Encuentro de Alan Woods y Celia Hart con dirigentes y líderes populares del MDD-Vargas

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El lunes 18 de abril varias decenas de dirigentes y líderes populares y comunitarios del Movimiento Democracia Directa (MDD) del Estado Vargas se reunieron en el Consejo Municipal de La Guaira para debatir con Alan Woods y Celia Hart Santamaría sobre El Socialismo.

Podemos avanzar ya hacia el socialismo. Hay que aprovechar este momento favorable para hacerlo o la contrarrevolución volverá a atacar

El lunes 18 de abril varias decenas de dirigentes y líderes populares y comunitarios del Movimiento Democracia Directa (MDD) del Estado Vargas se reunieron en el Consejo Municipal de La Guaira para debatir con Alan Woods y Celia Hart Santamaría sobre El Socialismo.

El MDD-Vargas acaba de constituirse oficialmente hace escasas semanas luego de que en un referéndum en el que participaron más de 1.000 personas (con un 98% de votos favorables) los activistas del antiguo Colectivo Vargas Revolución (COVAREV) decidieran incorporarse al movimiento que impulsa el comandante William Izarra y constituir el mismo en el Estado Vargas.

Desde la CMR hemos acompañado y apoyado al COVAREV desde su fundación. Este colectivo surgió precisamente de la lucha de los sectores más a la izquierda de la base del MVR en Vargas contra la burocracia estatal y la imposición de candidatos a dedo. En una consulta popular más de 12.000 bolivarianos apoyaron a la dirigente social y popular Gladys Requena como candidata a Gobernadora y al actual concejal y líder popular Miguel Montes como candidato a Alcalde. La decisión del aparato del MVR de negarse a que las bases decidiesen y se realizasen primarias desencadenó la formación de COVAREV, colectivo que obtuvo más del 10% de los votos en las elecciones a Gobernadores y Alcaldes del 31 de octubre.

Desde entonces estos camaradas vienen compartiendo luchas e intercambiando ideas con la CMR primero como COVAREV y ahora como MDD Vargas.

El acto de este lunes fue presentado por el camarada Francisco Rivero, quien destacó la importancia del impulso que ha dado al proceso bolivariano en los últimos meses el llamado del Presidente Chávez a avanzar hacia el socialismo.

A continuación Celia Hart, conocida intelectual marxista cubana (hija de los dirigentes históricos de la revolución: Armando Hart y Haydee Santamaría), hizo un repaso por los aspectos más destacados de la revolución bolivariana y destacó cómo esta se ha convertido en una inspiración y una guía para miles de revolucionarios latinoamericanos. Insistió en especial en el enorme estímulo que ha representado el avance de la revolución en Venezuela en los últimos años para la Revolución Cubana y en las enormes posibilidades que ha abierto el proceso revolucionario venezolano, particularmente desde la victoria del 15 de Agosto y de las declaraciones de Chávez sobre la necesidad del socialismo, de hacer realidad el sueño tantas veces aplazado del Ché de extender la revolución a toda América Latina y abrir el camino a una Latinoamérica unida y socialista.

Alan Woods empezó su exposición destacando la enorme fuerza que ha demostrado el movimiento revolucionario venezolano. Por primera vez en la historia, un golpe militar dirigido por la clase dominante, triunfante y que incluso ya había asumido el poder fue derrotado en menos de 48 horas por la movilización espontánea y masiva de las masas. Los trabajadores, campesinos y pobres urbanos comprendieron instintivamente, sin que nadie los llamase, que sólo su movilización podía cambiar las cosas. Y en cuanto se movilizaron, todo el aparato represivo del estado se vino abajo y fue incapaz de hacer nada frente al empuje del movimiento revolucionario.

Alan destacó que la fuerza motriz de la revolución está en las masas, en su coraje, su capacidad de lucha y su conciencia, puesta de manifiesto nuevamente en la lucha de los trabajadores -especialmente los petroleros- para derrotar el cierre patronal de diciembre de 2002 y enero de 2003 y, más recientemente aún, en la magnífica movilización de las masas -organizadas en patrullas y UBEs- para derrotar a la contrarrevolución en la Batalla de Santa Inés y el referéndum del 15 de agosto.

Alan criticó a los intelectuales y dirigentes que en lugar de hacer conscientes a los trabajadores de su fuerza y plantear un programa concreto y un método que permita movilizar esa fuerza, se dedican a lanzar jarras de agua fría sobre las masas y decirnos una y otra vez que "somos débiles", "no podemos".

"Sí podemos -explicó Alan-, claro que podemos, sin el permiso de la clase obrera y de los explotados no se enciende una luz, no se mueve una rueda. Si todo ese poder se pone en marcha en una misma dirección esa fuerza es invencible, como demostraron el 12 y 13 de abril". Alan comparó esta fuerza con el vapor, que concentrado mediante un pistón y encauzado hacia un objetivo concreto se convierte en una fuerza capaz de movilizar cualquier cuerpo físico. "En cambio, si se dispersa y no encuentra ese cauce, ese pistón, se evapora y se diluye, se pierde".

"La clase obrera es la mayor fuerza que existe en cualquier sociedad moderna potencialmente- explicó Alan- pero también necesita un pistón. Y ese pistón es un partido revolucionario de masas". Una organización que unifique a los principales militantes y activistas revolucionarios en primer lugar y sepa darles a estos formación, un programa y un método de trabajo que les permita ganar el apoyo y el reconocimiento de las bases del movimiento bolivariano.

Alan insistió en las condiciones para hacer realidad una democracia de los trabajadores y empezar a avanzar hacia el socialismo que ya explicó en anteriores eventos (elegibilidad y revocabilidad de todos los cargos, que estos cobren el salario de un obrero calificado, armamento general de pueblo y rotatividad de las funciones administrativas y burocráticas) y estas fueron acogidas por los asistentes con el mismo entusiasmo que se repite cada vez que son planteadas.

Con los principales recursos económicos bajo el control de la mayoría de la población se podrían construir un millón de viviendas y al mismo tiempo dar empleo a los obreros de la construcción desempleados. Y así con todos los sectores.

Alan terminó insistiendo en otra idea central que ha manifestado en todas sus intervenciones. "La revolución venezolana no es todavía irreversible. Los imperialistas y la oligarquía han cambiado de táctica e intentan ahora, tras fracasar sus ofensivas frontales en tres ocasiones, derrotarla mediante el sabotaje, la infiltración y el desgaste. A esto se añade el peligro siempre presente del magnicidio contra el Presidente. la revolución sólo triunfará cuando rompa el control de la oligarquía sobre la economía y solucione de forma definitiva los problemas de las masas. Si no lo hace, o tarda demasiado en hacerlo, existe el riesgo de que sectores de las masas caigan en la apatía y la desmoralización, y ése sería el momento que elegiría la contrarrevolución para volver a atacar".

"Ustedes tienen fuerza más que suficiente para vencer, pero hay que aprovechar esa fuerza para construir una dirección revolucionaria marxista que lleve el movimiento a la victoria definitiva. Ante el pueblo venezolano se abre una disyuntiva: o la más grande de las victorias y el inicio de la extensión de la revolución a todo el continente o la más terrible de las derrotas".

Los camaradas que intervinieron manifestaron su total acuerdo con estas ideas y preguntaron acerca de cómo hacer posible el socialismo y sobre las razones del fracaso del modelo de la URSS. también hubo muchas denuncias acerca del freno que representa la burocracia. Especialmente interesante fue la intervención de los dirigentes del MDD Vargas, Gladys Requena y Francisco Rivero, quienes explicaron la necesidad de luchar contra el reformismo sustituyendo el aparto estatal actual por uno basado en la toma de decisiones en asambleas y en la participación directa de los trabajadores. Gladys destacó la necesidad de avanzar hacia el socialismo y Francisco destacó el hecho de que "la mayoría de las personas que componían el auditorio no tenían ningún pasado militante ni relación con la política antes del 98 y hoy son dirigentes en sus comunidades y sectores, están en primera línea de batalla e incluso están sacando a través de su propia experiencia conclusiones socialistas".

En la respuesta, Celia Hart criticó la teoría del socialismo en un sólo país de Stalin y la opuso al pensamiento de revolucionarios de distintos países pero que habían coincidido en la necesidad de una revolución internacional como el Ché, Martí o León Trotsky. Alan destacó la vigencia de las ideas del marxismo hoy, explicó la actualidad de las ideas fundamentales de Marx sobre la concentración de la riqueza cada vez en menos manos mientras aumenta el número de pobres, en el poder creciente de los monopolios (hoy conocida bajo el nombre de globalización). Sobre todo demostró con distintos ejemplos históricos que la llamada "revolución por etapas" ha fracasado una y otra vez y que las únicas revoluciones democráticas y antiimperailistas que han triunfado son las que han avanzado hacia el socialismo, tal como explicaba Trotsky en su teoría de la Revolución Permanente.

Alan se refirió a Simón Bolívar, Ezequiel Zamora y Simón Rodríguez como a tres grandes revolucionarios cuyas ideas no contradicen en absoluto las de Marx sino que más bien son complementadas por las de este. "Al igual que Bolívar aprendió del mundo -como decía el slogan del III Encuentro de Solidaridad con la revolución-, en su caso de las ideas de la Revolución Francesa y aplicó estas ideas de forma creativa a Venezuela y América latina, así la revolución bolivariana necesita el marxismo, que no es algo que se pueda copiar, ni repetir como un loro, sino algo que debemos estudiar y aplicar creativamente para convertir a la revolución bolivariana en una revolución socialista".

Alan terminó citando la idea de Bolívar de una Federación de los pueblos latinoamericanos como una idea profundamente revolucionaria "a la que sólo habría que añadir una cosa: que esa federación -en la etapa actual del capitalismo, el imperialismo- sólo se puede hacer realidad expropiando a los capitalistas y avanzando hacia el socialismo, nacionalizando la tierra, la banca y los latifundios bajo control obrero y llevando a cabo la planificación democrática de la economía en función de las necesidades sociales y no de las ganancias de unos pocos. Eso sólo es posible si la clase obrera se pone al frente de las masas y toma el poder en todo el continente".