Balance de las elecciones en la CTA

0
155

Las elecciones en la CTA revelaron los importantes límites que existen al ejercicio de la democracia sindical dentro de la Central. La conducción oficial practicó innumerables irregularidades para garantizar una victoria “arrolladora” de la lista oficial, encabezada por Hugo Yaski.

Maniobras burocráticas y desafíos del activismo clasista

Las elecciones en la CTA revelaron los importantes límites que existen al ejercicio de la democracia sindical dentro de la Central. La conducción oficial practicó innumerables irregularidades para garantizar una victoria "arrolladora" de la lista oficial, encabezada por Hugo Yaski.
La cifra oficial de votación difundida, menos del 40% del padrón, refleja el escaso interés de la dirigencia en estimular la participación de la militancia en la vida interna del sindicato.
La oposición de izquierda (representada por las listas 2 y 3) obtuvo un porcentaje del 10%. La Lista 2, impulsada por el Movimiento Intersindical Clasista (MIC), ganó las seccionales de Bahía Blanca y Cañuelas (provincia de Buenos Aires) y también la de Rosario, en un frente con sectores locales de la CTA. Allá donde las listas 2 y 3 fueron unidas se consiguieron muy buenos resultados, como en Lomas de Zamora (donde sólo el fraude oficialista impidió ganar la seccional) sacando el 45%, y en La Plata el 17%.
Lamentablemente, frente a la actitud constructiva adoptada por la Lista 2, los impulsores de la Lista 3 (PO, PTS y otros grupos menores) se negaron a la formación de una lista nacional unificada, apostando al divisionismo sectario y estéril, en un despilfarro de esfuerzos y denuncias estridentes e infantiles, que objetivamente ayudó a la burocracia sindical dirigente.
La Lista 2 también debió enfrentar los efectos de las debilidades internas del MIC. Un evento tan relevante como las elecciones en la CTA, debió ser preparado a través de un plenario nacional del MIC para discutir la política de listas, el programa sindical y el diseño de la campaña electoral. Lamentablemente, esto no se hizo, lo que dio lugar a la improvisación, y a que los debates quedaran relegados a los órganos dirigentes en las Mesa Provisoria Nacional del MIC y de las diferentes mesas regionales.
Otra dificultad que debió enfrentar la Lista 2 fue la presencia, por decisión personal, de un miembro de la Mesa Nacional del MIC, Claudio Marín de Foetra Bs As, en la lista oficial de Yaski, lo que fue utilizado por éste para exhibir el supuesto carácter "integrador" y "plural" de la lista oficial.
Marín, desoyendo la opinión de la mayoría de la Mesa Nacional y del sentir de las bases del MIC, justificó su actuación argumentando que utilizaría la posición en la conducción de la Central para plantear posiciones clasistas y de oposición a la política sindical de la mayoría de la dirigencia. Sin embargo, esto favorece a la burocracia y perjudica al activismo clasista. Más aún cuando el compañero Marín no delimitó públicamente con la política sindical de Yaski.
Las elecciones gremiales no son un fin en sí mismo, sino un medio para propagandizar nuestras ideas en la base de los sindicatos, aumentar nuestros puntos de apoyo y ganar nuevos adherentes al MIC.
Cualquier posición sindical, para que sea sólida y permita avances mayores, debe basarse en una posición real en el movimiento obrero, y no en acuerdos artificiales con la burocracia que desdibuje nuestro movimiento y sus posiciones sindicales.
Pese a todo, los resultados de estas elecciones le han permitido al MIC avanzar, modesta pero sensiblemente, en sus puntos de apoyo dentro de la CTA. De lo que se trata ahora es de es de superar las debilidades detectadas para dar pasos adelante más sólidos y ambiciosos.