Entrevista a Yonie Moreno, miembro de la Corriente Marxista Revolucionaria de Venezuela

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La CMR considera una de sus prioridades la construcción del PSUV y que éste se dote de un programa socialista que ponga fin a la anarquía capitalista sobre la base de la nacionalización de la banca, la tierra y las multinacionales para poder llevar a cabo una planificación democrática de la economía y terminar con el Estado burgués y el burocratismo. Para ello la clase trabajadora debe ponerse también al frente de la formación del PSUV.

“La contradicción principal es: reforma o revolución”

El Militante- Tras la victoria electoral de Chávez se anunciaron medidas tendientes a reafirmar el carácter socialista de la Revolución bolivariana. ¿Cómo va el desarrollo práctico de las medidas anunciadas?

Yonie Moreno.- El presidente Chávez lleva una política de redistribución de la riqueza petrolera hacia los más pobres. Cerca del 40% del presupuesto nacional se destina a gasto social, la tasa más alta del mundo. También hay una serie de políticas que sin salirse de los marcos del capitalismo benefician a las masas y perjudican a los empresarios, como el control de precios de los productos básicos, que ataca los márgenes de ganancia de los empresarios y éstos responden no produciendo, subiendo precios y generando escasez.
El control de cambios por el gobierno y los límites el cambio de dólares impiden la fuga de divisas. Sin embargo restringe la libre circulación de capitales y la acumulación de ganancias en el exterior. Si a esto le sumamos el discurso de Chávez y las propuestas de nacionalizaciones, tenemos todo el cuadro. Éstas, y otras medidas en beneficio del pueblo tienen como contrapartida la nula inversión de los empresarios.
En enero, el gobierno aprobó una ley que habilita para expropiar e incautar cualquier producto acumulado, así como tomar las industrias que especularan. De hecho, expropió un frigorífico en Zulia, medida que sus trabajadores llevaban tiempo reclamando. Al mismo tiempo compró en el extranjero alimentos y rubros. Así, temporalmente, pudo frenar el sabotaje de los empresarios y estabilizar los precios.
Para la Corriente Marxista Revolucionaria (CMR), el gobierno debería expropiar las palancas fundamentales de la economía para planificarla democráticamente en función de las necesidades sociales. Mientras el gobierno no lo haga los capitalistas van a seguir saboteando la economía.
A principios de febrero, el gobierno compró la principal empresa de Telecomunicaciones, CANTV, y la Electricidad de Caracas. Desde la CMR defendemos que lo mejor hubiera sido expropiar sin indemnización. Ya se enriquecieron bastante en todos estos años los grupos multinacionales que controlaban estas empresas, a costa del pueblo. Hasta cierto punto, a las multinacionales se las obligó a vender bajo la amenaza de expropiación.
Para la CMR, aún con indemnización, estas nacionalizaciones son una medida progresista que apoyamos. Pero no debe quedarse ahí: en primer lugar el control de estas empresas nacionalizadas debe estar en manos de los trabajadores. En manos de la burocracia estatal, todas estas nacionalizaciones serán un desastre. Habrá un sabotaje continuo por parte del aparato estatal que tiene mil y un vínculos, visibles e invisibles, con la burguesía y el imperialismo.
Tarde o temprano el conflicto volverá a estallar entre los empresarios y el gobierno. Esto tendrá que resolverse o bien expropiando a la clase capitalista o bien capitulando ante sus presiones. Por ahora el gobierno puede maniobrar entre esos dos polos por el efecto de la renta petrolera que tapa los huecos que produce el sabotaje económico de los capitalistas. Pero esto no va a durar siempre, y está generando enormes contradicciones en la economía. Cualquier cambio en el crecimiento de la economía mundial, con sus efectos en los precios del petróleo y el dólar, tendrá grandes repercusiones en la economía venezolana.

El Militante- ¿Qué significado tiene el lanzamiento del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV)?

Yonie Moreno.- La principal contradicción de la revolución es la lucha entre los reformistas y los revolucionarios como expresión de la lucha de clases en el interior del movimiento bolivariano. Hasta ahora la tremenda autoridad de Chávez impidió una división abierta en líneas de clase, a izquierda y derecha. Sin embargo, la propuesta de crear el PSUV ha tensado demasiado la cuerda. Tres partidos que conformaban el Bloque del Cambio (la coalición electoral con que Chávez concurría a elecciones) el PC, PPT y Podemos, se negaron a disolverse dentro del PSUV, como sí lo hicieron el MVR, la UPV y el MEP. Esto generó una polémica entre sus dirigentes y Chávez. Se negaron a entrar en el PSUV por consideraciones burocráticas y por miedo a perder sus cuotas de poder en ministerios, gobernaciones y alcaldías. También temen que la formación del PSUV esté dominada por la burocracia del MVR.
En el PSUV van a darse enormes luchas entre los elementos revolucionarios y los reformistas y burocráticos. Esta lucha no está decidida. Chávez trata de impulsar desde la base la construcción del partido. Quiere que sea un látigo contra el burocratismo y auténticamente democrático.
La CMR considera una de sus prioridades la construcción del PSUV y que éste se dote de un programa socialista que ponga fin a la anarquía capitalista sobre la base de la nacionalización de la banca, la tierra y las multinacionales para poder llevar a cabo una planificación democrática de la economía y terminar con el Estado burgués y el burocratismo. Para ello la clase trabajadora debe ponerse también al frente de la formación del PSUV.

El Militante- ¿Cuál es la situación de los trabajadores de Sanitarios Maracay y su lucha por la nacionalización de la empresa?

Yonie Moreno.-Recientemente los trabajadores de Sanitarios Maracay compraron materia prima que les va a permitir producir unos 6 meses. Están a la espera de que el gobierno apruebe la expropiación, que es su única salida. La empresa aún bajo control obrero no puede competir en el mercado capitalista. Pero la burocracia reformista va a poner todos los obstáculos para impedir que la empresa se nacionalice.
Al mismo tiempo, el sabotaje de la burocracia al control obrero continúa. En Inveval los trabajadores se movilizaron para demandar que PDVSA les suministre válvulas para trabajar pues la petrolera estatal se las está negando. Lo que falla es la burocracia, la ineficacia y el sabotaje.
Es necesario que la central sindical, la UNT, extienda la lucha para que no quede aislada. Sanitarios Maracay debe ser un ejemplo para el resto de la clase trabajadora. Desafortunadamente, la dirección de la UNT sigue enfrascada en el debate de la fecha de las elecciones para la central, y no en implementar la lucha por el control obrero y la toma de fábricas.
La UNT debe ser un instrumento al servicio de la toma del poder y no verse como un sindicato reivindicativista. Para ello la tarea central es extender la ocupación de empresas, formar comités de fábrica para realizar el control obrero y coordinarlos con los consejos comunales en los barrios para formar organismos de poder obrero.
Desafortunadamente la C-CURA, la corriente dentro de la UNT que agrupa a los sectores más combativos de los trabajadores, sigue enroscada en la cuestión de las elecciones. Aunque apoyamos su demanda, la mayoría de la UNT no se va a ganar en las urnas, sino en la lucha en la calle. Una escisión de la UNT por este tema sería un desastre para los trabajadores y contaría con el regocijo de la burocracia y los capitalistas. De no corregir este rumbo también es posible que la dirección de la UNT pueda ser sobrepasada por el movimiento de los propios trabajadores.