En el último año se produjo un silencioso pero constante cambio en el esquema económico de las privatizaciones en la Argentina. Esto fue la aparición de subsidios millonarios destinados en su mayoría al transporte. Un estudio del Banco Mundial señala que esas transferencias representan un 0.5 % del total de la riqueza producida en el país, es decir del PBI. Puesto en números, estos subsidios superan los 1200 millones de pesos anuales.
Movilizarse ya por la reestatización bajo control obrero
En el último año se produjo un silencioso pero constante cambio en el esquema económico de las privatizaciones en la Argentina. Esto fue la aparición de subsidios millonarios destinados en su mayoría al transporte. Un estudio del Banco Mundial señala que esas transferencias representan un 0.5 % del total de la riqueza producida en el país, es decir del PBI. Puesto en números, estos subsidios superan los 1200 millones de pesos anuales. Este régimen de subsidios se comenzó a aplicar en tiempos de Duhalde, como un recurso para evitar el aumento de tarifas a cambio de asegurarles beneficios a los propietarios. El estado le garantiza a los empresarios de esta forma un grado de rentabilidad apreciable.que por supuesto pagamos los trabajadores.
El mayor monto lo reciben las rutas con peaje: unos 450 millones anuales. Siguen los colectivos, que reciben 240 millones a través de combustible más barato. Luego los trenes de carga, con 170 millones al año. Los trenes de pasajeros del área metropolitana reciben, a cambio de un servicio deplorable, la nada despreciable suma de 18 millones de pesos por mes.
Además extenderían los subsidios a todas las líneas aéreas de cabotaje con una serie de exenciones impositivas. Esto lo dispuso el gobierno después que decidió imponer un subsidio estatal a la Southern Winds de 100.000 pesos diarios. Esta empresa se hará cargo de la estatal Lafsa (Líneas Aéreas Federales S.A.), que absorbió las aerlíneas quebradas ,LAPA y DINAR. El gobierno deberá pagar por mes no menos de 6 millones de pesos en concepto de combustibles y para pagar los sueldos de 900 empleados. También, el fisco deberá cubrir tasas aeroportuarias y los cargos de aeronavegación.
Es hora de poner punto final a esta situación de injusticia. Mientras en millones de hogares falta lo esencial para asegurar una existencia medianamente digna, se asegura a sectores concentrados del capital suculentos beneficios. Se trata de una espectacular transferencia de ingresos de los sectores más empobrecidos hacia los privilegiados de siempre.
Que se empleen esos recursos para paliar el hambre y las necesidades de millones y no para asegurar ganancias fabulosas a los grupos económicos que nos llevaron al estado ruinoso en que nos encontramos.
Para esto es necesario la nacionalización de todas estas empresas sin indemnización y bajo control de los trabajadores.