Ganamos un round pero no la pelea. Prepararnos para la movilización del 7/3 hacia un paro nacional

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Luego de un largo proceso de lucha, la Bancaria Nacional impuso en la calle, en la justicia y en la mesa de negociaciones un acuerdo paritario, rompiendo el techo del 18% que el gobierno macrista quiso imponer a los empleados de Banco y a los trabajadores en general.

El pre acuerdo firmado el 23 de noviembre de 2016, fue desconocido en varias oportunidades por la Cámara ABA (bancos privados extranjeros) y el Banco Central.

Mediante sentencias de la Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo Sala Feria, donde ordenaba al gobierno dar cumplimiento al pre acuerdo paritario y finalmente habiendo subido la apuesta a un paro 72hs, que originariamente se había definido por 24hs, se logró destrabar el conflicto. Se consiguió un acuerdo anual del 24,5% de aumento y se rompió la lógica de techo que quiso imponer el gobierno, al mismo tiempo que se acordó que ante cualquier suba inflacionaria que supere el 19,5% se aplicará la cláusula de ajuste automática retroactiva al 1 de enero de 2017. Pero sería un enorme error analizar lo logrado tan sólo en el plano del convenio colectivo.

La Bancaria durante el 2016 discutió y definió medidas como movilizaciones y paros. Palazzo como jefe de la Corriente Federal de los Trabajadores de la CGT y dentro de la Mesa de Unidad Sindical conformada por la dos CTA – de los Trabajadores dirigida por Hugo Yaski y Autónoma dirigida por Pablo Micheli- y la Corriente Federal, tuvieron una política de presión sobre la el triunvirato de la CGT, inclusive en diálogo con Pablo Moyano que participó de actos de la Bancaria en CABA junto a Palazzo, para lograr una paro nacional de 24hs de todos los trabajadores.

Pero, la realidad fue que para finales del ’16 la CGT impuso un giro en la agenda y el “paro” se convirtió en el pago de un bono de $2500 a $3500 para aquellas patronales que “pudieran pagarlo”. Esto volvió a “cero” la agenda de la Mesa de Unidad Sindical.

Lo que “cambió” fue la profundización del ataque por parte del Gobierno de Macri a las condiciones de trabajo y vida de los trabajadores. Más desocupación, aumento de los servicios esenciales y una agenda clara y concisa: ir contra los convenios colectivos.

Esto se da en el marco de las necesidades de la burguesía, que, golpeada por la crisis capitalista mundial más grave desde 1929, busca reducir el salario real para sostener su tasa de ganancia. El santo y seña de las clases dominantes en el mundo es el ajuste.

Vaca Muerta fue la primera experiencia: baja de salarios y condiciones de trabajo, pérdida de conquistas históricas. Todo esto, justificado por los jefes sindicales del petróleo ya que según ellos cuando se lograron buenos arreglos, el barril se cotizaba en el mercado mundial por arriba de los u$s138. Hoy con un barril que rasguña los u$s56 resulta imposible para estos jefes mantener las conquistas pasadas.

Decíamos y sostenemos que hubo y hay tres conflictos paradigmáticos:

1) Vaca Muerta un ejemplo a seguir por las grandes empresas.

2) AGR (Artes Gráficas Rioplatense) sigue siendo un conflicto que marca una pelea contra el multimedio Clarín, con lo que significa y significó Héctor Magnetto en los últimos años para los trabajadores y sus conquistas. Es verdad, que la lucha de AGR no tiene un carácter nacional, pero la idea es disciplinar a una de las Juntas Internas más combativas de gráficos, es un objetivo claro y necesario para el gobierno y los empresarios.

3) Los otros sectores de trabajadores son docente y bancario. Ambas luchas tienen un carácter nacional. Es verdad, que la lucha docentes producto de la política que impuso el macrismo de negociaciones por provincias atada a sus presupuestos, rompe la paritaria nacional y la fuerza que contiene una negociación colectiva desde Jujuy hasta Tierra del Fuego.

En este contexto la bancaria tenía una pelea por delante fundamental para el movimiento obrero de conjunto.

El macrismo, en estos 15 meses que lleva de gobierno, se ha habituado a moverse con total impunidad: ajustar los salarios, amparar a las grandes patronales para que despidan según sus necesidades como buenos capitalistas, aumentar los servicios, beneficiar a los bancos, los agros negocios y los sectores de la timba bursátil. Todo esto es posible por el imprescindible sostén tanto del triunvirato de la CGT como por la casi totalidad del arco Parlamentario “opositor” en tanto subordinar los intereses de los trabajadores a la gobernabilidad del régimen. En este contexto Macri perdona a Macri con la fabulosa deuda del Correo Argentino administrada por el Grupo Macri entre 1997 y 2003, por $70.000 millones.

Este hecho político alejó a los amigos de Cambiemos, sean propios o radicales que debieron delimitarse con el gobierno ante la denuncia que la Fiscal Gabriela Boquín realizó ante la Cámara Comercial, ya que el Gobierno quiere perdonar una deuda multimillonaria del ex Correo Argentino, concesionado a la familia Macri en el gobierno de Carlos Menem. Desde Margarita Stolbizer, Sola, Massa, kirchnerismo y demás intentaron capitalizar y delimitar políticamente con el Gobierno de Macri.

Es en este contexto político donde debemos analizar el triunfo del acuerdo paritario de la Bancaria, ya que el Macrismo sintió el golpe debiendo retrotraer no sólo el enjuague sobre el caso del Correo Argentino, sino además retrotraer la resolución de modificar la fórmula de movilidad sobre las jubilaciones y pensiones.

El acuerdo podría haber sido unos puntos más o unos puntos menos, la cuestión es que resultó ser una derrota política para el gobierno y una victoria no sólo para los trabajadores bancarios, sino para todos los trabajadores ya que abre la posibilidad de que se genere un efecto dominó en el resto de los acuerdos paritarios.

Debemos sacar las mejores enseñanzas de esta lucha. La Mesa de Unidad Sindical debe convocar  a la movilización del 7 de marzo y fundamentalmente a asambleas de base que precedan a esta movilización, haciendo un llamamiento al conjunto de los trabajadores, independientemente de la Central Obrera a la que pertenezcan. Sabemos que la CGT  ha convocado a un paro recién para el 30 de marzo, por cierto, un paro en manos de estos Jefes Sindicales es negociable con el Gobierno de Macri. La única manera de romper el cerco de la CGT es que la Mesa de Unidad Sindical juegue de verdadera dirección del movimiento obrero.

Construir el paro es la tarea de hoy, construir nuestro Partido de Trabajadores es la tarea de siempre.