Pasando los 60 años, y con una trayectoria como cantante de más de tres décadas, Carlos "El Indio" Solari es uno de los pocos hombres que mueve multitudes en Argentina. Con el precio de las entradas al 10% que las de McCartney, y casi ninguna publicidad, llegaron el pasado 13 de noviembre a Tandil cerca de 90.000 personas para dar vida a otra edición del ritual ricotero.
Pasando los 60 años, y con una trayectoria como cantante de más de tres décadas, Carlos "El Indio" Solari es uno de los pocos hombres que mueve multitudes en Argentina. Con el precio de las entradas al 10% que las de McCartney, y casi ninguna publicidad, llegaron el pasado 13 de noviembre a Tandil cerca de 90.000 personas para dar vida a otra edición del ritual ricotero.
La seguridad, como ya es costumbre en el grupo, -a partir del asesinato de Walter Bulacio a manos de la bonaerense- fue organizada y compuesta exclusivamente por personal relacionado con el Indio, y no se produjo ningún incidente, dejando de lado alguna pelea. Alguna entre miles de personas.
El repertorio estuvo compuesto por temas de la etapa solista del cantante calvo y otros de la mítica banda Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota.
Entraríamos al corral de los más mentirosos si no reconociéramos que el público ve en sus letras, ya no sólo una bandera, sino una filosofía de vida. Más de uno todavía agudiza el oído cuando en un bar alguien nombra a Los Redondos. El Indio, si bien no recae sobre ninguna agrupación política, es la voz más viva de un gran sector de la sociedad que espera con los brazos abiertos un giro de 180º en el plano político. La convocatoria de Solari, vocalista de Los Redondos (banda representativa de los ideales del pueblo), es el reflejo más fiel de tres generaciones dispuestas a la transformación hacia una sociedad de iguales.