El domingo 9 de julio se celebró un acto bajo los auspicios del Museo Casa León Trotski en la Ciudad de México para celebrar la memoria de Esteban Volkov Bronstein, nieto de Trotski, de cuya trágica muerte informamos recientemente.
La jornada comenzó con el descubrimiento de una placa en memoria de Esteban Volkov, que ocupará un lugar destacado en la entrada del Museo.
El acto principal fue precedido por una breve pero emotiva ceremonia en la que los restos mortales de Esteban Volkov, se depositaron junto a los de su querido abuelo en el apacible entorno del jardín del Museo.
La directora del Museo y estrecha colaboradora de Esteban Volkov, Gabriela Pérez Noriega, pronunció un discurso junto a la urna que contenía las cenizas de Trotski y su nieto. Explicó cómo en muchas ocasiones el propio Esteban “se ofreció para dar las visitas guiadas a los visitantes del museo, animó a que los jóvenes y trabajadores leyeran a Trotski , dio entrevistas a organizaciones o grandes cadenas de información, y en todas las ocasiones ponía por delante la pasión que sentía al hablar de su abuelo, al explicar las falsificaciones del estalinismo, a preservar la verdad histórica de una de las figuras más calumniadas de todo el siglo XX”.
Hacia el final de su discurso, Gabriela, embargada por la emoción, no pudo terminar sus palabras, pero fue recibida con una ola de solidaridad y un caluroso aplauso de todos los presentes. La ceremonia concluyó con el canto de la Internacional.
El acto principal se celebró en el auditorio del Museo, que se llenó a rebosar, con gente sentada en las escaleras y de pie en la puerta, escuchando los discursos desde fuera. Entre los presentes estaban obreros y estudiantes, activistas sindicales y veteranos del movimiento, incluyendo dirigentes de la resistencia del sindicato de electricistas SME, movimiento, incluyendo dirigentes de la resistencia del sindicato de electricistas SME, SNTEA, dirigentes democráticos del SNTE, uno de los padres de los estudiantes de Ayotzinapa desaparecidos, los compañeros del FEDEP, etc.
Los ponentes fueron: Alejandro Encinas, político mexicano y funcionario del gobierno, Jesús Ramirez Cuevas, vocero de la Presidencia y Gabrielle Tolloti, representante del MES-PSOL brasileño. También se envió un video expresando solidaridad por parte del eurodiputado Miguel Urbán.
El discurso principal fue pronunciado por el camarada Alan Woods, conocido dirigente de la Corriente Marxista Internacional y amigo y camarada de toda la vida de Esteban Volkov. El discurso de Alan fue sin duda el más emotivo y eficaz, combinando con éxito en un corto espacio de tiempo, tanto los aspectos políticos como personales de la vida de Esteban Volkov – o Sieva Volkov como le gustaba que le llamaran.
Alan comenzó recordando su primer encuentro con Sieva, en Coyoacán, allá por 1989. Fue el comienzo de una estrecha amistad que duró 34 años ininterrumpidos hasta el final de la vida de Sieva. Esta amistad, explicó Alan, se basaba en los sólidos cimientos de un cálido apego personal y un firme acuerdo político.
Alan señaló que cualquiera que hubiera experimentado siquiera una fracción del terrible sufrimiento padecido por Esteban desde su más tierna infancia habría quedado destruido personal y psicológicamente. Pero no fue el caso de Esteban Volkov, que logró a pesar de todas las adversidades elevarse por encima de la adversidad y vencerla. De hecho, explicó Alan, fue precisamente esta experiencia de tragedia personal la que actuó como una poderosa fuerza motriz que le inspiró para luchar durante el resto de su vida por defender la verdad histórica y el legado político de León Trotski.
Recordó cómo Esteban le había presionado constantemente para que asumiera la responsabilidad de producir una edición completa y fiel de la última obra de Trotski, su obra maestra “Stalin”, que había quedado inconclusa en el momento del asesinato y desde entonces sólo estaba disponible en una versión distorsionada e incompleta. Alan recordó que, cuando por fin le entregó a Esteban la traducción española de “Stalin”, se puso muy contento, “como un niño pequeño cuando llega la Navidad”.
Hasta el final, Esteban Volkov se mantuvo fiel a las ideas y los objetivos revolucionarios de su abuelo. Su principal logro, sin embargo, fue la creación del Museo Casa de León Trotski que, desde sus humildes comienzos, se ha convertido en un importante símbolo para los revolucionarios de todo el mundo. La casa que fue testigo del brutal asesinato del líder del Partido Bolchevique y del Ejército Rojo a manos de Stalin se ha convertido ahora en un punto de encuentro para todos aquellos que luchan contra la opresión y la explotación en todo el mundo.
Alan también rindió un efusivo homenaje a la labor realizada por Gabriela Pérez Noriega, que presidió toda la reunión. “Sin el incansable trabajo y sacrificio de Gabriela, este Museo ya no existiría”, afirmó.
La reunión finalizó con un breve vídeo del propio Esteban Volkov, en el que expresaba su eterna devoción a la causa revolucionaria. El acto se clausuró con una sonora versión de la Internacional, fiel expresión del genuino ánimo de inspiración y entusiasmo en la causa de la revolución socialista mundial que este magnífico acontecimiento inspiró a todos los presentes.