Chipre: Presidente comunista pide ayuda al FMI

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Chipre-Christofias-Von RompuyChipre es una rareza en el mediterráneo. Un país donde el partido comunista (Partido Progresista de los Trabajadores, AKEL) tiene raíces profundas en el movimiento obrero y en la sociedad. Es también la isla donde el Presidente de la República se dice comunista (y su partido es el más grande en el parlamento).

AKEL sufrió una escisión en los años 90 como la mayoría de partidos comunistas. La corriente política que perdió en dicha escisión se reivindicaba de la línea eurocomunista. Hoy es un partido extra-parlamentario pero con un ministro en el gobierno gracias a la política de frente popular (de alianza con partidos pequeño-burgueses y ‘progresistas’) de AKEL.

Chipre entró en la Unión Europea (UE) en el 2000, siendo uno de los países más ricos entre los 12 adherentes de dicho año. Se lo conoce como destino turístico, como paraíso fiscal y a causa de la ocupación militar del ejército turco de una parte de la isla desde 1974. Hoy, Chipre sigue siendo un paraíso fiscal a pesar de tener un presidente comunista.

Demetris Christofias, el presidente, ganó las elecciones en 2008 con un programa que defendía las negociaciones de paz con la República Turca de Chipre del Norte (los territorios ocupados desde 1974 por el ejército turco y cuya entidad legal está solamente reconocida a nivel internacional por Turquía). Los dirigentes de AKEL prometieron también defender el estado del bienestar contra las exigencias de la patronal y de su expresión política en el país, el partido DISY.

La política económica de AKEL ha consistido en hacer promesas a todos, sobre todos los temas. En abril se introdujeron, por ejemplo, dos propuestas de ley: una tasando los coches de lujo (más de 3000 cc de cilindrada) y otro sobre las viviendas de más de 300 m2.

“El objetivo es aumentar los ingresos del estado con medidas dulces para la mayoría de la población y sin duda para los grupos más vulnerables”. Pero dos meses más tarde, AKEL y DISY votaban conjuntamente una amnistía fiscal (la segunda en dos años) que no ha recaudado más que el 6% de lo esperado. En Chipre, los profesionales liberales, mayoritariamente cercanos a DISY no pagan prácticamente impuestos. Hace unos meses, los bancos chipriotas comenzaron a comprar bonos griegos (muy baratos) y ahora dicha política se ha convertido en un grave problema de deuda pública.

Entre tanto el gobierno ha ido a buscar ayuda financiera rusa, sin éxito. Al poco tiempo Chipre pidió ayuda al Mecanismo Europeo de Estabilidad (MES) una cantidad cercana a los 4000 millones de euros, un cuarto de su PIB. Con la crisis de la deuda de Grecia el gobierno ha debido pedir un plan de ayuda a la Troika (FMI, BM y UE), está vez por una cantidad de 20.000 millones de euros. De esta manera Christofias apareció en la televisión el miércoles 5 de diciembre para explicar que la austeridad (reducción de salarios, la erosión de los servicios públicos, la congelamiento de la indexación automática de salarios) es el mal menor.

Muchos trabajadores y sindicalistas, como muchos miembros de AKEL se preguntan cuál es el mal mayor entonces. Las encuestas dan menos del 20% a AKEL en las próximas elecciones y casi 35% a DISY. Sólo dichas encuestas deberían alertar a los dirigentes de AKEL sobre la urgencia de un cambio de política ¡La política que la burguesía y la derecha social-demócrata aplica en toda Europa no es digna de una partido que se llama comunista!

¿Qué hacer?

La orientación política de AKEL se pretende teóricamente comunista ortodoxa, pero en realidad se parece más al reformismo social-demócrata. Hace un tiempo que este tipo de discurso y práctica podían contentar a algunos, especialmente en el período de bonanza económica, pero AKEL llega al gobierno en el momento de explosión de la peor crisis del capitalismo desde la segunda guerra mundial, complicando algo su posición en el gobierno. Además, cualquier partido socialista o comunista sentado sobre una bomba de relojería (en este caso el hecho que Chipre sea un paraíso fiscal donde el blanqueo de dinero es moneda de cambio tanto como la evasión fiscal), va a deber rendir cuentas a los trabajadores por sus políticas sobre dicha situación. AKEL se despertó sobresaltado en la forma de un discurso de su antiguo secretario general, y actual Presidente de la República, pidiendo un plan de salvación al FMI.

Al mismo tiempo, una huelga general del transporte público de más de 4 días tuvo lugar, protestando contra el impago de salarios. Esta huelga fue organizada por el sindicato de transporte de orientación comunista (OELMEK) de la PEO (confederación sindical comunista). En paralelo, los profesores y los trabajadores agrícolas se habían manifestado, estos últimos llegando a ocupar el ministerio de agricultura. Esta situación está llevando a una gran confrontación entre los sindicatos cercanos a AKEL (PEO) y el gobierno.

No hay duda de que la banca chipriota especuló en las primeras etapas de la llamada crisis de la deuda griega, es la misma banca que es la responsable de la bancarrota del estado chipriota, pero serán de nuevo los trabajadores los que pagarán los platos rotos, como en España, Portugal, Grecia… ¡La diferencia con todos estos otros países es que aquí tenemos un gobierno que se hace llamar comunista! El ejemplo chipriota tiene que enviar signos de alarma a la izquierda europea sobre la posible ‘gestión de la especulación’ con una política más humana o ‘por una tasación más justa’.

El gobierno debería nacionalizar los bancos que están en bancarrota, y simultáneamente todo el sector financiero, reenviando a Chipre los millones de euros depositados en otros paraísos fiscales. AKEL no debería haber esperado cuatro años mientras se desarrollaba una crisis económica y financiera. Debería de haber movilizado el apoyo popular que tenía para desarrollar la economía retomando tierras para explotarlas e invertir en sus propios recursos. Los yacimientos de gas encontrados en sus aguas territoriales deberían de haberse utilizado para encontrar socios económicos que no fueran Israel ni las mismas multinacionales que están detrás de la guerra en Libia (ENI, ESSO).

Existen otros países con la capacidad suficiente para firmar acuerdos de explotación de dichos yacimientos con condiciones favorables a los trabajadores chipriotas. Esto hubiera permitido a Chipre mejorar su situación geoestratégica, ya que siendo un pequeño país ocupado y dependiente, debe tener una política realista. Lo que hoy es verdaderamente realista es una política a favor de los trabajadores y campesinos chipriotas que tenga como aliados a los trabajadores europeos y no a las multinacionales.

Una tragedia chipriota

“Haríamos mejor, quizás, saliendo del euro”. Es lo que declaró en septiembre Andros Kyprianou, secretario general de AKEL, el partido comunista, al que pertenece el actual Presidente Dimitris Christofias. Kyprianou comentaba así la posibilidad que la UE pidiese a Chipre más austeridad y recortes de los servicios públicos, las pensiones y los salarios (Morning Star, 23 Septiembre [1]). Estas palabras del verano dicen mucho sobre la evolución de los últimos meses.

Esta tragedia chipriota, una variante de la tragedia griega, muestra que un partido como AKEL que debería de haber sido un modelo y una inspiración para los trabajadores de Europa, está a punto de cometer un suicidio. También muestra el ridículo debate que existe entre ciertas capas de la izquierda en Europa sobre el euro. Dicho debate también estaba de moda en Chipre hasta hace unas semanas. De hecho, la salida del euro como receta mágica a la crisis se ve con toda su esplendor en Chipre.

La política de AKEL, en ausencia de una política comunista coherente, lleva a un callejón sin salida con o sin el euro. Para salir del capitalismo, es imperativo que un gobierno de izquierdas controle el sector financiero y especulativo de su economía, y esto no está solamente ligado a la emisión de moneda (ni a los criterios macroeconómicos).

En estos momentos las promesas de AKEL diciendo que “las medidas económicas deben ser negociadas con las instancias europeas y que serán compartidas según la capacidad económica de cada uno y sin duda alguna no a costa de los trabajadores” (como puede leerse aquí : http://www.ptb.be/nieuws/artikel/chypre-un-outsider-a-la-tete-de-lunion-europeenne.html )[2] han sido olvidadas por la realpolitik del Presidente, al pedir el rescate, en el marco del euro. Pero incluso habiendo salido del euro, sin la nacionalización de la banca, las compañías de seguros…  la política del gobierno está muy limitada. Es un caso de escuela para el resto de la izquierda europea, particularmente para los dirigentes de SYRIZA en Grecia, hoy.

Ahora Chipre entra de lleno en una época de austeridad: recortes presupuestarios y una pobreza en aumento. Es posible que la derecha gane las próximas elecciones, un posible gobierno de la derecha hará más profundos los ataques pero eso llevará a una mayor resistencia. Dicha resistencia ya ha comenzado, los primeros han sido los sindicatos, sobre todo la confederación comunista PEO y el sindicato del sector público (PASYDY). Estos movimientos tendrán un efecto en el seno de AKEL. Ser comunistas no quiere decir ser infalible (dejamos eso a la iglesia católica) sino aprender de nuestros errores para no repetirlos, ese es el verdadero deber de un comunista. AKEL necesita con urgencia un programa marxista para salir de la crisis, saliendo del capitalismo.


Notas del traductor:
[1] Morning Star, es el periódico diario de izquierdas británica de tradición comunista.
[2] Solidaire es el periódico semanal del Partido del Trabajo en Bélgica (PTB) que mantiene relaciones fraternales con AKEL así como el KKE en Grecia.

Fuente: http://www.unitesocialiste.be/content/view/267/1/