Bolonia, Italia: Éxito de la charla con Gustavo Burgos sobre la revolución en chile

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En la Universidad de Bolonia se celebró el 4 de diciembre el acto “Chile, la revolución ha comenzado” organizado por Sinistra, Classe, Rivoluzione, la sección italiana de la Corriente Marxista Internacional. A pesar del boicot abierto de la administración de la universidad, que nos negó un aula, y nos obligó a ocupar un atrio, la asamblea fue un éxito. Al menos 50 personas, en su mayoría estudiantes, pero también un pequeño grupo de trabajadores, siguieron cuidadosamente las palabras de Gustavo Burgos, director de El Porteño, revista digital de la izquierda en Valparaíso.

Gustavo explicó la situación en Chile, que no puede caracterizarse de otra manera que no sea revolucionaria. “La revolución ocurrió de manera abrupta: hay un antes y un después del 18 de octubre en el país. Podemos decir con seguridad que el país fue el más tranquilo de América Latina. Todo cambió en el espacio de 24 horas. La gente común que no estaba interesada en la política ahora está todos los días en la calle.”

Todos las reivindicaciones “particulares” se han unificado en esto movimento, a través del protagonismo de la clase obrera. La entrada en escena de las masas se caracteriza de dos maneras: con asambleas populares y con comités de autodefensa. Son organismos potenciales de doble poder que necesitan coordinarse para ser efectivos.  

La burguesía firmó el 14 de noviembre el acuerdo de paz con la mayoría de los partidos de oposición para frenar el movimiento. Es muy difícil que tenga éxito, a lo sumo puede retrasar una nueva explosión. La cuestión de la asamblea constituyente es en verdad un campo de batalla: para la burguesía no es más que una nueva elección para contener el movimiento, la clase trabajadora lo ve como un paso en la conquista del poder.

La vanguardia revolucionaria podrá conquistar a las masas si demuestra que puede llevar a cabo estas reivindicaciones democráticas, mucho mejor que la clase dominante. Esto es posible solo con la nacionalización de los medios de producción y con el control de los trabajadores.

En el debate se subrayó que Chile no es un ejemplo distante, sino que está lleno de situaciones comunes a las de Italia, como la privatización de los servicios, la precariedad del trabajo, la desconfianza de las masas hacia el viejo sistema político.

En Chile como en Italia, el desafío es la construcción del partido revolucionario, de la corriente marxista internacional. Las intervenciones de Gustavo nos han dado aún más conciencia de esto en una tarde de verdadero internacionalismo.

¡Viva la revolución Chilena!
¡Viva la revolución en toda América Latina!