Entrevista a Beto Pianelli, dirigente del Subte y del Movimiento por las 6 horas (1ª parte)

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Publicamos aquí la primera parte de una larga entrevista con Beto Pianelli, dirigente de los trabajadores del Subte y del Movimiento po la Jornada legal de 6 horas y Amento general de Salarios. En este primera parte conversamos con el compañero acerca del actual conflicto del Subte. En la segunda parte, que publicaremos mañana, conversamos sobre el Movimiento de las 6 horas y de las perspectivas de su desarrollo, y de la situación del movimiento obrero argentino

“Metrovías usa a los trabajadores y usuarios como rehenes para exigir un aumento de tarifas o de los subsidios del Estado”

Publicamos aquí la primera parte de una larga entrevista con Beto Pianelli, dirigente de los trabajadores del Subte y del Movimiento po la Jornada legal de 6 horas y Amento general de Salarios. En este primera parte conversamos con el compañero acerca del actual conflicto del Subte. En la segunda parte, que publicaremos mañana, conversamos sobre el Movimiento de las 6 horas y de las perspectivas de su desarrollo, y de la situación del movimiento obrero argentino

El Militante.- ¿En qué situación está el conflicto del Subte?

Beto Piannelli.- El conflicto está trabado. Está trabado porque las discusiones giran en torno a tres reclamos que nosotros solicitamos: una recomposición salarial del 50%, que se nos reintegre el 2% por año de antigüedad y el pago de las horas nocturnas que la empresa dejó de abonar desde que se declaró la insalubridad de trabajo del Subte y que fueron ilegalmente sacadas. Frente a eso la empresa lo que ha dicho es que está dispuesta a aumentar el jardín maternal para las compañeras, pasando de $80 a $135, que era un reclamo que hicimos hace unos meses.

En la última reunión del día miércoles (24 de noviembre) la empresa dijo que estaba dispuesta a discutir lo de las horas nocturnas, pero cuando entramos a discutir la situación general sobre dinero ellos dicen que están en quiebra, con un déficit anual de $15-$18 millones, lo cual es falso porque se desprende de los propios balances de la empresa. Nosotros tenemos esos balances y, para darte una idea, la masa salarial según nuestro convenio es de $50 millones en total, y en lo que se refiere al básico, que es el reclamo que estamos haciendo, es de $32 millones. La solicitud de aumento nuestro es de $16 millones: $1,2 millones por mes. Es un día y medio de recaudación, solamente por concepto de pasajes. Teniendo cuenta que la misma Metrovías dice recaudar de $226-$230 millones al año, por pasajes y por los subsidios que le da el Estado, nuestro reclamo significa menos de un 10% de la recaudación anual de la empresa. Y eso sin contar los otros ingresos extras que consiguen por publicidad y por otros productos y servicios que ofrecen a través de la red, ya sean por fibra óptica y multitud de cosas que pasan por la red de Subtes, alquileres de locales, etc. Ellos dicen que estos otros ingresos son marginales, pero cuando les hemos pedido que nos den la información de esa facturación se han negado, con lo cual no deben ser tan marginales.

Además en la última reunión les planteamos un dato más, y es que según el propio INDEC este último año hubo un aumento del 6,6% en el incremento de pasajeros (y por lo tanto de la facturación por pasajes) y que para el año que viene se prevé un aumento incluso mayor. Es decir, que prácticamente con este crecimiento en el número de viajeros transportados podrían abonar el reclamo que pedimos.

EM.- ¿A qué creés que se debe entonces la negativa de la empresa a atender los reclamos de los trabajadores?

BP.- Es mentira que no tengan plata o estén en quiebra para darnos lo que pedimos, lo único que pasaría es que no aumentarían su tasa de ganancia con respecto a este año, que es el fondo del “problema” para ellos, claro, pero dinero sí hay.

Este empecinamiento de Metrovías, este cerrarse a atender nuestros reclamos, se debe a que quieren generar un conflicto para tener la excusa de exigirle al Estado una rediscusión del contrato de concesión y un aumento de la tarifa de los pasajes o de los subsidios estatales, para aumentar sus ganancias. Este es el planteo que está buscando Metrovías.

Nosotros, por eso salimos con una denuncia clara en todas las reuniones con el Ministerio de Trabajo. Porque Metrovías nos acusa en los medios de que utilizamos a los pasajeros como rehenes de nuestros reclamos, cuando en realidad la que está utilizando a los pasajeros como rehenes, y a los trabajadores, es Metrovías para pedir más subsidios al Estado.

Por eso los conflictos que estamos tratando de hacer son conflictos o paros de una hora, y programados con antelación, para que los usuarios sepan que durante esa hora no va a haber subte y puedan utilizar otro medio de transporte, o para que puedan esperar o salir antes y poder viajar en el Subte, ya que si paramos 24 horas sería bastante más problemático desde el ángulo del usuario.

Entonces, estamos en una situación trabada, en la que Metrovías lo único que ha ofrecido es traernos una propuesta el lunes (29 de noviembre) en relación a las horas nocturnas, pero estamos hablando de un sector que son solamente 200 y pico de trabajadores, es marginal en relación a los 1.900 que trabajamos en la empresa y que no va a resolver por sí solo este conflicto. Aquí lo que está en discusión es que Metrovías puede pagar y que nuestros reclamos son justos precisamente por los datos que estamos dando.

EM.- ¿Qué datos son esos?

BP.- Mirá, entre 1993 y el 2004 hemos tenido aumentos salariales en bruto, entre todas las categorías, de en torno a un 27% , mientras que la cantidad de pasajeros aumentó un 75% , el valor del pasaje aumentó un 55% y la recaudación de la empresa un 350%.

EM.- Metrovías está utilizando los medios masivos de comunicación para intentar poner a los usuarios en contra de los trabajadores ¿Cómo están respondiendo ustedes a esta campaña de la empresa?

BP.- Lo primero que estamos haciendo es llevando claridad. Porque en este caso cada vez que hay un conflicto la empresa intenta ver de qué manera responsabiliza a los trabajadores, que somos quienes tenemos el contacto dinero con el usuario, para justificar su accionar. Lo que intentamos con este conflicto, como con cualquier otro, y que es nuestra metodología, es primero intentar clarificar qué es lo que se está discutiendo, cuál es el problema. Ya lo hicimos en la pelea por la reducción de la jornada laboral a 6 horas y en el reconocimiento de la insalubridad. Lo explicamos a los usuarios, hicimos y repartimos volantes, elaboramos un petitorio dirigido a los usuarios con el que recolectamos 1 millón de firmas para exigir a la Legislatura que se declarara la Ley de insalubridad. Es decir, hemos tenido una actitud interactiva con el usuario y a la vez explicándole el contenido de nuestras consignas, que eran: más salud para los trabajadores, más seguridad para el usuario y más puestos de trabajo.

Este contenido de nuestra propaganda implicaba transmitir la idea de que si un trabajador está en condiciones insalubres o está enajenado realizando determinada tarea pone en riesgo no solamente su seguridad sino la seguridad de toda la gente que está transportando, y a la vez decíamos que esta política empresarial de tener jornadas extenuantes o condiciones inhumanas de laburo son las que provocaron, como contrapartida, la inmensa desocupación que estamos padeciendo.

Nosotros intentamos sintetizar estas tres consignas durante todo el conflicto por las 6 horas. Con este conflicto de ahora estamos intentando hacer lo mismo, develando a las claras cuál es la ganancia empresarial, explicando a los usuarios que, en realidad, el problema no es que los trabajadores ganamos $2.000 sino que los funcionarios ganan $44.000 por mes, lo que es un insulto a la pobreza, que entre 39 personas que forman la gerencia de la empresa ganan $600.000 y que tienen ganancias siderales. Y que aparte son inversionistas, es decir, que tienen negocios y acciones en otras empresas, y que en este sentido, un trabajador mal pago, que se arriesga a trabajar cotidianamente con una infraestructura y un material rodante que no está en condiciones, y que a la vez se arriesga a denunciarlo como hemos hecho los trabajadores del Subte, que hemos elaborado un informe y que se ha presentado a la Secretaría de Transporte con todos los problemas que hay en el subterráneo.

Y lo hemos hecho arriesgándonos frente a la patronal, porque vos imaginate tener que convivir con la patronal todos los días y que lo hacemos en base a tener una actitud hacia al usuario. Porque el usuario de última quién es: son nuestras familias, son nuestros hijos, son nuestros padres, son los trabajadores. No viaja ni el hijo de Aldo Roggio, ni siquiera el presidente de la empresa. Entonces, nuestra política es la de proteger al usuario. Y lo que intentamos cuando hay una campaña mediática contra nosotros para intentar hacer ver que estamos perjudicando al usuario, la enfrentamos mediante una campaña de agitación. Entonces sacamos diferentes tipos de volantes, haciendo todas estas denuncias, como que Metrovías recibe $65 millones en subsidios del Estado, que aumentó un 55% el pasaje, que aumentó un 75% el número de viajeros, que el conductor sólo aumentó el 13%, que un boletero hoy sigue ganando menos en el básico de lo que ganaba en el año 93 y, bueno, todas las denuncias que hemos hecho sobre la seguridad. Esa es la política que nosotros le venimos planteando a los usuarios.

Hemos empapelado toda la empresa, con los problemas que eso implica: enfrentarse al aparato de seguridad de la empresa, que como la gran mayoría recuerda fue un aparato formado por un tipo de la Triple A, Rovira, que se jactaba de haber asesinado a Ortega Peña, un diputado nacional. Frente a eso, los compañeros salen, pegan carteles, volantean a los usuarios y, bueno, la idea es ganarse en un sentido la solidaridad activa o pasiva del usuario del subterráneo que no es otro que un trabajador.

EM.- ¿Perciben una comprensión del usuario a sus reclamos?

BP.- Nosotros salimos a dar esa pelea. Para eso utilizamos diversas herramientas: volantes, carteles, etc. A la vez creemos que en el último período hay una lógica distinta en los trabajadores. Nosotros creemos que al trabajador que va a viajar en el Subte y ve que el subte está paralizado le queremos explicar que paramos por las mismas cosas que él para, o por las mismas cosas que a él le gustaría parar en su empresa. En un sentido, tenemos la percepción de que hay muchos trabajadores que se sienten identificados con nuestra lucha. Muchos quisieran dar, y quizás no tienen las herramientas y las condiciones (por la existencia de la burocracia sindical, u otras) de poder dar las peleas que nosotros estuvimos dando por mejores condiciones de trabajo, o esta pelea salarial de ahora, o incluso por la fortaleza de la actividad que hace. Muchos se sienten identificados en la pelea que nosotros estamos dando. Desde ese ángulo es lo que nosotros tratamos de desarrollar.