Irrupción masiva de la juventud en la escena política

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Si no bastaba con el terremoto político que provocó la muerte de Néstor Kirchner, a ello se le sumó otro de mayor envergadura en el tiempo: la irrupción y la visibilización masiva de miles y miles de jóvenes en el terreno político y social de Argentina.

Llegaremos a tiempo

Si no bastaba con el terremoto político que provocó la muerte de Néstor Kirchner, a ello se le sumó otro de mayor envergadura en el tiempo: la irrupción y la visibilización masiva de miles y miles de jóvenes en el terreno político y social de Argentina.

Es verdad que esto no nació el 27 de octubre, sino que tuvo su puntapié inicial en las jornadas del Argentinazo del 2001. Luego de poblar las Asambleas Populares, de hacerse con la dirección de la FUBA, la juventud más avanzada se hizo fuerte en los movimientos sociales, tanto que en 2002 dos jóvenes militantes -Kosteki y Santillán- del Movimiento de Trabajadores Desocupados Aníbal Verón son asesinados por la policía de Duhalde, lo que determinó el ignominioso final de su gobierno debido a la reacción popular.

El poder, lo viejo y los miedos

Anonadados, la patronal y sus siervos en los medios de comunicación trataron de salir del estupor inicial, acomodándose a la situación y tratando de dar una explicación que les permitiera exorcizar al espectro. El poder empresarial -de la mano de los militares- ayudado por sus esbirros mediáticos de siempre, asestó en 1976 un golpe durísimo a toda una generación de jóvenes, liquidándola físicamente y condicionando gravemente a los que quedaron. Sus secuaces más seniles como Grondona (testigo y actor activo de aquella cacería), hablan más desde el miedo, que desde la razón cuando explican su "reaparición".

En verdad, lo que sacudió todo fue que la constante campaña contra la juventud resultó inútil. Ninguneada y atacada, tanto por "laxa y superficial", como por "politizada e ideologizada", se la explota en el mercado laboral intentando aprovechar su inexperiencia sindical, es perseguida por la miseria y la desocupación, la falta de oportunidades, es carne de cañón de los narcotraficantes. La policía persigue, tortura y/o asesina a los se destacan por su compromiso, por ser militantes o por rebelarse a colaborar con ellos, la justicia los encarcela de a miles, y los medios inundan la opinión pública con propuestas reaccionarias sobre el destino de sus vidas.

Los empresarios especulan con ellos, lucrando con su seguridad como en Cromagñon, y otros eventos donde los jóvenes pierden la vida por absoluta desidia.

Divino tesoro

Para la prensa y la televisión es maravillosa cuando se la narra triunfante por sobre todos los "escollos socioeconómicos" al margen de la política. Pero si se pone a la altura de las circunstancias, liderando la lucha estudiantil como lo hizo recientemente en la Ciudad de Buenos Aires, entonces es "carne débil, manipulada por agitadores de izquierda", politizada, etc.

Ya sea en el terreno de la construcción política, en los barrios marginales, en organizaciones sociales y políticas, en las universidades, centros de estudiantes secundarios, incluso en iglesias, por Internet, en las calles, sosteniendo con el cuerpo la ley de medios, enfrentando a la burocracia -como Mariano Ferreyra-, a la policía y la represión, la juventud se infla el pecho para marcar su presencia y su impronta.

Los saben los patrones, lo saben los medios, lo sufren los políticos de la derecha y la burocracia sindical: con los jóvenes ocupando todos los espacios de la sociedad, la lucha por el futuro de una sociedad radicalmente distinta tiene todas las oportunidades de triunfar.