15 de febrero: Referéndum por la enmienda constitucional

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El próximo 15 de febrero se celebrará en Venezuela el referéndum para la enmienda constitucional que, de aprobarse, permitiría la reelección el presidente de la república. Este referéndum se va a dar en el marco de la victoria electoral del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) en las elecciones del 23 de noviembre pasado, cuando obtuvo cinco millones y medio de votos, la mayoría en 17 de los 23 estados de Venezuela y una gran parte de las alcaldías.

Momento decisivo para la revolución bolivariana

El próximo 15 de febrero se celebrará en Venezuela el referéndum para la enmienda constitucional que, de aprobarse, permitiría la reelección el presidente de la república. Este referéndum se va a dar en el marco de la victoria electoral del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) en las elecciones del 23 de noviembre pasado, cuando obtuvo cinco millones y medio de votos, la mayoría en 17 de los 23 estados de Venezuela y una gran parte de las alcaldías.

Tras esta victoria, el bloque parlamentario del PSUV en la Asamblea Nacional ha propuesto la celebración de un referéndum para modificar la constitución y añadir la enmienda. De salir el SÍ a esta modificación en la Constitución, Chávez podría presentarse de nuevo a las elecciones presidenciales de 2012. Como era de esperar, la derecha y el imperialismo han puesto el grito en el cielo señalando que de aprobarse esta enmienda sería una muestra del carácter autoritario del gobierno de Chávez. Nada más lejos de la realidad. En el fondo la situación sería similar a la del Estado español, Alemania o Gran Bretaña, donde los presidentes del gobierno se pueden presentar ilimitadamente a las elecciones presidenciales. Además, la actual enmienda terminaría con el límite de dos mandatos no tan sólo para el presidente de la República si no también para alcaldes y gobernadores.

La revolución, en peligro

La revolución ha supuesto grandes avances para el pueblo: un reciente estudio del Instituto Nacional de Estadística venezolano mostraba cómo en los últimos diez años la pobreza se había reducido un 94,2% (pasando del  50,5% de pobres en 1998 al 26% en 2008) y la pobreza extrema se ha bajado del 25% en 2002 al 7% en 2008. Pese a estos datos, y los avances en educación y sanidad, innegables durante los últimos años, la permanencia del sistema capitalista y el Estado burgués siguen siendo una amenazando la revolución, ya que son la causa de los problemas sociales que perviven en el país. Un ejemplo claro es el déficit de vivienda que se arrastra desde hace décadas, uno de los problemas más graves de los pobres y trabajadores venezolanos. La no resolución de estos problemas, junto al de la inseguridad y la informalidad en el empleo socava la base social de apoyo a la revolución. De acuerdo con los datos del Ministerio de la Vivienda y Hábitat, el déficit de viviendas asciende a 1,9 millones. No obstante, en los últimos diez años, desde 1999 hasta el tercer trimestre de 2008, el gobierno bolivariano sólo  ha construido cerca de 260.000 viviendas.

La crisis del capitalismo afecta a Venezuela

Este referéndum se hace en un momento clave de la revolución debido a la caída de los ingresos por petróleo y  la crisis mundial del capitalismo. La economía venezolana ha venido desacelerándose en el último periodo como consecuencia de la caída de los precios del petróleo. El año pasado el crecimiento bajó a casi la mitad, ubicándose en un 4,9%, el menor incremento desde 2003. El país depende, para los ingresos del Estado, de la exportación de petróleo, que es su principal fuente de recursos. Con la caída de los precios del petróleo los problemas ha aumentado la necesidad de financiación del Estado.
Según el diario El Universal: "El presupuesto de 2008 fue calculado en 137.500 millones de bolívares fuertes; no obstante, hasta la fecha se han autorizado créditos adicionales por 51.800 millones, con lo que el gasto se ha elevado hasta 189.300 millones de bolívares fuertes". Es decir, debido a la caída de los precios del petróleo en cerca de un 67%, el gobierno venezolano va a tener problemas de financiación. Ha acumulado 42.200 millones de dólares en las reservas del Banco Central y otros miles de millones de dólares en ahorros, pero la pregunta es cuánto tiempo durarán esas reservas internacionales y si serán suficientes para sortear la crisis.
Buena parte de esos recursos de la renta petrolera se destinan a importar bienes de consumo, en particular alimentos (en 2008 las importaciones de bienes en dólares alcanzaron los 50.000 millones y la mitad fueron para alimentos y bebidas, se calcula que el 70% de los productos que se consumen en el país son importados). Todo ello es consecuencia de la incapacidad histórica y el carácter parasitario de la burguesía venezolana para desarrollar una industria nacional. Sólo los trabajadores, los pobres y los campesinos son capaces de desarrollar una industria nacional que cubra las necesidades de la población venezolana.
La incapacidad para satisfacer completamente la demanda nacional conduce a un inflación alta, que en 2008 ascendió al 30% y a un 50% en los productos alimenticios, con lo consiguiente problema para los trabajadores y sus familias en conseguir productos a buen precio. Los altos precios de productos de primera necesidad son otro factor que socava la base de apoyo a la revolución.

Ni una economía mixta ni la renta petrolera es la solución

Los resultados de las elecciones para alcaldes y gobernadores del 23 de diciembre pasado, pese a la victoria del PSUV, son una seria advertencia para los revolucionarios. La reacción ya ha vuelto a una serie de gobernaciones importantes y emblemáticas, como son las de Caracas, Táchira y Carabobo. La mayoría de la población está de nuestra parte, pero al igual que en el referéndum constitucional del 2 de diciembre de 2007 fue la abstención de la base revolucionaria la que condujo, en toda una serie de zonas, a la victoria de la derecha, a pesar de que esta no aumentó su número de votos. Todo esto ha producido una enorme sacudida en las bases, que están preguntándose la causa de estas pérdidas.
Frente al Referéndum por la enmienda constitucional  del 15 de febrero, los marxistas  creemos que el presidente debe seguir al frente del gobierno y abogamos por el SÍ a la enmienda constitucional. Sin embargo, hay que ganar y después  mantener la victoria y para ello, es necesario que la construcción del socialismo se convierta en realidad y no sólo se quede en palabras. El socialismo es la única manera de hacer avanzar al pueblo. El socialismo significa ante todo una mejora de las condiciones de vida de los trabajadores, los campesinos y los pobres y sólo es posible de conseguir sobre la base de una economía nacionalizada y planificada democráticamente.
No se puede construir el socialismo sobre la base de la renta petrolera ni sobre la base de una economía mixta, tales recetas llevan al desastre a la revolución venezolana. La victoria para conseguir la reelección de Chávez en 2012 es muy importante, aunque todas esas victorias electorales deben ser utilizadas para tomar las medidas necesarias contra los capitalistas. Si esto no se produce la reacción ganará posiciones, recuperará fuerzas y reanimará a su base social.
La correlación de fuerzas sigue siendo tremendamente favorable para la construcción del socialismo, en los últimos diez años las masas trabajadoras han puesto todo de su parte para transformar la sociedad venezolana. Es necesario terminar de una vez por todas con el dominio de los capitalistas en la tierra de Bolívar y construir un referente auténticamente socialista frente al colapso del capitalismo en todo el mundo.