Empresarios vs. Trabajadores: una puja que debemos resolver

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Editorial Militante Nro. 76

 

La pérdida de un abundante y abultada cantidad de votos de las canteras del kirchnerismo a otras fuerzas políticas de la oposición, ha hecho que la Presidenta CFK se haya puesto la elecciones a octubre sobre sus espaldas, y de esta manera intentar revertir los resultados adversos de las PASO.

Una serie de medidas que el gobierno viene planteando en la mesa grande, integrada por sindicalistas y empresarios, apuesta a un crecimiento de un 6 % para el 2014, una cifra que parece a la distancia un tanto inalcanzable.

Tratando de garantizar una continuidad en el proyecto político en lo que hace a la producción de materias primas, y con un escaso valor agregado, en el marco de un claro sesgo político de pacto social, de convivencia y colaboración entre capitalistas y trabajadores.

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Las diferentes medidas que en las últimas semanas ha planteado la Presidenta CFK, de inversión en material rodante en ferrocarriles y el fortalecimiento de las vías navegables, puso foco en primer lugar, en el Belgrano cargas intentando garantizar de esta manera el traslado y abaratamiento del flete, con relación al costo del transporte en camiones, resulta uno de los anuncios más resonantes de los últimos días.

Junto a esta medida, días atrás fue anunciado la elevación del mínimo no imponible en lo que respecta al impuesto a las ganancias, alcanzando a más de un millón de trabajadores, claro que sólo es para el ejercicio 2013, compensado con un proyecto de ley de grabar los bonos que no juegan en bolsa.

Pero, si algo ha ocasionado ruido en los sectores populares y en las filas del propio espacio político Nacional y Popular, es el intento de bajar la edad de imputabilidad de los menores, llevándola a 14 años, hecho anunciado por Martín Insaurralde. Por cierto, este proyecto tuvo que ser retirado ante el descontento popular.

Después de los resultados de las PASO, la gestión de CFK sintió el impacto ante la fuga de votos a otras fuerzas políticas. En vez de recostarse en los sectores populares, en los trabajadores, en los más posterga-dos de la sociedad, dando pasos firmes en profundizar el proyecto político, por el contrario, viene recostándose en la pequeño burguesía o clases medias, que demuestran día a día un malestar creciente por la inseguridad.

El pasaje a provincia de Buenos Aires, de más de 4000 efectivos de gendarmería, muestra un conurbano bonaerense literalmente militarizado.

Es claro que en los diez años de gestión del Presidente Néstor Kirchner y de CFK, el Estado ha jugado un papel preponderante en un sin fin de medidas políticas que han beneficiado a los trabajadores y así hemos dado cuenta desde estas páginas. Pero, también han beneficiado ampliamente a los capitalistas. Los sectores más rancios y parasitarios siempre han querido ir por más. Ya que ha sido y es un gobierno que no es de su riñón.

Las voces de protesta en las filas capitalistas se hacen sentir cada día más, ¡¡que los salarios están altos!!, ¡¡que el gobierno debe impulsar una fuerte devaluación del peso!!, ¡¡que el dólar esta atrasado y hay que llevarlo a más de $ 6,80, que es el aumento que el gobierno plantea para el 2014!!. Un claro programa recesivo.

El gobierno hace intentos denodados de generar más consumo en la población, y estas medidas provocan una carrera interminable entre salario y precios. Lógico que los salarios van por detrás de los constantes aumentos de la canasta básica.

Estas son las limitaciones de medidas como las que implementa el Gobierno.

No avanza más en políticas radicales sobre los sectores que boicotean diaria-mente al país y a las propias medidas más populares impulsadas por el gobierno de CFK.

Medidas que corten definitivamente la inflación provocada por los formadores de precios y especuladores, como así también la fuga de capitales al exterior.

 

La oposición

 

Por otro lado, la oposición no ceja en los ataques al gobierno, en una clara posición de desgaste que por cierto lleva años.

Sergio Massa después de los resultados en las Primarias ha mostrado su verdadero rostro. Resulta la versión moderna del Duhaldismo; ambos representan las dos caras de una misma moneda.

De manera hipócrita intenta combinar un discurso con cierto perfil social, pero ante preguntas claras, sus respuestas no se dejan esperar, cristalizando un claro programa recesivo y de vuelta a los ’90.

Pareciera que la oposición en sus declaraciones no dejan de sorprender.

Carrio, cruz en mano en un reiterado intento de evangelizar, con sus infatiga-bles denuncias rimbombantes se encamina a posicionarse de una mejor manera a octubre.

De la misma manera que el PRO, en provincia ha empezado con acuerdos con el massismo y De Narvaez hacia el 2015.

Stolbizer y la UCR, Binner con un “país normal” sin paraguayos ni bolivianos, pareciera que este buen “político” quiere replicar la experiencia en el país de su provincia narcotraficada.

Todas variantes que no quieren decir de manera abierta sus programas. Que hablan y proponen de manera elíptica y lo suficientemente abstracto para que nada se entienda y sí para ejercitar hasta la imaginación más perezosa.

Pero la experiencia enseña en carne propia, y los explotados ante tanta mansedumbre y genuflexos al añorado Rey Mercado, saben dónde cerrar filas.

 

Burguesía argentina: ni pujante ni nacional

 

Es una realidad a los cuatro vientos que la crisis capitalista ha llegado a los rincones más alejados del planeta. Y este fenómeno no se debe a cuestiones mágicas o inesperables e impensables, por el contrario estamos en presencia de una de las crisis orgánicas del capitalismo, la más grave de los últimos 50 años.

Argentina, como el resto de los países del mundo, se encuentra reglada por las leyes del mercado mundial.

Y en nuestras añoradas Pampas, se han criado desde sus dientes de leche, como buenos parásitos, la oligarquía terrateniente y los sectores burgueses, dueños de las tierras, bancos, fábricas, de la vida misma.

Tan parásitos como rentistas, que niegan el proceso doloroso de poner en pie un poderoso complejo industrial, un poderoso polo de fábricas de fábricas.

Y, a confesión de partes relevo de pruebas, el economista Aldo Ferrer en el “Página 12” del 26/9/13, sostiene que, “También apuntó a la debilidad del empresariado nacional para guiar un proceso de inversiones a favor de la innovación. Señaló que esto adquiere relevancia si se tiene en cuenta que Argentina es una de las economías más extranjerizadas del mundo. De 500 grandes firmas que operan en el mercado interno, 300 son filiales de las multinacionales. “Hubo inversión directa desregulada, por lo que grupos económicos nos asociaron a cadenas de valor transnacionales en segmentos de bajo contenido tecnológico”, agregó el profesor emérito de la UBA.”

Y ante la crisis mundial, la conducta de aquellos que respiran un aire diferente al resto de los sectores populares, de los explotados, es garantizar sus propias ganancias a costa de postergar nuestros sueños de una vida mejor y digna.

Esta es la contradicción que tenemos por delante. Pretender que asuman una posición progresiva, típico de una clase vigorosa, resulta utópico, ya que el capitalismo es un sistema decrépito y obsoleto que debe ser remplazado por una nueva legalidad.

Por esto, debemos armarnos con las mejores ideas y avanzar en organizarnos.

La primera batalla a batir, es derrotar en octubre a todas y cada una de las variantes a una vuelta a los ’90.

La Corriente Socialista El Militante sabe donde ubicarse en momentos decisivos como las próximas elecciones: con los trabajadores y sectores populares. Y por esto damos nuestro apoyo crítico al gobierno de la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner, y por supuesto a las listas de legisladores que se renuevan en estas elecciones.

Pero no se trata de derrotar a los hipócritas de la oposición sólo en las urnas. Ya que sea el resultado que surja del octubre próximo, no cejaran en sus pretensiones de arrebatarnos lo que nos llevó estos doce años de lucha.

Se trata de abrir un debate leal y fraterno entre los trabajadores que venimos apoyando este gobierno, involucrando a lo mejor de los dirigentes de las filas kircheneristas.

Y no estamos refiriéndonos a involucrar a los caballos de Troya dentro del movimiento Nacional y Popular, ya que Scioli, Urtubey, Capitanich, Insfrán, etc. expresan la derecha dentro del movimiento. Ni nos referimos a los caballos de Troya que integran también con su oportunismo las listas legislativas.

 

¿Qué proponemos?

 

Se trata de abrir un debate leal y fraterno con los miles de activistas y luchadores honestos que quieren un país diferente, bienestar para el pueblo con justicia social; y avanzar en organización levantando estas banderas:

Justicia Social es Educación para Todos, de nivel y gratuita, tanto para educación básica como Superior.

Justicia Social es Salud para todos, de nivel y gratuita, avanzando en un Plan Único Nacional de Salud que vaya rompiendo el negocio de los medicamentos, de los laboratorios, el negocio de la salud privada que todo mercantiliza.

Justicia Social es Viviendas para Todos. Avanzando en un Plan de Viviendas de calidad y a bajo costo que esté acorde a las necesidades de las familias obreras y de la juventud.

Justicia Social es que todos tengamos acceso al crédito. Y para que esto suceda debemos avanzar en una Banca Única Nacional que posibilite créditos baratos, y con amplios beneficios para los millones de trabajadores.

Justicia Social es mayor democracia y para conquistarla debemos avanzar con claridad, poniendo foco en donde se encuentran nuestros enemigos. Y para que esto suceda debemos empezar a dar pasos firmes y seguros, participando y exigiendo que las banderas se cumplan.

Definitivamente Justicia Social significa que podamos controlar lo que producimos con nuestras manos, para emanciparnos definitivamente de la explotación capitalista.

Manos a la obra.