La situación de la UBA hoy

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La universidad pública argentina, y específicamente la UBA, como parte de la sociedad, vive una situación precaria. Hay una cierta calma en las distintas Facultades (con la excepción del conflicto en Ingeniería): un estudiantado más o menos callado,una militancia adaptada a esta situación de inactividad, docentes resignados, no docentes vapuleados. La universidad pública argentina, y específicamente la UBA, como parte de la sociedad, vive una situación precaria. Hay una cierta calma en las distintas Facultades (con la excepción del conflicto en Ingeniería): un estudiantado más o menos callado, una militancia adaptada a esta situación de inactividad, docentes resignados, no docentes vapuleados.

En realidad el movimiento pasa por otro lado. Después de la asunción del grupo de Etcheverry dos años atrás, se pusieron manos a la obra para realizar de una vez por todas el ajuste presupuestario que el establishment venía pidiendo a gritos hace años. Quienes están encargados de la ‘reconversión estructural’ son conspicuos privatizadores de la era menemista (con sueldos obscenos), burócratas al servicio de los organismos financieros internacionales que tienen como misión arrasar con la UBA tal como la conocemos y convertirla en un quiosco de servicios intelectuales para el mercado.

Sin lugar a dudas la situación de la UBA hoy es calamitosa. El ajuste que se está haciendo es brutal. En el ámbito docente, por ejemplo, tenemos el hecho de que cientos de cargos desaparecen, son eliminados desde el rectorado; de que no hay llamados a concursos; tenemos docentes con doctorado trabajando de ayudantes; 14.000 docentes que trabajan gratis; fondos de investigación escasísimos y, encima, los más suculentos van para ciertos elegidos; el hecho de que el deterioro edilicio es pasmoso, con aulas superpobladas; docentes mal pagos que deben correr la coneja para poder vivir.

Descartado el arancelamiento directo por políticamente inviable, está implosionando todo el armazón en que consiste la UBA.

Propiamente, la UBA es una federación de facultades con panoramas e intereses muy distintos. No es lo mismo Económicas, Ingeniería o Medicina, donde los docentes mayormente trabajan en la actividad privada, tienen su trabajo académico como un acrecentador de prestigio y les da lo mismo trabajar por $200, $800 0 $1200, que facultades como Filosofía y Letras, Sociales o Exactas, donde los docentes dependen del trabajo académico porque la índole de sus disciplinas no tiene casi inserción fuera de la universidad. Por eso es que en estas últimas Facultades el problema es más agudo y dramático.

Por otro lado, el proyecto neoliberal hace años que insiste con que la universidad debe salir a vender sus servicios al mercado y de esa forma conseguir fondos. Algunas Facultades ya están haciendo esto ‘exitosamente’, con lo que se convierten en vasallos de las empresas privadas.

Ante esta situación desde El Militante llamamos a la formación de un frente único de estudiantes, graduados, docentes y no docentes que se ponga en pie de lucha y como primer paso vaya a exigirle a Etcheverry una movilización y paro masivo para pelear por el presupuesto que se está votando en el Congreso; y, como éste no lo va a hacer, como segundo paso este frente único debe llamar a una asamblea universitaria masiva que democratice la Universidad y elija un órgano representativo de todos los sectores para que la gobierne y termine con el ajuste salvaje que se está haciendo.