Desde la Organización Comunista Militante (CMI-Argentina), repudiamos el allanamiento de la sede central del Partido Obrero por el Gobierno nacional.

El hecho ocurrió el lunes 3 de junio, cuando la Policía Federal allanó la sede central del PO en CABA con el supuesto objetivo de requisar documentación de la editorial y de las cooperativas de trabajo ligadas al PO, por supuestos desvíos de fondos del programa Potenciar Trabajo. Esto forma parte de la ofensiva del Gobierno contra las organizaciones piqueteras, que intenta romper la columna vertebral del movimiento territorial, golpeando a los sectores más radicalizados del movimiento de desocupados, incluyendo a la dirección del Polo Obrero y del Partido Obrero, utilizando denuncias de la línea “anónima” recién habilitada por el Gobierno. Las dudosas denuncias no enmascaran la intención del Gobierno, que es disciplinar e intimidar a los que se oponen a su programa.

Pero la persecución no termina ahí, sino que también apunta a militantes del Frente de Organizaciones en Lucha (FOL), cuyos dirigentes declararon en mayo: “Entraron de noche rompiendo puertas, allanaron comedores y depósitos de herramientas de trabajo”.

Esto ocurre en un contexto en el que el Gobierno ha cortado la entrega de mercadería para los comedores populares de las organizaciones sociales para dirigirla, en parte, hacia organizaciones religiosas oscurantistas como la Fundación CONIN.

Esta represión política, que incluye espionaje y seguimiento de militantes, va en contra de los más básicos derechos democráticos que supuestamente nos brinda la democracia burguesa. Mientras la casta política de Milei y otros políticos del régimen cometen actos de escandalosa corrupción con impunidad, las armas del Estado burgués, como son la policía y el poder judicial, apuntan hacia abajo: a los trabajadores y sus organizaciones. Esto demuestra el carácter de clase de la justicia en nuestro sistema actual. Lejos de ser algo “neutro” o que “todos son iguales ante la ley”, la ley representa únicamente los intereses generales de los dueños de la sociedad, y seguirá siendo así mientras existan amos y esclavos, capitalistas y trabajadores.

La clase trabajadora solo puede depender de sus propias fuerzas. Estos ataques solo serán derrotados a través de la lucha de clases en las calles.

¡Solidaridad con el movimiento de desocupados!

¡Basta de persecución contra los que luchan!

¡Abajo la Ley Bases y el Gobierno del hambre!

¡Ocupemos los lugares de trabajo que suspendan, despidan o cierren!

¡Por la Huelga General!

¡Por un Gobierno de Trabajadores!

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