Venezuela: Las tres R y la nueva etapa de la revolución

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La revolución bolivariana tras los resultados del 2 de diciembre, a 10 años desde la primera elección del presidente Chávez, y de innumerables batallas contra el imperialismo y la oligarquía, abre una nueva etapa. La misma ha sido fundamentada por el Presidente Chávez sobre “las tres R: Revisión, Rectificación y Reimpulso” del proyecto socialista

Las tareas de los revolucionarios ante el congreso fundacional del PSUV

La revolución bolivariana tras los resultados del 2 de diciembre, a 10 años desde la primera elección del presidente Chávez, y de innumerables batallas contra el imperialismo y la oligarquía, abre una nueva etapa. La misma ha sido fundamentada por el Presidente Chávez sobre "las tres R: Revisión, Rectificación y Reimpulso" del proyecto socialista y viene acompañada con un cambio de gabinete en 12 carteras claves y en donde el antiguo ministro de Vivienda y Habitat Ramón Carrizales pasa a la vicepresidencia y Jorge Rodríguez el antiguo vicepresidente pasa a estar al frente de la organización del PSUV como coordinador. Esta nueva etapa debe servir para terminar con la burocracia y el capitalismo en Venezuela. La tarea del movimiento revolucionario es cómo retomar la ofensiva en la construcción del socialismo en Venezuela.

La revolución en una nueva etapa

Los resultados del referéndum revocatorio del 2 de diciembre llevaron a una victoria pírrica de la derecha. La oposición no amplió su base social si no que lo que garantizó su victoria fue básicamente la abstención de un sector de la base del chavismo que no fue a votar. La causa de que estos sectores no fueran a votar no fue la falta de conciencia revolucionaria, si no resultado del malestar de un sector de las masas respecto a que los problemas fundamentales (empleo, vivienda, inseguridad) aún siguen sin resolver. Para las masas la cuestión del socialismo es una cuestión que se concreta en mejoras en las condiciones de vida. Todo ello se vio agudizado por el sabotaje económico que ha conducido al desabastecimiento y a la suba general de precios.
El dato más importante de las elecciones del día 2 para los revolucionarios es que cerca de 4,300,000 venezolanos están resteados con el socialismo. Eso es una base enorme para avanzar al socialismo en Venezuela. La correlación de fuerzas es mayoritariamente del lado de la revolución como lo demostraron las movilizaciones durante toda la campaña del referéndum. La tarea del movimiento revolucionario es cómo continuar la ofensiva en la construcción del socialismo en Venezuela. Sólo podemos implementar el socialismo si contamos con el entusiasmo y el apoyo de millones de pobres y trabajadores Venezolanos que han depositado su ilusión en esta revolución. Y eso solo puede ser sobre la base de acelerar los cambios económicos y sociales profundos en la revolución. Pero eso cuenta con la resistencia de la burocracia y de los capitalistas que son la principal amenaza para la misma.

El reformismo y la burocracia presionan al Presidente Chávez para frenar la revolución

Desde los sectores reformistas y burocráticos continuamente presionan al presidente Chávez en la línea de conciliación con la burguesía y el imperialismo. Esa línea de presión sobre el Presidente se contrarresta con la presión del pueblo y los trabajadores que somos conscientes de que con la IV República no se puede negociar, que su negociación no es mas que un engaño para adormecer al pueblo y preparar el camino para tomarse venganza por las derrotas que les hemos infringido durante este tiempo. La negociación, la conciliación, los llamados a la paz a la oposición y desde sectores del gobierno, en nada ayudan a la revolución pues lo único que hacen es bajar la vigilancia revolucionaria del pueblo.
Desde el inicio de la revolución la presión de los reformistas sobre el Presidente ha tenido el fin de paralizar la marcha al socialismo en Venezuela. Ahora amparándose tras los resultados del día 2 de diciembre han redoblado su ofensiva. Recientemente en el Aló Presidente del pasado 2 de diciembre en Charallave el Presidente Chávez señaló que "Yo estoy obligado a reducir la velocidad de marcha. He venido imprimiéndole una velocidad a la marcha más allá de las capacidades o posibilidades del colectivo; lo acepto, y he allí uno de mis errores", dijo el Presidente reconociendo así que los sectores populares y el aparato estatal aún no están preparados para todo lo que involucraba una Reforma Constitucional que profundizaba el Socialismo. "Las vanguardias no pueden desprenderse de la masa. ¡Tienen que estar con la masa! Yo estaré con ustedes, y por eso tengo que reducir mi velocidad".
En estas palabras del Presidente se ven la presión de estos sectores. El pueblo estaba perfectamente preparado para el socialismo, hace un año votó masivamente por el socialismo cuando reeligió a Chávez. Lo que falló, tal como plantea el presidente fue el aparato estatal , la burocracia que hizo una labor de sabotaje de cara al referéndum constitucional como bien saben las bases chavistas. Al mismo tiempo fue incapaz, como señalamos más arriba, de hacer frente al desabastecimiento y el sabotaje económico, generando las condiciones para que un sector del chavismo se abstuviera en el referéndum.

El decreto de amnistía del 31 de diciembre

Esa línea de presión hacia la derecha también se ha hecho sentir en lo que es la amnistía que decretó el Presidente a los imputados por el golpe del 11 de abril y el paro patronal. El decreto aprobado por el Presidente Chávez el 31 de diciembre no cubre a los acusados que no estén a derecho y a los que tengan delitos de sangre. Sin embargo este decreto ha conducido ya a la libertad al ex gobernador de Miranda, Enrique Mendoza, implicado en el asalto de VTV durante las jornadas de abril, y que se hayan sobreseído casos de otros imputados.
El general retirado Muller Rojas llegó a declarar que esta amnistía era un camino para alcanzar la paz. La oligarquía y el imperialismo llevan décadas en guerra, algunas veces soterrada, la mayoría abierta contra el pueblo, al que ha humillado, empobrecido y masacrado. Todo ello en nombre, la mayor parte de las veces, de la paz y de la democracia. Recordemos a Carlos Andrés Pérez. Los trabajadores y los pobres queremos la paz, sin embargo los oligarcas y los imperialistas se niegan debido a que para mantener sus privilegios sólo lo pueden hacer sobre la base del expolio de las riquezas de los trabajadores, del pueblo y del país, sobre la explotación de la mayoría. Para ello necesitan quebrantar de un modo violento la voluntad de la mayoría. Solo sobre esa base pueden seguir manteniendo su poder y sus privilegios. Por ello, es imposible la conciliación de sus intereses y los nuestros. Por eso también odian tanto la revolución bolivariana porque son conscientes de que han perdido la capacidad de seguir saqueando al país por la resistencia del pueblo y del presidente. Ellos van a seguir con su trama para volver a recuperar el poder.
Los sectores reformistas creen que con un gesto de buena voluntad van a acercar a la oposición y terminar con la polarización social. Pero eso está lejos de la intención de la oposición .La oposición tenía preparado todo el arsenal golpista en el caso de que hubiéramos ganado el referéndum constitucional como ha denunciado el presidente Chávez. ¿Hubieran tenido alguna consideración con los revolucionarios?. ¿De haber triunfado el 11 de abril, cuál hubiera sido el destino del pueblo?. Es seguro que la contrarrevolución no hubiera sido tan indulgente con nosotros como durante 6 años hemos sido con ellos. Tras el golpe de abril de 2002 el presidente salió con la cruz, perdonando a los golpistas y llamando a la reconciliación. La respuesta de la oposición y el imperialismo fue el criminal paro patronal y las guarimbas. Las concesiones al imperialismo y a sus testaferros venezolanos son interpretadas por ellos no como signos amistosos, si no de debilidad, incitándolos a golpear de nuevo a la revolución.
La incapacidad de la fiscalía, y de todo el aparato administrativo de la misma, para juzgar y condenar durante 6 años a los imputados por el 11 de abril es un muestra más del carácter de clase del estado venezolano que, como ha señalado el presidente innumerables veces, es burgués y en ultima instancia ha defendido los intereses de los golpistas y los oligarcas de este país. Por ello es un grave error este decreto de amnistía que lo único que va a hacer es fomentar la impunidad tanto de los asesinos fascistas como de sus organizadores intelectuales y les dará alas de nuevo para nuevos complots contra el gobierno del Presidente.
El presidente Chávez es plenamente consciente de que la oposición tiene una agenda contrarrevolucionaria. En el mismo programa de Aló presidente desde Charallave también acotó en referencia a las elecciones de diciembre de 2008 para alcaldes y gobernadores, que de llegar la oposición a ganar en algún estado, utilizarían su poder para alterar la paz del país y para llevar a cabo planes desestabilizadores. También señaló que "De los resultados de las elecciones de gobernadores y alcaldes en diciembre de 2008 podría depender la paz del país" "El imperio colocaría a Venezuela de nuevo en pie de guerra. Esto (la victoria en las elecciones a gobernadores) es trascendental para la paz en Venezuela", acotó. Según Aporrea "Indicó que, de ganar alcaldes y gobernadores opositores, es altamente probable que algunos de ellos utilicen el poder en su cargo, así como las policías regionales, para alterar la paz del país". Y puso el ejemplo del estado Miranda: "Si los mirandinos permitieran que la contrarrevolución tomara de nuevo la gobernación de Miranda, desde esa gobernación comenzaría a planificarse la guerra" .."Y la guerra es sacar a Chávez del (Palacio Presidencial de) Miraflores. Ellos van a concentrar todo su esfuerzo en ese objetivo, para ir luego "rumbo a Miraflores"".

La Clase trabajadora debe ponerse al frente de la revolución

En la medida en que la clase trabajadora no ha podido por ahora dejar su sello en esta revolución. Debido al papel nefasto de los dirigentes del movimiento sindical y de la UNT ha dejado el camino libre para que un sector de la burguesía pueda aparecer como bolivariana y revolucionaria. Este sector de los capitalistas se agrupa junto a reformistas y burócratas para presionar en el sentido de intentar hacer ver al presidente que existe un sector de los empresarios interesados en el desarrollo del país. Estos sectores como Fedeindustria y Empreven son sectores minoritarios dentro de la burguesía nacional que es mayoritariamente contrarrevolucionaria. No existe una burguesía nacional patriota, que esté interesada en el desarrollo del país más allá de sus beneficios. Este sector de empresarios bolivarianos muy cercano al gobierno y al Presidente se adapta a la situación política en la medida en que no le queda otra y más en la medida que son pequeñas y medianas industrias que dependen aún más de la ayuda del estado.
Este juego ha sido favorecido extraordinariamente por dirigentes sindicales como Orlando Chirinos que hace unos meses era una de las cabezas más destacada (si no la más destacada) del movimiento sindical revolucionario en Venezuela y cuya política ultraizquierdista ha fortalecido a los reformistas y a los empresarios de cara al presidente Chávez. Su ceguera sectaria llevó a pedir la abstención en el referéndum revocatorio favoreciendo con ello los intereses de la oligarquía, el imperialismo y de los reformistas. Chávez estuvo durante toda la mitad del 2007 haciendo llamados a que la clase trabajadora se pusiera al frente de la revolución. Incluso en uno de los actos del PSUV al comienzo de la campaña por el referéndum en el Poliedro de Caracas habló de que había que acabar con la burguesía para implantar el socialismo.
La clase trabajadora es la llave para la construcción del socialismo en Venezuela y guarda un tremendo potencial en su seno. Una muestra de ello fueron tanto las movilizaciones del 1 de mayo de 2005 tras las expropiaciones de Inveval e Invepal y el lanzamiento a la cogestión que fue interpretado por los trabajadores y el conjunto del pueblo como un primer paso hacia el control obrero de la producción. También fue el segundo congreso de la UNT donde asistieron casi dos mil delegados y que mostró el sentimiento por parte de los trabajadores de organizarse y de tener una organización unitaria. Al igual que en muchas otras movilizaciones de los trabajadores a lo largo y ancho del país donde en luchas por el control obrero (como la de Sanitarios Maracay y otras), contra los cierres y por reclamos justos contra los patrones se ha mostrado la combatividad de los trabajadores, aunque siempre desafortunadamente dispersos y no de un modo unitario a nivel nacional para que fuera un punto de referencia para el conjunto del movimiento revolucionario y el Presidente Chávez.
Mucho más inteligente fue la política de los empresarios bolivarianos que pidieron el Sí para el referéndum, cosa que les está permitiendo ahora tener una influencia mayor sobre Chávez. La tenaza contra las ideas del autentico socialismo en el entorno del Presidente, se ha reforzado temporalmente tras los resultados del 2 de diciembre .De ahí las declaraciones telefónicas de Chávez en el programa Dando y Dando de VTV hace unos días donde se señalaba que esta nueva etapa estaría caracterizada por "menos teoría y más praxis", y abandonará lo que calificó como "corrientes extremistas" de su gobierno, "porque no somos extremistas ni podemos serlo". También adelantó que con las tres R pretende buscar alianzas con la clase media e incluso con la burguesía. "No podemos plantear tesis que han fracasado en el mundo entero, como eso de eliminar la propiedad privada".
Los oprimidos venezolanos, sectores de las capas medias, de los campesinos, de la oficialidad del ejército, y el propio Chávez buscan una alternativa que los saque del callejón al que los ha conducido el capitalismo. Y la buscan en el socialismo, que en última instancia es la ideología política de la clase trabajadora, que es la única clase social que puede llevar a cabo la transformación socialista de la sociedad y organizar la sociedad sobre nuevos cimientos. Sin embargo el proletariado por ahora no posee una dirección revolucionaria, marxista y es incapaz de marcar una salida, un faro a los oprimidos de la nación. Así en estos sectores, incluido el propio Presidente, se crea confusión y dudas que son acrecentadas por los reformistas dentro del movimiento bolivariano y por la política criminal de los sectarios. Al mismo tiempo la burguesía y el imperialismo son todavía muy débiles para poder tumbar al Presidente Chávez y a la revolución. Este impasse entre las clases es la base de los continuos zig-zag verbales del Presidente Chávez y de sus vacilaciones en el terreno económico no tocando los intereses fundamentales de la oligarquía. El Presidente Chávez ha avanzado muchísimo a la izquierda, y eso tiene un enorme mérito pero para acometer la tarea de la construcción del socialismo es necesaria la entrada en acción de un modo organizado y consciente de la clase trabajadora Venezolana. Esa es la clave para garantizar la victoria final y conjurar todos los peligros.

Perspectivas para la revolución: La economía es la clave. Los planes reformistas condenados al fracaso. Polarización a izquierda y derecha del campo bolivariano

Tanto el presente como el futuro bajo el capitalismo en Venezuela va a significar no una atenuación, si no un auge de la lucha de clases, es decir un incremento de la lucha por el reparto de la tarta de la riqueza nacional. En el desarrollo económico de Venezuela se da la enorme contradicción del papel parasitario de su burguesía, que no está interesada en la inversión productiva, si no en el disfrute de la renta petrolera, en vivir a costa de ella sin producir. Eso hace de todos conocido que históricamente Venezuela sea un país enormemente dependiente de las importaciones, de la evolución de los precios del petróleo y de la cotización del dólar.
La entrada masiva de dólares, el aumento de la circulación de moneda, el boom desigual del consumo han puesto de manifiesto la insuficiencia de la burguesía para satisfacer las necesidades del mercado interno. Por ello las importaciones este año han vuelto a batir records. A todo esto hay que sumar que el control de precios y de cambios son un freno a la acumulación de beneficios, es decir a la extracción de riqueza de los trabajadores y los pobres venezolanos. Esto pone de manifiesto el papel parasitario de la burguesía que, sobre la actual correlación de fuerzas entre las clases, se niega a invertir.
Frente a esto sólo hay dos lógicas para el gobierno bolivariano, o se acepta la lógica del capitalismo, o se lucha de un modo consecuente contra ella. La creencia en que la renta petrolera puede resolver el tránsito al socialismo sin expropiar a los capitalistas las palancas fundamentales de la economía del país se está estrellando ya contra la realidad. La suba de la inflación es una muestra de ello: sólo para los productos alimentarios la suba fue superior al 30%. Los empresarios están presionando para que se retire el control de precios y el control de cambios. Los reformistas que son su voz dentro del movimiento revolucionario también. A todo esto se suma tendencia a la caída del dólar en los mercados mundiales que actúa como un acicate más a la inflación y al desajuste fiscal. La desaceleración del crecimiento económico mundial y la probable recesión en USA no van a dejar a un lado Venezuela. El capitalismo venezolano es uno de los eslabones más débiles del capitalismo internacional y más expuesto a la crisis. No va a haber caminos intermedios.
Unos de los factores fundamentales que han impulsado al Presidente Chávez a la izquierda ha sido la situación internacional de crisis del capitalismo. Y esta va a continuar con una situación de inestabilidad general que se va agudizar. Todos estos factores hacen que lo más probable es que, pese al revés del 2 de diciembre, la tendencia a la izquierda durante el año pasado se mantenga en el próximo periodo con sus inevitables zig-zags como estamos viendo ahora. El "por ahora" no fue en vano. Incluso un giro temporal a la derecha, sería como hemos visto otras veces, el preludio para un nuevo giro a la izquierda, más profundo. Esto va a generar nuevos choques con el imperialismo y la oposición. Al mismo tiempo las divisiones en el campo revolucionario se van a profundizar aún más, (y esta va a ser una de las características principales de la nueva época) la división a izquierda y derecha dentro del campo bolivariano se dará a una escala aún mayor que el año pasado.
Si por el contrario los reformistas y burócratas consiguen aplicar las medidas en la línea de la reconciliación y llevar su política adelante este año, eso no haría más que debilitar las posiciones de revolución y desmoralizar a la base revolucionaria. Esa política conduciría a que en las elecciones para alcaldes y gobernadores de diciembre de este año la oposición podría recuperar bastante terreno y sentar una base para obtener buenos resultados en las elecciones a la Asamblea Nacional de 2009. Todo esto llevaría a una sacudida aún más fuerte que la del 2-D dentro del movimiento bolivariano.
Sea cual fuere el desarrollo final, la política del reformismo venezolano conduce a capitular a los intereses de la oligarquía y el imperialismo y que la crisis latente de la economía venezolana la paguen los pobres. Y existe un sector amplio de las bases y de la dirigencia revolucionaria que no lo va a permitir sin lucha. Los choques cada vez más fuertes van a ser inevitables. Eso hará que sectores de la derecha del movimiento bolivariano vean cada vez más al Presidente Chávez como el único obstáculo para ¨la paz que todos anhelan¨, es decir una paz a costa del pueblo. Ahora se sienten un poco más fuertes. De estos sectores vendrá el mayor peligro para la vida del Presidente y el futuro de la revolución. Esto se agudizará aún más si de nuevo el Presidente plantea un cambio constitucional que le permita seguir después de enero de 2013 o intenta implementar alguna medida a través de las leyes habilitantes que amenacen los intereses de los capitalistas o la estructura del aparato del estado.
Toda esta situación va a ayudar enormemente a aclarar políticamente el carácter del socialismo que se tiene que construir, en un periodo como este tras la derrota del 2-D que está suponiendo un estímulo para la organización y la reflexión de las bases del movimiento bolivariano. En este terreno las ideas del marxismo tendrán cada vez un auditorio más amplio.

El PSUV debe convertirse en el instrumento para la transformación socialista y un medio para reagrupar a la clase trabajadora

El próximo congreso del PSUV debe convertirse en la plataforma de lucha para los revolucionarios contra el reformismo y por dotar al movimiento revolucionario de un programa claro para luchar por el socialismo. Este congreso va a ser vital para el futuro de la revolución.
Para ello es fundamental que la clase trabajadora participe activamente en este congreso llevando sus propuestas acerca de cómo debe ser el socialismo y como impulsar la lucha por el mismo. Desde la CMR hemos propuesto la celebración de una conferencia de trabajadores revolucionarios del PSUV y otros colectivos obreros y campesinos para implementar desde la base la reforma constitucional y luchar contra el desabastecimiento y el sabotaje económico a través de la toma y ocupación de fábricas y la formación de comités de abastecimiento junto a las comunidades y los campesinos para luchar la escasez. Esa es la vía en los hechos para marchar al socialismo.
Dentro del PSUV debe enarbolar las ideas del autentico socialismo frente al fraude del socialismo socialdemócrata, reformismo al que se agarran los burócratas. Debe defender un programa que sea debatido democráticamente y que pase por la expropiación de la burguesía, de los grandes monopolios y ponerlos a producir bajo control obrero dentro de un plan económico nacional debatido democráticamente por los trabajadores, las comunidades y los campesinos.
Al mismo tiempo hay que formar un nuevo estado revolucionario sobre la base de los consejos comunales, obreros y la formación de milicias armadas revolucionarias en las empresas, comunidades y en el campo, ligadas a la reserva para defender la revolución de cualquier agresión.
Del mismo modo hay que introducir la política revolucionaria en los cuarteles, permitir que los soldados puedan ser miembros del PSUV y que tengan derecho de organización política.
El PSUV debe defender la necesidad de un autentico programa socialista anticapitalista y que el partido sea el partido de los pobres y los trabajadores y no se pueda convertir en el partido de los burócratas y los empresarios. El congreso del PSUV debe ser la oportunidad para sacarnos de encima a todos los alcaldes y gobernadores, a los burócratas que están saboteando el proceso revolucionario. En ello nos va el ganar las elecciones de diciembre, en una profunda renovación de la dirigencia de la revolución, de sus cuadros a todos los niveles.
Para esta batalla desde la CMR hacemos un llamado a que se agrupen con nosotros todos los jóvenes, trabajadores y jóvenes que dentro del PSUV quieran dar una batalla por las auténticas ideas del socialismo, las ideas del marxismo. ¡Únete a nosotros!