A 5 años de la masacre de Avellaneda

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Se cumplen 5 años de los fusilamientos de Darío Kosteki y Maximiliano Santillán. Lo que quedó en denominarse "la masacre de Avellaneda" formaba parte de un plan trazado desde las más altas esferas del poder político, con el visto bueno de los distintos sectores de la burguesía, para aniquilar el movimiento de masas que venía creciendo luego de la gesta insurreccional del Argentinazo, y de esta manera "restablecer el orden" que permitiese continuar con la política de saqueo a las riquezas del país.l país.

Los responsables principales permanecen sin juzgar

Se cumplen 5 años de los fusilamientos de Darío Kosteki y Maximiliano Santillán. Lo que quedó en denominarse "la masacre de Avellaneda" formaba parte de un plan trazado desde las más altas esferas del poder político, con el visto bueno de los distintos sectores de la burguesía, para aniquilar el movimiento de masas que venía creciendo luego de la gesta insurreccional del Argentinazo, y de esta manera "restablecer el orden" que permitiese continuar con la política de saqueo a las riquezas del país.
Días antes de la masacre, a través de los medios de comunicación, el gobierno Duhalde se encargó de amenazar a las masas que alzaban su voz contra las políticas hambreadoras y de desocupación. Así, el entonces Secretario de Seguridad, Juan José Álvarez, afirmaba que consideraba el corte de accesos a la ciudad como "una acción bélica" (Clarín, 16/6/02). El propio Eduardo Duhalde manifestaba: "Tenemos que ir poniendo orden" (El Cronista, 19/6/02).
Las amenazas se cumplieron el día 26 de Junio de 2002, cuando miles de piqueteros y luchadores populares se lanzaron a las calles con la intención de cortar rutas y puentes de acceso a la Capital Federal, reclamando empleo digno y subsidios para los desocupados.
Las columnas de desocupados fueron emboscadas y reprimidas cobarde y salvajemente en el Puente Pueyrredon, que une Avellaneda con Capital, por un megaoperativo que combinaba el accionar de la Policía Bonaerense, la Policía Federal, Prefectura, Gendarmería y elementos Paramilitares. Se utilizaron balas de plomo y armas de guerra, dejando un saldo de 150 detenidos, 33 heridos de bala y la muerte de Darío y Maxi, militantes del Movimiento de Trabajadores Desocupados "Aníbal Veron", fusilados aparentemente por el comisario Alfredo Franchioti y el cabo Alejandro Acosta, en las inmediaciones de la estación ferroviaria de Avellaneda.
Sólo a través de la insistente movilización popular se logró el enjuiciamiento de algunos de los responsables materiales directos; y hoy, Franchioti y Acosta, se encuentren tras las rejas con prisión perpetua, mientras que otros policías recibieron penas menores.
Pero todavía estamos muy lejos de gritar "Justicia". Quienes planearon, ordenaron y encubrieron las acciones criminales que terminaron con la muerte de nuestros compañeros, quedaron impunes.
Este es el caso del ex-Presidente Duhalde, y demás funcionarios que ostentaban responsabilidades en la SIDE (como Carlos Soria y Óscar Rodríguez), y en los gobiernos nacional (como Alfredo Atanasof, ex-Jefe de Gabinete), y de la provincia de Buenos Aires (como Juan José Álvarez, Jorge Matzkin, Jorge Vanossi, Luis Genoud y Felipe Solá). No lo podemos permitir ¡ellos también apretaron el gatillo!
Kirchner siempre evitó señalar la responsabilidad en la masacre del gobierno de Duhalde, con cuyo apoyo llegó al poder en 2003. Se limitó a prometer investigar "caiga quien caiga"… pero hoy todos siguen impunes.
Debemos redoblar la lucha para crear una sociedad sin represión ni explotación, donde la riqueza esté en las manos de quienes la producen bajo el control democrático de la población, una sociedad socialista.

*Dario y Maxi presentes …. AHORA y SIEMPRE
*Juicio y castigo a los demás responsables materiales e intelectuales de la masacre
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