Cosas que no verá la auditoría en Metrovías

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El gigantesco robo al subte realizado por Metrovías es tan claro como difícil de magnificar por su tamaño y alevosía. Hay cosas que podrán observarse en las auditorías y que se vienen denunciando vinculadas a los millonarios robos por sobrefacturación y autocontratación directa a empresas del propio grupo. Habrá otras que deberían medirse vinculadas al progreso cesante tecnológico y de calidad del servicio, postergado por los negocios turbios que implicaron este vaciamiento. Pero quedan otras misceláneas millonarias de las que en esta primera entrega detallaremos algunas.

Se trata de cosas que no podrán probarse con ninguna auditoría y que conocemos quienes trabajamos en la empresa desde hace algunos años. Este tipo de información fraudulenta que, como tantas otras, solo podría probarse con nuestra declaración, hace que Metrovías se ensañe con no permitir que la gente de administración central ingrese al convenio y se afilie para poder manejarse con la libertad que la constitución y las leyes nos otorga como trabajadores.

Para empezar podríamos pensar en dos aspectos fundamentales para el desarrollo de una empresa; capital humano y espacio físico. Respecto al primero la política de devastamiento de toda la operación del subte fue y es en la administración llevada a cabo con el usufructo de los recursos humanos de la empresa. Es así que buena parte de los empleados de mayor antigüedad que se han capacitado o han incrementado sus capacidades en el subte, son transferidos a otras empresas del grupo cuando llegan a su plenitud de conocimiento. En consecuencia el subte ha nutrido de gente capacitada en sus entrañas de todo lo que respecta a la administración y operatividad a por lo menos unas 20 empresas de negocios colaterales del grupo Roggio más las Unidades de Gestión Operativa (UGOMS, UGOFE y Belgrano Cargas con Franco Macri y los gremios de Moyano y Pedraza). El costo de la pérdida por expropiación del empleado capacitado no es el único que se debe asumir, sino que a su vez hay que incluir el costo del desarrollo de nuevas capacidades para los inexpertos recién ingresados.

Otro sobrecosto está vinculado al tiempo que hemos dedicado cada uno de nosotros a hacer trabajos para las empresas del grupo, trabajos que suelen ser mucho más intensivos al principio pero que en algunos casos persisten. Así empleados de Metrovías han trabajado al mismo tiempo también para Porminente, Seguridad Metropolitana, Traditum, Metronec, BRT, Lego, BRF, BRA, Neoservice, CPS comunicaciones, etc. Por supuesto todo esto se paga con los subsidios en favor de los negocios colaterales del grupo que por nada del mundo piensa dejar el subte. Con esto cualquiera de nosotros ha dedicado a veces medio día o más a trabajar en su jornada para otras empresas, aún cuando estábamos en Bartolomé Mitre y nos pagaba el sueldo solo Metrovías.

Para estas mismas empresas y para muchas otras que ya no son del grupo, el uso de las instalaciones edilicias sin cargo, del mobiliario y de varios bienes de uso han sido una plataforma que ha brindado un ahorro importante para instalarse en Buenos Aires y comodidad de operación para incrementar sus ganancias. En consecuencia todas las empresas mencionadas en el párrafo anterior y otras que se beneficiaron gratuitamente con nuestro trabajo, en algún momento usaron sin costo un edificio y otros patrimonios de subterráneos e inclusive algunas como por ejemplo BRT lo siguen haciendo en la actualidad. Por supuesto que esto no tiene costo alguno, está claro que es más cómodo para el grupo hacer que los negocios se sostengan con los subsidios y la desinversión en el subte que generan tantos atrasos.

Uso y abuso una vez más por Metrovías de recursos que deberían solo destinarse a incrementar los ingresos del subte, que tranquilamente podría a esta altura prescindir de los subsidios de no ser por esta administración nefasta de la privatizadora.

Esto es solo una parte de lo que se ha realizado en estos años nefastos. Es importante que se libere a la gente de administración de la política represiva del grupo para que se sepan otras verdades terribles.

Mientras continuamos con esta concesión, le hemos pagado buena parte de las fiestas para todo el grupo donde se despotricó contra el subte delante del resto de las “ejemplares” empresas de Roggio. Mientras aguardamos el final de este eterno vaciamiento, han girado millonarias sumas a empresas creadas por el grupo en el exterior bajo el concepto de servicios. Pero esto formará parte de futuras notas, por ahora les contamos esta parte que lamentablemente ninguna auditoría podrá descubrir pero los que trabajamos desde hace años ahí conocemos a la perfección.