Cromañón y los círculos sin fin de la corrupción

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El desarrollo judicial de la masacre de Cromañón va dejando su carácter de clase y al servicio de qué intereses está. El desarrollo judicial de la masacre de Cromañón va dejando su carácter de clase y al servicio de qué intereses está.
Es increíble que la justicia haya perseguido durante 10 años a Andrés Calamaro por una triste frase y que, en este caso, con tantos testigos, con la memoria más que fresca por lo reciente, por la magnitud de los hechos, sólo esté detenido Omar Chabán.
Es increíble que no haya inspectores, policías, jefes de bomberos o funcionarios de la ciudad detenidos.
La discusión acerca de quién tenía la responsabilidad de controlar el boliche se antoja por momentos como bastante bizantina, sobre si la responsabilidad fuera sólo de la policía, o de los bomberos o de los organismos de control de la ciudad, cuando TODOS ESTOS ACTORES TIENEN RESPONSABILIDAD.
La policía está para controlar (cosas que no hace por corrupción, arbitrariedad y autoritarismo) contravenciones (muchas de ellas bastante arbitrarias), y éstas, se estaban dando delante de sus narices: ingreso de bengalas, saturación de la capacidad de un local bailable que se podía ver desde la Plaza Once, etc.
Los bomberos otorgan supuestamente, luego de inspeccionar, una habilitación anual para este tipo de lugares.
Entonces, es de esperar que lleven un registro. Por lo tanto, lo único que deberían hacer es elevar a los organismos correspondientes de la ciudad un listado de aquellas habilitaciones que, pasado su vencimiento, no fueron rehabilitadas.
¿Y los organismos de control de la ciudad? Fabiana Fiszbin la ex titular de la Subsecretaría de Control Comunal, se aferra patéticamente a deslindar responsabilidades sólo en la policía, apuntando toda responsabilidad en la misma por recibir coimas de Chabán, lo cual sugiere inmediatamente un interrogante abrumador: ¿Para qué sirve entonces una Subsecretaria de Control Comunal, que no sabe si algo está siendo controlado o no, que no tiene actualización de los controles, y que a la hora de hacerse responsable de determinados controles, solo deslinda responsabilidades?
Además agrega en declaraciones, que en el gobierno porteño "hay grupos importantes que conforman una línea partidaria ajena al ibarrismo, y éste (Cromañon) es un medio para golpear a Ibarra y compañía." (Clarín 10/04/2005)
Sin muchas vueltas, esta funcionaria nos está diciendo lo que muchos sospechamos como una cuestión de fondo: la ciudad carece de controles serios, las empresas se manejan con total impunidad, y el sistema de gobierno no es más que un entramado burocrático-corrupto-punteril, muy lejos de actuar al servicio de las necesidades de los trabajadores y el pueblo.
Si algo nos muestra todo este proceso, es que si se llegara a la verdad y se lograra encarcelar a todos los responsables, no sucedería por las buenas artes de la justicia argentina ni sus leyes sino casi exclusivamente por la presión que se le pudo imprimir desde abajo con la organización principalmente, aunque no sólo, de los familiares y los sobrevivientes.
Es esa organización la que debe fiscalizar cualquier investigación, con acceso a documentación, impugnación de investigadores y funcionarios.
Es esa organización la que debe avanzar en el impulso de comités de control en los barrios, que inspeccionen los boliches bailables, y extender ese control a otras actividades si fuera el caso.
Esto es algo que la sociedad en su abrumadora mayoría intuye con mucha certeza, de ahí el estrepitoso fracaso de la manipulación de Ibarra en busca de votos para un plebiscito imposible.