Caso Romina Tejerina

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Esta vez sucedió en Jujuy. Las instituciones eclesiásticas, jurídicas, y sociales se complotaron para dar una vez más el mensaje de castigo al pueblo: fue en la persona de Romina Tejerina, quien se ha convertido en el paradigma de las cosas mal hechas por este sistema “democrático” tras matar a su hija recién nacida producto de una violación.

¿DEMOCRACIA PARA TODOS?

Esta vez sucedió en Jujuy. Las instituciones eclesiásticas, jurídicas, y sociales se complotaron para dar una vez más el mensaje de castigo al pueblo: fue en la persona de Romina Tejerina, quien se ha convertido en el paradigma de las cosas mal hechas por este sistema “democrático” tras matar a su hija recién nacida producto de una violación.

Sin acceso a la posibilidad autónoma de decidir sobre su cuerpo para acceder a un aborto clínico brindado en el hospital público, sin la posibilidad de diálogo en su familia para ver qué hacía. Sin la contención de una institución que oriente a las jóvenes con menos recursos sobre prevención del embarazo en las primeras 24 horas, porque uno de los dos fallos de la jueza Garzón de Lascano de Córdoba, con la aprobación de la Corte Suprema, ya prohibió la pastilla de anticoncepción de emergencia –popularmente llamada pastilla del día después– en todo el país, hace casi dos años.

Si Romina hubiera denunciado al violador, no habría podido abortar pues habría tenido encima a la Justicia, que lo prohíbe. Si bien el Código Penal autoriza el aborto en casos de violación, en los hechos hay que llegar a la Corte Suprema para que lo avale o no, mucho después de los 9 meses. Y esto es incluso más difícil sin medios económicos.

El Código Penal, y los procedimientos de declaración y denuncia, como el derecho a defensa en juicio, son a su vez "contravenidos" por policías, fiscales, médicos forenses, jueces y abogados penalistas prestigiosos (que no atienden gratuitamente) que se negaron a considerar siquiera la violación sufrida por Romina.

La educación sexual es "recortada" de la educación integral, laica, gratuita y pública, y escamoteada a las masas por los pecados y presiones de la jerarquía eclesiástica.

La atención psicológica corresponde a una especie rara de profesionales (no médicos) que, en general, trabajan gratis, cuando los hay, en hospitales públicos y algunas obras sociales.

A Romina Tejerina se le negó el derecho a decidir respecto de una maternidad: aceptar el proceso de gestación y tener un hijo, o abortar el proceso de gestación de un bebé no deseado.

A Romina Tejerina se le negó el derecho a decidir respecto de una maternidad forzada.

Desde El Militante reclamamos la libertad de Romina y la anulación del fallo que la condena a 14 de años de prisión mientras que su violador sigue libre y sin causa. Reclamamos un trato humano y asistencia médica y psicológica para un ciudadano que ha sido victima de un sistema abandónico e insensible y que requiere rehabilitación psíquica y social, no castigo.