La lucha por el poder en Bolivia

Con las últimas revelaciones del gerente de Ethical Hacking parece casi imposible que la auditoría de la OEA pueda validar el proceso electoral del 20 de octubre. 

Ethical Hacking fue encargada por el Órgano Electoral Plurinacional (OEP) para certificar la seguridad informática de los sistemas de cómputo y transmisión de actas. La contratación de una empresa de este tipo fue expresamente exigida por la UE, que cooperaba técnica y económicamente con el OEP. El gerente de Ethical Hacking ha hecho público el informe oficial entregado al OEP en el cual se evidencian manipulación de las bases de datos que, dicen textualmente, vician de nulidad toda las elecciones. No cabe duda que si estas informaciones salen ahora, es porque la auditoría de la OEA va por el mismo camino.

En la entrevista al canal universitario de la UMSA, este gerente da también algunos detalles interesantes. Según su versión, el cómputo del TREP inicialmente daba una ventaja de 11 puntos a Evo. Sin embargo cuando empezó la transmisión de las actas de Santa Cruz, esta ventaja se redujo drásticamente. El MAS creía que, manteniendo su pacto con la burguesía cruceña en base al cual a esta última se le garantizan sus lucros si no se inmiscuye en política, se podía dividir el voto opositor en el departamento más poblado del país. 

En cambio, Santa Cruz ha renunciado a su candidatura regional, Ortiz, y votado masivamente por Mesa. Esto porque en el MAS nunca entendieron los errores que causaron la derrota de Evo el 21F de 2016, errores como aquellos pactos con la burguesía cruceña, más bien continuaron por la misma senda. En este escenario en que aumentan vertiginosamente las probabilidades que la OEA denuncie irregularidades en el proceso electoral, la única salida institucional sería negociar con Mesa, al que el gobierno ha atacado en todo estos días para mantenerlo vigente y al cual hoy pide, con el ministro Canelas, de distanciarse del movimiento cívico. 

Sin embargo, como advertimos, cada día que pasa es un día que suma para los nuevos actores que están emergiendo en este conflicto, en particular los líderes cívicos Camacho y Pumari. Todo los intentos del gobierno de polarizar el país en líneas raciales, han sido un boomerang. La perspectiva de una guerra civil sectaria al estilo sírio, que sería la consecuencia de la división entre indígenas y el resto de la población, provoca repudio incluso entre los indígenas y aún más sus descendientes en las metrópolis del país. Así hoy la burguesía cruceña tiene en sus manos el candidato con auténtica proyección nacional que buscaba desde Banzer. No cabe la menor duda que si hoy se le permite a Camacho y Pumari de ser la dupla candidata a la presidencia, arrasan. Esto ellos lo saben y lo sabe la burguesía cruceña. 

Camacho y Pumari han comunicado que el lunes harán entrega de la carta con la cual piden a Evo de renunciar. Decenas y decenas de buses desde todo el país están yendo a La Paz para acompañarlos. Evo acaba de convocar a defender al proceso de cambio declarando que no renunciará. En esta lucha las FFAA y la policía, que lo quieran o no, no podrán quedar mirando. Si deciden sostener a Evo, deberán quedar un buen tiempo en las calles de las ciudades del país, hostigados por lo que es su ambiente social burgués y con la posibilidad de serias fracturas a su interior. Si intervienen para favorecer una segunda vuelta, corren el serio riesgo de ser procesados por el siguiente gobierno si este es opositor. Un gobierno de transición cívico militar para llamar a nuevas elecciones es el que aparentemente los carga con menos responsabilidades, pero esto es exactamente el golpe que quieren los golpistas.

En este caso se haría muy concreto el peligro de un gobierno Camacho-Pumari basado en el fundamentalismo religioso, el regionalismo y en general un populismo de derecha que moviliza a las capas bajas de la clase media y el pueblo pobre contra las élites políticas y los sindicatos, empezando por los obreros y agrarios vinculados al MAS, responsabilizándolos por la crisis. Que quede claro, un gobierno así daría forma a la inestabilidad pero no podría resolver la duradera crisis en que entramos. La nueva recesión al que el mundo se encamina tendrá inevitables repercusiones también en Bolivia. 

Pero un gobierno así sería nefasto y la clase obrera debemos luchar desde ahora para evitar que pueda imponerse. Un cabildo en San Julián, bastión masista en Santa Cruz, ha determinado ayer tomar las empresas agrícolas. El representante de la Asociación de Productores de Oleaginosas (ANAPO), que aglutina a los agroindustriales soyeros nacionales y extranjeros, ha desestimado esta amenaza porque “la Constitución defiende la propiedad privada”. Los poderosos gremios agrarios y ganaderos se han pronunciado por la continuación del paro y en apoyo a Camacho. 

Solo la CAINCO, que reúne a los industriales y es el gremio empresarial que más relación ha establecido con el gobierno, ha emitido un comunicado diferente. Dicen que seguirán manteniendo cerradas las empresas pero piden al gobierno garantías y “la inmediata solución de la crisis”. CAINCO deja un resquicio abierto al gobierno porque representa a la fracción de la burguesía y las multinacionales que quieren seguir usando al ministro Romero, al dirigente sindical Borda etc. para frenar las luchas de los fabriles o los campesinos cruceños.

Estos hechos demuestran que la huelga general y la toma de empresas son armas indispensables para, como dijimos, llevar la lucha a la casa de la burguesía. Sin embargo quedar en las simples amenazas es contraproducente y crea más contradicciones incluso entre el MAS y su propia base. La toma amenazada por el cabildo de San Julián además no tendría ningún efecto si multinacionales como la peruana Grupo Romero, a la cual el gobierno abrió las puertas, mantiene su posición dominante en la industria lechera y de oleaginosas del país. Es la clase trabajadora la que tiene que dirigir este proceso de tomas de empresas. 

La única alternativa a todos estos escenarios es la que planteamos desde el estallido de la crisis: que la defensa del proceso se vuelva revolución social expulsando a sus enemigos, burgueses, multinacionales y organismos internacionales, apelando a la solidaridad de la lucha social internacional, empezando por los trabajadores, la juventud y el movimiento indígena de Chile, Ecuador, Perú, Brasil y Argentina. Hay alternativas pero no hay tiempo que perder o que podamos regalar a los estrategas del MAS que, con su desprecio a las masas, nos han llevado a esta situación.