El marxismo y la religión

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Hay una profunda diferencia filosófica entre el marxismo y todas las formas de religión ¿eso significa que no podemos luchar y trabajar juntos por un mundo mejor? En absoluto. Todo el mundo tiene derecho a defender cualquier opinión. Pero esta diferencia de opiniones, importante desde un punto de vista filosófico, no debería impedirnos la unión en la lucha contra la injusticia y la opresión terrenales. Se trata sólo de llegar a un acuerdo en el programa básico para la transformación socialista de lae la sociedad y los medios para llevarlo a cabo.

Aportes al Programa Socialista (VII)

Continuando con los aportes programáticos, creemos importante desarrollar la posición marxista sobre la religión, teniendo en cuenta la proliferación de las teorías creacionistas. En próximos números desarrollaremos distintos ángulos de este problema.
La religión surge de la división de la sociedad en clases antagónicas, y es una expresión de las contradicciones insolubles que provoca esta división. La religión busca superar esta contradicción, reconciliar a hombres y mujeres con la realidad de sufrimiento y explotación, y estas calamidades se presentan como la voluntad de Dios o como el resultado de la desobediencia a la misma.
La religión pretende adormecer los sufrimientos y penurias que padecemos en la tierra, y "recompensarnos" en el más allá. Intentan que creamos que el camino de la vida, signado por la escasez, por la violencia, por los antagonismos entre los ricos y los pobres; es el justo antagonismo del futuro eterno que nos espera en el cielo. En un cielo, donde la felicidad ilimitada, la paz, el sosiego y la perfección se asemejan más a la muerte que a una vida de dicha.
La religión no escapa a los intereses de clase. Dicha percepción de la realidad es muy conveniente para los explotadores porque desvía la conciencia de las masas, no a transformar este mundo de opresión y sufrimiento, sino a reconciliarse con él y esperar otra vida mejor en otro lugar.
Las tradiciones revolucionarias de los primeros cristianos no guardan ninguna relación con la situación actual. Desde el siglo IV, cuando el movimiento cristiano fue asimilado por el Estado y lo convirtió en un instrumento de los opresores, la Iglesia ha estado de parte de los ricos y poderosos contra los pobres.
Los marxistas se basan en el materialismo filosófico que niega la existencia de cualquier ente sobrenatural o de algo externo a la naturaleza. La naturaleza nos proporciona sus propias explicaciones sobre el origen de la vida y el universo.
Los marxistas creemos que hombres y mujeres deben luchar para transformar su vida en este mundo, y crear una sociedad libre de explotación y miseria que permita a la raza humana elevarse hasta alcanzar su verdadera naturaleza.
Hay una profunda diferencia filosófica entre el marxismo y todas las formas de religión ¿eso significa que no podemos luchar y trabajar juntos por un mundo mejor? En absoluto. Todo el mundo tiene derecho a defender cualquier opinión. Pero esta diferencia de opiniones, importante desde un punto de vista filosófico, no debería impedirnos la unión en la lucha contra la injusticia y la opresión terrenales. Se trata sólo de llegar a un acuerdo en el programa básico para la transformación socialista de la sociedad y los medios para llevarlo a cabo.
Lenin en "Socialismo y religión", tomando lo desarrollado por Federico Engels en La guerra civil en Francia, recalcaba que la religión debe ser asunto privado con respecto al Estado, pero que no se podía sostener lo mismo respecto al partido. El Estado nada tiene que ver con las distintas religiones a fin de que toda persona pueda ser completamente libre de profesar la religión que le plazca o ninguna de ellas.
Reflexionemos simplemente en la intromisión de la Iglesia Católica en el Estado argentino, ya sea en la educación, en las leyes reproductivas o en las trabas que sistemáticamente introducen para que se pueda discutir una ley a favor del derecho al aborto. Si el Estado fuera independiente de la injerencia de la Iglesia podría sancionar todas las leyes que la ciudadanía en su conjunto entienda que son beneficiosas. Y, en todo caso, de acuerdo a las creencias religiosas privadas, los creyentes optarían por hacer uso o no de esas leyes.
Lenin también insistía en que el Estado no debería entregar fondos a la Iglesia ni a ninguna otra sociedad religiosa. Pensemos en el presupuesto educativo destinado a escuelas privadas religiosas. Ese dinero debería destinarse a la escuela pública, laica y gratuita a fin de que los hijos de los trabajadores tengan una mejor educación.
En relación al partido revolucionario, como mencionábamos, la religión no es un asunto privado. Nuestro programa está construido sobre una concepción del mundo científica y materialista. La explicación de nuestro programa incluye la explicación de las verdaderas raíces históricas y económicas del oscurantismo religioso.
Pero no planteamos el problema religioso de un modo abstracto e idealista, al margen de la lucha de clases. Sería absurdo pensar que sólo a través de la propaganda socialista se podrían disipar los prejuicios religiosos de las masas obreras, tanto como olvidar que el yugo religioso que oprime a la humanidad es un producto y un reflejo del yugo económico.
La concepción científica del mundo debemos predicarla siempre, pero esto no significa en absoluto que se deba colocar el problema religioso en primer lugar. Es en la propia lucha de clases contra el sistema capitalista donde se podrá esclarecer el proletariado sobre la íntima relación entre la sujeción religiosa y la esclavitud económica.

Para profundizar en este tema, recomendamos a nuestros lectores leer el folleto: "El marxismo y la Religión", de Alan Woods. Pedilo a cualquier compañero de El Militante