Contrarreforma Política: Una democracia cada vez más trucha

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democracia-falsa.jpgLa reforma deja en evidencia la esencia de esta democracia burguesa: necesita poner mayores limites a la participación para que el creciente cuestionamiento a la explotación y al saqueo no pueda expresarse políticamente y puedan mantenerse los privilegios de las grandes empresas y bancos, y de sus títeres en los distintos estamentos del Estado

democracia-falsa.jpgLa aprobación legislativa del proyecto de ¨reforma política¨ es un salto en el recorte a los derechos democráticos. El kirchnerismo necesita que no se escapen del justicialismo los sectores díscolos, para lo cual ha ideado un mecanismo que favorece a los viejos aparatos partidarios del PJ y la UCR, y se dificulta la expresión de nuevas fuerzas políticas. Quieren consolidar el bipartidismo y la autoreproducción de una casta cerrada de políticos carreristas. Sin embargo el proceso de recomposición de la autoorganización de los trabajadores y los sectores populares puede derrotar esta maniobra. Para eso es necesario impulsar una gran organización de masas, con eje en los trabajadores, a partir de la Constituyente Social y de Proyecto Sur.

La reforma deja en evidencia la esencia de esta democracia burguesa: necesita poner mayores limites a la participación para que el creciente cuestionamiento a la explotación y al saqueo no pueda expresarse políticamente y puedan mantenerse los privilegios de las grandes empresas y bancos, y de sus títeres en los distintos estamentos del Estado.

La nueva ley elimina las listas ¨en espejo¨ y ¨colectoras¨, pero establece la realización de primarias abiertas, obligatorias y simultáneas. Esto puede permitir la intervención, en la interna de un partido, de electores ajenos al mismo con el peligro de que un sector de los aparatos tradicionales influya en el proceso interno de las organizaciones de trabajadores y populares como ya ha ocurrido alguna vez en el gran Buenos Aires con la injerencia de punteros del duhaldismo. Desde la Corriente Socialista El Militante reivindicamos el derecho de los afiliados y adherentes de las organizaciones obreras y populares a decidir qué compañeros sean sus candidatos sin intromisiones externas.

La ley además limita la existencia de partidos subiendo el piso de afiliaciones al 4 por mil en cada distrito, unas 100.000 a nivel nacional (cuando antes eran suficientes las adhesiones simples) y establece un mínimo de votos del 1.5% del padrón en las elecciones primarias para poder intervenir en la elección general. Y pone un piso en dos elecciones consecutivas del 2% del padrón para conservar la personería. 

El único aspecto progresista es la prohibición de publicidad electoral privada en medios audiovisuales. El Estado cedería espacios gratuitos: la mitad en tiempos iguales para todas las fuerzas reconocidas y la otra mitad en proporción a los resultados de los comicios anteriores. Se regula el aporte de particulares a los partidos, se prohíbe que el gobierno en ejercicio realice publicidad de obras en los días previos a la elección y no se permitirá la difusión de encuestas en la semana anterior al comicio.

Aunque en el transcurso del tratamiento legislativo se disminuyeron algunos requisitos como los pisos y la cantidad de afiliaciones, los nuevos partidos emergentes como Proyecto Sur verán dificultada la consecución de su personería. Es necesario un esfuerzo de unidad de los dirigentes de organizaciones populares y de trabajadores para que estas maniobras de la vieja política no tengan éxito. En ese sentido, los dirigentes de la Constituyente Social, donde también participa Proyecto Sur, deberían dar el paso decidido hacia la lucha política para canalizar el movimiento en una organización nacional con un funcionamiento interno democrático donde las organizaciones populares y de la clase obrera puedan confluir, sumando a la Argentina a la oleada latinoamericana hacia el Socialismo.