De la nacionalización de BANKIA a la intervención de la economía española

El pasado 9 de mayo el Gobierno del PP nacionalizó a todos los efectos Bankia, al hacer efectiva la toma del 100% de su banco matriz, BFA (cuarto grupo financiero del país, poseedor del 45% de las acciones de Bankia).

Días antes, tanto el FMI como la Comisión Europea habían apuntado directamente a Bankia como el gran peligro financiero de España, ante las filtraciones sobre su estado real de cuentas. 

En una reunión que cita El País (1), celebrada el domingo 6 de mayo, y que describe a la perfección cómo funcionan las cosas importantes en este país y en todos los del orbe, los tres presidentes de los tres principales grandes bancos españoles (Santander, BBVA, La Caixa), junto al invitado ministro De Guindos, le explicaron a Rodrigo Rato que había acabado su papel como presidente de Bankia; eligieron a su sucesor, y pergeñaron la hoja de ruta definitiva de la última reforma financiera fallida del Gobierno, presentada hace 6 días, la segunda reforma financiera fallida del Gobierno Rajoy en tres meses. 

El escandaloso funcionamiento contable de la banca 

El País (9-5-12) describe también la actuación escandalosa, tanto de Rodrigo Rato como del auditor de las cuentas de Bankia, Deloitte (una de las principales empresas mundiales de este ramo): BFA “tenía contabilizada la participación de Bankia en 12.000 millones de euros en su balance. Su valor actual en Bolsa es de 2.000 millones [ahora es un 50% menor, y bajando] (…) A ambas partes les pareció razonable que no se rebajara el valor de Bankia de los 12.000 millones hasta el de la Bolsa (…) Deloitte sí consideró necesario rebajar desde los 12.000 millones hasta los 8.500…”.

Rodrigo Rato se opuso porque eso le dejaba sin patrimonio ni liquidez. Como el Estado, a través del FROB (2), le había prestado 4.465 millones, automáticamente el Estado quedaría dueño del banco, como finalmente ha sucedido.

Lo que más llama la atención del asunto es cómo se hizo, con todos los ojos del planeta Tierra puestos en el sistema financiero hispano, el chanchullo al que se presta una de las referencias contables en consultoría mundial. Pero esto resulta ser norma habitual, para seguir sin reflejar en absoluto el auténtico precio de mercado en los libros de caja, demostrando a los ojos de todo el mundo, no solo la insolvencia de Bankia, sino del sistema financiero español. 

A los pocos días se supo de otro lío contable, por el que BFA-Bankia tenía otro agujero financiero de 2.465 millones de euros al reflejar en sus cuentas un beneficio futuro que no se llegó a materializar.

Preocupación mundial por la banca española

Los bancos europeos asisten nerviosos a este espectáculo público pues, dado el nivel de deudas cruzadas, varios acreedores europeos pueden tener serios problemas ante una tendencia clara a la insolvencia financiera en España y la falta de liquidez generalizada. Según las normas europeas, un banco solo está obligado a guardar en caja 1 de cada 100 euros que recibe de cada cliente, pudiendo especular libremente con los 99 restantes. Cuando la economía iba viento en popa y reinaba la famosa “confianza” parecía no haber problemas, nadie exigía su dinero…

Pero, tras cuatro años de crisis, ante la recaída actual en recesión, que va a ser larga dada la sobrecapacidad existente en múltiples sectores económicos; el nivel de endeudamiento del conjunto del sistema…, un susto serio en España (o en Grecia) pueden precipitar una crisis financiera europea y mundial.

Desde meses antes se sucedían los informes y recomendaciones, de todo tipo de organismos y bancos de inversión, a la hora de que el Gobierno español tomase medidas rotundas a la hora de sanear el sistema financiero español.

Entre 1997 y el 2007 el boom inmobiliario determinó que el precio de la vivienda subiera a precios astronómicos, como en otros países, Irlanda o los EE.UU. por ejemplo. En el caso español en esa década los precios subieron en la vivienda un 200%.

Según las estadísticas del INE, en los últimos 4 años de dura recesión (de 2008 a finales de 2011) los precios de la vivienda en España bajaron un 21’7%, una cifra muy inferior al descenso de la vivienda en Estados Unidos o Irlanda (más de un 50% y 60% en cada caso).

Después de las primeras reformas financieras de Zapatero (que privatizó las cajas para derivar sus recursos y clientes a los bancos, reformas votadas unánimemente por el entonces opositor PP), Rajoy realizó su primera reforma bancaria como gobernante en febrero. La suma de todas esas reformas, hasta final de abril, solo obligaba a cajas y bancos a resguardar un fondo de dinero en efectivo (provisiones), por valor de unos 60.000 millones de euros, para tapar parte de las pérdidas fundamentalmente del crédito a promotores.

Ahora bien, como ahora está quedando de manifiesto en el caso de Bankia-BFA, una cosa eran estas denominadas “provisiones” y otra muy diferente eran las pérdidas potenciales: los libros de caja reflejan en sus “activos” los precios antiguos del suelo y los pisos, pero ese ya no es su valor real, que cayó “oficialmente” un 21’7% hasta final de 2011.

Según CCOO:(3)

“…El sector financiero español acumuló durante la última etapa expansiva un volumen excesivo de crédito en el sector inmobiliario que actualmente lastra sus balances (981.932 millones de euros en enero 2012). Los préstamos dirigidos a personas para la adquisición de viviendas son un problema por su dimensión y la necesidad de refinanciar las cantidades con el exterior (…) Los préstamos dirigidos a los promotores inmobiliarios para compra de suelo y construcción de viviendas (cercanos a 318.000 millones de euros entre ambos), una parte de las promociones sin finalizar, son la principal causa de preocupación al no estar contabilizadas en balance a un precio adecuado a la evolución de los precios de mercado desde el punto máximo de inflexión en 2008. En la actualidad, la exposición inmobiliaria potencialmente problemática reconocida por el sector (143.815 millones de euros en febrero) está dotada alrededor del 30%…”

El País señalaba a principios de mayo cómo había “oficialmente” 184.000 millones de euros considerados “activos problematicos”, ligados a créditos a promotores y construcción inmobiliaria (de los casi 318.000 millones citados por CCOO). El porqué tan solo 184.000 millones son considerados como “problemáticos” es un tanto arbitrario de todas formas… 

Una banca que tiende a la insolvencia

Resumiendo: estaba claro que estas “provisiones”, que a final de abril eran el 30% de las pérdidas de mercado de una devaluación del precio oficial, “muy discutible a su vez”, de tan solo un 21’7% desde 2007… constituía una gran irrealidad. Pero hasta ahora estamos hablando solo del crédito inmobiliario a promotores. Las “provisiones” sobre el crédito hipotecario a familias (que es la parte fundamental del crédito hipotecario) eran solo una pequeña parte de esos 60.000 millones de euros.

Pero, aún hay más… Prácticamente no existen dotaciones que reflejen la devaluación del crédito que continuamente se está refinanciando a particulares y empresas desde hace años.

El 26 de abril, el FMI señaló públicamente algo que todos ya sabemos por nuestra propia experiencia (o la del vecino): “… Los técnicos del organismo alertan del riesgo de una morosidad oculta debido a la tolerancia de bancos y cajas con las refinanciaciones…” (El País, 27-4-2012).

Pero aquí, el FMI no se refería únicamente a nuestros vecinos: por ejemplo, casi todas las inmobiliarias estarían quebradas de no ser porque los bancos y cajas han intercambiado “activos” (es decir, deudas que ya no se pueden pagar) por acciones de dichas inmobiliarias, para que no quebrasen. Por tanto, el valor ficticio de dichas inmobiliarias computa como “activos de calidad” en los libros de los bancos. Pese a ello, la deuda pendiente de las inmobiliarias suma varias veces la cifra de sus “activos”.

Desde el 2007 ha desaparecido un 14% de las empresas españolas (4). Muchísimas están refinanciando sus créditos por valores que nadie conoce, pero que suman decenas de miles de millones de euros. En el día de ayer, por ejemplo, se supo que las empresas Gallardo (principal grupo industrial extremeño) refinanciaban una deuda que rondaba los 1.900 millones de euros.

Joaquín Maudos, catedrático de la universidad de Valencia y, quizás, el máximo experto sobre el sistema financiero español, escribía en el Cinco Días que un crédito refinanciado realmente habría que considerarlo como un crédito que entra en mora, moroso. Pero, legal y contablemente, no se hace así por parte de ningún banco.

La morosidad en todos los tipos de créditos concedidos por bancos, cajas, cooperativas y establecimientos financieros de crédito a particulares y empresas alcanzó en marzo el 8,36%, con lo que superó la cota máxima de octubre de 1994, cuando marcó el 8,2%.Actualmente, suponen 147.968 millones, de una cartera total de 1,768 billones de créditos concedidos.

Lo que dice el FMI es que la morosidad del sistema financiero es muy superior a la cifra oficial, la mayor con creces de toda la historia económica de España y que tiene riesgos “sistémicos”, una palabra cada vez más empleada.

El 29 de abril diferentes medios nacionales se hicieron eco de la noticia publicada esa semana por el semanario británico The Economist (5), referente a la cifra extra que estimaban (aparte de lo anunciado por el Gobierno de Rajoy) necesita la banca española para sanearse. En total, 80.000 millones de euros más.

Había otras cantidades que ya se hicieron públicas desde hacía semanas y que, según pasa el tiempo, tienden a elevarse: el BANCO ESPIRITU SANTO dice que son 100.000 millones de euros; el cada vez más famoso economista Roubini dice que 150.000 millones, Stratford Global Intelligence  habla de 250.000 millones…

Alemania, el BCE y la Comisión Europea precipitan la crisis: la banca española está intervenida por los banqueros europeos

En este contexto tienen lugar las elecciones griegas, que ya se preveían difíciles para los grandes poderes fácticos europeos. Pero ni siquiera han podido lograr constituir un Gobierno con una débil mayoría parlamentaria para imponer sus ajustes. Se da una situación, de aquí a después de las próximas elecciones griegas del 17 de junio, donde va a haber una tendencia muy importante a que salga elegido un Gobierno griego que no acepta los recortes y, por tanto, precipite una crisis de la eurozona que estaba cantada desde hace muchos meses antes por las diferentes velocidades y direcciones adonde se encamina cada economía en un contexto donde esto se acentúa mucho más por la recaída en recesión.

Se fuerza la destitución de Rato para “dar confianza” (ya que no hay dinero que dar en los agujeros descubiertos) y se obliga al Gobierno Rajoy a otra nueva reforma financiera, su segunda en tres meses, para obligar a la banca a realizar mayores dotaciones. Se obliga a que Rajoy admita una auditoría de toda la banca española. Desgraciadamente para los banqueros europeos, a los que se les agotaba la paciencia, “la montaña parió un ratón” y el pasado lunes 14 de mayo el conjunto de la banca española, aplicando la novísima reforma de Rajoy “sólo” reconoció que iba a provisionar la insignificante cifra de otros 22.000 millones de euros, llegando a poco más de 82.000 millones provisionados en total, cuando la cartera de créditos “problemáticos”, sólo en el sector promotor, es de 184.000 millones.

Alemania (cuyos bancos tienen préstamos a empresas y bancos españoles por un importe de unos 180.000 millones de euros, según el Banco Internacional de Pagos), la Comisión Europea y el BCE reaccionaron fulminantemente y declararon que la labor de auditoría del conjunto de la banca española sería realizada por el BCE, sin que Rajoy se atreviese a decir esta boca es mía, reconociendo su insignificante papel de pedigüeño presidente de un país que, al final de 2011, debe 1’78 billones de euros al exterior (1’7 veces su PIB).

Alemania ha dedicado 85.000 millones de euros del Gobierno a sanear su banca, mientras que aquí se han empleado poco más de 14.000 millones en este sentido por parte del Estado. Los banqueros alemanes (y los franceses y británicos) quieren cobrar sus deudas y quieren saber si el deudor presenta garantías, cuando los acontecimientos griegos pueden desencadenar un auténtico terremoto financiero. España, empezando por su banca, está ya intervenida.



(1) El País (13-05-2012), artículo de Miguel Á. Noceda, pag 10 de sección de “Negocios”.

(2) Fondo de Reestructuración bancaria, del Estado español, ha prestado casi 14.346 millones de euros a los bancos en los dos últimos años, en las sucesivas reformas financieras que han sido llevadas por consenso entre el PSOE y el PP (El País, 07-05-12).

(4) (Guillermo de la Dehesa en El País, 12-04-2012)