Pierre Broué, historiador francés, militante trotskista y editor de Cahiers León Trotsky falleció en las primeras horas de la mañana del miércoles 27 de julio. Su pérdida será lamentada por los militantes de la clase obrera y los revolucionarios de todo el mundo. Pierre Broué, historiador francés, militante trotskista y editor de Cahiers León Trotsky falleció en las primeras horas de la mañana del miércoles 27 de julio. Su pérdida será lamentada por los militantes de la clase obrera y los revolucionarios de todo el mundo.
Pierre Broué era conocido internacionalmente como un historiador del movimiento revolucionario internacional. Durante 45 años estuvo activo en la política trotskista en Francia e internacionalmente. Escribió obras importantes sobre el Partido Bolchevique, las revoluciones alemana y española. Editó y prologó una fidedigna edición francesa de los escritos de Trotsky posteriores a 1928 y fue el centro de la investigación sobre Trotsky en las últimas décadas.
Sus historias del Partido Bolchevique, la Internacional Comunista, la revolución española y, sobre todo, su reciente biografía de Trotsky han sido ampliamente admiradas. Esta biografía (Trotsky, Pierre Broué, Fayard, 1988) es un saludable antídoto al filisteísmo superficial y pretencioso de Isaac Deutscher. Su última obra sobre la Oposición de Izquierda fue otro destacado libro de este célebre escritor trotskista. Trágicamente fue el último.
Sin embargo, Pierre Broué no sólo era un intelectual, alguien que escribía libros para las universidades y comentaba los acontecimientos desde la comodidad de su despacho. Fue un militante activo y revolucionario que dedicó su vida a luchar por el socialismo internacional. En su juventud Pierre se unió a la resistencia francesa para luchar contra la ocupación nazi de Francia. Entró al Partido Comunista y pronto se enfrentó con la dirección estalinista.
Más tarde se convirtió en militante de la Cuarta Internacional y fue un trotskista consagrado durante el resto de su vida. Nunca flaqueó en su creencia revolucionaria en el futuro socialista de la humanidad. El día después de su muerte, su estrecho colaborador, amigo y compañero, Jean Pierre Juy me escribió para decirme que mantuvo este fervor revolucionario hasta el final.
Conocí a Pierre en el último período de su vida, cuando ya estaba librando su batalla final, una batalla a vida y muerte contra el cáncer. Pero conocía muy bien su trabajo e ideas, principalmente a través de nuestro amigo mutuo Seva Volkov, el nieto de Trotsky. Seva Volkov era un íntimo amigo de Pierre, por el que sentía una infinita admiración y respeto. Hace muchos años Pierre animó a Seva a participar más activamente en política. Me dijo que era una de las cosas de las que estaba más orgulloso. Estaba encantado al leer los informes de la visita de Seva al congreso de The Struggle en Pakistán y a la conferencia de la Tendencia Marxista Internacional en 2003.
Fue en 2003 cuando visité a Pierre. Estaba convaleciente en las pintorescas montañas de los Alpes franceses. Lo encontré animado y despierto, con un profundo y muy galo sentido del humor. Su espíritu revolucionario brillaba en cada frase. No estaba muy interesado en el pintoresco paisaje. Su mente estaba en otro lugar: con la revolución mundial. Era como un tigre atrapado en una jaula o más bien como un viejo caballo, saltando y deseoso de volver a la batalla.
Le pregunté si estaba escribiendo algo. Encogió los hombros con un gesto de impaciencia: ¿Cómo puedo escribir en este lugar? No tengo mis libros. ¡Quiero salir de aquí y regresar a mi biblioteca! Evidentemente, la separación de sus libros era la peor de las torturas para Pierre.
La visita, en la que estuve acompañado por Greg Oxley, editor de La Riposte, tuvo resultados muy importantes. Pierre Broué estuvo entusiastamente de acuerdo en colaborar con nuestro Proyecto Trotsky, para comenzar a reeditar las obras de León Trotsky. Nos dijo: La decisión adoptada por In Defence of Marxism de reeditar los escritos de Trotsky es una iniciativa excelente, a la que doy mi apoyo incondicional. La juventud debe redescubrir las extraordinarias tradiciones revolucionarias del pasado.
Le pregunté como había entrado en contacto con nuestra tendencia y respondió: Cuando leí vuestro material en la página web y en la web de La Riposte, me di cuenta de que debía entrar en contacto y que deberíamos haber trabajado juntos desde hacía mucho tiempo. Creo que estamos en la misma onda política. En términos de análisis políticos y teoría, vuestra tendencia está por encima de todas las demás. Desgraciadamente, ahora que finalmente nos encontramos, yo estoy más bien enfermo como podéis ver. Debo ponerne bien lo antes que pueda. En muchos sentidos éste es un nuevo principio para mí.
Desde entonces he estado en contacto regular con Pierre por teléfono y correo electrónico. A pesar de su enfermedad, demostró una perseverante determinación (como todos los revolucionarios ¡era un hombre perseverante!). Nos envió artículos y escribió una introducción para la nueva edición de Not Guilty!, la conclusión de la Comisión Dewey sobre los Juicios de Moscú. Constantemente se disculpaba por no poder escribir más y prometía hacerlo tan pronto como se lo permitiera su salud.
Pierre era un hombre de fuertes convicciones. Después de romper con la tendencia lambertista, emprendió un camino independiente, mientras defendía consistentemente las ideas del marxismo revolucionario y del internacionalismo, es decir, el trotskismo. Comprendía claramente la necesidad de que los marxistas se orientaran hacia las organizaciones de masas de la clase obrera y con ese objetivo trabajó con elementos del ala izquierda del Partido Socialista Francés. Sin duda algunos de ellos intentarán decir que han heredado el manto de Pierre Broué, como lo harán la variedad de sectarios y eunucos intelectuales, cuyo interés en el marxismo no va más allá del seminario universitario. Pero el verdadero Pierre Broué no era un reformista de izquierda, ni un sectario o un académico de clase media. Cualquiera que haya conocido a Pierre en el último período de su vida, sabe perfectamente bien donde estaban sus simpatías. Desde que entró en contacto con la Tendencia Marxista Internacional y especialmente con www.marxist.com, no fue un secreto su admiración por nuestra tendencia. Siempre que discutíamos, nos hablaba como miembro de la organización. Siempre hablaba de nosotros, cuáles eran nuestros planes, cuál era nuestra perspectiva… Me habló de una visita que recibió de unos trotskistas argentinos (creo que del PTS): Parecen buenas personas. Deberíamos intentar ganarlos.
Cada día seguía cuidadosamente la página www.marxist.com y la comentaba con entusiasmo. Estaba particularmente entusiasmado con nuestros éxitos en Pakistán y sobre todo con el trabajo de nuestra tendencia en Venezuela. Despreciaba a los grupos ultraizquierdistas por su incapacidad a la hora de comprender la revolución venezolana y su actitud sectaria hacia Chávez. Estaba encantado al leer mi artículo sobre mi reunión con Chávez, a quién consideraba un sincero revolucionario. Me dijo en varias ocasiones que consideraba que nuestros métodos de trabajo eran los únicos correctos, métodos que sirven para conectar las ideas del marxismo revolucionario con el movimiento real de las masas.
La identificación de Pierre con nuestra tendencia le provocó algunos problemas. En varias ocasiones me dijo que había tenido inconvenientes con algunos de sus viejos amigos y compañeros que no estaban muy contentos con nuestra relación. Esto no preocupaba en lo más mínimo a Pierre. Ellos siempre están llamándome para quejarse (…) Dicen: ¿Qué estás haciendo con los grantistas? ¡Son mala gente! A lo cual Pierre respondería: Vosotros decís que son mala gente, pero no me parecen mala gente, ¡sólo buenos compañeros!
Como uno de los principales expertos del mundo en la historia y evolución política de la Cuarta Internacional, Pierre no tenía la más mínima duda del papel importante que el compañero Ted Grant lleva adelante. Dijo que la historia de la Cuarta Internacional habría sido totalmente diferente de haber aceptado las posiciones defendidas por Ted y el PCR británico. Sentía un gran respeto y admiración por Ted. Con ocasión del noventa cumpleaños de Ted, Pierre dijo lo siguiente:
Conozco a Ted Grat desde hace muchos años, por supuesto. Como decimos en Francia, ¡parece que existe desde los tiempos de Clovis! [un monarca medieval francés] Desgraciadamente, no creo que nos hayamos encontrado jamás, pero tenemos un amigo mutuo en Raúl, que fue durante mucho tiempo militante del movimiento trotskista en Francia. A menudo me hablaba de Ted y lo tenía en alta estima. Sin embargo, por alguna razón, quizás el temor de ser acusado de fraccionalismo o cualquier otra cosa, es decir, por las cosas que ocurrían en la organización a la que ambos pertenecíamos en aquella época, nunca me mostró ningún material escrito de Ted.
Lamentablemente, no hice ningún esfuerzo por ponerme en contacto con él. Sólo durante los últimos años he leído su material y lo encuentro muy interesante. De cualquier manera, estoy deseando trabajar conjuntamente con vuestra tendencia. Debemos discutir de política y métodos de trabajo, por supuesto, e intentar llegar al más pleno acuerdo. Creo que esto es bastante posible.
Pierre envió un conmovedor mensaje a Ted Grant:
Ted, siempre fuiste un luchador. Llevas muchos años luchando. Siempre has defendido las ideas revolucionarias. Es un trabajo muy importante y lo has cumplido con holgura. En tu noventa cumpleaños, ya no eres un joven, ¡pero creo que podría asistir a la fiesta de tu cien aniversario!
Trágicamente, esta reunión nunca se producirá. Pierre Broué ya no está con nosotros. Pero sus ideas y escritos permanecen como una rica y eterna fuente de inspiración para la generación más joven de luchadores revolucionarios de la clase obrera de todos los países.
Para terminar, me gustaría reproducir el mensaje que Pierre Broué envió al congreso mundial de la Tendencia Marxista Internacional celebrado en Barcelona el año pasado:
A vosotros, mis amigos y compañeros, a la reunión en la segunda ciudad más grande de la clase obrera europea después de Petrogrado para preparar un futuro brillante, os envío mi afecto y admiración a vuestro trabajo durante el último siglo y el principio del nuevo. Sois uno de los mejores instrumentos de la humanidad, posiblemente el mejor. Gracias por existir, por luchar y ayudar a todos los luchadores de clase del mundo. Pierre Broué.
Escribo estas líneas desde Barcelona, donde se ha celebrado una nueva conferencia y se han dado emocionantes pasos para la Tendencia Marxista a escala mundial. Más de doscientos luchadores de clase de todo el mundo se han reunido una vez más para defender las ideas por las que el compañero Pierre Broué luchó durante toda su vida. Esta mañana hicimos un breve homenaje a Pierre Broué y guardamos un minuto de silencio para lamentar su muerte y celebrar su vida. Mientras existan estas fuerzas, mientras vivamos, respiremos y luchemos, Pierre Broué nunca morirá.
Nos despedimos de un gran marxista revolucionario: el compañero Pierre. Gracias por haber existido, por luchar y ayudar a todos los luchadores de la clase obrera del mundo.
Barcelona, 29 de julio de 2005