VICTORIA DE LOS TRABAJADORES DEL SUBTE

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Los trabajadores del SUBTE de Buenos Aires consiguieron una nueva y ejemplar victoria. Tras cuatro días de huelga con ocupación de las instalaciones, a principios de abril, consiguieron doblar el brazo a METROVÍAS y a la burocracia sindical de la UTA.

Los trabajadores del Subterráneo muestran el camino a seguir

Los trabajadores del SUBTE de Buenos Aires consiguieron una nueva y ejemplar victoria. Tras cuatro días de huelga con ocupación de las instalaciones, a principios de abril, consiguieron doblar el brazo a METROVÍAS y a la burocracia sindical de la UTA. El sindicato y la patronal habían firmado el 1º de abril un acuerdo que contemplaba una jornada de 7 horas (6 horas más una hora extra obligatoria), no reconocía la jornada de 6 horas por insalubridad para los boleteros y acordaba la instalación de máquinas expendedoras de boletos que amenazaban la contratación a futuro de nuevos trabajadores. Tras el primer día de huelga, METROVÍAS reaccionó despidiendo a 110 trabajadores, incluyendo a los integrantes del Cuerpo de Delegados con la complicidad de la UTA que les había quitado el fuero gremial.
Después de esta magnífica huelga la jornada de 6 horas se extendió a la totalidad de la plantilla de la empresa (las horas extras son voluntarias), los compañeros despedidos fueron reincorporados a su puesto de trabajo, el Cuerpo de Delegados recuperó su fuero gremial como representante genuino de los trabajadores, y se aplaza hasta el mes de julio la discusión sobre la instalación de las máquinas expendedoras de boletos.
Esta victoria ejemplar no se puede entender sin la unidad demostrada por los trabajadores durante toda la lucha, forjada en un combate militante durante meses por el reclamo de las 6 horas para todos, con una dirección combativa que se ganó la confianza de los trabajadores, y con el respeto a la asamblea de trabajadores como organismo soberano en la toma de decisiones.
También hay que felicitar a los compañeros de los partidos de izquierda, asambleas barriales, activistas sindicales, piqueteros y de otras organizaciones populares que estuvieron apoyando a los trabajadores, compartiendo el aguante en las cabeceras de las estaciones, repartiendo volantes, recolectando firmas de apoyo, etc.
Esta formidable lucha desmiente rotundamente a todos aquellos escépticos, pusilánimes e ideólogos "progres" que en los últimos años cuestionaban el rol de la clase obrera e, incluso, dudaban de su propia existencia. Los trabajadores del Subte demostraron que no se mueve una rueda, no se enciende una lámpara, no se prende una computadora sin el amable permiso de la clase obrera. Los trabajadores tenemos una fuerza colosal en nuestras manos como ninguna otra clase o grupo social de la sociedad pueda tener: la capacidad de paralizar el funcionamiento de la sociedad y la economía capitalista, como han puesto de manifiesto en su sector los obreros del subterráneo.
La lucha de los compañeros del Subte también nos enseña otras lecciones. Donde existen representantes de los trabajadores luchadores, honestos y combativos, que confíen en los trabajadores y que depositen en estos últimos toda la toma de decisiones, se puede luchar, se puede superar el obstáculo de la burocracia sindical, y se puede ganar.
Esto nos indica la acuciante necesidad de dar una pelea en el interior de los sindicatos para conquistar posiciones con el objetivo de sacar a las dirigencias burocráticas y corruptas de los mismos. Si la UTA y los grandes sindicatos estuvieran dirigidos por compañeros como los que componen el Cuerpo de Delegados del subterráneo qué duda cabe que la situación de los trabajadores sería muy diferente, nuestra capacidad de movilización se aumentaría, y nuestras condiciones de vida y de trabajo avanzarían sustancialmente. Por esta razón, el mayor esfuerzo de los activistas gremiales combativos y de izquierda debería orientarse a este trabajo (de manera coordinada, conjunta, y no cada uno por su lado respondiendo al interés particular de cada grupo, partido o corriente) como única manera de asegurar la recuperación de los sindicatos y otros organismos obreros para los intereses de los trabajadores.
Los trabajadores del Subte tienen importantes tareas ante sí: asegurar que se cumpla el acuerdo firmado, mantenerse vigilantes con el tema de las máquinas expendedoras de boletos, y sumar a sus reclamos la reestatización del servicio bajo control obrero para impedir que empresarios privados reciban subsidios del Estado por valor de millones de pesos, usufructuando las ganancias con dinero público, sin invertir para mejorar la calidad del servicio y las condiciones laborales de los trabajadores.