Las amenazas telefónicas a dos dirigentes de Zanón (ahora FASINPAT), junto a las cobardes y viles agresiones y torturas sufridas en dos ocasiones por la compañera de otro trabajador, merece el repudio y la indignación de todos los trabajadores y luchadores de nuestro país.
No es casualidad que estos repugnantes hechos coincidan en el tiempo con amenazas similares sufridas por un delegado del Subte, luego de la extraordinaria lucha que protagonizaran hace unas semanas. Este accionar, que recuerda gráficamente al de la Triple A y a la época del proceso militar, nos indica hasta qué punto están dispuestos a llegar los patrones para defender sus intereses de clase, utilizando a sus mercenarios en el aparato del Estado y a sectores de la burocracia sindical que han sido desalojados de sus posiciones o que ven peligrar las mismas ante la nueva camada de activistas obreros surgida después del Argentinazo.
Si bien en estos 4 años los obreros de Zanón debieron enfrentar numerosas amenazas, intentos de desalojos y coacciones "legales" y represivas, pudiendo superar estos obstáculos gracias a su determinación y a la solidaridad que los rodeó por parte de los trabajadores y desocupados de Neuquen y todo el país, no cabe duda de que estos últimos ataques suponen un salto cualitativo en el accionar de la patronal y el gobierno de Sobisch, cuyo Ministro de Seguridad calificó de "delincuentes" a los trabajadores de Zanón hace sólo unas semanas.
Nuestros enemigos de clase quieren dejar un mensaje muy claro a todos los trabajadores: no se puede tocar la propiedad de los capitalistas ni amenazar los beneficios que obtienen a costa de nuestra explotación.
Por eso, la lucha emprendida por los obreros de Zanón contra este cobarde accionar represivo y por la expropiación de la fábrica bajo el control de los trabajadores, compete a todo el movimiento obrero argentino. Si tienen éxito en derrotar a los trabajadores de Zanón mañana utilizarán los mismos métodos para intentar derrotar a otros trabajadores que emprendan el mismo camino. De ahí que sea vitalmente necesario rodear de la máxima solidaridad a los compañeros neuquinos y denunciar y derrotar los planes represivos de los capitalistas, los gobiernos patronales y la policía.
Hoy, la CTA y el Sindicato ceramista (SOECN) de Neuquén han convocado un paro general contra estos ataques. Este es el camino. Los trabajadores debemos exigir a los dirigentes de la CGT en Neuquén y a nivel nacional que también se pronuncien pública y firmemente contra estas agresiones y que emprendan medidas de fuerza para enfrentarlos. De otra manera, su silencio los hace cómplices de este accionar represivo aumentando su descrédito y deshonor ante el conjunto del movimiento obrero.
* Frente a la represión patronal y policial, solidaridad y lucha obrera.
* Si nos tocan a uno, nos tocan a todos.
* Expropiación de Zanón bajo control obrero.