La crisis energética estuvo centrando el debate político del país en los últimos meses. Y se “resolvió” como no podía ser de otra manera: con una suba generalizada y gradual de tarifas que se extenderá hasta el 2006. Inmediatamente después, Repsol-YPF anunció que aumentaría de 55 a 63,5 de millones de metros cúbicos su producción diaria de gas, apareciendo de pronto 8 millones de metros cúbicos de la nada. El chantaje descarado con que las petroleras han sometido al conjunto de la sociedad, retenieteniendo la distribución de gas para forzar aumentos de tarifas, tuvo su recompensa finalmente. Y el gobierno de Kirchner colaboró con el mismo.
Hay que nacionalizar las petroleras y las compañías eléctricas
La crisis energética estuvo centrando el debate político del país en los últimos meses. Y se "resolvió" como no podía ser de otra manera: con una suba generalizada y gradual de tarifas que se extenderá hasta el 2006. Inmediatamente después, Repsol-YPF anunció que aumentaría de 55 a 63,5 de millones de metros cúbicos su producción diaria de gas, apareciendo de pronto 8 millones de metros cúbicos de la nada. El chantaje descarado con que las petroleras han sometido al conjunto de la sociedad, reteniendo la distribución de gas para forzar aumentos de tarifas, tuvo su recompensa finalmente. Y el gobierno de Kirchner colaboró con el mismo.
Aumentaron las tarifas
Desde el mes de abril, el GNC aumentó un 36%. La garrafa de 10 Kg. de gas licuado, que usan 4,5 millones de familias, subió hasta los $25. Las naftas distribuidas por Shell, Esso y Repsol (en el interior) aumentaron un 4,3%. Las tarifas del gas y la electricidad aumentaron entre un 30% y un 40% a industrias y comercios desde abril, y se prevé un aumento final del 170% para julio del 2005, que ya se están trasladando a los productos y mercaderías de consumo básico. Según ADECUA, "más de 70 artículos de la canasta familiar aumentaron en promedio un 15% entre la primera quincena de abril y la primera quincena de mayo" (Clarín, 24 de mayo 2004).
Pero, además las tarifas de gas y electricidad para domicilios familiares, y las del teléfono, subirán escalonadamente a partir de enero del 2005 para alcanzar el 40% de aumento en diciembre del 2006. El gobierno también anunció multas en la factura del gas y la electricidad si los usuarios no reducen, al menos, un 5% su consumo de energía. Todo lo que consuman de más lo pagarán con una suba del 40%, lo que implicará un aumento en las boletas de consumo medio de entre el 4% y el 15% (Clarín, 5 de mayo 2004). Lo que se le está diciendo a la población es que para que las petroleras puedan reanudar o aumentar la exportación de gas al exterior (temporalmente disminuida) y obtener así beneficios de miles de millones de dólares, las familias trabajadoras debemos reducir nuestro nivel de consumo de gas y electricidad, empeorando nuestras condiciones de vida.
El anuncio por parte del gobierno de una "garrafa social" a $18 ó $19 pesos (según la zona) es una joda, porque solamente se ofertará en 600 de los 100.000 puntos de venta de todo el país.
ENARSA
El gobierno anunció la creación de la empresa estatal ENARSA que haría inversiones por $11.000 millones en obras de infraestructura. De nacionalizaciones, ni hablar. Además, un 35% del paquete accionario sería privado.
Es verdad que para acometer una parte de estas inversiones, el gobierno fijó nuevos aumentos en las retenciones por las exportaciones de los hidrocarburos. Pero estas compañías no se quejaron mucho. En rigor, estaban obligadas a hacer estas inversiones según los contratos de concesión. En segundo lugar, una disminución de un 5% ó un 20% de su caja por el aumento de las retenciones no afectan de manera importante a su alto nivel de beneficios; y, lo que es más importante, estas inversiones se hacen para que ellos sean los principales beneficiados, al usufructuar estas infraestructuras para incrementar la explotación de nuestros recursos.
A ENARSA el gobierno le cederá la exploración de prospecciones más costosas para luego asociarse con empresas privadas para su común explotación. Es decir, el estado hará todo el desembolso en las inversiones y las petroleras privadas sólo tendrán que arrimarse para compartir los beneficios.
La "crisis energética" va a resultar gravosa para también para el Estado argentino, que gastará $2.100 millones por la crisis energética en compensaciones a las compañías eléctricas por el congelamiento de tarifas, por la compra de fuel oil a Venezuela y en obras de infraestructura. Hay que añadir los gastos derivados de la sustitución del gas faltante por el fuel oil para el funcionamiento de las usinas y generadores eléctricos privados (estimados en $200 millones al mes) y que son costeadas íntegramente por el Estado.
Nacionalizar el sistema energético
El gobierno de Kirchner, defensor de un capitalismo "en serio", ya demostró su incapacidad para luchar hasta el final contra la presión de los pulpos petroleros, sometiéndose a sus dictados. Por su parte, la derecha de López Murphy, Macri y Sobisch culpa al gobierno de no haberse sometido de manera más lacayuna a las multinacionales aceptando subas de tarifas mayores. Vemos que por parte de los políticos burgueses no hay alternativas a favor de los trabajadores. Carrió y otros políticos "centroizquierdistas" se quejan de todo pero no plantean ninguna alternativa.
Lo que se necesita es la nacionalización de las petroleras y las compañías eléctricas (y no parches como ENARSA), sin indemnización y bajo el control democrático de los trabajadores para evitar el despilfarro y la burocratización del servicio, lo que permitiría la planificación de estos recursos y de los miles de millones de dólares de beneficios que traen aparejados para destinarlos a satisfacer las necesidades sociales.
Los trabajadores, usuarios y desocupados debemos pasar a la acción para frenar el aumento de tarifas. Se debe ampliar la movilización social que ya ha comenzado con marchas, protestas, escraches, etc. Los sindicatos deben apoyar estas iniciativas, particularmente la CTA que dijo mostrarse en contra de las privatizadas. También las organizaciones piqueteras, asambleas populares, etc. Un plenario abierto de todas estas organizaciones debería programar una campaña nacional con ejes en el rechazo a los aumentos de tarifas y en la nacionalización del sector energético.