La crisis capitalista mundial está siendo descargada sobre la clase trabajadora en un país tras otro, lo que se traduce en inestabilidad en todos los ámbitos: económico, financiero, social, político, diplomático y militar.
Producto de esto el ajuste en nuestro país está a la orden del día y la educación pública está siendo atacada por todos los flancos. Por un lado, el presupuesto queda totalmente devaluado al ser congeladas las partidas presupuestarias desde el 2023, con una inflación interanual del 287,9% según INFOBAE.
La educación pública pasó a ser un blanco fácil, donde las voces de Casa Rosada y el ajuste apuntan constantemente como misiles guiados. El gran operador: el Presidente Milei con su política de motosierra a nivel nacional. El impacto se hace sentir además en las provincias, como es el caso de Santiago del Estero, pues el ajuste viene dejando a cientos de docentes en disponibilidad con cierres de cursos y divisiones, cierres de las carreras en terciarios, implementándose a través de los directivos, por orden del CGE (Consejo General de Educación) que no inscriben directamente, dejando a cursos sin alumnos, que llevan a la clausura total de las carreras.
Es clara la estrategia política del gobierno nacional, ya que el Estado deja de financiar a la educación Pública, quitando los ítems FONID y Conectividad de los salarios docentes, y pasa a financiar la educación privada. Desde la Secretaría de Educación se lanzó el Programa de Asistencia “Vouchers Educativos” para ayudar a familias que envían a sus hijos a establecimientos privados de los niveles inicial, primario y secundario con una subvención del 75% o más y una cuota que no supere los $54.396-. El gobierno nacional no oculta sus intenciones de desfinanciar la educación pública en beneficio de la privada, mientras las provincias y municipios con presupuestos devaluados se hacen cargo de la Educación Pública. El Gobierno ahoga a las provincias para conseguir tenerlos de su lado para aprobar sus proyectos de Ley. Lo esencial es cumplir con el FMI.
Santiago Del Estero: entre el salario más bajo del país y la inestabilidad laboral
Durante todo el 2023 el salario básico de los docentes santiagueños, se mantuvo congelado en $52.000- por cargo, lo que llevó a un enorme achatamiento salarial para los docentes con antigüedad. Por otra parte, los docentes que se tuvieron que jubilar, en promedio, lo hicieron, por debajo de la jubilación mínima, por consiguiente, al ser jubilado docente no puede recibir ningún bono.
Al no poder cubrir la canasta básica, se le sumó la reestructuración y reubicación de docentes. Con un nuevo diseño curricular que lleva a que desaparezcan muchos espacios curriculares como es el caso de: historia en 3er año, ciencias políticas, salud, artes, etc. dejando a muchos docentes en disponibilidad y en vías de ser reubicados en otros espacios o en otras instituciones. El riesgo es que, si no son reubicados en los siguientes 6 meses, quedan sin trabajo engrosando la larga lista de despedidos que hay en el país.
Sobre llovido mojado, el día 18 de abril, como mencionamos, el CGE emitió un memorándum a las instituciones educativas ordenando el cierre de cursos y/o divisiones que no tengan más de 25 alumnos inscriptos en nivel primario y secundario. El nivel terciario corre igual suerte, ya que se cerraron carreras y la deserción estudiantil hace que no se hayan inscripto en muchas más carreras. Lo que se intenta desde el Estado es ajustar al máximo o sea achicar el plantel docente a un 40%. Ya se venía haciendo desde hace más de siete años atrás con la intervención del CGE, sin llamar a cubrir a más de 300 cargos jerárquicos, ni horas cátedras en cientos de instituciones. Mientras tanto se ha instalado en las escuelas un discurso conservador, que avalan el ajuste, poniendo la ética profesional y la vocación como bandera, cuando a todos los docentes les toca en mayor o menor medida (en horas o cargos) pasar a disponibilidad.
Debemos comenzar a discutir una salida de conjunto, luchar por nuestra independencia política que supone poner en discusión nuestros intereses como clase, como trabajadoras y trabajadores de la docencia y no enfrentarnos entre los de abajo con discusiones que no llevan a resolver la pérdida de la fuente de trabajo.
Adoctrinamiento: otro ataque al docente
El 4 de abril, en el día de Paro Nacional y movilización docente, desde la Casa Rosada el vocero presidencial Manuel Adorni anunció que enviará un proyecto de Ley para “penar” el supuesto “adoctrinamiento en las escuelas” y crear, a la vez, una instancia para que los estudiantes y sus familias puedan denunciar “la actividad política” dentro de los establecimientos educativos.
Esta política de control y desprestigio a la labor docente viene desde hace rato. En el año 2012 el Ministro de Educación porteño, Esteban Bullrich, creó una línea gratuita (0800 444-2400) “para que los padres puedan denunciar cualquier tipo de intromisión política en las escuelas”. Que calificó de “fascista” la actividad de las agrupaciones docentes y estudiantiles en establecimientos educativos (La Nación, agosto 2012)
Para comenzar tenemos que definir que es adoctrinamiento: no es lo mismo enseñar una doctrina científica, filosófica, religiosa, política, militar, ideológica, etc., para conocerla y educarse sin pedir nada a cambio, que exponerla para “colonizar mentes” según Saramago (2001), conseguir acólitos o acumular adeptos.
Adoctrinar es lo opuesto a educar. Adoctrinar es programar mentalmente a las personas e instituciones colectivas, sin duda alguna, sabiendo que esa es la idea; y que las demás están equivocadas. Para adoctrinar se necesitan entes pasivos, sin reflexión y crítica alguna, acompañados por docentes autoritarios.
Mientras que, al enseñar, el docente expone una posición entre otras posibles, y los estudiantes devuelven una mirada o un punto de vista sobre lo que se enseña. En el adoctrinamiento los estudiantes son meros sujetos pasivos que aceptan una verdad sin cuestionarla. El gobierno es el que, a través de la educación, quiere controlar y busca seres humanos susceptibles de ser explotados y que no tengan los mínimos conocimientos para cuestionar el modo de producción ni la relación de producción.
Según Carlos Marx: “Una cosa es determinar, por medio de una ley general, los recursos de las escuelas públicas …. y otra cosa completamente distinta, es nombrar al Estado ¡educador del pueblo! Es, por el contrario, el Estado el que necesita recibir del pueblo una educación severa”
Por otra parte, según el gobierno cualquiera puede acusar y descalificar, a la labor docente. En ningún momento menciona el organismo competente o que al que le corresponderá mediar o juzgar esa supuesta acción de adoctrinamiento. Tampoco se tiene en cuenta quien verifica que la denuncia sea real o falsa, ¿ese ente contralor quien lo compone?; ¿cuáles son los mecanismos a través de los cuales se confirmará la veracidad de la denuncia? El gobierno a través de una campaña mediática, violenta, discriminadora, misógina, que carece de fundamentos reales, lleva un juego de miente, miente que algo quedará para descalificar al docente y así poder ajustar al ritmo que le impone el FMI.
Tener una denuncia acusatoria de una “supuesta acción de adoctrinamiento”, en estos momentos donde la fuente de trabajo docente se encuentra bajo la lupa, es aún más peligroso; ya que engrosarían las causales para ser pasados a disponibilidad sin ser reubicados en ninguna institución, llevándolos a la pérdida de su fuente de trabajo.
¿Cómo debemos enfrentar los docentes estos ataques? Necesitamos una auténtica rebelión educativa
Ante una política educativa que lleva un ajuste voraz en la educación con la estrategia: disminuir la responsabilidad del Estado, desfinanciando la Educación Pública, tendiendo a su privatización, y apostando literalmente con más recursos económicos a la educación privada, deja a los trabajadores de la educación una gran tarea para nada imposible; en cada escuela, en los gremios y sindicatos docentes impulsando y participando en auto convocatorias, los docentes debemos aunar esfuerzos en una organización colectiva para crear espacios de debate y deliberación, votando un plan de lucha que nos lleve a la huelga general por la defensa de nuestra fuente laboral y por el salario.
Debemos bregar por nuestros intereses de clase, que ponga arriba de la mesa quienes deben gobernar. Aquellos que generamos con nuestras manos y cerebros las mercancías y riquezas o quienes se apropian de nuestro trabajo.
¿Quiénes debemos gobernar, aquellos que educamos y generamos salud, ciencia, técnica y cultura, o un reducido número de ricachones capitalistas y sus acólitos, los representantes políticos?
Queda en evidencia que quienes debemos hacerlo, somos los millones de hombres y mujeres de a pie. Por esto es imprescindible que nuestro debate recorra la perspectiva de la huelga general ligada a nuestro poder: un Gobierno de las y los Trabajadores.
¡Ningún docente sin trabajo!
¡Abajo el ajuste en educación!
¡Restitución del FONID!
¡Por un salario docente unificado a nivel nacional acorde a la canasta familiar, hoy a $$773.385- por cargo, o su equivalente en horas cátedras!
¡En defensa de la Educación Pública!
¡Preparemos la Huelga General!
¡La Educación es un derecho no un servicio!
¡Abajo el Gobierno del ajuste!
¡Por un Gobierno de los y las Trabajadoras!
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