A comienzos de octubre tuvo lugar un terrible terremoto que devastó la región de Cachemira, al noreste de Pakístán. Miles murieron y cientos de miles resultaron heridos, mutilados para toda la vida. Según la OIT más de 2,4 millones de personas vivían en la zona afectada por el terremoto, de las que más de 2 millones vivían por debajo del umbral de pobreza. Esta calamidad ha descubierto el pobre nivel de vida que hay en Cachemira. Las frágiles e insanas viviendas, la erosión del suelo producto de la d la deforestación, la horrible infraestructura, todo esto ha contribuido a aumentar el número de muertos. A comienzos de octubre tuvo lugar un terrible terremoto que devastó la región de Cachemira, al noreste de Pakístán. Miles murieron y cientos de miles resultaron heridos, mutilados para toda la vida. Según la OIT más de 2,4 millones de personas vivían en la zona afectada por el terremoto, de las que más de 2 millones vivían por debajo del umbral de pobreza. Esta calamidad ha descubierto el pobre nivel de vida que hay en Cachemira. Las frágiles e insanas viviendas, la erosión del suelo producto de la deforestación, la horrible infraestructura, todo esto ha contribuido a aumentar el número de muertos. El pésimo estado de las carreteras, aún antes del terremoto, es la razón principal del retraso en las operaciones de rescate y transporte de los heridos a los hospitales.
La prioridad de los gobernantes es el ingente gasto armamentístico que ha supuesto un terrible sufrimiento para la infraestructura física y social. La ONU cree que los equipos de rescate no han podido llegar a unas 500.000 personas. Sólo la mitad de las víctimas han recibido raciones de emergencia. Más de cien hospitales y dispensarios han quedado diezmados. Las escuelas e instituciones públicas han sido destruidas. Según algunos cálculos conservadores 500.000 casas quedaron destruidas. El terremoto destruyó la mitad de la superficie de la tierra cultivada y se cobró la vida de 100.000 cabezas de ganado.
La OIT calcula que 1,1 millón de personas perdieron su empleo debido a esta tragedia. La recuperación de la actividad económica para acomodarlos requeriría un esfuerzo colosal y una masiva cantidad de inversión que el régimen ni siquiera piensa conseguir ni gastar. En cuanto a la ayuda externa, ha habido muchas promesas, pero realmente está llegando muy poca ayuda real de los países desarrollados.
En Cachemira el trauma psicológico es inmenso. El nivel de devastación durante cierto período provocará un retroceso del movimiento. Pero resurgirá. Esta tragedia no sólo ha desenmascarado la patética organización del Estado en las operaciones de ayuda, también ha descubierto la naturaleza de clase real del Estado y la sociedad.
Los acontecimientos de esta tragedia y la actitud cruel de la clase dominante hacia los oprimidos elevarán la conciencia de clase de las masas. La nueva generación de Cachemira ha demostrado una enorme resistencia en esta catástrofe.
Cada vez está más claro que bajo el capitalismo los desastres naturales golpean a los sectores más pobres y oprimidos de la sociedad.
Cuando se desate una nueva oleada de la lucha, ésta se desarrollará en líneas de clase y con
un espíritu revolucionario. Los marxistas de Cachemira no sólo están participando en las operaciones de rescate y ayuda, también están educando a los jóvenes con las lecciones reales de esta tragedia. Su tarea fundamental es transformar este dolor en fuerza, vitalidad y coraje para luchar contra este sistema bárbaro. En las próximas semanas y meses las masas serán cada vez más conscientes de las cuestiones reales que afectan a su vida y la necesidad de su salvación a través de la revolución socialista.
Incluso en esta situación de desastre y caos existe un ardiente odio al régimen. Lo único que la clase dominante ha dado a Cachemira durante los últimos 58 años es miseria, pobreza e indigencia. Ahora no pueden ni siquiera reconstruir la región al nivel que existía antes de esta calamidad. Las masas tendrán que levantarse. Y lo harán. Una vez que lo hagan, irán hasta el final, hasta la revolución socialista para derrocar este régimen corrupto