Vemos con asombro como cada día que pasa los esfuerzos por mantener el capitalismo ganan terreno, no solo en ex ideólogos ilustrados, ex funcionarios del gobierno del Comandante Chávez y ahora incluso en actuales colaboradores cercanos al Presidente Maduro.
Recientemente, el comisionado presidencial para el sistema de empresas recuperadas, nacionalizadas y otras, Juan Arias, ha propuesto la venta de acciones de estas empresas a capitalistas, a fin de promover la inversión de capital a estas empresas, con el supuesto objetivo de elevar la productividad en las mismas, y sacarlas de la situación actual de estancamiento de la producción en las que muchas de ellas se encuentran.
Ahora bien, desde el punto de vista del interés de la clase obrera y los sectores oprimidos de la sociedad debemos preguntarnos, ¿Es realmente esta propuesta una salida a la crisis actual de productividad o de funcionamiento que viven las empresas nacionalizadas por el estado? Asimismo, ¿Conduce esta salida hacia la profundización del socialismo o constituye más bien un retroceso hacia el capitalismo?
En el presente artículo el compañero Johnstom Romero responde a estas interrogantes desde la perspectiva del socialismo científico, y a la vez plantea propuestas programáticas desde una perspectiva socialista revolucionaria, para corregir los errores existentes y avanzar hacia el socialismo, en el marco de la coyuntura actual.
PROPUESTA DEL COMISIONADO JUAN ARIAS: UNA RUTA PARA LA CONCILIACIÓN DE CLASES Y LA CLAUDICACIÓN DE LA REVOLUCIÓN
Vemos con asombro como cada día que pasa los esfuerzos por mantener el capitalismo ganan terreno, no solo en ex ideólogos ilustrados, ex funcionarios del gobierno del Comandante Chávez y ahora incluso en actuales colaboradores cercanos al Presidente Maduro.
En el primer grupo vemos como destaca el lamentable Heinz Dietrich, que pasó de ser uno de los promotores del “socialismo del siglo XXI” a publicar artículos donde prácticamente afirma que la única salida a la actual coyuntura Venezolana es un “¿Colapso pacifico o sangriento?”, y que pone en duda el papel de la clase trabajadora en la construcción del socialismo al afirmar que son “las clases dominantes y la clase media universal los sujetos con posibilidades de impulsar cambios”
Vemos a Felipe Pérez en la clausura de la conferencia anual de fedecámaras, llamando a una devaluación de 1031% ubicando el Bolívar en 65 por Dólar, “eliminar Petrocaribe y hacer un acuerdo nacional de gobernabilidad” o leemos a Víctor Álvarez clamando por una unificación cambiaria a la tasa SIMADI! (3158% de devaluación). Nada de esto debe sorprendernos, quizás sean las piruetas de unos desesperados oportunistas esperando pescar en río revuelto, demostrándole a la burguesía de qué lado se pondrían en caso de un hipotético cambio de gobierno, por la vía que llegase.
Pero más preocupante aún, es una de las propuestas de Juan Arias, el Comisionado Presidencial para el Sistema Presidencial de las Empresas Recuperadas, Ocupadas, Nacionalizadas, Creadas y Aliadas (RONCA), en específico: “estimular la participación de empresarios privados a través de la colocación de acciones en la bolsa pública de valores bicentenaria” además afirma: “no le tenemos miedo a la incorporación de privados al sistema. Se trata de establecer reglas muy claras, donde sean los trabajadores quienes dirijan los procesos con métodos adecuados, porque un trabajador por sí mismo no es un virtuoso ni el empresario un canalla. Hay muchos mitos creados que nos hacen daño.”
En fin, asociarnos con la burguesía, ya que la lucha de clases es un mito creado que hace daño. Esta propuesta es la rendición en la lucha por la construcción del socialismo, es no sólo reconocer los errores que hemos cometido, es aceptar el “fracaso del modelo”. Ese es el trasfondo de esta propuesta, ya que implora por el apoyo de los empresarios privados para hacer productivas las empresas públicas, cediéndole lo que tanto nos ha costado obtener, parte de la Propiedad Estatal de los medios de producción. Esta propuesta es un salto hacia la conciliación de clases, o peor aún, es arrodillarnos ante la burguesía.
¿SOCIALISMO o ECONOMÍA MIXTA?
Esta propuesta de poner en venta acciones de las empresas públicas en la bolsa de valores bicentenaria con la justificación de la necesidad de inversión para recuperar la capacidad productiva de muchas de estas empresas, totalmente válida en el marco de un desplome de los precios del petróleo, fuente principal de ingresos de la Nación, nos lleva a debatir sobre los principios fundamentales del socialismo y los medios o tácticas para conquistarlo.
Los diagnósticos realizados en dichas empresas evidencian la necesidad de esos recursos, pero la fórmula que encontremos para obtenerlos no puede ser negociando principios fundamentales, como la propiedad de los medios de producción, así que no cuestionamos, ni dudamos de la necesidad de estas inversiones, pero rechazamos esta propuesta ya que el empresariado venezolano, la burguesía, no podrá jamás ser aliada ni promotora del socialismo en Venezuela, y siempre actuará en función de su único interés: la ganancia.
¿Cuántas veces más le va a extender la mano el Gobierno del Presidente Maduro a la burguesía mas parásita y reaccionaria del continente, para darse cuenta de que es un error seguir apostando en los “empresarios patriotas”?
El compañero Maduro le ha apostado al diálogo desde que ganó las elecciones. A pesar de la guarimba que inició la ultraderecha el 12 de febrero de 2014, generó las mesas de paz y mesas de diálogo económico, y sin embargo igualmente continuó la conspiración por parte de la burguesía.
Iniciaron enero con el llamado a paro que fracasó y el Presidente respondió con contundencia el 23 de Enero diciendo que: “Yo le digo a ustedes, compatriotas… en Venezuela está en marcha un golpe económico, un golpe de Estado y convoco al pueblo a la batalla para derrotar el golpe económico. Convoco a todo el pueblo para esta batalla”. Pero la guerra continuó y se agudiza cada día que pasa.
Salió además el dirigente de la Central Socialista y Bolivariana de Trabajadores/as Wills Rangel a hacerle un llamado a los empresarios patriotas a aumentar la producción, en un vano intento por sanear el capitalismo rentístico, que está agotado y que jamás funcionará. Además, sabemos que la burguesía va por el poder político con el fin de reapropiarse de la renta petrolera. Esa es una de las principales metas que persiguen.
Si revisamos una de las afirmaciones de Claudio Katz en su obra “El Porvenir del socialismo”: “aunque no basta con instaurar la propiedad pública sobre los sectores estratégicos de la economía para despejar el camino hacia el socialismo, no es posible avanzar en esa dirección sin partir de ese cimiento…un indicador de la madurez del socialismo es el grado de sustitución de los propietarios privados por formas colectivas de gestión y control social” así que empezar a marchar en sentido contrario es ir desarmando uno de los avances más significativos de este proceso revolucionario. La propiedad de los medios de producción es un principio innegociable en la construcción del socialismo.
CONVERTIR A LOS TRABAJADORES/AS EN ACCIONISTAS TAMPOCO ES SOCIALISMO
Otra de las propuestas o variantes de la propuesta de venderle acciones a los empresarios “patriotas” es la de venderle acciones a los trabajadores/as para convertirlos en propietarios del medio de producción.
Volviendo a Claudio Katz quien afirma: “No es lo mismo un modelo de vouchers para empresas nacionalizadas una vez erradicado el capitalismo, que ampliar los mercados bursátiles dentro de ese sistema. El primer proyecto implica una generalización de la propiedad pública, mientras que el segundo no requiere ningún cambio significativo del modo de producción predominante” y remata al señalar que: “para superar estas confusiones hay que plantear de manera contundente que bajo el capitalismo ninguna forma de accionariado favorece el igualitarismo o aproxima a los ciudadanos al socialismo. La fantasía de erigir un capitalismo popular distribuyendo títulos es un mito de los thatcheristas. Este proyecto oculta que el pequeño tenedor de acciones se encuentra en desventaja frente a especuladores expertos, que manejan especialmente la corriente de compra y venta de papeles. Este tipo de estafa nuca fue neutralizado con regulaciones bursátiles, ni con reglamentos del banco central”.
Además resalta que: “es falso suponer que la distribución de acciones mejora la situación de los asalariados. En muchas situaciones de quiebra, este mecanismo sirve para transferir la crisis a los trabajadores. Cuando los empleados se hacen cargo de una firma desvalorizada-adquiriendo parcial o totalmente el paquete accionario-, tienden a resucitarla recurriendo a su propia autoexplotación. Si logran reavivar la compañía pueden terminar vendiendo sus acciones a nuevos capitalistas, y si fracasan, habitualmente se hacen cargo de los costos de liquidación de ese emprendimiento. Experiencias de este tipo se han verificado en todos los países”.
Incluso en Venezuela, vimos las múltiples problemáticas vividas por las empresas en co-gestión, como varias que estuvieron al borde de la quiebra ya que el mismo Estado no le compraba los productos que elaboraban (caso Inveval), o se les dificultaban la compra de materia prima por vacíos legales en los que se encontraban.
También señala Claudio Katz el fracaso ocurrido en la República Checa en 1992, donde el 50% de los cupones repartidos entre la población fueron acaparados al año siguiente por nueve grandes fondos de inversión.
OBSERVACIONES IMPORTANTES DEL COMISIONADO JUAN ARIAS
Hay muchas observaciones que hace el compañero Arias que son valiosas, por ejemplo:
- “Que cada una de las unidades productivas que forman parte de las corporaciones, tengan su propia administración” para visibilizar con mayor facilidad cuales están en mejor estado financiero y cuáles no.
- “Creo que nos equivocamos en las estructuras que se crearon para impulsar los proyectos”. Si se refiere al modelo de juntas interventoras que no reconocen el control obrero, que persiguen y amedrentan a trabajadores/as en lucha, con prácticas burocráticas poco transparentes e incluso inmersas en actos de corrupción muchas de ellas, estamos de acuerdo con él.
- “El hecho que los sueldos de los trabajadores/as no estén asociados a la producción ya que eso no estimula la productividad”. También compartimos esta visión ya que se ha generado toda una suerte de tergiversación del “socialismo”, en la que algunos sectores de trabajadores aspiran que el gobierno nacionalice la empresa para tener contratos petroleros, sin importar la producción, como el caso de las empresas básicas de Guayana, donde algunos sectores se paralizan por días y hasta semanas, únicamente por las reivindicaciones económicas sin importarle el daño que le hacen al país, a pesar de ser uno de los sectores mejor remunerados de la Nación. Sabemos también que allí además existen aún mafias y corporaciones internacionales que permean a directores y gerentes que se han visto implicados en actos de corrupción. Además vemos como en muchas empresas nacionalizadas los trabajadores, incluso ahora dignificados, bajan los niveles de productividad, muchas veces por estar en contra del proceso revolucionario.
- Algunas organizaciones que deberían estar dedicadas a impulsar la productividad se encuentran desbordadas por el burocratismo y por la ineficiencia administrativa. Esta realidad se refleja en hechos tales como el no suministrar equipos e insumos a las empresas adscritas en los lapsos previstos, y en ése sentido el tiempo no perdona. Es necesario admitir y corregir las ineficiencias de manera urgente. En ése orden de ideas respaldamos las denuncias del compañero Arias, y lo invitamos a profundizar un poco más en la identificación de estos organismos y actores ineficientes.
- “Escasez de divisas y demora en la entrega de las mismas”. Mientras a la burguesía se le sigue liquidando con rapidez inmensas sumas de dólares a precios preferenciales, ¿Cómo es posible que existan trabas para las empresas propiedad del Estado? Esto es una grave denuncia que debe resolverse prioritariamente.
- “Dificultades para resolver requerimientos de transporte, envasado y empaque; la capacidad ociosa, el contrabando y acaparamiento de materia prima, la obsolescencia de algunas maquinarias”, son problemas que luego del diagnóstico construido junto a los trabajadores/as, deben ser resueltos para aumentar la capacidad productiva de dichas empresas, sobre todo en el marco de la actual guerra económica que estamos viviendo, donde como pueblo nos vemos obligados a hacer largas colas para obtener los bienes de primera necesidad a precios regulados.
- “La desarticulación entre las mismas unidades, lo que trae como consecuencia, que aunque algunas produzcan lo que otras requieren, las últimas prefieran importar con los dólares del Estado.”. Esto llama la atención, ya que con la crisis de ingresos producto de la reducción del precio del petróleo, ¿Cómo es posible que empresas del Estado prefieran importar?, eso se presta a especular al respecto de a qué intereses y a quiénes favorecen esas importaciones con dólares del Estado.
ESCENARIOS DE APROBARSE LA VENTA DE ACCIONES DE EMPRESAS NACIONALIZADAS A EMPRESARIOS PRIVADOS
Sólo imaginen a Lorenzo Mendoza sonriendo y diciéndonos en la cara: ¡Se los dije! Mientras compra “acciones” de Proarepa, Pronutricos y otras empresas nacionalizadas del sector alimentos en Portuguesa. ¿Qué sería lo siguiente? María Corina Machado comprándonos las acciones de Sidetur, empresa de la que su familia era dueña, empresa que asesinó además a Delegados de Prevención en lucha en claros casos de sicariato en el Estado Aragua, por ejemplo. Al golpista Sosa Pietri comprando Inveval otra vez, pero claro, ese “favor de la burguesía” de rescatar las empresas quebradas por el “socialismo”, implicaría también la exigencia de ésta de que le sean vendidas acciones de empresas exitosas y rentables, como CANTV y BANCO VENEZUELA por ejemplo, ¿qué sería lo siguiente? ¿PDVSA?
En lo único que podemos coincidir con Arias es que hemos cometido errores, como por ejemplo no creer en el verdadero Control Obrero, las empresas que se encuentran en peor estado han sido por junta interventoras compuestas por ineficientes o corruptos con prácticas antiobreras, no por culpa de los trabajadores/as y menos por el Socialismo. La pizca de socialismo que hemos alcanzado (y que pretenden devolver) es la propiedad de esas empresas. Su quiebra ha sido producto de los mismos vicios del capitalismo, por no profundizar más la revolución, por no castigar más duramente la ineficiencia y la corrupción.
PASOS PARA AVANZAR EN LA CONSTRUCCIÓN DEL SOCIALISMO
Las propuestas que deberíamos implementar en este momento es el control obrero en esas empresas para avanzar en su recuperación. Denunciar junto a los trabajadores/as a las juntas interventoras corruptas o ineficientes para su remoción y/o pase a tribunales.
Es continuar la nacionalización de empresas en sectores estratégicos como la banca y las telecomunicaciones, donde grandes trasnacionales sacan inmensas fortunas y donde tenemos demostrada capacidad con los resultados favorables en CANTV y Banco de Venezuela.
Es dejando de entregarle los dólares preferenciales a la burguesía para que sigan conspirando contra la Patria, asumiendo el Estado, la clase obrera y el movimiento popular organizado la importación planificada de las bienes necesarios para el país.
Debemos seguir impulsando la Ley de Consejos de Trabajadores/as, que ha Estado engavetada desde hace años, (a pesar del compromiso asumido por algunos diputados en la Asamblea Nacional de discutir tres anteproyectos que reposan en la Comisión de Desarrollo Social), para así garantizar la participación de los trabajadores/as en la toma de decisiones de las empresas.
En fin, no es privatizando las empresas nacionalizadas que vamos a construir el socialismo, es dándole más poder a la clase trabajadora.