La pandemia empeora en la capital. Ha vuelto a ser el epicentro del virus no solo en el Estado español sino en toda Europa. Tras muchos vaivenes y tensiones entre los gobiernos central y autonómico, finalmente el gobierno de Ayuso ha decidido acatar la decisión del Ministerio de Sanidad de confinar toda la capital. Ahora, la CGT anuncia una huelga general contra la desastrosa gestión de Ayuso de esta epidemia.
Ahora se permite la movilidad dentro de toda la ciudad, pero no salir de Madrid ni tampoco entrar. Esto afecta también a otras 8 poblaciones de la Comunidad con más de 100.000 habitantes: Parla, Torrejón de Ardoz, Móstoles, Leganés, Fuenlabrada, Alcobendas, Getafe y Alcalá de Henares.
Las autoridades sanitarias exigen una restricción a la movilidad en zonas con una tasa de 500 casos positivos por cada 100.000 habitantes, lo que incluye a 200 de las 286 zonas sanitarias de la Comunidad de Madrid, o 71% de su población (El País 26/09/20). El Ministro de Sanidad, Salvador Illa, ha insistido que “hay que anteponer la salud de los ciudadanos” mientras que Ayuso ha defendido la postura contraria de que: “hay que evitar el estado de alarma y el confinamiento. Hay que evitar el desastre económico a toda costa” (eldiario.es 18/09/20).
Vemos aquí el conflicto central. Ayuso, quien representa al PP y a los intereses de los empresarios madrileños, quiere proteger los beneficios de sus amos.
Antes de esto, durante más de una semana, se confinaron hasta 45 zonas sanitarias, por tener una tasa de más de 1.000 casos positivos por cada 100.000 habitantes. El confinamiento selectivo de Ayuso, principalmente de los distritos y ciudades obreras del sur de la ciudad y de la Comunidad, intentó restringir la entrada y salida de esas zonas, salvo por trabajo o fuerza mayor. Tanto los barrios obreros que estuvieron confinados como el gobierno central expresaron su frustración con la mala gestión y la política discriminatoria del gobierno regional de Madrid.
Esta posición mantenida por Ayuso, de confinar solamente los barrios obreros del sur de Madrid, no sólo fue un ataque directo y un insulto a la clase trabajadora, sino que también reveló una profunda mediocridad porque es una medida difícil de aplicar y que mayormente sirvió para enfrentar a la gente, aumentar el nivel de indignación y crispación en la sociedad, pero que apenas tendría incidencia en la contención del virus. Estas medidas fueron inefectivas, como demostró la imparable subida de casos positivos en la capital con 52.000 nuevos casos en los últimos 14 días (FT.com 29/09/20). No es casualidad que entre los distritos que donde se decretó este confinamiento selectivo resalten entre los tres primeros: Vallecas, Villaverde y Usera, que son precisamente los barrios que tienen más movilidad laboral. No se puede pedir a las personas que se confinen en sus casas mientras todas las mañanas van hacinados en el metro para ir a trabajar. Como bien dijo un residente de Vallecas: “o nos mata el Covid o nos mata el hambre”. Esa es la opción a la que se enfrentan los residentes del sur cada vez que salen a trabajar (infolibre 19/09/20).
Frente a este ataque de la libertad de la clase obrera madrileña, los barrios del sur con sus asociaciones vecinales han salido una tras otra vez en manifestaciones para defender la salud pública y exigir medidas verdaderamente eficaces, como por ejemplo: más médicos, más pruebas PCR y más rastreadores para evitar el colapso total del sistema sanitario y doblegar la curva de contagio.
Sin embargo, en vez de escuchar al pueblo exigiendo mejores condiciones en protestas pacíficas el Estado respondió con violencia. El jueves 24 de septiembre la policía antidisturbios cargó contra una manifestación de 300 participantes en Vallecas sin ninguna provocación. Los manifestantes han denunciado la agresión desmesurada de la policía que resultó en 3 personas detenidas y 6 heridas.
Estas manifestaciones semi espontáneas de miles de jóvenes y vecinos demuestran la rabia acumulada después de décadas de negligencia y falta de inversión en la salud e infraestructura de los barrios desfavorecidos.
Dicho esto, tampoco hay diferencias de fondo entre el gobierno regional de Madrid y el gobierno de Sánchez. Lo que se necesita es paralizar toda la actividad económica no esencial, para restringir la movilidad laboral al mínimo durante el tiempo necesario, y que las empresas se hagan cargo del salario de los trabajadores. Los trabajadores sostienen a los ricos durante todo el año, ahora toca que éstos mantengan a los trabajadores por unas semanas. Y si dicen que no pueden, que el Estado se haga cargo de las mismas bajo el control de sus trabajadores.
Ya no continúa la discriminación en Madrid a base de confinamientos selectivos, pero se mantienen las peores condiciones sanitarias, educativas y de hacinamiento en los barrios obreros del sur.
Lo que necesita el movimiento para dar un paso adelante es convocar una huelga general de 24 horas en la Comunidad de Madrid, que es exactamente lo que ha hecho ahora la CGT para finales de octubre, para denunciar la grave situación de salud y educación en los barrios desfavorecidos de Madrid. Desde Lucha de Clases apoyamos la huelga completamente y exigimos que UGT y CCOO se sumen a la misma. En su comunicado de convocatoria, CGT explica sus motivos:
“La CGT considera que los motivos que justifican esta huelga están sobradamente justificados. Entre ellos destacan el colapso del sistema sanitario, donde las diferentes administraciones han dado preferencia a factores económicos por encima de la vida de las personas, especialmente de aquellas más desfavorecidas. En este sentido, CGT señala que a pesar de esta segunda ola de Covid-19, la sanidad pública se sigue privatizando a costa de gente que se juega la vida por proteger la de la ciudadanía sin ningún tipo de respaldo político”.
Resaltamos el llamamiento que hace la CGT a que las organizaciones obreras se unan a la huelga, y eso debe incluir a las centrales sindicales CCOO, UGT, y demás sindicatos y plataformas sindicales, conjuntamente con las asociaciones vecinales de los barrios obreros de Madrid y del cinturón rojo que rodea la capital. De cara a organizar esta huelga y preparar una plataforma reivindicativa elaborada por los propios barrios, es necesario formar comités vecinales, elegidos en asambleas de barrio y responsables ante ellas, coordinados entre sí para que se pongan manos a esta tarea.
Entre las reivindicaciones a exigir, que podrían contemplarse con otras, destacamos las siguientes:
- Defender una sanidad 100% pública. Paralización de cualquier intento de privatizar los servicios públicos, especialmente los del ámbito sanitario.
- Pruebas PCR masivas de al menos 2 miembros por unidad familiar, y mascarillas gratis para la población.
- Intervención y nacionalización del sistema privado de salud (que son regados con fondos públicos) para hacer frente a la emergencia sanitaria y así garantizar su uso de toda la sociedad. Esta medida se promulgó desde el Gobierno Central en el anterior confinamiento, pero se dejó en manos de las Comunidades Autónomas, que poco o nada hicieron. ¡Debe hacerse efectiva!
- Contratación de los rastreadores necesarios sin recurrir a empresas privadas (ya que no es más que otra estrategia para desviar dinero público a las empresas amigas del PP)
- Priorizar los fondos públicos para la contratación del personal sanitario necesario para no colapsar las urgencias ni los ambulatorios. Es necesario reforzar las plantillas si queremos evitar males mayores.
- Duplicación de la frecuencia del metro, autobuses urbanos e interurbanos, y trenes de cercanías; contratando a los trabajadores necesarios. Esta será la única manera de asegurar una distancia social conveniente para viajar seguros.
- Cierre durante 15 días de toda actividad económica, salvo servicios esenciales decididos por los propios trabajadores, que los patrones se hagan cargo del salario de los trabajadores.
- Dimisión del gobierno de Ayuso PP-C’s-Vox y disolución de la Asamblea de Madrid. Convocatoria de elecciones anticipadas en la Comunidad de Madrid
- Huelga General de 24 horas para exigir la satisfacción de estas y otras reivindicaciones y forzar la dimisión del gobierno de Ayuso
- Comités Vecinales coordinados entre sí, para organizar la huelga y la lucha de los barrios