del PRI-Pan les obliguen a posponer la fecha del desafuero para septiembre o, 2.- Que la burguesía desista definitivamente del desafuero. Si sucede esto último, sería como resultado del pavor que la burguesía le tiene a las masas, y en ese sentido, sería una victoria que daría a los trabajadores confianza en sus propias fuerzas.

A pesar de los dos casos, es necesario que de cualquier forma se lleve adelante la manifestación nacional del día 30 de marzo. Si la dirección del PRD intenta desconvocarla, sería un error. Los trabajadores debemos dar una demostración de fuerza. La disposición de las masas a responder a estos llamados ha quedado más que manifiesta. La movilización es un recurso que tiene que ser empleado de forma más regular y decidida por AMLO y el PRD. Lo que queremos decir es que el resultado final del desafuero, antes que definirse en la Cámara se definirá en las calles. Lo que suceda en las calles será lo que en última instancia defina si AMLO es desaforado o no.

Los trabajadores del GDF ante el programa reformista de la dirección del PRD

Los trabajadores del Gobierno del Distrito Federal están viviendo en carne propia las limitaciones del programa reformista de la dirección del PRD, por eso existen quienes no están a favor de la lucha contra el desafuero de AMLO, pues las condiciones de precariedad y de ilegalidad a las que están sometidos miles de trabajadores, les lleva a la conclusión práctica de que no existe política que pueda beneficiar a la vez a trabajadores y empresarios.

Los trabajadores del GDF están varios pasos adelante del proceso de conciencia del conjunto de las masas, de los millones de desposeídos, que no han comprobado en carne propia un gobierno PRD a nivel nacional y mantienen la esperanza de que sería algo diferente a la política del PRI y el PAN. Es precisamente ese proceso que están viviendo los trabajadores del GDF, el mismo proceso que tienen que vivir los millones que aún tienen esperanzas en la dirección reformista del PRD, precisamente para quitarse el velo de la utópica ilusión en una salida real a sus problemas en el marco del capitalismo.

Una política correcta es oponerse al desafuero, pues el ataque al PRD proviene de la gran burguesía y el imperialismo, pero a la vez, dar un apoyo crítico al PRD estableciendo claramente la necesidad de transformarlo en un instrumento de lucha, es decir, rescatarlo para la lucha por la transformación social. La disyuntiva no es capitalismo salvaje ó, capitalismo "con rostro humano", no hay una "tercera vía" y la muestra evidente, ostensible, está precisamente en la política que aplica AMLO a los trabajadores del GDF. La disyuntiva histórica está en la lucha por el socialismo. Otro mundo es posible luchando por el socialismo.

El PRD de los trabajadores NO es la burocracia que lo usufructúa en beneficio individual, burocracia en la que, por cierto, se apoya AMLO. El PRD de los trabajadores es el que tuvo su origen sobre la sangre de 600 muertos, el sudor y lágrimas de miles de compañeros honestos y sacrificados. Pero, estar de acuerdo con el desafuero, se quiera o no, es estar de acuerdo con la gran burguesía y el imperialismo, y es estar en contra de la posición de millones de trabajadores a lo largo y ancho del país que aún tienen ilusiones en la dirección del PRD.

No han sido pocos los ejemplos en la historia, en que los trabajadores que sacan conclusiones correctas, pero por adelantado del conjunto general de la clase, y a falta de una sensibilidad y tacto para explicar la situación en la que se encuentran y la falta de los métodos adecuados para explicar pacientemente, quedan aislados y estas pasan a ser organizaciones sectarias, que acaban abandonando todo papel de vanguardia de clase.

Los trabajadores del GDF no deben caer en esa trampa que sólo divide y les implica aislarse del movimiento, deben aprovechar la situación del desafuero para incrementar la presión en la lucha por sus demandas. Sin un cambio radical en la política laboral de AMLO hacia los trabajadores del GDF, se corre el enorme riesgo de provocar confusiones y divisionismos que podrían ser capitalizados en beneficio de los partidos de la burguesía. Es necesario cerrar filas ante el PAN y el PRI y para ello es vital importancia un giro de 180 grados en la política de laboral del GDF. O se está con los trabajadores ó se está contra los trabajadores.

Los trabajadores debemos unirnos a la lucha contra el desafuero de AMLO pero integrando además a esta batalla una política de independencia de clase, acompañada por nuestros métodos tradicionales de acción.

A este último respecto debemos insistir en la necesidad de formar un Frente Único entre los sindicatos, las bases del PRD, las organizaciones campesinas pobres y estudiantiles. La movilización conjunta y masiva debemos reforzarla con acciones decididas que pongan de cabeza a Fox y a la burguesía. Por eso debemos pronunciarnos por una huelga general de 24 horas. Una acción de este calibre inmediatamente dejará en claro quién es quién y definitivamente inclinará la balanza a favor de las aspiraciones de las masas.

Pero el Frente Único también tiene que ver con el programa que defendemos, es importante que en esta lucha, a las demandas contra el desafuero se agreguen consignas muy concretas sobre las necesidades de los trabajadores del campo y la ciudad. Por ello necesitamos una plataforma reivindicativa que demande empleo estable, salarios dignos, más educación pública en todos los niveles, más hospitales y clínicas, apoyos para el campo, etcétera.

En esa medida, una primera acción congruente de parte de AMLO debe ser la de modificar en el acto y de forma radical su política laboral hacia los trabajadores del Gobierno del DF (GDF), en el cual laboran miles sin estabilidad laboral y sin ningún tipo de prestación social. Si AMLO lucha en contra de que la burguesía le quite sus derechos, él no puede negar sus derechos a los trabajadores. Esos trabajadores tienen que ser basificados y se les tienen que reconocer los derechos laborales que les corresponden, entre ellos el de la sindicalización.

La política laboral del GDF es contradictoria con las expectativas del movimiento y tiene que ser modificada totalmente a favor de los trabajadores. AMLO debe romper con los empresarios y con la burocracia del PRD.

Cien mil trabajadores del GDF están afiliados al Sindicato Único de Trabajadores del GDF (SUTGDF), en cuya dirección prevalecen elementos burocráticos de control corporativo. Hay, además, más de cien mil trabajadores que el GDF de manera ilegal dice que son por contratos de servicio, de honorarios, código CF, temporales, becarios, asimilados a salarios, a lista de raya, etc. y a los cuales niega un salario digno y las prestaciones constitucionales de seguridad social en el ISSSTE.

El surgimiento de UNION SINDICAL, UNION SI, no es un hecho aislado y casual. En primera instancia buscaron sindicalizarse en el SUTGDF, pero la burocracia no lo permitió. Así, nace en el seno de la lucha por la sindicalización de los trabajadores de la Secretaría de Transporte y Vialidad del GDF, con registro sindical definitivo (RS 01/03), pero ahora tiene la posibilidad de afiliar a trabajadores de todo el GDF. Así, el sindicato ha sido reconocido en los tribunales y sin embargo no ha sido reconocido por el patrón GDF.

La precariedad en la que laboran más de cien mil trabajadores en el GDF y su imposibilidad de sindicalizarse en el STUGDF por su carácter de no ser considerados trabajadores de base (aunque en la práctica desarrollen actividades correspondientes), está siendo la explicación material para un proceso de unidad en la lucha por la defensa de los derechos laborales. Es así como está conformándose un Frente de trabajadores del GDF, en donde además de UNION SI participan el Sindicato de la ex Ruta 100 (Comisión Liquidadora), el Sindicato de la Policía Bancaria Industrial con registro que pretende cancelar el GDF, compañeros de la combativa Coordinadora de Trabajadores del Gobierno del DF, en donde encontramos a los viejos sindicalistas democráticos que participan en el Sindicato Único de Trabajadores del GDF, también están asistiendo trabajadores democráticos del gobierno central del DF, de las delegaciones políticas de Tlalpan, Cuauhtémoc, Iztapalapa, sindicalizados y jubilados del Metro, de la DGRT, Locatel, Instituto de la Vivienda, Instituto de la Mujer, Subsecretaría del Trabajo, Consejería Jurídica, Aguas, Finanzas, Transporte y Vialidad, prepas del DF, Educadoras para la Salud (EDUFASAS), Setram y muchos otros que se están incorporando después de ver el proceso unitario.

Dando un apoyo crítico a AMLO utilizando la ofensiva de la burguesía para conseguir y rescatar conquistas laborales, a la vez de que se lucha por democratizar al PRD y al SUTGDF, se estará marcando el camino correcto para millones en todo el país. Los trabajadores del GDF, y particularmente el nuevo frente entorno a UNION SI, de seguir una política correcta, están ante la oportunidad histórica de marcar el camino a seguir para los millones que aún no entienden la necesidad de trascender el marco del capitalismo.

Transformar al PRD, rescatarlo para los trabajadores

Otra razón de peso y por la cual los trabajadores debemos intervenir en esta lucha con nuestro propio programa tiene que ver con las intenciones de la burguesía de usar a un potencial gobierno del PRD para aplicar una política antiobrera y en contra de los campesinos pobres. El claro ejemplo de esta situación la podemos ver con los trabajadores del GDF. La llegada al poder de AMLO generaría muchas ilusiones y expectativas entre las distintas capas de desposeídos. La burguesía por su parte trataría de ocupar esa confianza para presionar al gobierno del PRD y forzarlo a marchar sobre las privatizaciones pendientes, sobre la LFT, el IVA en alimentos y medicamentos, etcétera.

Este es un peligro latente y debemos estar atentos a ello, por eso al mismo tiempo que debemos hacer que nuestro programa como trabajadores sea el defendido en la lucha contra el desafuero de AMLO y en la carrera presidencial, también debemos tomar medidas concretas para trasformar al PRD de pies a cabeza. Desde hace ya algunos años el partido está controlado por la derecha, este control se ratifica con la designación de Leonel Cota al frente de la dirección nacional. Los Camacho Solís, los Jesús Ortega, los Amalia García, etcétera, son los personajes que definen el rumbo y la política que aplica el PRD. Se trata de dirigentes totalmente desvinculados de los intereses de los trabajadores y campesinos. Ellos son los principales promotores de la entrada de expriístas y expanistas arrepentidos al PRD.

A todos ellos hay que cerrarles el paso pues dada su trayectoria representa a los potenciales cómplices de la burguesía al interior del PRD. Debemos fomentar el desarrollo de más comités de base del PRD a los ya existentes e impedir que la burocracia del partido los utilice de forma coyuntural para después destruirlos, como ya sucedió tras las elecciones de 1997, pasadas las elecciones presidenciales.

Tenemos que hacer que los comités que se formen al calor de la contienda electoral y en la lucha contra el desafuero se mantengan de forma estable y que éstos lancen una lucha decidida por democratizar al partido, para transformarlo en una verdadera herramienta de combate y para que se guíe con una genuina política revolucionaria apoyándose en un programa de clase.

La trasformación del PRD en un partido que verdaderamente esté al servicio de los trabajadores es de vital importancia para impedir que sus dirigentes sean empleados por la burguesía y el imperialismo como un instrumento más de presión contra un potencial gobierno de izquierda en este país. ¡Fuera del PRD todo aquel que no esté dispuesto a luchar por la clase trabajadora y el campesinado pobre!

Los halcones de Bush, el jinete del caballo

El imperialismo será otro factor, a estas alturas no hay ninguna duda de que Bush y los "halcones" están empeñados para impedir que la izquierda triunfe en México con AMLO al frente. Como explicamos más arriba, aun no está dicha la última palabra sobre el desafuero. No obstante en caso del que el PRD llegara a la presidencia y de que la presión de las masas lo obligara a aplicar una política más próxima a los intereses de éstas últimas, el imperialismo en alianza con la burguesía nacional montaría toda clase de provocaciones y sabotajes políticos y económicos contra México, buscando desestabilizar al gobierno y empujarlo hacia un callejón sin salida.

Cualquier intento por llegar a algún tipo de arreglo con el imperialismo por parte de un gobierno que tiene en el punto número uno del orden del día los intereses de los desposeídos, es una mera ilusión. El imperialismo yanqui tiene toda clase de intereses sobre los recursos y la riqueza mexicana; tampoco hay que olvidar que es el principal inversor de capitales en nuestro país. En las condiciones actuales, cualquier política que moderadamente apunte a favor de las necesidades de los trabajadores, chocará directamente con los intereses de las trasnacionales yanquis. Y como está más que demostrado, los yanquis no renunciarán a los importantes beneficios que obtienen de su intervención en México y desarrollarán todo tipo de acción que les resulte necesaria para protegerlos. El único acuerdo al que se puede llegar entre México y el imperialismo yanqui es el que puede establecerse entre el caballo y su jinete. Está claro que en un acuerdo de esa naturaleza pasa por sacrificar los intereses de los trabajadores del campo y la ciudad.

El caso de Chile y el gobierno de Salvador Allende, el cual fue derrocado por medio de un sangriento golpe de Estado organizado desde Washington, debe ser una lección que tiene que ser retomada por los trabajadores. Por ello debemos exigirle a AMLO que un potencial gobierno del PRD no debe fincar ninguna clase de expectativa con relación a poder establecer una relación "cordial" con el imperialismo.

Internacionalismo proletario

En todo caso un gobierno de esa naturaleza, para fortalecerse frente a los sabotajes y campañas orquestadas por el imperialismo, debe basarse antes que cualquier cosa en el internacionalismo proletario. Los ataques del imperialismo sólo podrán ser repelidos con la disposición de los trabajadores mexicanos para defender lo que consideran suyo, apoyados en la acción solidaria de los trabajadores de otras latitudes. Un potencial gobierno del PRD tendría que desarrollar como una parte de sus primeras acciones, llamados a la solidaridad con los trabajadores mexicanos empezando por los trabajadores del conjunto de América Latina, pero al mismo tiempo poniendo un especial énfasis en la poderosa clase trabajadora de los EE.UU., la cual por cierto está integrada por millones de trabajadores mexicanos o México-americanos.

Pero existe una doble razón para luchar por un gobierno del PRD con un programa socialista y es la que tiene que ver con la base material de la sociedad, es decir con la economía. El PRD en la actualidad defiende un programa reformista, o sea un programa que parte de la idea de que es posible solucionar los problemas de los trabajadores sin romper con el capitalismo.

La idea de lograr concesiones para los trabajadores sin romper con el capitalismo está muy ligada con los periodos de auge económico motivados por un espectacular desarrollo de las fuerzas productivas. Es decir, hablamos de etapas en la historia del capitalismo en la cuales los trabajadores lograban éxitos en muchos caso simplemente amagando con ir a huelga. En ese contexto muchos dirigentes de los sindicatos y los partidos obreros sacaron la conclusión de que era posible solucionar los problemas de la clase trabajadora sin aniquilar la propiedad privada sobre los principales medios de vida. Particularmente este fenómeno se desarrolló de forma más que manifiesta en Europa Occidental, los EE.UU. y en algunas otras naciones como Japón, Canadá y Australia durante el periodo de la posguerra que abarcó desde 1948 hasta los primeros años de la década de los años 70.

Durante esa etapa los trabajadores de esas naciones experimentaron una situación en la que el desempleo fue llevado a niveles excepcionalmente bajos y en la que su nivel de vida alcanzó los logros jamás antes vistos en la historia del capitalismo.

No obstante lo anterior, es necesario mencionar que los logros de esa época no alcanzaron a millones de seres humanos en Asia, América Latina y África. En estas regiones en el mejor de los casos una escasa minoría alcanzó algunas migajas y la inmensa mayoría no sólo no logró superar su situación de miseria, sino que la profundizó.

Crisis económica, ataque tras ataque contra los trabajadores

En este periodo naciones como la nuestra, si bien experimentaron cierto desarrollo industrial que alcanzó a ciertas capas de la población durante un periodo, la realidad es que hoy la economía de nuestras naciones continúa siendo desangrada por la deuda y por la importación de materias primas y uso de mano de obra barata de parte de los países desarrollados.

Pero la lógica del capitalismo le empuja cíclicamente a auges y recesiones, y lo logrado durante el periodo de la segunda posguerra llegó a su fin hace ya tiempo. Las voluminosas inversiones sobre la producción motivadas por los altos beneficios saturaron el mercado, provocándose una gradual caída de los beneficios y, por consecuencia, el repliegue de las inversiones. El clímax de este proceso, que no explica el desenlace pero que sí lo precipitó, fue el embargo petrolero de 1973 de parte de las naciones árabes contra los EE.UU. Este acontecimiento hizo que los precios del petróleo se fueran a las nubes provocando el accidente del cual hizo uso la necesidad: Los elevados costos de producción y la saturación del mercado se tornaron intolerables haciendo que la economía de todo el planeta saltara en mil pedazos.

Para los trabajadores de las naciones atrasadas el efecto de la crisis fue devastador, pero para los de las naciones desarrolladas tal acontecimiento significó el inicio de una nueva etapa en la que la burguesía se lanzó con todo para aniquilar las conquistas logradas en el pasado. En adelante, la historia para los trabajadores de los países desarrollados, al igual que en el caso de las naciones atrasadas, ha sido la de las privatizaciones, el recorte del gasto social, el desempleo y la suspensión de derechos laborales.

Hoy en día la miseria ya no es un fenómeno que solamente se extiende a regiones como la nuestra, América Latina, sino que además se expresa en Europa y en la principal potencia capitalista. Por ejemplo Alemania, el motor económico de la Unión Europea, con cinco millones de trabajadores en la calle, padece de los índices de desempleo más altos desde la II Guerra Mundial.

Si esta es la realidad actual de las naciones desarrolladas, en las atrasadas las cosas aun son peores. Tal es el caso de México en donde la extrema miseria abarca a cuanto menos a la mitad de la población.

Esto a pesar de que durante la década de los años 90 la economía a escala internacional experimentó un periodo de auge, un auge marginal de crecimiento promedio del 3%, que no alcanzó el nivel de los últimos diez años del boom de la postguerra. Muestra de ello es que durante los últimos 10 años del boom de la posguerra potencias como Japón (146%), Alemania Occidental (48%), EE.UU (48%), Francia (69%), Canadá (69%), Italia (58%), experimentaron mas que importantes resultados en su crecimiento económico; en los años 90 este desarrollo fue más que moderado Esta contradicción entre auge económico y desarrollo de la miseria en todo el planeta, es producto del grado de decrepitud que ha alcanzado el sistema capitalista, el cual ya es incapaz de desarrollar las fuerzas productivas al mismo nivel que en el pasado.

Bajo estas circunstancias la burguesía de todo el mundo no ha tenido más remedio que atacar como nunca a la clase trabajadora. Es más, precisamente una de las condiciones más importantes, al lado de la ampliación del mercado mundial junto con la introducción de altas tecnologías, para lograr el boom económico de los años 90 fue la de estrujar como nunca a la clase trabajadora.

En el caso concreto de México, el éxito de sus exportaciones, que durante los años 90 fueron el principal motor de la economía y que permitieron un crecimiento económico de un promedio anual de por encima del 4% durante los últimos 5 años de esa década, ese relativo éxito se basó principalmente en elevar la productividad por medio de los despidos, el abaratamiento de los costos de producción por medio del estancamiento de los salarios, la precarización masiva del empleo y, entre otras medidas, la aniquilación de aproximadamente el 75% de los contratos colectivos de trabajo.

Como está claro, bajo las condiciones actuales el capitalismo, tanto en las naciones desarrolladas como en las atrasadas, no puede remediar nada en el terreno económico sin clavar más la rodilla en la espalda de la clase trabajadora. Este es uno de los factores determinantes que le ha impreso su sello a la relación entre la burguesía y el proletariado, y esto seguirá profundizándose mientras la burguesía no sea expropiada por la clase trabajadora. Considerando esta realidad, pensar que los problemas de la clase trabajadora pueden ser resueltos sin romper con el capitalismo, no es otra cosa más que una utopía reaccionaria. Si bien hace algunas décadas los trabajadores de los países industrializados lograron importantes éxitos en la lucha por sus intereses y en ello los dirigentes reformistas encontraron una buena justificación para su programa, hoy en día tal realidad no existe y cualquier demanda de la clase trabajadora entra en una fuerte contradicción inmediata con los intereses de la burguesía. En esa medida, ningún problema fundamental de la clase trabajadora, en México o en cualquier otra parte del mundo, puede ser resuelto sin antes arrebatarle a la burguesía el monopolio sobre los principales pistones de la economía.

Nuestra alternativa

Por eso debemos pugnar por un programa que además de los aspectos inmediatos, salario, condiciones laborales, de vivienda, de educación, etc., defienda la expropiación de los latifundios, los bancos, la industria, el transporte, las cadenas comerciales, etcétera, para que sean puestos bajo el control democrático de los trabajadores y los campesinos pobres. Tenemos que pugnar para que el PRD y AMLO adopten un programa como este, en el cual no se le otorgue ninguna concesión por pequeña que sea a la burguesía.

La lucha contra el desafuero de AMLO ahora y después, en caso de que se logre, en defensa de un gobierno del PRD, necesita una política de clase, basada en los métodos obreros y en su programa. Una política de estas características permitirá nuclear a la clase trabajadora y al resto de sectores oprimidos para avanzar con paso firme en dirección a una sociedad libre de toda clase de explotación y miseria.

Esta lucha no será fácil, lo que se aproxima en México es un choque de trenes con consecuencias descomunales e inéditas en la historia de nuestro país. La burguesía ya ha dado importantes muestras de que está dispuesta a defender sus intereses como bestia herida, una demostración de esta disposición fue la supuesta marcha contra la inseguridad del 27 junio del 2004, en la cual la ultraderecha movilizó masivamente un segmento de su base social para, bajo el pretexto de denunciar la inseguridad que se vive en la Ciudad de México, hacerle una advertencia aclara a AMLO y a los trabajadores sobre lo que les espera en caso de ir mas lejos de lo tolerado, si es que el PRD se instala en la presidencia de la República. Ahora los organizadores de esa movilización ya están anunciado una segunda marcha para junio de este año.

Como sea, estos episodios sólo son los primeros anuncios de una futura confrontación entre las clases con dimensiones nos vistas en décadas en nuestro país. En Venezuela hemos visto toda clase de intentos, desde el sabotaje económico hasta el golpe de Estado, de parte de la burguesía y el imperialismo para descarrilar el proceso revolucionario que se vive en esa nación. Hasta el momento las masas venezolanas se han encargado con éxito de echar por tierra cada intentona contrarrevolucionaria, sin embargo, el enemigo no ha sido derrotado y está ahí insistiendo, preparando sus fuerzas para intentar nuevamente acometer contra la revolución. Si el gobierno de Chávez ya hubiera optado por medidas definitivas, el enemigo estaría en la lona sin posibilidades de recuperarse. Y esas medidas definitivas pasan por nacionalizar las empresas y demás propiedades de los golpistas tanto del imperialismo como de sus socios de la oligarquía venezolana.

Venezuela no es México, ni tampoco comparte frontera común con el imperialismo yanqui. No se trata de crear ninguna clase de pánico por tal razón ni caer en la idea reaccionaria de los reformistas, que para ocultar su incongruencia política siempre recurren al argumento de que en nuestro país no se puede hacer algo verdaderamente serio en pos de las necesidades de los desposeídos, porque inmediatamente seríamos aplastados por el imperialismo yanqui. Esa no es la intención de reconocer tal realidad, una genuina política internacionalista pondría a la clase obrera de toda América Latina y a la de los EE.UU. en la primera fila de la defensa de la revolución mexicana. De lo que se trata es de reconocer que, un asenso en la lucha de la clase trabajadora mexicana se traducirá en choques directos con los intereses del imperialismo, y éste está reaccionando y reaccionará virulentamente, pues se trata de un proceso que se está desarrollando al sur del Río Grande, con lo cual, el impacto de la lucha de clases en México tendrá una repercusión directa entre los millones de trabajadores latinos en EE.UU.

Esta razón ya es de por sí de enorme peso para aplicar las nacionalizaciones, de lo contrario el imperialismo encontrará en la burguesía nacional un estupendo aliado. Ambos consagrarán todos los medios a su alcance para descarrilar, si es preciso de forma sangrienta, un proceso revolucionario en México.

Por todo esto, es de una importancia trascendental que nosotros los trabajadores del campo y la ciudad luchemos por la recuperación del PRD, que hoy penosamente está en manos de la burocracia. La participación en la lucha contra el desafuero sólo es el principio, la burguesía pondrá trabas para que el PRD no llegue en el 2006 a la presidencia, nosotros tendremos que responder con movilizaciones en las calles y con nuestra organización.

La lucha por la organización de comités de base en cada colonia, cada fábrica, cada escuela, etc. es una tarea urgente. Estos comités tendrán que basarse en la democracia, en un programa de clase y en la movilización como método de lucha. La coordinación de estos comités será por colonia, delegación o municipio, por ciudad y a nivel nacional, los cuales tendrán representantes revocables en cualquier momento. Esta organización de comités de base tendrá que pugnar por la recuperación del PRD como una herramienta de lucha de los trabajadores para transformar esta sociedad.

Para los jóvenes y trabajadores que defendemos las ideas de Marx, Engels, Lenin y Trotsky a través del periódico obrero Militante, no hay otra política posible más que la expuesta en estas páginas, si es que queremos hacer de la lucha contra el desafuero de AMLO y la instalación del PRD en el poder una proceso que derive en la solución de fondo de los problemas de los trabajadores del campo y la ciudad. Únete a Militante y lucha en el seno del PRD y de los sindicatos por una política socialista.

México, D. F. Marzo 27, 2005