El 15 de marzo la clase obrera griega mostró sus músculos a la burguesía y su gobierno. Era la quinta huelga general en un año y sin duda la más grande y exitosa. En todos los grandes centros de trabajo (grandes industrias, empresas del sector público, bancos, puertos, ferrocarriles, estaciones de autobús, etc.) la participación fue casi del cien por cien.
La clase obrera y los estudiantes se rebelan
El 15 de marzo la clase obrera griega mostró sus músculos a la burguesía y su gobierno. Era la quinta huelga general en un año y sin duda la más grande y exitosa. En todos los grandes centros de trabajo (grandes industrias, empresas del sector público, bancos, puertos, ferrocarriles, estaciones de autobús, etc.) la participación fue casi del cien por cien.
En esta ocasión los mítines contaron con una mayor participación que en la anterior huelga general. Unos 30.000 trabajadores participaron en el mitin del GSEE (confederación sindical griega) y unos 15.000 en el mitin del PAME (frente sindical del partido comunista). El ambiente entre los trabajadores era muy militante y había muchos jóvenes trabajadores que no habían participado antes en una manifestación.
Una de las razones de la gran participación es el sentimiento que tienen los trabajadores de que el gobierno está sufriendo una crisis profunda, su apoyo social está colapsando. Una reciente encuesta de Kapa Research revelaba que Nueva Democracia (ND) había perdido el 20 por ciento de apoyo en los barrios obreros de Atenas.
También otro factor ha jugado un papel decisivo en estimular este ambiente militante entre los trabajadores. En febrero hubo huelgas muy importantes que prepararon el terreno para este cambio en la psicología de los trabajadores. Una de estas huelgas fue de los trabajadores de Coca Cola que demostró inicialmente un fuerte espíritu combativo.
Desgraciadamente, tras un mes de lucha algunos trabajadores, frente a la falta de alternativa de la dirección sindical, aceptaron la oferta de los empresarios de duplicar las indemnizaciones. Otra gran lucha, que ha centrado la atención de los trabajadores griegos más viejos, es la dura lucha de los trabajadores de la planta de fertilizantes de Thessaloniki y que fue ocupada. Estos trabajadores también han estado organizando manifestaciones semanales.
Pero sobre todo, tenemos la huelga de marineros. Esta huelga se ha convertido en un símbolo de resistencia contra el gobierno de derecha de la ND, que ahora está presentando abiertamente su verdadera cara como instrumento en manos de los empresarios. Después de una semana de huelga, el gobierno decidió reclutar a los marineros como soldados utilizando una vieja ley reaccionaria del período de la Dictadura de los Coroneles (1967-1974). Este acto aumentó el aislamiento del gobierno. Las encuestas demostraban que el 70 por ciento de la población apoyaba a los marineros. La huelga de marineros acabó un día después del reclutamiento aunque a muchos les habría gustado continuarla. Era obvio que aunque la huelga no acabó en victoria, el gobierno había perdido mucho apoyo dentro de la sociedad por sus acciones contra los marineros.
El GSEE y los empresarios
Desgraciadamente, tras la huelga general, los dirigentes del GSEE (Confederación Sindical Griega), no tienen una perspectiva real de qué hacer. No tienen un plan concreto para hacer avanzar la lucha. Simplemente están intentando utilizar la huelga general como un medio de aumentar la presión sobre los empresarios para conseguir pequeños aumentos para los trabajadores con salarios más bajos.
Inmediatamente después de la huelga general, el presidente de la patronal industrial (SEV) lanzó un nuevo ataque contra los trabajadores exigiendo eliminar las leyes que limitan la libertad de los empresarios para despedir trabajadores, la eliminación de los acuerdos de negociación colectiva, el aumento de la edad de jubilación y la reducción del nivel de las pensiones. Esto es un ataque frontal contra la clase obrera griega.
La razón de esta postura tan agresiva de los empresarios es que ellos se sienten como los gobernantes de la escena política en Grecia. Tienen a su partido en el poder y controlan casi totalmente a la dirección del PASOK. Por eso están insistiendo tanto en su actual línea agresiva de terapias de choque contra los trabajadores. Sin embargo, lo único que conseguirán con esto será una nueva explosión de la clase obrera en Grecia.
El temor al contagio francés en la situación política
Después de la huelga general, el gobierno ha intentado encontrar una forma de tranquilizar la situación haciendo alguna concesión para ganar tiempo. El Ministro de Trabajo ha pedido a los empresarios que concedan aumentos salariales. Es significativo que una semana después de la huelga general, el gran debate en los medios de comunicación es la posibilidad de una repetición en Grecia de la explosión social generalizada de Francia. Es asombroso observar cómo los políticos y periodistas burgueses hablan horrorizados sobre esta posibilidad.
El gobierno está reaccionando con nerviosismo ante las noticias que llegan de Francia. Inmediatamente después de ver el movimiento en Francia anunciaron el congelamiento durante un mes de las reformas del sector público. El principal medio de comunicación del gobierno, Roussopouolos, anunció en sus páginas que el Contrato de Primer Empleo al estilo francés no está previsto en los planes del gobierno Karamanlis, después acusaba a la dirección del PASOK porque este tipo de contrato formaba parte de su programa electoral. Por supuesto que esto es cierto, pero lo que convenientemente ignora Roussopouolos es que el gobierno Karamanlis ya ha introducido el modelo francés en las empresas públicas, como una forma de prepararlas para la privatización.
Este debate en los medios de comunicación sobre Francia expresa dos cosas: el temor de la burguesía a que la lucha de clases en Grecia pueda intensificarse y también el enorme efecto que la lucha de clases en un país tiene en otro, y cómo se puede extender rápidamente de un país a otro.
El problema al que se enfrenta Nueva Democracia es que en septiembre habrá elecciones municipales y si el gobierno continúa con sus ataques a los trabajadores, prácticamente estará garantizada una gran derrota.
Pero esta derrota no se producirá sobre la base de un crecimiento del apoyo al PASOK en la sociedad. El PASOK no ha aumentado en las encuestas. Esto se debe a la situación de crisis permanente desde el período Simitis y también por la política blairista del actual presidente del partido: George Papandreu. Esta es la primera vez que en Grecia una gran caída de apoyo al gobierno no se traduce en un aumento del apoyo al principal partido de la oposición. En las encuestas el apoyo que ND pierde va al no sabe, al KKE (Partido Comunista) y sobre todo al LAOS, un partido reaccionario de derecha (una pequeña escisión de ND).
Todo eso no indica que la sociedad esté girando a la derecha. Debemos decir, por ejemplo, que el presidente del LAOS, George Karatzaferis, ha estado utilizando un lenguaje populista demagógico y en muchas ocasiones incluso una fraseología de izquierda, anunciando su apoyo al Che Guevara y Hugo Chávez. Pero el LAOS también tiene problemas por algunos escándalos de sus principales figuras, así que su ascenso no está garantizado.
El KKE ha estado aumentando su apoyo debido a la falta de oposición real del PASOK al gobierno, pero su influencia política es limitada por las tácticas sectarias de la dirección del partido. El Synaspismos está en una crisis profunda. El ala de derecha del partido ha estado utilizando al viejo presidente del partido, Konstantopoulos, que ha anunciado públicamente en más de una ocasión su apoyo a una coalición con el PASOK, como un intento de socavar al nuevo presidente de izquierda del partido, Alavanos. En realidad, sólo la unificación de estos dos partidos de izquierda, el KKE y el Synaspismos, (históricamente eran el mismo partido, el viejo y mucho más poderoso Partido Comunista Griego) sobre la base de un programa socialista, es lo que hoy podría ofrecer una solución política a los trabajadores.
Las perspectivas
La economía griega se enfrenta a la perspectiva del estancamiento y después de un crecimiento importante del PIB en el período reciente, ahora se dirige hacia una recesión. El crecimiento del PIB todavía está en el 3 por ciento pero están presentes todos los elementos para una recesión. En 2005 la inversión cayó un 1,5 por ciento aunque los beneficios de las grandes empresas (cotizantes en la bolsa ateniense) aumentaron entre un 60 y un 150 por ciento. Esto gracias a una ley que el gobierno Karamanlis aprobó el mes de julio pasado que reduce los salarios por horas extras.
Desde 2002, han cerrado 5.000 empresas y 3.500 se han llevado la producción fuera de Grecia a países balcánicos donde los salarios son muchos más bajos. Como resultado de este proceso el desempleo está oficialmente en el 10 por ciento. Los trabajadores han visto como sus niveles de vida caían dramáticamente. Hoy en Grecia el 45 por ciento de los trabajadores ganan menos de 500 euros al mes y el 73 por ciento de los trabajadores más veteranos están ganando unos salarios que tienen el mismo nivel que las pensiones. Si tenemos esta situación en un período de crecimiento ¿qué pueden esperar los trabajadores cuando llegue la recesión?
El crecimiento del PIB realmente se basa en el consumo dependiente del crédito, es decir, que las familias sobreviven gracias al endeudamiento. Este tipo de crecimiento no es sostenible. Existe un creciente aumento de militancia entre los trabajadores griegos y la próxima recesión creará las condiciones para el aumento de los conflictos de clase.
En el momento de escribir este artículo, la dirección del GSEE está intentando encontrar una manera de retirarse y hacer retroceder a los trabajadores consiguiendo que los empresarios aumenten algo los salarios. Pero no podrán calmar la lucha de clases. Están abiertos muchos frentes de la lucha de clases. En Olympic Airways los trabajadores ya han anunciado movilizaciones contra la privatización de la empresa a principios de abril. En los grandes astilleros griegos, Skaramagas, los trabajadores ya han entrado en acción contra el plan de despidos masivos.
Pero, sobre todo, los 80.000 trabajadores de DEKO (el organismo que gestiona todas las empresas y servicios públicos) ya han iniciado una lucha contra los cambios en sus condiciones laborales. También los jóvenes han participado este mes en una manifestación masiva contra los planes del gobierno de cambiar la Constitución griega y permitir así la creación de universidades privadas en Grecia. Todo esto demuestra que si hay un país de Europa dispuesto a seguir el camino de Francia ese es Grecia.