El gobierno de Kirchner aumentará los pagos por la deuda externa

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La propuesta del gobierno de Kirchner para reiniciar el pago de la parte de la deuda externa que no se está pagando (deuda “en default”) significa un nuevo incumplimiento de sus compromisos. Si hace meses anunció que bajo ninguna circunstancia ibaa pagar más del 25% de la deuda “en default” (u$s 20.200 millones), ahora propone pagar u$s 43.200 millones. Más del doble. Este aumento se debe a que el gobierno acepta incorporar a la deuda “en default” los intereses generados por su no pago. De esta mae esta manera la quita (disminución) real de la deuda sería del 58% y no del 75%. A esta cantidad deben añadirse los u$s 81.000 millones de la deuda que se está pagando. Así, la deuda total de la Argentina ascendería a u$s 124.000 millones, el 85% de la r

Más ajustes para las familias trabajadoras

La propuesta del gobierno de Kirchner para reiniciar el pago de la parte de la deuda externa que no se está pagando (deuda "en default") significa un nuevo incumplimiento de sus compromisos. Si hace meses anunció que bajo ninguna circunstancia iba a pagar más del 25% de la deuda "en default" (u$s 20.200 millones), ahora propone pagar u$s 43.200 millones. Más del doble. Este aumento se debe a que el gobierno acepta incorporar a la deuda "en default" los intereses generados por su no pago. De esta manera la quita (disminución) real de la deuda sería del 58% y no del 75%. A esta cantidad deben añadirse los u$s 81.000 millones de la deuda que se está pagando. Así, la deuda total de la Argentina ascendería a u$s 124.000 millones, el 85% de la riqueza anual (PBI) que general el país.
Además se pagaría un beneficio extra (entre u$s 4.000 y u$s 6.000 millones) a los poseedores de la deuda "en default" si el PBI crece en promedio más de un 3% en los próximos años. Y, si esto no fuera suficiente, en los círculos cercanos al gobierno se reconoce que, en el tramo final de la negociación con estos acreedores, ofrecerán otro pago efectivo adicional en metálico (se habla de u$s 2.000 millones) para obligarlos a aceptar la propuesta.
Sin embargo, esta propuesta inicial del gobierno ha sido rechazada por la mayoría de los acreedores, por lo que es probable que finalmente el gobierno termine aceptando una quita menor y, por lo tanto, el pago de un monto aún mayor.
El gobierno hace demagogia cuando proclama triunfalmente que sólo se pagará el 42% de la deuda "en default" y no el 100%. Pero esto es un engaño. Estos u$s 124.000 millones, es la misma cantidad de deuda externa que la Argentina tenía hace 4 años. La necesidad de nuevos préstamos y los intereses usureros hacen que la deuda siempre tienda a aumentar a pesar del pago anual de miles de millones de dólares. Argentina ya pagó más de u$s 220.000 millones por concepto de deuda en los últimos 28 años, y aun así todavía va a deber u$s 124.000 millones ¿De qué sirvieron los sacrificios y penurias de los últimos tiempos si seguimos debiendo lo mismo que hace 4 años?
Debido al vencimiento de una parte de los préstamos, los pagos a realizar el próximo año equivaldrían al 4,9% del PBI en el 2005 (Clarín, 14 marzo 2004). De hecho, en el gobierno ya se habla de aumentar el superávit fiscal (el dinero que el Estado consigue ahorrar) del 3% del PBI este año al 3,6% para el 2005 para enfrentar estos pagos. Es decir, más ajuste en los gastos públicos y más sacrificios para las familias trabajadoras. Pero así y todo, sería insuficiente. El gobierno tendría sólo dos opciones: o aumentar el superávit fiscal al 4,9% del PBI (o sea, mayores ajustes en los gastos públicos y sacrificios para las familias trabajadoras) o tomar nuevos préstamos para honrar estos pagos, engordando aún más la deuda externa. A este ritmo la deuda de u$s 124.000 millones podría colocarse en pocos años en u$s 150.000 ó u$s 180.000 millones, volviéndose a repetir la situación actual.

Sin alternativas bajo el capitalismo

No hay manera de escapar de esta dinámica infernal de la deuda externa, bajo el capitalismo. La experiencia argentina e internacional demuestra que la deuda es impagable. Gracias a ella se asegura la transferencia de decenas de miles de millones de dólares anuales a las cuentas privadas de los grandes monopolios y bancos de los países imperialistas. El pago de la deuda externa tiene como complemento obligado el hambre y las penurias del pueblo trabajador. Cerca de 100 chicos mueren en nuestro país por causas vinculadas a la desnutrición. Cientos de miles de empleados públicos malviven con salarios de miseria o diezmados por la suba de precios tras 13 años de congelamiento, y los desocupados y jubilados reciben subsidios y jubilaciones que no alcanzan para vivir, porque el Estado, dicen el gobierno y los empresarios, no tiene plata suficiente.
Los futuros jubilados del sistema privado de pensiones además sufrirán una reducción en sus haberes de entre el 10% y el 20% (Clarín, 5 de junio 2004) ya que sus ahorros están depositados en bonos de la deuda externa afectados por la pesificación y la quita. Los usureros que administran las AFJP (banqueros en su mayor parte) aceptaron esta propuesta del gobierno a cambio de asegurarse que se mantendrá el régimen privado de jubilaciones. Un mayor superávit fiscal implicará no solamente un ajuste del gasto público del gobierno nacional, sino también de las provincias como lo pone de manifiesto la pelea por la coparticipación federal y el anuncio, por exigencia del FMI, de una nueva ley "de responsabilidad fiscal", que pone nuevos límites al endeudamiento provincial.

Cómo luchar contra la deuda

Dentro del movimiento obrero, hay organizaciones y compañeros (como la CTA, Zamora, el PO o el PTS) que plantean como alternativa la convocatoria de un Plebiscito o Referéndum para que la población se pronuncie a favor o en contra de pagar la deuda. Aunque no dudamos de las buenas razones e intenciones de estos compañeros, creemos que ésta no es una manera seria de enfocar la lucha contra el pago de la deuda externa. Ni la burguesía argentina ni el imperialismo accederán jamás a celebrar una consulta de este tipo.
La mejor manera de oponerse al pago de la deuda es concientizando y movilizando a los trabajadores y al resto de capas oprimidas de la sociedad. La obligación de la CTA debería ser desplegar una campaña valiente y audaz en los lugares de trabajo llamando a votar resoluciones contra el pago de la deuda, organizando paros y marchas multitudinarias a lo largo y ancho del país, y vinculando cada demanda parcial de los trabajadores y capas populares al no pago de la deuda externa. Esto crearía las condiciones para el surgimiento de un movimiento poderoso que arrastraría a millones y que pondría al gobierno de Kirchner contra las cuerdas.
Seamos serios. Sólo la amenaza de un estallido popular podría obligar al gobierno de Kirchner, o a cualquier otro, a suspender temporalmente el pago de la deuda, como ocurrió con el Argentinazo.
La función de la izquierda debe ser llevar este debate y esta campaña al seno de los sindicatos y demás organizaciones populares, explicando además que sólo un gobierno de los trabajadores con un programa socialista, expropiando a las multinacionales, bancos y monopolios estaría en condiciones de desconocer la deuda externa (que fue contraída de manera infame por los capitalistas y sus gobiernos) y de resolver los demás problemas sociales.