“El camino es el Socialismo”

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Estoy convencido, y creo que esta convicción será para el resto de mi vida, que el camino para construir un mundo nuevo, mejor y posible no es el capitalismo -que nos lleva directo al infierno-, el camino es el Socialismo , ése es el camino: el Socialismo, el Socialismo. (Hugo Chávez)

El Presidente Chávez reafirma su oposición al capitalismo

Estoy convencido, y creo que esta convicción será para el resto de mi vida, que el camino para construir un mundo nuevo, mejor y posible no es el capitalismo -que nos lleva directo al infierno-, el camino es el Socialismo , ése es el camino: el Socialismo, el Socialismo. (Hugo Chávez)

Con esta clara declaración en su programa semanal televisivo Aló Presidente, Chávez ha reafirmado su punto de vista de que el Socialismo es la única salida para resolver los problemas de inequidad, miseria y pobreza que tienen que enfrentar millones de personas en Venezuela y el resto del mundo hoy en día.

A esto añadió: “Ya lo he dicho. Estoy convencido que el camino para construir un mundo nuevo y mejor no está en el capitalismo. El capitalismo nos lleva directo al infierno”. El presidente ya había hecho declaraciones similares cuando habló en el Foro Social Mundial en Brasil a finales de Enero.

El Aló Presidentedel domingo pasado fue transmitido desde Cocorote, en Yaracuy, un estado principalmente agrícola. Chávez hizo un llamado a que se abra la discusión sobre la cuestión del Socialismo en su propio partido, el Movimiento Quinta República (MVR), y dentro del movimiento bolivariano revolucionario en general.

Chávez explicó cómo éste convencimiento le ha venido luego de muchos años de lucha: “Estoy convencido, en esta etapa de mi vida -ahora tengo 50 años- luego de seis años como presidente, luego de casi 30 años de lucha política, desde 1977, cuando tuve la idea de tomar el juramento de un pequeño grupo de compatriotas, soldados, para crear el primer núcleo -en ese entonces éramos como 5- de lo que luego se convirtió el MBR-200 [Movimiento Bolivariano Revolucionario 200] … luego de muchas lecturas, debates, discusiones y muchos viajes alrededor del mundo, etc. estoy convencido, y creo que esta convicción será para el resto de mi vida, que el camino para construir un mundo nuevo, mejor y posible no es el capitalismo, el camino es el Socialismo, ése es el camino: el Socialismo, el Socialismo”.

El público aplaudió y vitoreó el discurso. La reacción de la audiencia presente a las palabras de Chávez muestra el enorme potencial que hay en el movimiento revolucionario venezolano por las ideas de la transformación socialista. Este es el resultado de la experiencia práctica de los últimos 16 años de lucha. El pasado 27 de Febrero marcó el 16 aniversario de la insurrección popular “El Caracazo”, que vino a transformar la vida política de Venezuela. Y en particular los últimos seis años desde que Chávez fue elegido en Diciembre de 1998 han tenido un gran impacto.

La evolución política de Hugo Chávez no se ha dado en línea recta, como él mismo ha explicado el pasado viernes 25 de Febrero, en la Cumbre sobre la Deuda Social en Caracas. Él, honestamente, ha señalado que había coqueteado con la idea de la “Tercera Vía” como una solución al capitalismo: “la tercera vía, un capitalismo de rostro humano, tratando de darle al monstruo una máscara.” Pero concluyó que “esta máscara ha caído al suelo, hecha añicos por la realidad.”

Cuando llegó a la presidencia en 1998, Chávez no partió desde un punto de vista socialista. Estaba comprometido a resolver los problemas de desigualdad, pobreza y miseria de millones de venezolanos. Pero inicialmente pensó que esto podía lograrse dentro de los límites del sistema capitalista. Su gobierno se ha salido de su camino de no violar los derechos a la propiedad privada de los grandes terratenientes, banqueros y empresarios.

La contradicción desde el mismo principio fue precisamente que cualquier intento serio de atender esos problemas chocaba de frente con los intereses de la oligarquía (una estrecha coalición de intereses de terratenientes, banqueros, capitalistas y la burocracia estatal, completamente subordinada a los deseos del imperialismo estadounidense).

Dado que el Presidente Chávez estaba seriamente comprometido con la resolución de esos problemas, la oligarquía, en masa, se pasó al lado de la insurrección armada contra el gobierno democráticamente elegido. Esto muestra la naturaleza extremadamente parasitaria de la oligarquía venezolana (una característica que comparte con las clases dominantes de todos los países capitalistas del llamado Tercer Mundo). Organizaron el golpe militar de Abril de 2002, el sabotaje petrolero y el paro patronal de Diciembre de 2002, el traslado de los paramilitares colombianos a Caracas y la provocación fascista de la guarimba en Febrero de 2002, el referéndum presidencial en Agosto de 2004, y así.

Ha sido esta rica experiencia del movimiento revolucionario, enfrentado con las constantes provocaciones de la clase dominante, que ha forzado a Chávez y a muchos en el movimiento revolucionario bolivariano a llegar a la conclusión que “dentro de los límites del capitalismo es imposible resolver los retos de combatir la pobreza, miseria, explotación, desigualdad” como el mismo Chávez explicó durante la campaña para las elecciones regionales del pasado Octubre.

Esta dinámica de acción y reacción de la revolución venezolana nos recuerda fuertemente a los primeros años de la revolución cubana. En un proceso de ataques y contraataques, el liderazgo de la revolución cubana, que no empezó con la intención de derrocar el capitalismo, fue forzado, a fin de resolver las necesidades más acuciantes de las masas, a romper con el capitalismo.

Este es un lado de la cuestión, pero también hay otro lado. Chávez es un hombre que devora libros y tiene una enorme sed de ideas. Esto no es ningún accidente. Esto refleja la apremiante necesidad de conseguir una salida a los problemas que enfrenta la revolución. Es por ello que Hugo Chávez ha estado leyendo literatura marxista, la cual indudablemente ha tenido una influencia en él. Públicamente ha alabado en varias ocasiones el libro Razón y Revolución de Alan Woods y Ted Grant. En particular, ha citado la sección que trata del proceso molecular de la revolución, una sección que es particularmente relevante para la etapa que actualmente está pasando la Revolución Bolivariana.

Aún más relevante es La Revolución Permanente de León Trotsky, la cual adquirió de nuestros camaradas de El Militante (España) en el encuentro con los trabajadores de CCOO en Madrid, y el cual ha recomendado con gran entusiasmo. La principal tesis de este libro es precisamente el hecho de que ninguna de las tareas de la revolución democrático burguesa pueden ser llevadas a cabo por la burguesía en los países capitalistas atrasados, dado que éstas llegaron tarde al escenario de la historia, y estas tareas sólo pueden ser acometidas por la clase trabajadora a través de la lucha por el Socialismo.

La idea central de la teoría de la Revolución Permanente es que en los países coloniales o ex coloniales, la lucha por las tareas democrático burguesas, si son llevadas hasta el final, deben llegar (de una manera ininterrumpida o permanente) a una revolución socialista. Pero esto es sólo la mitad de la teoría. La otra idea principal en la Revolución Permanente es que la revolución no puede limitarse a las fronteras de un país, sino que debe extenderse internacionalmente como la única garantía de su victoria. Chávez también ha comentado favorablemente esta idea, declarando públicamente que Trotsky tenía razón frente a Stalin en este asunto, y que la Revolución Bolivariana debía extenderse a otros países para poder triunfar.

En la Cumbre de la Deuda Social, Chávez dijo que hasta ahora en seis años de gobierno, “no hemos definido nuestro modelo como socialista”. A esto añadió: “Estoy diciendo esto a título personal, para contribuir al debate, para abrir la discusión dentro de los partidos que apoyan la revolución”. Pero su posición es clara: “si no es el capitalismo, entonces ¿qué es? Yo no tengo dudas, es el Socialismo”. En el Aló Presidente hizo hincapié en la necesidad de debatir esta cuestión: “vamos a discutir, nosotros no le tememos a las ideas”.

En anteriores ocasiones, Chávez ha dejado claro que lo que se necesita es estudiar las ideas originales del Socialismo, que han sido distorsionadas por el estalinismo. “¿Cuál socialismo, de los tantos que hay? Podemos pensar que ninguno de los que ha existido, a pesar de que representan experiencias, logros, avances en muchos casos, vamos a tener que inventarlo, es por ello que este debate es tan importante, debemos inventar el Socialismo del siglo XXI”.

Al final de su programa Aló Presidente insistió en que el tipo de Socialismo en el que está pensando es uno basado en la “democracia revolucionaria”: “todo esto, los Comités de Tierra Urbana, los Núcleos de Desarrollo Endógeno, la Misión Barrio Adentro, la Misión Vivienda… todas estas son herramientas para la construcción del Socialismo, debemos alejarnos del capitalismo.”

Chávez ha dicho en varias ocasiones que la única forma de acabar con la pobreza es “darle poder a los pobres”. Esa idea es básicamente correcta, pero como todas las otras ideas expresadas por Chávez, debe dársele un contenido concreto. Un genuino Socialismo sólo puede estar basado en la democracia obrera, de los comités obreros en las fábricas, sitios de trabajo, y comunidades obreras, comités de soldados y comités de campesinos. De hecho, esto ya fue llevado a la práctica por el Partido Bolchevique bajo el liderazgo de Lenin y Trotsky en Rusia en 1917, aunque luego haya sido traicionado y distorsionado por Stalin.

Las últimas declaraciones de Chávez sobre el Socialismo llegan luego de los Decretos Zamoranos para acelerar la reforma agraria, aprobados en Enero, y la expropiación de Venepal, igualmente en Enero. Los decretos sobre la reforma agraria ya han sido usados para intervenir la hacienda El Charcote (propiedad del multimillonario británico Lord Vestey). Venepal está ahora en manos de tanto del Estado como de los trabajadores y está siendo dirigida sobre la base de una estructura en la cual la Asamblea de Trabajadores es la máxima autoridad. Los trabajadores de la Constructora Nacional de Válvulas, la cual produce válvulas principalmente para la industria petrolera y que también fue abandonada por sus dueños, han relanzado su lucha y están solicitando su nacionalización bajo control obrero.

Es claro que la Revolución Bolivariana se encuentra actualmente en un punto de inflexión. Si ha de seguir avanzando, debe agarrar la ortiga, confrontar a la oligarquía y llevar adelante la expropiación de la tierra, la banca y las grandes empresas que siguen en manos privadas. A fin de evitar la abominación de la burocracia y el totalitarismo, debe desarrollar un modelo democrático, no la corrupta seudo-democracia de la burguesía sino un nuevo modelo de democracia socialista, que no es sino que los trabajadores y campesinos tengan el poder firmemente en sus manos.

Algunas personas dicen que el modelo bolivariano no debe tomar sus ideas de otros países, especialmente de Europa. Si esto significa que la Revolución Bolivariana no debe importar servilmente modelos foráneos, debemos coincidir. La revolución venezolana tiene su propio carácter, personalidad y tradiciones históricas y las masas han demostrado ya su colosal capacidad creativa e inventiva.

Pero si esto significa una mentalidad cerrada y limitaciones nacionalistas, ello es negativo y no tiene nada en común con las verdaderas ideas de Bolívar. No olvidemos que Simón Bolívar se basó en un particular modelo europeo: el de la Revolución Francesa. De la misma forma, los descendientes modernos de Bolívar buscarán aprender de otras revoluciones. Después de todo, no necesitamos reinventar la rueda. La revolución no terminó con Bolívar y la ideología revolucionaria fue posteriormente perfeccionada y colocada sobre bases científicas por Marx, Engels, Lenin, Trotsky y otros pensadores revolucionarios.

Los bolivarianos modernos estarán tan abiertos a las ideas genuinamente revolucionarias de otros países como lo estuvo el mismo Libertador. No es ningún accidente que, junto a Bolívar y otros héroes de la tradición revolucionaria de América Latina, Hugo Chávez cite las obras del gran revolucionario ruso León Trotsky. Los bolivarianos modernos repetirán la experiencia de la Revolución Rusa, pero a un nivel más elevado, y llenándolo con un contenido genuinamente venezolano y latinoamericano. De esta forma, preservarán lo mejor de lo viejo para producir algo genuinamente nuevo y original.

Por encima de todas las cosas, es necesario comenzar el debate sobre las ideas que el Presidente Chávez ha puesto a la orden del día. La tendencia marxista representada en Venezuela por la Corriente Marxista Revolucionaria e internacionalmente por El Militante y Marxist.com participarán activamente en este debate. Esta es la única manera en la que podemos desarrollar una capa de cuadros revolucionarios, integrada en el Movimiento Bolivariano, capaz de proveer la guía necesaria en las batallas decisivas contra el capitalismo.

La apertura del debate sobre el Socialismo representa un decisivo punto de inflexión en la revolución venezolana y tiene implicaciones a nivel mundial. Por primera vez en muchos años, el dirigente de un movimiento revolucionario de masas está llegando a conclusiones correctas a partir de su propia experiencia. Ha llegado a la conclusión de que el capitalismo no puede resolver los problemas de las masas y que el Socialismo es el único camino para avanzar. Esto debe ser acogido entusiastamente por todos los revolucionarios sinceros. ¡Ahora lo que se necesita es convertir estas palabras en hechos!

Martes, 1 de Marzo de 2005