¿Aguas Argentinas o de los monopolios?

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En los ingenuos días de nuestra infancia los maestros nos enseñaban que el agua era algo tan indispensable para la vida como el aire que respiramos y que todos los habitantes de este bendito suelo teníamos derecho a disponer de ella en cantidad y calidad. Hoy, más viejos y menos ingenuos que unos años atrás, sabemos que en el capitalismo, salvaje y neoliberal, el líquido elemento es una mercadería más, disponible sólo para aquellos que puedan pagarla. Sujeta a la ley de la oferta y la demanda.

Por la reestatización inmediata del servicio

En los ingenuos días de nuestra infancia los maestros nos enseñaban que el agua era algo tan indispensable para la vida como el aire que respiramos y que todos los habitantes de este bendito suelo teníamos derecho a disponer de ella en cantidad y calidad. Hoy, más viejos y menos ingenuos que unos años atrás, sabemos que en el capitalismo, salvaje y neoliberal, el líquido elemento es una mercadería más, disponible sólo para aquellos que puedan pagarla. Sujeta a la ley de la oferta y la demanda.

Para muestra basta un botón: en el Foro Mundial del Agua reunido en La Haya, Holanda, en el año 2000 la ONU, en su nuevo papel de sirviente de las multinacionales, se opuso a que el derecho al agua fuera inscripto como derecho humano y sí que fuera considerado solamente como una necesidad vital.

El Banco Mundial avala la tesis de que el vital fluido debe ser vendido a los nativos como una mercancía más del suelo y del subsuelo, al igual que el petróleo, el gas, el hierro o el cobre. Y que este recurso estratégico debe ser explotado por el capital privado con el atractivo de una alta tasa de ganancia que lo anime a hacer las inversiones necesarias.

Hace unos pocos días el diario Clarín hizo una encuesta sobre el destino de la concesión del agua. Más del 60 por ciento de los encuestados defendían que el servicio volviera a manos del Estado. Los ecos del Argentinazo no se han apagado, mal que les pese a los Neustadt, Grondona y otros plumíferos al servicio del imperio. Hoy existe un consenso popular contra las empresas privatizadas.

Aguas Argentinas = empresa pirata

El directorio de la empresa aconsejó rescindir el contrato de concesión del servicio de agua potable y cloacas del área metropolitana (atiende unos 11 millones de usuarios).

El mayor grupo propietario es Suez, con un 39.9%, seguido por Aguas de Barcelona (25%),los empleados (10%),el Banco de Galicia (8.3%), V.Corporación Financiera Internacional (5%), Vivendi (7.5%) y Anglian Water (4.3%).

En Manila, Filipinas, la empresa Suez se retiró dejando una epidemia de gastroenteritis que costó 7 muertes. Previamente había aumentado las tarifas un 500 %, representando un 10,5% de los ingresos de una familia tipo.

El burócrata sindical Lingeri ya dijo que no se quiere hacer cargo de la dirección de la empresa. Se conforman con el papel de socios menores del capital.

La empresa incumplió los contratos firmados y hoy se retira, tras haberse endeudado para hacer obras que no ejecutó Fondos que seguramente fueron a parar a paraísos financieros en busca de alta rentabilidad. En lo que no se escatimó fue en publicidad: 28 millones de dólares en los últimos doce años para mentir a lo grande y mostrar las bondades de una gestión sin ningún logro. No se hizo ninguna obra de infraestructura cloacal ni estudios de impacto ambiental por cambio de sistema de extracción, lo que motiva la subida alarmante de las napas freáticas en muchas zonas.

El gobierno deberá restituir a la empresa la garantía de 110 millones de pesos y el valor de bienes adquiridos durante su actuación .Además debería indemnizarla por los daños emergentes de la rescisión. Es probable que Kirchner adopte la misma salida que tomó con el Correo: la rescisión por decreto y por culpa del concesionario. Parece ser que la idea del mandatario es apostar por el capital español (Aguas de Barcelona, ya mencionada como accionista).Y aclaró, como si hiciera falta, que no es estatista. Algo que recordamos los memoriosos, ya que fue cómplice de la mayor estafa a nuestro pueblo: la privatización de YPF, cuando era mandatario santacruceño.

Frente a estas maniobras gubernamentales, llamamos a movilizarnos por la reestatización inmediata y bajo control de los trabajadores y del público usuario de este servicio tan estratégico. Y a avanzar hacia la nacionalización inmediata sin compensación de los recursos energéticos (Repsol, Edenor, Edesur, etc) y de todos los medios de telecomunicación (Telefónica, Telecom., etc) y de transporte que nos fueron robados en la negra y larga noche de la década infame menemista.