El 27 de febrero, referéndum sobre el derecho a la reelección indefinida de Chávez
La situación política y social de Venezuela no admite descanso. A las elecciones municipales y regionales del fines de noviembre le siguió el asesinato criminal de 3 dirigentes obreros del Estado de Aragua, que conmocionó a todo el país, y ahora tenemos en marcha la campaña de la reforma constitucional que permitiría al presidente Chávez postularse de forma indefinida a la reelección presidencial.
El 27 de febrero, referéndum sobre el derecho a la reelección indefinida de Chávez
La situación política y social de Venezuela no admite descanso. A las elecciones municipales y regionales del fines de noviembre le siguió el asesinato criminal de 3 dirigentes obreros del Estado de Aragua, que conmocionó a todo el país, y ahora tenemos en marcha la campaña de la reforma constitucional que permitiría al presidente Chávez postularse de forma indefinida a la reelección presidencial.
Balance de las elecciones: Ganó el PSUV pero suenan campanas de alarma
El Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) consiguió el 80 por ciento de los intendentes y 17 de los 22 gobernadores en las elecciones del pasado 22 de noviembre.
En aquellos Estados donde ganó el PSUV lo hizo con un margen grande. La oposición sólo ganó con una mayoría considerable en un Estado y el resto de los triunfos fueron por márgenes muy ajustados.
El PSUV recibió 5,6 millones de votos (aproximadamente el 57%), mientras que la oposición recibió 4,1 millones (42%). Si se comparan estos resultados con los obtenidos en el referéndum de reforma constitucional de hace un año, las fuerzas revolucionarias han conseguido 1,4 millones más de votos, mientras que la posición perdió casi medio millón.
Sin embargo, la pérdida de los Estados de Miranda, Carabobo, Táchira y el Distrito Metropolitano de Caracas, todos ellos muy importantes desde el punto de vista político y económico, y el hecho de que el PSUV no ganara en Zulia (algo esperado), es una seria advertencia para la revolución que debe añadirse a la derrota en el referéndum constitucional el año pasado.
Hay razones específicas para algunos de estos reveses. En Táchira y Carabobo las candidaturas de ex-chavistas disidentes hicieron que las elecciones se perdieran por un margen muy pequeño de votos.
En Miranda, el único lugar donde se presentó a la reelección un gobernador bolivariano y perdió, el candidato Diosdado Cabello, estaba muy desacreditado entre la base revolucionaria y era visto como el más destacado representante de lo que se conoce como "derecha endógena", el ala de derecha burguesa del movimiento bolivariano. El Estado de Miranda incluye una parte de la Capital, particularmente el municipio de Sucre, que estuvo gobernado por otro burócrata derechista "bolivariano", Rangel, también muy desacreditado.
Estas elecciones han contado con un nivel de participación muy alto (más del 65 por ciento, 15 puntos más que en las elecciones regionales de 2004), pese al abstencionismo tradicionalmente elevado en Venezuela. La participación elevada también significa que la oposición movilizó su base social de apoyo para que votase.
Abstención en los feudos revolucionarios
Por eso, donde el PSUV perdió no fue tanto por la cantidad de votos recibida por la oposición, sino por la abstención de los que tradicionalmente han apoyado la revolución. El punto álgido de apoyo a la revolución desde un punto de vista electoral fueron las elecciones presidenciales de 2006, cuando Chávez recibió 7,3 millones de votos.
Sin embargo, después de esas elecciones, no se tomó ninguna medida decisiva en dirección al socialismo. La situación económica empeoró debido a la campaña de sabotaje de la economía orquestada por los grandes empresarios, particularmente en la distribución de alimentos.
El impacto de las impresionantes conquistas sociales de la revolución, principalmente en los terrenos de educación y salud se sintió sobre todo entre 2003 y 2006. Ahora que la gente tiene acceso a la enseñanza y la salud, sus expectativas son más altas. Quieren que la revolución resuelva sus necesidades más apremiantes con relación al faltante de alimentos, los aumentos de precios, vivienda, empleos, inseguridad
Pero ninguno de estos problemas se puede solucionar realmente dentro de los límites del sistema capitalista.
Además, está el hecho de que en muchas ocasiones, cuando los trabajadores y los pobres tomaron la iniciativa para resolver sus problemas mediante la acción directa, de una manera organizada, se enfrentaron con el muro desmoralizador de la burocracia, la ineficacia y la corrupción, amparada por el ala derecha del movimiento bolivariano.
En este contexto, para muchos, los discursos sobre el socialismo no significan nada. El hecho de que la abstención entre las masas bolivarianas haya sido elevada es lo que ha llevado a perder Estados clave en estas elecciones.
El asesinato de dirigentes obreros de Aragua
Sólo unos días después de celebradas las elecciones, en algunos municipios y regiones, bandas de derechistas y reaccionarios atacaron y amenazaron a médicos cubanos, emisoras de radios alternativas, a participantes en los planes sociales, edificios utilizados por consejos comunales y otras organizaciones revolucionarias, etc.
La contrarrevolución ahora se siente más fuerte, envalentonada por sus avances electorales parciales. Pero el pueblo revolucionario no se arredró. En Lo Teques, Miranda, una marcha de 10.000 personas mostró su rechazo a esta arremetida fascista. Marchas similares de protesta contra las provocaciones fascistas tuvieron lugar en otros puntos del país.
Sin dudas, el ataque más serio fue el asesinato de 3 dirigentes obreros de la zona de Aragua por un sicario contratado por la patronal y que provocó una gran conmoción en todo el país. Esto es una advertencia muy seria para el movimiento obrero venezolano. El Estado de Aragua quedó paralizado por una impresionante huelga general.
Días después, en la toma de posesión del nuevo gobernador de Aragua, el Presidente Chávez exigió que se investigara hasta el final y advirtió que toda empresa que atacara los derechos de los trabajadores debería ser nacionalizada. Y añadió: "la clase obrera tiene un papel clave que jugar".
Esta no es la primera vez que Chávez hace un claro llamado a la clase obrera a que tome las fábricas para que sean nacionalizadas. Sin embargo, en el pasado, los dirigentes de la central sindical UNT (tanto los que se oponían al control obrero como quienes tenían una actitud sectaria hacia el gobierno) no utilizaron esa circunstancia para lanzar una campaña seria de ocupaciones de fábricas y una lucha a escala nacional por el control obrero.
La única manera de superar este punto muerto es que la clase obrera entre en la escena de una manera clara. Por ahora el potencial revolucionario del sindicato UNT está paralizado por su dirección, dividida entre los que tiene un miedo mortal a la iniciativa revolucionaria de los trabajadores y los que mantienen una posición sectaria desesperada hacia el movimiento revolucionario de las masas.
La mayoría de las ocupaciones efectivas de fábrica en Venezuela fueron ideadas o sugeridas por el FRETECO, impulsado por la Corriente Marxista Revolucionaria, que ahora está colaborando en la ocupación y exigencia de nacionalización de la autopartista VIVEX.
El referéndum sobre reelección presidencial
Justo después de estos acontecimientos, Chávez y la dirección del PSUV han retomado la idea de plantear una enmienda a la Constitución venezolana que permita el derecho a Chávez a postularse de manera indefinida a la reelección. Desde la Corriente Socialista El Militante apoyamos esta propuesta por una consideración básica de democracia. Lo realmente antidemocrático es impedirle a la gente ejercer su derecho a elegir cuantas veces quiera a un candidato presidencial, como es el caso de Chávez.
Frente a la campaña hipócrita y venenosa de la prensa capitalista, hay que decir que en países capitalistas como España, Francia, Gran Bretaña, Italia, etc. se permite el derecho a la reelección indefinida de un Presidente o Jefe de Gobierno y nadie se escandaliza por eso.
Chávez justifica su decisión porque considera que su papel sigue siendo esencial para la continuidad de la revolución bolivariana y su giro socialista. Nosotros acordamos con que, fuera de Chávez, no existe ningún dirigente del movimiento bolivariano que tenga, ni remotamente, su autoridad política y moral ante las masas. Esa fue la razón del empeño de la oligarquía y el imperialismo de que fracasara la reforma constitucional el año pasado, que también contemplaba el derecho a la reelección indefinida del presidente. Pensaban que, una vez que Chávez dejara de ser presidente, sería más fácil destruir la revolución venezolana.
¡Hacia el socialismo!
Pero la reelección indefinida de Chávez no es, en sí misma, una garantía para el sostenimiento de la revolución. El intento de regular la economía capitalista no puede funcionar y no ha funcionado. Una política de gasto social y de obras públicas, limitar la libre actividad de las empresas privadas, mientras la economía sigue siendo capitalista, sólo provocará más inflación, una huelga de capital y sabotaje económico. No se puede planificar lo que no se puede controlar, y no se puede controlar lo que no se posee.
La elección ahora es mucho más clara: la expropiación de la clase capitalista permitiría un plan democrático de producción bajo el control de la clase obrera, así se les podría dar un uso productivo a los enormes recursos de Venezuela en beneficio de la mayoría.
Chávez, en su análisis de los resultados electorales dijo que este era un nuevo mandato para el socialismo. Pero el socialismo sólo se puede implantar a través de la nacionalización de la tierra, los bancos y las principales industrias bajo el control democrático de los trabajadores. No hay terceras vías.