Evo Morales y el Movimiento al Socialismo (MAS) obtuvieron una victoria arrasadora en las elecciones presidenciales y legislativas del 6 de diciembre. Evo Morales consiguió el 62% de los votos y los candidatos de la oligarquía obtuvieron, respectivamente: 26% Manfred Reyes Villa (ex-prefecto de Cochabamba expulsado por una insurrección popular) y 7% el empresario Samuel Doria Medina.
Evo Morales y el Movimiento al Socialismo (MAS) obtuvieron una victoria arrasadora en las elecciones presidenciales y legislativas del 6 de diciembre. Al cierre de esta edición no se habían publicado todavía los datos definitivos pero, según datos extraoficiales Evo Morales consiguió el 62% de los votos y los candidatos de la oligarquía obtuvieron, respectivamente: 26% Manfred Reyes Villa (ex-prefecto de Cochabamba expulsado por una insurrección popular) y 7% el empresario Samuel Doria Medina.
Además, el MAS parecía conseguir la mayoría de los dos tercios en la nueva Asamblea Legislativa Plurinacional, que lo habilita para cambiar la Constitución sin necesidad de pactar.
La victoria arrolladora del MAS es un reflejo de la masiva movilización popular a favor de Evo y del cambio que la campaña electoral ha despertado, llena de entusiasmo y grandes expectativas.
En estos años, la burguesía boliviana, con el apoyo de la embajada de EEUU, lo intentó todo para derribar el gobierno democráticamente electo de Evo Morales y trató de secesionar la mitad oriental del país, pero cada arremetida de la oligarquía fue enfrentada en las calles por las masas obreras, campesinas e indígenas de Bolivia, siempre frenadas en el último momento por el gobierno de Evo para alcanzar algún tipo de acuerdo inestable con la oposición de derecha.
Viendo que era imposible derribar al gobierno por un enfrentamiento directo, lo sectores más perspicaces de la burguesía han decidido adoptar una actitud "constructiva", y apoyarse en el ala socialdemócrata (García Linera) del MAS y del gobierno.
Muchas organizaciones sociales y sindicales, cuestionan a algunos candidatos del MAS, tránsfugas, vividores y oportunistas de la ultima hora que han impuesto su candidatura, inclusive empresarios. Esta gente se dará vuelta y mañana y marchará al regazo de la oligarquía. Es necesario, por tanto, purgar de arribistas y burgueses las filas del MAS para lo cual hay que fortalecer un ala izquierda dentro del movimiento obrero y campesino y del propio MAS para hacerle frente a los oportunistas y a las ideas procapitalistas.
Cambio de coyuntura
La primera gestión del MAS gozó de una situación económica mundial favorable que permitió aumentar los ingresos del Estado y otorgar concesiones para mejorar las condiciones de vida de las capas más explotadas de la población, con las nacionalizaciones de ENTEL (telecomunicaciones), Vías de Bolivia y la nacionalización del gas, a pesar de sus sombras.
A esto ayudó el aumento del precio del petróleo y del gas y el ingreso de Bolivia en la Alianza Bolivariana para las Américas (ALBA), con Venezuela y Cuba, que ha financiado la dotación de equipos, maquinarias para salud, educación, producción agrícola, y las misiones de alfabetización y atención médica para barrios pobres y área rural.
Sin embargo, pese a los esfuerzos y las medidas del gobierno, las tasas de crecimiento que el país no reflejan un desarrollo generalizado. Tan solo el primer semestre del 2009 la Inversión Extranjera Directa ha caído de un 50%. Por otro lado la burguesía nacional se ha concentrado en actividades rentísticas. El resultado es que las fuentes de empleos generadas son por la intervención del gobierno y son temporales.
El 54% de los bolivianos empleados por la empresa privada son todavía precarios, un tercio de los trabajadores gana por debajo de la canasta básica. Hay todavía muchísimo camino por recorrer.
El próximo gobierno enfrentará una coyuntura diferente. Se prevé un posible déficit fiscal de 4.500 millones de bolivianos para el 2010 determinado por la caída del precio del petróleo y del gas. El precio de los minerales desciende o está estancado debido a la caída de la demanda por la crisis industrial internacional, que aún persiste.
Sí al Socialismo
En su última rueda de prensa antes de las elecciones Evo Morales dijo "¿Para qué sirve ese capitalismo que trae tanta crisis? …¿Cuál es la solución? Sigo convencido de que es el socialismo…". Sin embargo, dijo también: "la lucha por el socialismo… no tiene nada que ver con acabar con la propiedad privada ni con negar a los inversionistas que tengan ganancias". Sin embargo, es justamente el derecho a la ganancia de los inversionistas – multinacionales y empresarios privados – lo que provoca las crisis dentro del capitalismo y mantiene la condición del pueblo boliviano a ser pobre sentado sobre una silla de oro.
El socialismo, al concentrar la gran propiedad de la oligarquía (latifundios, monopolios y bancos) en manos del pueblo trabajador, permitiría desarrollar el país y que el pueblo viviera en una democracia auténtica.
Luchar por este objetivo, atendiendo a la experiencia de las masas trabajadoras bolivianas con la explicación paciente, es la tarea de los socialistas revolucionarios de Bolivia que se expresas dentro y fuera del MAS, y en la COB.