Las elecciones autonómicas del 17 abril en el País Vasco dieron como resultado un giro a la izquierda de las masas, con la irrupción en el parlamento vasco del Partido Comunista de las Tierras Vascas (EHAK), escisión por izquierda de Batasuna, los nacionalistas vascos de izquierda, que no pudo presentarse por encontrarse ilegalizada. Sin duda, concentró el voto de los sectores críticos a la orientación derechista de la dirección. En cambio, Izquierda Unida perdió votos, pagando su participación dentrdentro de un Gobierno de derecha con los nacionalistas burgueses vascos (PNV-EA).
Un giro a la izquierda
Las elecciones autonómicas del 17 abril en el País Vasco dieron como resultado un giro a la izquierda de las masas, con la irrupción en el parlamento vasco del Partido Comunista de las Tierras Vascas (EHAK), escisión por izquierda de Batasuna, los nacionalistas vascos de izquierda, que no pudo presentarse por encontrarse ilegalizada. Sin duda, concentró el voto de los sectores críticos a la orientación derechista de la dirección. En cambio, Izquierda Unida perdió votos, pagando su participación dentro de un Gobierno de derecha con los nacionalistas burgueses vascos (PNV-EA).
La derecha vasca y la españolista (PP) sufrieron un retroceso en relación con las ultimas elecciones autonómicas del 2001, perdiendo 268.487 votos. Los que más ganaron, fueron el PSOE (con 19 escaños) y EHAK (9 escaños).
Ahora, el gobierno tripartito PNV-EA-IU está sin mayoría absoluta en el parlamento vasco. La necesidad de llegar a acuerdos puntuales con el PSOE, que acercándose al PNV-EA intenta imponerle la retirada del Plan Ibarretxe (un plan de la burguesía vasca para aumentar sus competencias en el territorio vasco), desataría una crisis en el seno de la derecha vasca. Un sector del PNV-EA ve a la izquierda nacionalista como un aliado para someter el Plan Ibarretxe a una consulta popular. La burguesía vasca busca atar a su carro a la izquierda para aplicar su política de derecha.
Cualquier salida que se busque por este camino no solucionará ninguno de los problemas fundamentales. En este terreno, EHAK defendiendo un programa socialista vinculando la lucha por el derecho de autodeterminación a la unidad de la clase trabajadora por encima de fronteras nacionales para luchar por el socialismo, tendría un importante eco social. La clave para cambiar la sociedad es la movilización de masas y no los métodos fracasados del terrorismo individual de ETA que han beneficiado a la reacción.
Ni la burguesía española tolerará la independencia del País Vasco ni tampoco la burguesía vasca quiere perder la importante cuota de participación de sus productos e industrias en la economía española.
La única alternativa está en la lucha unida de los trabajadores vascos junto a sus hermanos del resto del Estado español para terminar con el capitalismo en el País Vasco y España y establecer una Federación Socialista voluntaria de los pueblos ibéricos.