Los docentes universitarios han sufrido una nueva derrota en las últimas paritarias, en gran parte por la actitud adoptada por CONADU de aceptar el ofrecimiento del gobierno de un aumento del 16% -claramente insuficiente frente a la inflación-, incorporar las sumas no remunerativas al básico, y dos cláusulas de actualización en octubre y marzo. Aclaremos que fue CONADU quien aceptó las sumas no remunerativas, un verdadero pago en negro, modalidad inaugurada durante el gobierno ultraliberal de Menem.
Por supuesto, el acuerdo consolida lo perdido en el período febrero/2018-abril/2019 y extiende la incorporación de las sumas no remunerativas en el tiempo, impactando negativamente en las jubilaciones y obras sociales.
Como es lógico, los docentes de muchas casas de altos estudios, Rosario, Córdoba, General Sarmiento, Mar del Plata, Nordeste, Quilmes y Río Cuarto, rechazaron el acuerdo, lo que fue ignorado por CONADU.
Por esto, COAD propuso la desafiliación de CONADU, argumentando que :
- COAD tiene personería gremial propia, por lo que no se perderían las garantías que hoy se poseen.
- COAD podría sentarse a la mesa de negociación salarial con el gobierno.
- Las finanzas de COAD no sufrirían diferencias significativas, porque los aportes para los cursos de capacitación que se reciben de CONADU son similares al aporte de cuota de afiliación anual que COAD hace a CONADU.
- En las últimas movilizaciones, CONADU no aportó para el transporte, teniendo que hacerlo COAD, con lo que la salida de CONADU no cambiaría nada en la práctica.
Propone, entoces, fundar una Coordinadora de Asociaciones de Base con aquellas entidades que deseen construir una herramienta de lucha que no claudique.
Si COAD deja CONADU, la Federación dejará de ser la que tiene mayor número de afiliados, lo que disminuirá su importancia en la negociación paritaria.
Para alcanzar este objetivo, COAD sometió a votación la salida el 11 y 12 de Junio, perdiendo esta moción.
Nuestra opinión es que, claramente, CONADU ha mostrado una actitud de fácil aceptación de ofrecimientos del gobierno, ha tolerado el maltrato y el desprecio del gobierno a las Universidades y ha ignorado la oposición a esto de varias Universidades. También ha tolerado los feroces recortes presupuestarios. Pero de aquí a fragmentar el frente gremial nos parece una táctica palmariamente errónea, y lo único que produciría sería el debilitamiento de CONADU y COAD en las futuras negociaciones. Además, es un pésimo ejemplo, en momentos en lo que más se necesita es la unidad de acción, en los gremios en particular y en todo el campo popular en general.
Lo que los docentes tenemos que hacer, a través del gremio, es cambiar las tácticas de paros pasivos por huelgas activas con clases públicas, marchas y manifestaciones, involucrar vía presión a las autoridades, romper el aislamiento impulsando asambleas y debates masivos en asociaciones barriales, clubes, establecimientos sindicales, etc., es decir, convertir las huelgas en herramientas de lucha, tratando de alcanzar la unidad de acción con otros protagonistas gremiales y del campo popular.
Además, el problema de desplazar la conducción entreguista de CONADU debe conseguirse aumentando la coordinación con gremios y agrupaciones estudiantiles locales y de otras universidades; es decir, la táctica correcta es aumentar la unidad y la coordinación, y no una secesión que debilita a todos. Un efecto colateral de una política de unidad será el aumento de conciencia de clase de los docentes y estudiantes, cosa muy deseable y necesaria.
Todo lo expuesto anteriormente se convierte en perentorio frente al futuro embate del gobierno contra los derechos y conquistas de los trabajadores, con una reforma laboral que nos hará retroceder al siglo XIX, a una situación previa al informe de Bialet Massé, haciendo desaparecer los derechos irrenunciables, cargando sobre el hombro de los trabajadores el peso de sus jubilaciones, obra social y vacaciones, habilitando jornadas de trabajo arbitrarias, facilitando despidos y cesantías, y todas las calamidades que podamos imaginar, y todo para aumentar las ganancias, ya de por sí grandes, de la gran burguesía explotadora y chupasangre.
Repetimos que repudiamos la actitud de la cúpula de CONADU, pero dejamos en claro que la táctica correcta no es la secesión, sino el fortalecimiento de la unidad de acción y la coordinación de planes de lucha interuniversitarios y con la participación, no sólo de los docentes, sino también de los estudiantes y no docentes, y no acotar el reclamo solamente a la cuestión salarial.