¿Intransigencia revolucionaria o simple sectarismo que ayuda a la contrarrevolución?
Confundir la revolución con la contrarrevolución es el error más grave e inexcusable que puede cometer cualquier revolucionario. La revolución venezolana está en un momento decisivo. Situarse fuera del movimiento bolivariano y repetir contra éste las mismas calumnias y mentiras que vomitan diariamente los medios de comunicación burgueses significa ubicarse, se quiera o no, en el lado de la barricada enemigo al de las masas y la revolución, significa aparecer al lado de la contrarrevolución. Para los revolucionarios honestos que defendemos las ideas del marxismo sólo hay un camino: luchar allí donde están las masas revolucionarias
¿Intransigencia revolucionaria o simple sectarismo que ayuda a la contrarrevolución?
Polarizacion entre revolución y contrarrevolución
El referéndum sobre la enmienda constitucional ha vuelto a poner de manifiesto la polarización entre revolución y contrarrevolución que existe en la sociedad venezolana. Durante la campaña la oposición contrarrevolucionaria lanzó una violenta ofensiva combinando saboteo económico, manipulación mediática (recurriendo a todo tipo de calumnias y tergiversaciones acerca de lo que significaba la enmienda), violencia en las calles -con las marchas contrarrevolucionarias de la juventud “sifrina” de clase media como ariete- y desestabilización. Incluso utilizaron a los contrarrevolucionarios que existen dentro del aparato del estado para atacar a las bases revolucionarias, como vimos en la brutal masacre perpetrada por efectivos de la Policía Regional del Estado Anzoátegui contra los trabajadores que mantienen ocupada la planta de Mitsubishi en Barcelona.
Además, durante la campaña vimos el asesinato de 8 jóvenes en Mérida, los ataques por parte de bandas fascistas contra partidarios de la revolución o miembros de la Guardia Nacional en Táchira y otras zonas del país, las persecuciones y amenazas contra las Misiones o los trabajadores chavistas en las Estados gobernados por opositores, la quema del Ávila o el montaje del ataque a la sinagoga de Caracas.
El objetivo de todas estas agresiones era minar la moral de las bases revolucionarias, erosionar el apoyo social a la revolución y al propio Chávez y sembrar miedo y confusión entre sectores de las masas. Pero lo más significativo de la batalla por la enmienda ha sido la magnífica respuesta que las bases revolucionarias han dado, una vez más, a la ofensiva de la contrarrevolución. Los jóvenes, trabajadores y campesinos venezolanos se han movilizado masivamente; tanto al inicio de la campaña recogiendo varios millones de firmas en pocos días a favor de la enmienda como durante los últimos días de campaña, llenando las calles de Caracas y otras ciudades del país en apoyo a Chávez y la revolución. La culminación de esta movilización la vimos durante la propia jornada electoral.
La clase obrera masivamente a favor de la enmienda
Entre las bases revolucionarias existe un profundo descontento contra la quinta columna burocrática que se ha enquistado dentro del movimiento bolivariano y del aparato del estado. Hay una gran inquietud ante la impunidad con que tanto los burócratas contrarrevolucionarios como los capitalistas sabotean cualquier intento de avanzar realmente hacia el socialismo y una creciente exigencia de que la revolución resuelva los problemas de las masas: la falta de vivienda de calidad, de empleo estable, de igualdad; la corrupción, la inseguridad… Al mismo tiempo, los millones de jóvenes, trabajadores y campesinos que constituyen la base del PSUV y del movimiento bolivariano con un certero instinto de clase comprendieron que estábamos ante una nueva y crucial batalla en defensa de la revolución. En este combate sólo había una opción: ganar; y se movilizaron para conseguir la victoria. Como explicaban muchos militantes revolucionarios en distintos actos a lo largo de la campaña: “ganar la enmienda no es el final sino el primer paso, después hay que llevar la revolución hasta el final, acabar con el capitalismo y ajustar cuentas con los burócratas”.
Esta actitud se podía percibir en las diferentes marchas a lo largo de la campaña y en la misma celebración de la noche electoral, con las masas enfervorizadas por la victoria coreando consignas contra los gobernadores, alcaldes y medios de comunicación contrarrevolucionarios (particularmente contra el Alcalde Metropolitano Antonio Ledezma y Globovisión) y clamando una y otra vez “!!Limpieza!!” dentro de las filas revolucionarias. La voluntad de lucha y ganas de llevar la revolución hasta el final también se expresó en la organización en decenas de empresas, tanto públicas como privadas, de Frentes y Comités de Trabajadores por el SI, así como en varias luchas obreras que se han producido durante las últimas semanas y en el funeral por los camaradas de Mitsubishi asesinados. La firmeza de los trabajadores en su apoyo a la enmienda constitucional y las declaraciones de los dirigentes de la toma, como el camarada Félix Martínez (dirigente del sindicato de Mitsubishi (Singetran), de la Unión Nacional de Trabajadores regional y de la Corriente Marxista Revolucionaria-CMR), quien explicó que el ataque era responsabilidad de los contrarrevolucionarios enquistados en el aparato estatal y ratificó el apoyo inequívoco de los trabajadores al SI, cortaron de raíz el plan puesto en marcha desde los cuarteles generales de la contrarrevolución. Este plan buscaba utilizar de manera cínica y asquerosa la sangre de dos trabajadores revolucionarios asesinados y el dolor de sus familias para atacar a la revolución.
La propia burguesía lo entendió; por eso las cámaras de Globovisión y RCTV, tras fracasar en su objetivo de utilizar en beneficio propio lo ocurrido en Barcelona, intentaron silenciarlo. Por eso también los fascistas han organizado nuevos ataques y tiroteos contra los trabajadores de esta fábrica ocupada, convertida ya en punto de referencia y ejemplo para todos los que apoyamos la revolución bolivariana.
La movilización masiva en defensa de la revolución que vimos el 15 de febrero refleja, en contra de lo que piensan tanto los reformistas como los sectarios ultraizquierdistas, un altísimo nivel de conciencia por parte de las bases chavistas, especialmente la clase obrera, y que la correlación de fuerzas sigue siendo enormemente favorable para poder expropiar a los capitalistas e instaurar una economía planificada democráticamente.
Este instinto de clase de los trabajadores de Mitsubishi, Macusa, Vivex y otras muchas empresas, así como de los millones de obreros, campesinos y estudiantes que protagonizamos la victoria del SI, contrasta como el día con la noche con el lamentable papel que algunos dirigentes y grupúsculos sectarios que se declaran “socialistas revolucionarios”, “marxistas” e incluso “trotskistas”, y se presentan internacionalmente como representantes de los trabajadores y el sindicalismo clasista en Venezuela, han desempeñado durante la campaña. Estos sectores, que han abandonado hace tiempo cualquier perspectiva marxista y de clase, no han tenido ningún problema en salir en los medios de comunicación controlados por la burguesía sumando sus voces al coro de ataques organizado por los contrarrevolucionarios contra la enmienda constitucional.
Orlando Chirino contra la enmienda
Para muchos activistas de izquierda uno de los hechos más sorprendentes ocurridos durante esta campaña electoral fue la rueda de prensa conjunta contra la enmienda constitucional en la que participaron Orlando Chirino, Coordinador Nacional de la Union Nacional de Trabajadores (UNT) y principal dirigente de la corriente sindical C-CURA, Douglas Bravo (dirigente guerrillero de los años 60 conocido durante los últimos años por su sectarismo hacia Chávez) y cinco diputados de la Asamblea Nacional que ,descontentos tras no conseguir los puestos que buscaban en las pasadas elecciones regionales, han decidido oponerse a la reelección presidencial. Según parece, estos burócratas en busca de la prebenda perdida descubrieron justo después de quedarse sin los puestos que ambicionaban y como por arte de magia lo malo, malísimo, que es el Presidente Chávez y lo “peligrosa para la democracia” que resulta su continuidad en el poder.
En esta rueda de prensa, además de repetir los mismos argumentos de la oposición contrarrevolucionaria contra la enmienda y llamar a rechazar la misma, se expresó el apoyo a los estudiantes contrarrevolucionarios que han protagonizado distintas acciones violentas en las calles y varios participantes denunciaron “la represión del gobierno” contra ellos. (“Disidentes por el NO” http://www.talcualdigital.com/Avances/Viewer.aspx?id=16747&orig=RSS&secID=28) Por supuesto, estas declaraciones contaron con una entusiasta difusión por parte de los contarrevolucionarios medios de comunicación burgueses. El semanario burgués Quinto Día dedicó nada más y nada menos que sus páginas centrales a una entrevista con Douglas Bravo e incluso un periódico hoy ubicado en la extrema derecha como El Nacional publicó una entrevista con el “ultrarrevolucionario” Bravo. A pesar de que éste tiene un apoyo absolutamente insignificante en Venezuela, para los contrarrevolucionarios resulta útil repetir por boca de un “izquierdista” y además “guerrillero” muchos de los mismos ataques contra la enmienda que han venido utilizando como ejes centrales de su agitación (Chávez quiere perpetuarse en el poder, etc).
Medios de comunicación golpistas que habitualmente cierran sus páginas a cualquier revolucionario (como Tal Cual, 2001, etc) difundieron con todo lujo de detalles las declaraciones de Chirino, Bravo y los burócratas despechados de la Asamblea; sin olvidarse por supuesto de presentarlos a todos ellos como disidentes del chavismo que se oponían a la enmienda en aras de defender las conquistas democráticas. Esto resulta muy conveniente para los planes de la burguesía de presentar el rechazo a la enmienda como algo “amplio” y “plural” y, de paso, intentar lavarle un poco su cara golpista y fascista (la única que pueden presentar) a la oposición.
Lamentablemente, no es la primera vez que Orlando Chirino se presta a ser utilizado por el enemigo en el contexto de una batalla crucial entre revolución y contrarrevolución. En 2007, durante la virulenta campaña opositora contra la reforma constitucional, muchos activistas obreros y populares que respetaban a Orlando y valoraban su pasada trayectoria de lucha se frotaban asombrados los ojos al verle acudir a la Cámara de Comercio de Valencia a participar en actos organizados por los empresarios de Carabobo o a las instalaciones de medios oligárquicos y golpistas como El Carabobeño o Notitarde para hablar contra la reforma y denunciar las “tendencias autoritarias” de Chávez, o la supuesta falta de respeto a la autonomía sindical por parte del gobierno. Para colmo Orlando hacía esas declaraciones compartiendo pánel con los mafiosos contrarrevolucionarios de la CTV.
Estas actuaciones no pueden ser consideradas como un error aislado. Son el resultado de los análisis políticos, métodos e ideas, cada vez más alejados del marxismo, que defiende la Unidad Socialista de Izqierda (USI), grupo del cual Chirino es uno de los principales dirigentes. Chirino y la USI caracterizan a Chávez y el PSUV como “burgueses” y para ellos chavismo y oposición son lo mismo. En la práctica durante esta campaña electoral , como veremos a continuación, la USI ha hecho campaña por la derrota de la enmienda a pesar de que ,como incluso ellos mismos se ven obligados a reconocer en su declaración: “Estamos plenamente conscientes que de salir derrotado este nuevo proyecto gubernamental, la oposición golpista y fascista se seguirá oxigenando”. (Declaración Ante el gobierno y la derecha proimperialista es posible una "opción revolucionaria de los trabajadores y el pueblo" (www.laclase.info)).
En la medida que estas ideas sectarias son presentadas publicamente como marxismo y trotskismo y difundidas internacionalmente como la posición de los “dirigentes sindicales clasistas” o “los socialistas revolucionarios” de Venezuela es necesario que todos aquellos que luchamos por las verdaderas ideas de Marx, Engels, Lenin y Trotsky dentro del movimiento obrero venezolano e internacional nos desmarquemos de forma tajante y denunciemos sin ninguna contemplación el carácter antimarxista y contrario a los interes de la clase obrera de las mismas.
La combinación de sectarismo y oportunismo que Chirino y la USI pretenden hacer pasar como marxismo por debajo de la mesa hace un flaco favor a la causa del socialismo y favorece objetivamente los planes no solamente de la oposición contrarrevolucionaria sino también de la burocracia pro-capitalista enquistada dentro del movimiento bolivariano. A los burócratas de derechas, ante el rechazo que suscitan entre las bases revolucionarias sus propuestas de conciliacion y el creciente interés y simpatía existentes en el seno del PSUV hacia las ideas de Marx, Engels, Lenin y Trotsky, les viene como anillo al dedo cualquier posibilidad de identificar las locuras sectarias como marxismo o trotskismo. Su objetivo es levantar una muralla china entre las genuinas ideas de Marx y las bases chavistas. Cada declaracion y actuacion de Chirino y sus compañeros facilita esa labor.
¿Ni con Chávez ni con la oposición?¿”Despolarizar” el país?
La esencia de la posición ante la enmienda de Orlando Chirino y otros dirigentes de la corriente C-CURA que militan en la USI la encontramos, además de en varias declaraciones públicas realizadas por el propio Orlando , en el documento político publicado en su propia web con el título: “Ante el gobierno y la derecha proimperialista es posible una "opción revolucionaria de los trabajadores y el pueblo" (www.laclase.info) El título del primer capítulo de dicha declaración deja pocas dudas: “La enmienda liquida los derechos democráticos del pueblo”.
Seguramente a causa del rechazo que existe entre los activistas honestos que permanecen en la corriente sindical C-CURA a votar en el mismo sentido que los fascistas, los dirigentes de la USI llaman en su declaración a votar nulo y declaran que: “Nuestras argumentaciones no coinciden en absolutamente nada con las de la derecha fascista y proimperialista que promueve el voto al NO.” (op.cit). Sin embargo, su posición, en la práctica, como hemos visto ha sido hacer todo lo posible para que ganase el NO e incluso se solidarizan políticamente en su declaración con quienes voten NO a los que presentan poco menos que como heroicos luchadores contra la represión y coacciones del gobierno. ”No apoyamos la enmienda constitucional propuesta, razón por la cual nos solidarizamos con todos aquellos compañeros que piensan abstenerse en forma consciente para no comprometerse con una enmienda constitucional retrógrada, y también con los que están dispuestos a jugarse votando NO, sin importarles la manipulación y las presiones de todo tipo de que puedan ser objeto. (op.cit)” Por si fuera poco, repiten como loros muchos de los mismos ataques que la derecha contrarrevolucionaria ha lanzado contra la enmienda durante los últimos meses: que esta busca “liquidar las conquistas democraticas”, perpetuar a Chávez en el poder, reforzar el autoritarismo y el personalismo, etc. “Estamos en contra de la enmienda constitucional, mucho más cuando ella se pretende imponer a fuerza de presiones, de amenazas y de chantajes contra cientos de miles de empleados de la administración pública, trabajadores de PDVSA y de habitantes de las comunidades que gozan de algunos beneficios a través de programas sociales y Misiones, por cierto, cada vez más en crisis y sumidos en graves conflictos con sus trabajadores”. (Ante el gobierno y la derecha proimperialista es posible una "opción revolucionaria de los trabajadores y el pueblo" (www.laclase.info) !Yon Goicoechea, Ramos Allup o el mismísimo Matacuras no lo habrían podido expresar ni con más claridad ni con más emoción!
Tras insistir en que su oposicion a la reforma constitucional fue correcta porque “restringía las libertades y cercenaba todas (fíjense ustedes bien: !! todas!!) las conquistas democráticas logradas por la movilización popular en el contexto del proceso revolucionario”, los autores se quejan amargamente de las contradicciones que existen dentro del movimiento bolivariano: burocratismo, reformismo, justicia burguesa, etc. Contradicciones que las bases revolucionarias sufrimos y contra las que luchamos dia a día dentro del movimiento bolivariano y del PSUV pero que para los autores de la declaración sólo significan una cosa: Chávez es el representante de la llamada boliburguesía y chavismo y oposición son lo mismo. “Tanto el gobierno como la derecha tradicional y sus partidos quieren encasillarnos en un falso dilema, pretendiendo presentarse como las únicas opciones para el pueblo y los trabajadores venezolanos. (…) Los socialistas revolucionarios respondemos: “ninguna de las dos alternativas es una opción para los trabajadores”. (op.cit)
¿Cuál es la opción entonces para los trabajadores según Chirino y sus camaradas? En la rueda de prensa de los llamados “Disidentes por el NO” Orlando nos da una pista: “Esta es la fuerza que va a despolarizar el país” proclama. !!“Despolarizar el país”!! Nada más y nada menos. !Extraño lenguaje para alguien que se declara marxista! Pero sigamos leyendo, porque Tal Cual, periodico golpista y contrarrevolucionario, dirigido por el ex guerrillero y Ministro de Privatizacion (que no de Planificación) del gobierno de Caldera, Teodoro Petkoff, no puede ocultar su satisfacción y repite embelesado las palabras de Chirino. “Esta es la fuerza que va a despolarizar el país. Venezuela necesita una verdadera opción revolucionaria, que termine con esta maldición entre oposición y gobierno", prometió Chirinos. En este frente también anunciaron que estarían sumados ex militares, así como disidentes directos del PSUV, aunque ninguno de ellos los acompañó ayer en la rueda de prensa. (Disidentes por el NO http://www.talcualdigital.com/Avances/Viewer.aspx?id=16747&orig=RSS&secID=28)
Chirino es un hombre afortunado. Sus quejas amargas acerca de la polarización existente en Venezuela y la necesidad de acabar con la misma han sido compartidas por numerosos y variopintos personajes durante los últimos años: desde los “skinheads” con sotana y crucifijo de la Conferencia Episcopal hasta los parásitos de Fedecámaras; desde la ínclita Secretaria de Estado de Bush, Condoleezza Rice, hasta los insignes y moderados burócratas reformistas de la socialdemocracia europea. En estos mismos momentos, dirigentes reformistas bolivarianos como José Vicente Rangel están llamando a tender puentes, rebajar la tensión, y sí, “despolarizar el país”. E incluso contrarrevolucionarios como Julio Borges no pierden oportunidad para insistir en esa misma idea. !Lo que seguramente ninguno de todos ellos esperaba es que en nombre del marxismo y el trotskismo Orlando Chirino se sumase al coro!
La polarización y su significado para los marxistas
Que en Venezuela existe una profunda polarización política y social es evidente. Lo decíamos al principio de este artículo y los resultados finales del propio referéndum constitucional son un buen ejemplo de ello. Para cualquiera que se declare marxista deberia ser “abecé” que ese polarizacion no es algo que se hace o deshace a voluntad de un individuo o grupo de individuos (como piensan los reaccionarios cuando acusan a Chávez de haber polarizado el país) sino un resultado de la incapacidad del capitalismo para desarrollar las fuerzas productivas y del desarrollo concreto de la lucha de clases en Venezuela a lo largo de las últimas décadas. Por cierto, la polarización para los marxistas no es un problema sino una oportunidad, con una única condición, claro: que sepamos situarnos en el lado correcto de la trinchera, luchar junto a las masas y ofrecerles un programa y métodos que les permitan ganar.
La forma concreta que adquiere la polarización entre las clases en cada momento y en cada pais depende de toda una serie de factores económicos, sociales y políticos. La división que en Venezuela hoy se expresa en chavistas y escuálidos tiene un claro carácter de clase. Cualquiera que asista a una marcha chavista y a una escuálida puede entenderlo. !Cualquiera que tenga ojos en la cara, evidentemente, y algo mas en la cabeza aparte de dos orejas y un montón de fórmulas y esquemas rígidos que para nada sirven y nada consiguen explicar!.
Desde la CMR hemos analizado en numerosas ocasiones las causas de esta polarización entre chavismo y oposicion que tanto disgusta a Orlando Chirino y los ideólogos de la USI. La revolución no es otra cosa que la entrada de las masas en escena. Empujados por las terribles condiciones de vida que genera el capitalismo y la incapacidad de la clase dominante para seguir desarrollando las fuerzas productivas millones de jóvenes , trabajadores y campesinos venezolanos que nunca habían participado en política han tomado conciencia de la necesidad de cambiar las cosas. Pero este proceso no se produce siguiendo un plan. Al contrario: tiende a desviarse de los deseos y recetas que los dogmáticos sectarios guardan en sus cabezas. Las masas saben lo que no quieren (la explotación capitalista, la miseria, la corrupción, etc) pero sólo a través de su experiencia, de poner a prueba a distintas opciones y dirigentes, descubren qué programa, qué medidas concretas, pueden cambiar su situación.
Las masas obreras y populares de Venezuela buscaron de manera incansable desde finales de los años 80 (empezando por el “caracazo”) y durante toda la decada de los 90 un cauce para cambiar la sociedad. Ni los lideres de los principales partidos de izquierda (la Causa R, el MAS, los dirigentes del PCV) ni la llamada extrema izquierda fueron capaces de construir una dirección que apareciese ante los ojos de las masas como una alternativa capaz de cambiar las cosas. Finalmente, las masas vieron esta alternativa en Hugo Chávez, al que identificaron como un dirigente honesto, que no se había doblegado ante la oligarquía y los corruptos, prometía un cambio decisivo en el país y parecía en condiciones de poder hacerlo realidad.
Hartos de soportar las concecuencias de la decadencia capitalista, los obreros y campesinos venezolanos no pueden esperar a que Orlando Chirino y los sectarios que le jalean se saquen del bolsillo el “partido revolucionario autentico” y proclamen la buena nueva del advenimiento de una revolucion pura, limpia, cristalina, bien polarizada y supervitaminada, sin contradiccion interna de ningun tipo, (y lo más importante de todo: dirigida por ellos) a la que apoyar. Así las cosas, las masas intentan llevar adelante con todas sus fuerzas-como han vuelto a demostrar en el referendum de la enmienda constitucional- la única revolución que existe ante sus ojos. Una revolución con contradicciones, y con esa polarización defectuosa que tanto disgusta a Chirino entre gobierno y oposicion (o para utilizar los nombres que le han puesto las propias masas: entre chavistas y escualidos). Una revolución a la que los dogmáticos se niegan a conceder certificado de buena conducta pero que tiene una gran virtud: es real , está en pleno desarrollo y permite a todo el que sea un revolucionario honesto y no un sectario incurable poder intervenir en ella y luchar junto a las masas para intentar llevarla a la victoria.
La relación entre Chávez y las masas (o lo que los sectarios nunca lograrán entender)
La relación dialéctica que existe entre Chávez y las masas, ese vínculo que les une y que los sectarios ni viviendo dos mil años lograrían entender, tiene su origen en el hecho de que el discurso de Chávez, con todas sus contradicciones, sirvió para despertar a la vida política a millones de personas. A su vez, estas -la mayoría de las cuales nunca habían participado en política- encarnaron en Chávez y la revolución sus esperanzas de una vida mejor. El hecho de que Chávez no las traicionara (como sí hicieron otros líderes en Venezuela y en otros países a lo largo de la historia) reforzó este vínculo y lo ha mantenido hasta hoy.
La burguesía, como los sectarios, no comprende la dialéctica de este vínculo. Por eso fue derrotada en Abril de 2002 y durante el paro patronal. Midieron el ambiente entre las masas que apoyaban la revolución por el ambiente de traición y cobardía que existía entre toda una capa de arribistas, burócratas y reformistas que no creían en la revolución y se habían “montado” en ella para su propio beneficio. Estos burócratas, como esperaba la burguesía, o bien traicionaron a Chávez a las primeras de cambio o bien salieron corriendo. Pero las masas comprendieron con un inequívoco instinto de clase que lo que estaba en juego junto a la presidencia de Chávez era el futuro del país y la revolución. Y se movilizaron como un sólo hombre en defensa de ambos, que en su mente -guste o no a los sectarios- representaba en ese momento la misma cosa. Quien no entienda este vínculo, quien no sepa sentir y luchar con las masas chavistas, está condenado a ir dando tumbos y cometer error tras error en esta revolución.
“Un revolucionario debe tener una comprensión del método dialéctico, que parte no de definiciones o axiomas abstractos, sino de la realidad viva, con toda su concreción, riqueza y contradicciones. Él o ella debe tomar el movimiento de masas tal como es, como se ha desarrollado históricamente y luchar con todos los medios a su disposición para entrar en contacto con él, establecer un diálogo con él y fertilizarlo con las ideas del Marxismo. Un revolucionario que no está dispuesto a seguir a las masas a través de este proceso contradictorio y que en cambio intenta alabarlas (o condenarlas, nota nuestra) desde los márgenes del movimiento no será en absoluto un revolucionario, sólo será un lamentable formalista. Una actitud mecánica y doctrinaria respecto al movimiento de masas descarta cualquier posibilidad de influir en él.” (A. Woods, Los marxistas y la revolución venezolana, F.F.Engels, 2004 http://venezuela.elmilitante.org)
Pero, insisten los pseudoteóricos sectarios que acompañan a Chirino: “Chávez es un burgués, nada más y nada menos que el jefe de la llamada “boliburguesía”. Y, de este modo, tras excomulgar al Presidente Chávez de las sagradas filas de la revolución el Gran Consejo de Sabios Sectario declara solemnemente: “Si el proceso revolucionario descansara en la reelección, como afirman el gobierno y sus seguidores (¿quienes? ¿los 6.300.000 que votamos por el SI? ¿o los 5 millones y tantos que nos adherimos al PSUV?) estaríamos condenados a ver como continúa desarrollándose escandalosamente un nuevo sector burgués explotador, engendrado en las entrañas del proyecto “nacionalista” burgués que defiende el presidente Chávez, y se consolidaría la nueva casta burocrática que se empeña en secuestrar y deshonrar los derechos políticos de la población” . (Declaración USI: Ante el gobierno y la derecha proimperialista es posible una "opción revolucionaria de los trabajadores y el pueblo" (www.laclase.info)
En distintos materiales de la CMR hemos respondido a estas ideas formalistas y sectarias que sustituyen el análisis concreto -dialéctico- de la realidad, su movimiento a través de contradicciones, por las etiquetas y los esquemas rígidos. También hemos explicado el origen y dinámica interna de ese vínculo entre Chávez y las masas y porqué no es correcto, desde el punto de vista científico del marxismo, caracterizar a Chávez como burgués. Un buen ejemplo del análisis marxista al respecto lo encontramos en el texto de Alan Woods Los marxistas y la revolución venezolana, escrito en 2004 precisamente como respuesta a aquellos sectarios que a nivel internacional se niegan a aceptar que en Venezuela hay una revolución o, en caso de reconocer esto a regañadientes, denuncian histéricos a cada paso a Chávez como burgués ante todo aquel que les quiera escuchar.
Definiciones contra realidad. ¿Por qué Chávez no es un burgués?
En ausencia de un partido marxista revolucionario de masas las fuerzas de la revolución se han congregado alrededor de Chávez y el Movimiento Bolivariano. Hugo Chávez es el hombre en el centro de la tormenta. No importa lo que se piense sobre este hombre, él ha roto la presa y abierto las compuertas. Él solo se ha atrevido a enfrentarse al poder de la oligarquía y desafiar al poderoso imperialismo norteamericano. Incluso sus enemigos declarados y sus críticos no pueden negar que ha demostrado un valor colosal. Dando un ejemplo de coraje ha conjurado unas fuerzas tremendas que durante generaciones han estado latentes en las profundidades de la sociedad venezolana. Esto es un hecho de tremenda importancia. (…)
“Pero Chávez es un burgués”, dicen protestando. Esta gente siempre piensa en términos simplistas: blanco o negro, sí o no, burgués o proletario. El viejo Engels tenía en mente este tipo de mentalidad formalista cuando citó las siguientes palabras de la Biblia: “Que todo tu entendimiento sea: Sí, sí o no, no, porque cualquier cosa que sea más que esto viene del diablo”. Estas exigencias de una definición exacta parecen a primera vista ser razonables y sabias. Pero no es posible en todas las circunstancias exigir definiciones exactas.
Incluso como definición sociológica, la caracterización anterior es incorrecta. El antecedente social del que procede Hugo Chávez no es burgués sino más bien de clase media. Él se califica a sí mismo como un campesino. Sin embargo, esto no agota la cuestión desde un punto de vista marxista. La clase media no es homogénea. En sus capas superiores, los abogados ricos, los médicos y profesores universitarios, están más cerca de la burguesía y le sirven. En sus capas más bajas, los pequeños comerciantes, pequeños campesinos, las filas más bajas de los intelectuales, están más cerca de la clase obrera y, en determinadas circunstancias, pueden ponerse al lado de la revolución socialista.
Sin embargo, los orígenes de clase de los dirigentes no son concluyentes a la hora de decidir la naturaleza de clase de un partido o movimiento particular. Lo que en última instancia determina la naturaleza de clase de un movimiento político es su programa, su política y su base de clase. Podemos describir ampliamente el programa y la política del Movimiento Bolivariano como el de una democracia pequeño burguesa revolucionaria. Como tal, no va más allá de los límites de una democracia burguesa muy avanzada. La revolución ha llevado a cabo un programa ambiguo de reformas en interés de las masas, pero no ha abolido el capitalismo. Esto constituye su principal debilidad y la mayor amenaza para su futuro. (…)
El Movimiento Bolivariano no es un partido estalinista monolítico, sino esencialmente un movimiento de masas amplio donde hay diferentes tendencias y corrientes. El ala de izquierdas, reflejando las aspiraciones revolucionarias de las masas, intenta llevar hacia adelante la revolución, superar la resistencia de la oligarquía y armar al pueblo. El ala de derecha (los reformistas y socialdemócratas), en la práctica, desean poner un freno a la revolución, o al menos ralentizarla y llegar a un acuerdo con la oligarquía y el imperialismo.
En realidad, la segunda opción no existe. No hay compromiso posible con los enemigos de la revolución, de la misma forma que no se pueden mezclar el aceite y el agua. La lógica de la situación se mueve en dirección a un enfrentamiento abierto entre las clases. De la resolución de este conflicto depende el destino de la revolución.
¿Qué actitud deberían tener los marxistas ante esta situación concreta? ¿Deberíamos mantenernos apartados, argumentando que, como la revolución es “burguesa” entonces no tenemos nada que ver en ella? Pero eso equivaldría a mantenernos neutrales en la lucha entre la revolución y la contrarrevolución. Esta posición sería una traición a la revolución y la clase obrera. Esa posición desacreditaría a cualquier grupo o partido que la defienda. Deberían ser considerados -con toda justificación- desertores y traidores. (A. Woods, Los marxistas y la revolución venezolana, http://venezuela.elmilitante.org)
La cita es larga pero aclara sin ningún género de duda la diferencia entre un análisis marxista y los esquemas desprovistos de vida de los sectarios. La corrección de estas líneas resalta aún más si tenemos en cuenta que fueron escritas antes de que Chávez acometiese las primeras expropiaciones del proceso revolucionario (Invepal e Inveval), plantease el socialismo, hablase de Consejos de Trabajadores, Consejos Comunales, etc e incluso antes de que las contradicciones dentro del chavismo entre reformistas y revolucionarios empezasen a desarrollarse de manera clara.
La lucha entre la burocracia y las bases revolucionarias dentro del movimiento bolivariano
El hecho de que dentro del campo bolivariano existan sectores burocráticos y reformistas, y que los enfrentamientos y choques entre ellos y las masas estén intensificándose, refleja precisamente que nada está decidido aún y que la revolución está alcanzado el punto crítico. La situación está madura para dar el salto decisivo hacia el socialismo y acabar con la propiedad capitalista de los medios de producción pero falta una dirección, un programa y unos métodos marxistas que terminen el trabajo. La revolución está en ese punto decisivo en el que sólo es posible seguir avanzando si se expropia a los capitalistas y se desmantela el estado actual, cuya estructura sigue siendo en esencia burguesa, y éste es sustituido por un estado revolucionario basado en el poder obrero y popular.
Las masas comprenden esto de manera instintiva. Su intento de llevar la revolución hasta el final choca de manera cada vez más clara y abierta con la resistencia de los sectores burocráticos que se han enquistado en la dirección del movimiento y del estado. Estos buscan frenar la revolución y mantener la propiedad capitalista de las principales empresas y bancos del país y el carácter burgués del estado. Como explicaba León Trotsky en el “Programa de Transición” si las condiciones que ya existen para acabar con el caos y miseria que genera la propiedad capitalista de los medios de producción y sustituirla por una economía estatizada y planificada democráticamente no son aprovechadas de manera urgente empezarán a pudrirse. Eso ya esta empezando a ocurrir. Eso es lo que refleja la impaciencia y el cansancio de sectores de las masas que no pueden esperar más y necesitan que los discursos sobre el socialismo se transformen ya en un cambio drástico en sus condiciones de vida: en casas dignas en lugar de ranchos, en empleo digno, en poder obrero y popular, en acabar con lacras como la inseguridad, la corrupción y el burocratismo,…
En todas las revoluciones a lo largo de la historia hemos visto esta misma situación. Al mismo tiempo que la sociedad se divide en dos bandos irreconciliables, en el seno del bando revolucionario se produce a su vez una lucha interna. Por un lado las bases revolucionarias, que comprenden que la revolución no se puede prolongar indefinidamente, que debe resolver los problemas fundamentales legados por el capitalismo y terminar lo que se ha empezado. En frente, sectores de la dirección que están bajo la influencia política, económica y social de la clase dominante e intentan frenar la revolución y desviarla de sus objetivos anticapitalistas. Una de las peculiaridades de la revolución venezolana es que esta división, a causa de la enorme autoridad que tiene Chavez entre las masas y del margen de maniobra que hasta ahora ha proporcionado el ingreso petrolero, se ha dado por el momento de una forma extraordinariamente lenta y soterrada. La burocracia, al menos por ahora, se ha cuidado de proclamar sus verdaderos objetivos contrarrevolucionarios y pro-capitalistas e intenta disfrazarlos utilizando una jerga “socialista”. Ello en el fondo no refleja fortaleza sino su falta de raices profundas y base social.
En una situación como ésta, la burguesía -como ha hecho en otras situaciones revolucionarias- intenta (al menos por ahora) debilitar, frenar y descarrilar la revolución recurriendo a esa quinta columna burocrática, la llamada derecha endógena. En cuanto les sea posible pasarán a una ofensiva frontal (ya empiezan a hacerlo) e intentarán aplastar definitivamente el movimiento revolucionario de las masas y salir de Chávez. La pregunta que todos los que hablan de “boliburguesía” y denuncian a Chávez como el jefe de la misma deberían responder es la siguiente: ¿Porqué si la revolución venezolana ya ha sido traicionada, si Chávez ya no se basa en el movimiento de las masas sino en “una nueva burguesía”, si además esa burguesía es la que dirige el PSUV y el movimiento bolivariano, los capitalistas venezolanos siguen saboteando la economía y se niegan a invertir en la producción? ¿Porqué si la reforma constitucional sólo buscaba consolidar el poder la burocracia endógena -como afirman Chirinos y la USI- esa burocracia saboteó la campaña por el SI, como denunciaron las bases revolucionarias? Y en definitiva ¿porqué si tanto la burocracia procapitalista disfrazada de bolivariana como los capitalistas quieren acabar con la revolución y “despolarizar” el país no son capaces de lograrlo y la polarización entre chavistas y escuálidos lejos de remitir se incrementa (tal y como el referéndum de la reforma ha vuelto a demostrar)?
El problema, tanto para los reformistas que insisten en tender puentes hacia la burguesía y rebajar la tensión y la polarización como para la burguesía, es que aunque a todos les encantaría ponerse de acuerdo y consensuar una manera de acabar con la revolución (de “despolarizar el país”) no pueden hacerlo. La lucha entre revolución y contrarrevolución está tan arraigada, ha llegado tan lejos, que no se puede borrar con declaraciones ni buenas palabras sino con la victoria de uno de los dos bandos en lucha. En Venezuela hay una revolucion en marcha y esta sólo puede ser resuelta o con la victoria de los explotados, que son la base social del chavismo, o con el aplastamiento de la revolución por parte de la burguesía apoyándose en el “polvo social” -como decía Marx- de la clase media y los sectores más atrasados y desmoralizados de la sociedad. Esta lucha se ha prolongado ya diez años pero no puede mantenerse en equilibrio inestable mucho tiempo más. Las contradicciones en el seno de la revolucion se acumulan y la crisis internacional del capitalismo las hará estallar más pronto que tarde.
O con las bases o con la burocracia. O expropiar a los capitalistas o perder la revolución
Como hemos explicado muchas veces desde la CMR, la situación actual en la que Chávez intenta por una parte satisfacer a las masas, llevar a cabo medidas que mejoren sus condiciones de vida e ir progresivamente hacia el socialismo mientras, al mismo tiempo, parece creer que es posible construir ese socialismo sin terminar con la propiedad capitalista de los medios de producción no puede mantenerse más. La crisis del capitalismo empujará a los capitalistas y burócratas a atacar a la clase obrera e intentar cargar el peso de la crisis sobre sus espaldas. El movimiento obrero venezolano, que lejos de estar derrotado mantiene sus fuerzas prácticamente intactas, luchará con todas sus fuerzas por impedirlo. Lo que vemos en el sector automotriz en Anzoátegui (con la toma de Mitsubishi, Vivex y Macusa) es sólo el principio. La agudización de la lucha de clases se extenderá más pronto que tarde al resto del país y a otros sectores laborales. Ello agudizará también las contradicciones internas entre reformistas y revolucionarios en el interior del PSUV y del movimiento revolucionario.
Cuando esto ocurra, el Presidente Chávez tendrá que elegir. Ante él y ante la revolución sólo hay dos opciones. La única que garantiza el avance de la revolución bolivariana es basarse en la clase obrera, los campesinos y la juventud revolucionaria, que mas pronto que tarde van a intentar desembarazarse de la burocracia y llevar la revolución hasta el final. Hacerlo significa expropiar a los capitalistas y enfrentarse a la burocracia, desmantelando la actual estructura del estado y sustituyéndola por un estado revolucionario basado en la elegibilidad y revocabilidad de todos los cargos, que ninguno cobre más que el salario de un trabajador cualificado, etc. Si Chávez, presionado por los reformistas, intentase mantener el status quo o aplazar esa definición interna verá como la base social de la revolución seguirá desgastándose, con sectores de las masas cayendo en el escepticismo y la desesperación (como ya empieza a ocurrir). Un sector de la vanguardia, frustrado, podría girar hacia el ultraizquierdismo y las acciones desesperadas al margen de las masas. Un escenario de este tipo representaría un peligro mortal para la revolución.
Pero nada de esto está decidido. La lucha no ha terminado, recién empieza. El destino de Chávez, cómo le juzgará la historia, al igual que el de todos y cada uno de los que participamos en esta revolución no está definido por la sencilla razón de que LA REVOLUCIÓN TODAVIA ESTÁ EN MARCHA, es un proceso vivo que nos someterá a todos y cada uno de nosotros (desde Chávez hasta el último militante revolucionario de base) a pruebas decisivas en los próximos meses y años.
La burocracia, como hemos denunciado en distintos documentos, ha fusionado sus intereses cada vez más con los de la burguesía y los defenderá “con todos los hierros”. Por eso sabotearon la reforma constitucional, por eso agreden al pueblo y los trabajadores, por eso harán todo lo que puedan para intentar destruir la revolución. Pero en su camino se alza un enorme obstáculo. La clase obrera y las masas oprimidas que componen la base social del chavismo no aceptarán un retroceso de la revolución sin una lucha frontal. Las masas van a movilizarse una y otra vez para intentar llevar su revolución hasta el final.
La diferencia entre la victoria y la derrota estriba en si, cuando lo hagan, los marxistas estamos dentro del movimiento de masas o fuera, si nos hemos ganado su respeto luchando codo a codo con ellas, compartiendo -como decía Trotsky- su lucha y sus anhelos pero no sus ilusiones, conquistando en definitiva el derecho a ser reconocidos por ellas como una alternativa a los burócratas y los reformistas. Como explica Trotsky en su genial trabajo “Clase, partido y direccion”, los dirigentes burocráticos pueden mantenerse incluso cuando han mostrado su degeneración ante las masas si en el periodo anterior, en el seno mismo del movimiento, los revolucionarios no han sido capaces de formar cuadros dirigentes capaces de ganarse ,con su actuación práctica, el derecho a ser reconocidos por las masas como tales.
Las ideas, programa y métodos que defendamos los marxistas, nuestra actuación concreta, es un factor clave en la ecuación. Mantenerse al margen, declararse neutrales en la lucha entre chavismo y oposición, hablar de “otras opciones”, “despolarizar” y demás abstracciones reaccionarias por el estilo significa quedar reducidos a una secta y no jugar ningún papel serio en la lucha. En la práctica significa dejar a las masas en manos de los reformistas y hacerle el juego a la contrarrevolución, asumiendo el papel de observadores, criticando desde fuera como los reformistas descarrilan la revolución en lugar de luchar dentro del movimiento de masas contra esta amenaza y arrancar a las masas de la influencia reformista. Sólo si los marxistas participamos dentro del PSUV y del movimiento bolivariano con nuestras propias propuestas pero luchando codo a codo con las masas en todas y cada una de las batallas entre revolucion y contrarrevolucion que se produzcan (la reforma, la enmienda, las elecciones, las marchas de masas, las luchas contra la burocracia y la oposicion en defensa de la revolución) aumentaremos nuestra influencia y podremos ganar al chavismo para el programa marxista.
Marxismo contra sectarismo
Chirino y los pseudoteóricos que le rodean reproducen las posiciones sectarias y ultraizquierdistas que Marx, Engels, Lenin y Trotsky combatieron duramente a lo largo de toda su vida. En 1887, Engels ya tuvo que enfrentarse al dogmatismo de algunos de sus seguidores, emigrados alemanes que propagaban el marxismo en Estados Unidos pero se negaban a participar en el movimiento de masas que estaba desarrollándose entre la joven clase obrera estadounidense porque la forma que éste adoptaba se apartaba del esquema preconcebido que tenían. Ante ellos se desarrollaba un movimiento extraordinariamente confuso y contradictorio en el que incluso había prejuicios burgueses pero lleno de vida y posibilidades. Trotsky en uno de sus escritos clásicos contra el sectarismo (La liga frente a un giro) cita la respuesta que dio Engels a estas primeras manifestaciones de dogmatismo: "Ese gran movimiento nacional, no importa qué formas adopte en un primer momento (subrayado nuestro) es el verdadero punto de partida del desarrollo de la clase obrera norteamericana. Si los alemanes se unen a él para ayudarlo o acelerar su desarrollo en la orientación correcta, harán muy bien y jugarán un rol decisivo. Si se mantienen al margen, quedarán reducidos a una secta dogmática y serán barridos por no comprender sus propios principios. (subrayado de León Trotsky)". (Citado por Trotsky en La liga ante un giro, Escritos 1934-36)
En “Los marxistas y la revolución venezolana”, anteriormente citado, Alan Woods vuelve a explicar esta misma idea en relación al movimiento bolivariano: “Un revolucionario debe “sentir” el movimiento de las masas y debe tener en su alma la revolución. En contraste, los pedantes estudiosos ven el proceso histórico como una cuestión de “fuerzas objetivas” que determinan todo por adelantado. Este tipo de personas no son revolucionarios sino eternos observadores cuyo punto de vista tiene más común con la noción calvinista de la predestinación que con la dialéctica revolucionaria del Marxismo”.
Estas líneas fueron escritas en 2004 respondiendo a distintos grupos sectarios. Una parte de estos grupos ya pululaban entonces alrededor de Orlando Chirino intentando convencerlo de que rompiese con el chavismo, denunciase a Chávez como burgués y proclamase “el auténtico partido revolucionario”. En aquel momento no lo lograron (o al menos no totalmente) pero a medida que las contradicciones internas en el seno del movimiento bolivariano -como preveiamos los marxistas- se han ido agudizando y la lucha interna entre reforma o revolución alcanza un punto de inflexión sólo una comprensión científica del método y el programa del marxismo puede servir de antídoto contra el veneno del oportunismo y del sectarismo.
La causa fundamental de la degeneración política de Chirino y los demás dirigentes de la C-CURA que le apoyan es que abandonaron hace mucho tiempo el método marxista y nunca han comprendido ni el desarrollo concreto ni la forma peculiar que ha adquirido la revolución venezolana. El porqué la polarización entre las clases -como hemos explicado- se expresa en esa división entre chavistas y escuálidos, la relación dialéctica que existe entre Chávez y las masas,… Todo ello es un libro cerrado con siete llaves para los sectarios. Y si no comprendes estos procesos te enfrentarás a los vaivenes de la revolución dando palos de ciego. Como decía el teórico marxista Ted Grant, fundador de la Corriente Marxista Internacional, “si te desvías un milímetro del punto de vista de clase, materialista y dialéctico, del marxismo puedes acabar fácilmente en el lado equivocado de la barricada”.
Esto es precisamente lo que ha ocurrido a lo largo de los últimos años con Orlando Chirino y la C-CURA. En un determinado momento, sobre todo en el lapso que media entre 2002 y 2007, Orlando Chirino fue posiblemente el dirigente sindical mas respetado e influyente de Venezuela. Esto era el resultado no sólo de décadas de lucha sindical bajo la IV República sino sobre todo porque era visto por miles de dirigentes sindicales de base y trabajadores como parte del movimiento bolivariano y ,dentro de éste, como una figura ubicada a la izquierda. Cuando nació la C-CURA, en 2005, era probablemente la corriente más fuerte de la UNT y agrupaba a muchos de los activistas más combativos de ésta. Miles de trabajadores, que se sentían chavistas y socialistas, miraban hacia Chirino y otros dirigentes de la C-CURA y esperaban de ellos un programa y unos métodos que sirviesen para convertir a la UNT en la herramienta que necesitaba la clase obrera. En la organización unitaria capaz de poner al movimiento obrero venezolano al frente de la revolución y ofrecer a los millones de trabajadores, jovenes y campesinos que constituyen la base del movimiento chavista un programa genuinamente socialista que garantizase la victoria definitiva de la revolución.
Es difícil encontrar una situacion histórica tan favorable, en la que una corriente sindical dirigida por lideres que se declaran trotskistas alcance en un momento decisivo de la revolución una posición tan influyente y una oportunidad tan maravillosa como la que tuvieron entre 2002 y 2007 Orlando Chirino y muchos de los que hoy le acompañan en su deriva sectaria. Pero, en lugar de aplicar las ideas y métodos de Marx, Engels, Lenin y Trotsky, Chirino y los pseudoteóricos que le rodean llevaron a cabo una mezcla de oportunismo y sectarismo, oscilando entre posiciones pseudoreformistas en distintos aspectos programáticos y en su actuación concreta ante diferentes luchas y un discurso ultraizquierdista y sectario con el que intentan justificar permanentemente sus propios errores y ocultar su incapacidad para dotar a la clase obrera de la politica que exige la situación. Esto sólo ha servido para alejar a los (cada vez menos) activistas sindicales que le siguen de las masas, escindir y paralizar la UNT y debilitar progresivamente a la propia C-CURA.
Chávez llama a tomar las empresas cerradas y Chirino y los demás dirigentes de la UNT miran hacia otro lado
El ejemplo más claro de esta bancarrota política lo tuvimos cuando, en un hecho sin precedentes, el Presidente Chávez llamó a los trabajadores a ocupar las enpresas cerradas. ¿Cual fue la actuacion de nuestros revolucionarios intransigentes? ¿Que hicieron Chirinos, en aquel momento el principal dirigente de la UNT , y todos los sesudos ideólogos sectarios que le asesoran? !Nada!. !!Absolutamente nada!!. Chávez reiteró en varias ocasiones su llamado. En 2005, siendo todavía Ministra de Trabajo, Maria Cristina Iglesias también exhortó en un evento nacional de la propia UNT a los dirigentes de ésta a organizar la ocupacion de empresas que fuesen cerradas !Extraña táctica para los jefes de la boliburguesía, por cierto! Pero la pregunta nuevamente es: ¿qué hicieron Chirino y los sectarios? Decir que todo eran maniobras del gobierno, que no habia condiciones, que… !Excusas para no hacer nada!. Lo único que parecía importar era la pelea por obtener el mayor numero de posiciones en la dirección de la UNT de cara al segundo congreso de la central.
Esta posición es injustificable desde un punto de vista de clase. Incluso en el caso de que Chirino y la USI pudiesen probar que el ofrecimiento de Chávez y María Cristina no era sincero y se trataba de una maniobra (cosa que ni ellos ni ningun otro sectario ha hecho ningun esfuerzo nunca por demostrar) la única táctica correcta, y lo que siempre ha defendido el marxismo, era agarrar ese llamado con las dos manos, llevarlo a la práctica y entonces demandar al Gobierno la estatización bajo control obrero.
Se podrían poner muchos ejemplos más de como estas politicas aplicadas por Chirino, combinando un punto de vista sindicalista estrecho y oportunista con un discurso sectario y ultraizquierdista, sólo sirivieron para desaprovechar magníficas oportunidades y obstaculizaron la tarea de construir una corriente revolucionaria de masas en la UNT y en el movimiento bolivariano. Citaremos sólo algunos de los más importantes. Nuestro objetivo al hacerlo no es hacer leña del arbol caído sino demostar como un error teórico grave -caracterizar a Chávez y al PSUV como burgueses – se traduce inevitablemente en consignas y métodos equivocados, así como en acciones contrarias a los intereses generales de la clase obrera.
Durante los últimos dos años Orlando Chirino ha clamado contra la vulneración de la autonomía sindical por parte del gobierno bolivariano y denunciado por todo el mundo la falta de una direccion de la UNT legitimada democráticamente mediante unas elecciones por la base. Pero Orlando se olvida de explicar porqué aceptó esta situación y contribuyó a que se diese, puesto que él mismo fue uno de los dirigentes responsables de que la UNT naciese no como resultado de un proceso de eleccion de delegados desde la base sino mediante un acuerdo por arriba para repartirse los puestos de direccion.
Distintos sectores de la izquierda revolucionaria defendiamos que la creación de la UNT era una oportunidad para que se eligiesen delegados elegibles y revocables desde cada centro de trabajo y sindicato revolucionario a una Asamblea Nacional de Trabajadores que debatiese el programa que necesitaba la clase obrera para ponerse la frente de la revolución. Una Asamblea de este tipo tambièn era el mejor ámbito para decidir el nombre, objetivos, estatutos, estructura y direccion de la nueva central. Distintos dirigentes burocráticos que veían peligrar sus posiciones y la derecha de la FBT, vinculada a la burocracia reformista, veían en esto un peligro y propusieron un acuerdo por arriba. Como resultado del mismo, Orlando Chirino y otros dirigentes de su grupo entraron en la Coordinación Nacional de la UNT y a cambio aceptaron que lideres que hasta ese momento denunciaban como burocráticos y traidores (y que hoy vuelven a denunciar) también formasen parte de ella. Todo esto fue acordado sin consultar a las bases.
Chirino renunció en la práctica a defender una politica de independencia de clase en el seno de la UNT, es decir una política en la que al mismo tiempo que luchaba por construir la central como una organización unitaria de la clase obrera revolucionaria defendiese de manera clara e inequívoca un programa y propuestas socialistas. Podríamos buscar durante horas en sus discursos de 2003 y 2004 y en sus actuaciones practicas de entonces referencias claras al socialismo, los Consejos de Fabrica, el control obrero o el marxismo y no encontraríamos nada.
Chirino, la UNT y la toma de empresas
La culminacion de esta politica oportunista se produjo cuando los trabajadores de varias empresas abandonadas por los empresarios tomaron las mismas y empezaron a demandar su expropiación. Desde los trabajadores de CNV (hoy Inveval), Fenix, Cristine Carol, y la propia CMR hubo llamados a que la UNT convocase un Encuentro Nacional de Trabajadores de empresas recuperadas y en conflicto y sindicatos clasistas para darle un carácter nacional a estas luchas y convertir la toma y ocupacion de empresas en un eje central de la actividad de la UNT. De haberlo hecho, la clase obrera se habria puesto al frente de la revolución y la burocracia y los reformistas habrían visto enormemente debilitado su margen de maniobra.
Chirino, como principal dirigente en ese momento de la UNT, dijo en una asamblea celebrada en Cristine Carol en 2003 estar de acuerdo con esa convocatoria pero no dio ningún paso concreto para organizarla y ésta nunca tuvo lugar. Sólo tras la expropiación de Invepal e Inveval, en 2005, los trabajadores de Inveval tomaron -a propuesta de la célula de la CMR en la fábrica- la iniciativa de convocarla, sin ningún tipo de ayuda ni por parte de la burocracia sindical ni de la burocracia estatal, y organizaron el Frente Revolucionario de Trabajadores de Empresas en Cogestión y Ocupadas (FRETECO).
A pesar de la falta de una politica correcta por parte de los dirigentes de la UNT, los trabajadores de Venepal y CNV (hoy Invepal e Inveval) consiguieron que ambas fuesen expropiadas. Fue una victoria de los propios trabajadores que, con el apoyo político de la CMR y sin orientación política ni una campaña de solidaridad seria por parte de los dirigentes de la UNT, consiguieron vencer. La propuesta de la CMR de que la UNT organizase una campaña nacional por la estatización bajo control obrero de Venepal y convocase un paro general en Carabobo y una marcha de solidaridad primero en Valencia y luego nacional en Caracas nunca fue aceptada por Chirino y los dirigentes de la UNT de Carabobo que le seguían. Es más, Chirino planteaba que esa consigna sólo podía ser “propagandística” y que la expropiación era imposible porque el gobierno era burgués y “esa no es su línea”.
Desde la CMR defendimos que, en el contexto de giro a la izquierda abierto por la victoria en el referéndum de agosto de 2004, si se hacía una buena campaña nacional e internacional demandando la expropiación de Venepal, dirigiéndose a las UBES y las bases del chavismo, era posible vencer la resistencia de la burocracia reformista y conseguir la expropiación. Los trabajadores entendieron perfectamente esta idea. Y lo hicieron. Supieron vincular su lucha en todo momento con la defensa de la revolución bolivariana, ganarse a las UBES y las bases chavistas y al propio Chávez. La orientación correcta de la lucha y el método empleado permitieron que las reivindicaciones de los trabajadores llegasen a Chávez y éste, en el contexto de giro a la izquierda y euforia entre las bases creado por la victoria en el referéndum de 2004 (“revolución en la revolución”, “socialismo”, etc) aprobó la expropiación. Y ello a pesar de las maniobras de la burocracia y de que la lucha, aislada y sin esa campaña nacional de la UNT que extendiese su apoyo, empezaba a decaer.
Sobre la táctica marxista del frente único
La lucha de las empresas ocupadas y recuperadas encierra valiosísimas lecciones que los ideólogos sectarios de la USI y la corriente internacional a la que ésta pertenece se han negado a analizar por la sencilla razón de que contradicen todos sus análisis y perspectivas y ponen en tela de juicio su actuación. Sin embargo, no hay peor error para un revolucionario que el de no saber reconocer los propios errores y rectificarlos a tiempo. Reconocer y corregir los errores no debería debilitar a nadie…si tiene confianza en la corrección de su línea general. El problema de la corriente internacional a la que pertenece Orlando Chirino es que es su línea general la que está totalmente errada. Además de abandonar el método de análisis del marxismo, esta tendencia también ha abandonado las tácticas desarrolladas por Marx, Engels, Lenin y Trotsky respecto a como debemos luchar los marxistas dentro del movimiento de masas para combatir la influencia de los reformistas.
Esta táctica es conocida como el “frente único”. Lenin la definió con una frase: “marchar separados, golpear juntos”. Basicamente consiste en que los marxistas, mientras un sector significativo del movimiento siga a dirigentes no marxistas: centristas, reformistas (ya sean honestos o no, por supuesto si son honestos aún con mayor razón) deben llamar en todo momento a esos dirigentes a luchar juntos contra la burguesía y la reacción. Una tarea central de los marxistas debe ser la de presentar propuestas concretas de unidad de acción tanto a los dirigentes reformistas como a las masas que les siguen. Por supuesto, al mismo tiempo, los marxistas defienden sus propias consignas y programa y hacen todo lo que esté en sus manos por difundirlas. Si los reformistas aceptan el llamado o deciden dar un paso adelante, por minimo y contradictorio que sea, los revolucionarios marxistas deben apoyar éste, agarrarlo con las dos manos e intentar empujarlo aún más allá. Si los dirigentes reformistas rechazan la unidad de acción, las propuestas revolucionarias y se niegan a avanzar queda claro ante sus seguidores que no ha sido responsabilidad de los marxistas y se aclaran las auténticas diferencias entre reformismo y marxismo. El objetivo de la tàctica del frente único es vincularse a las masas y superar el muro de calumnias y mentiras que muchos dirigentes burocráticos o reformistas intentan levantar entre éstas y la vanguardia revolucionaria.
La táctica del frente único fue determinante para que los bolcheviques ganasen la mayoría dentro de los soviets (Consejos de Trabajadores, Soldados y Campesinos que crearon las masas para coordinar su lucha durante la revolución rusa). La consigna planteada por Lenin en Abril de 1917 no fue “Abajo los reformistas” sino “Todo el Poder a los soviets”. Pero ¿quién dirigia entonces los soviets? Los mencheviques y eseristas, la burocracia reformista de aquel momento. Es decir, Lenin estaba demandando a los burócratas reformistas que tomasen el poder y llevasen la revolución hasta el final. Al mismo tiempo, los bolcheviques -decia Lenin- debian “explicar pacientemente” que el unico programa que podia resolver los problemas de las masas era la expropiacion de los capitalistas y terratenientes y la construcción de un estado revolucionario.
El choque entre reforma y revolución que, como antes explicábamos, se ha dado en todas las revoluciones, ha llevado a parejado también en todos y cada uno de los casos la represión (y en no pocos casos sangrienta) por parte de la burocracia contra la izquierda revolucionaria. Lo vimos en Rusia cuando ilegalizaron al Partido Bolchevique, encarcelaron a varios de sus dirigentes y ordenaron al ejército disparar contra las masas que seguían a los bolcheviques. En la revolucion alemana de 1918-19 la socialdemocracia de derechas fusiló a revolucionarios como Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht. En la revolución española los estalinistas aniquilaron fisicamente a miles de trotskistas, anarquistas y socialistas de izquierda.
En todos estos casos la respuesta de los revolucionarios ante las contradicciones internas que existían en las filas revolucionarias nunca fue declararse imparciales, ni decir que la revolución no servía, que había que acabar con la polarización porque los burócratas contrarrevolucionarios intentaban hacerse con el control del movimiento y desviarlo de sus objetivos de clase. Cuando la reacción fascista intentó un golpe de estado en Rusia contra ese mismo gobierno de Kerensky que había ordenado disparar contra las masas y mantenía ilegalizado y perseguido al Partido Bolchevique, éste -dirigido por Lenin y Trotsky- se puso al frente de las masas y organizó la defensa de ese mismo gobierno contra el golpe fascista. En la medida en que supieron hacer esto, y hacerlo con sus propios métodos y su propio programa, se ganaron el reconocimiento y apoyo masivo de los obreros, soldados y campesinos, incluidos muchos de los que hasta ese momento seguían bajo influencia reformista. Esto fue decisivo para que pudiesen ganar la mayoría en los soviets y llegar al poder.
En muchos casos la aplicación concreta del frente único significa entrar en los sindicatos, partidos y organizaciones de masas y luchar en su interior por una política revolucionaria, incluso en el caso de que estas organizaciones se hallen dirigidos por reformistas o cuenten con un sector burocrático en su interior con un poder considerable. Como planteaba Trotsky cuando explicaba a sus partidarios en Francia la necesidad de entrar al Partido Socialista: “Si la Liga se mantiene al margen y concentra sus esfuerzos en la crítica desde fuera, corre el riesgo de despertar la ira y no la atención de los trabajadores. Recapitulemos una vez más: las masas ven hoy en la unidad la única salvación de sus filas y consideran un obstáculo a todo el que se mantiene fuera de las bases, a todo el que crítica desde el balcón. No tener en cuenta esta poderosa y, en el fondo, sana actitud de las masas, ponerse contra ella significaría la muerte. En los comienzos del movimiento, la tarea de los marxistas consiste en aportar, apoyándose en la ola ascendente, la necesaria claridad de pensamiento y método” (Trotsky, La liga frente a un giro decisivo, Escritos 1934-36)
Durante la revolución española,en 1934, Trotsky insistió a sus partidarios de la Izquierda Comunista (IC) para que entrasen en el Partido Socialista y la Juventud Socialista, que era donde estaban las masas. La Juventud Socialista llegó a pedir a los dirigentes de la IC que entrasen a su organización y al PSOE para “bolchevizarlos”. Pero el principal dirigente de la IC Andreu Nin, rechazó entrar con el argumento de que el PSOE era un partido reformista, burgués, que estaba dirigido por burócratas que habían estado en el Gobierno los años anteriores y traicionado la revolución. Estos argumentos sonarán familiares a todos los que hayan leído las declaraciones de Chirino y la USI rechazando participar en el PSUV. Trotsky denunció la política de Nin como una traición y rompió con él. La IC se quedó al margen y las Juventudes Socialistas acabaron siendo controladas por el ala más reaccionaria de la burocracia en la revolución española: los estalinistas.
¿”Frente Único” o “Frente Único por la base”?
“Nosotros estamos dispuestos a hacer frente único pero sólo con los sectores del chavismo que sean realmente revolucionarios”, hemos escuchado decir en más de una ocasión a militantes del grupo de Chirino “ A esos sectores revolucionarios del chavismo les llamamos a romper con sus dirigentes y luchar conjuntamente por el verdadero socialismo”. Esta posición que suena tan radical es en realidad un subterfugio que no sirve para avanzar un paso en la tarea de ganar a las masas y luchar contra el reformismo. Es una copia mala de la política sectaria que defendieron los estalinistas en Alemania en los años 30 y que Trotsky combatió de manera incansable. Aquella política, que ellos llamaban “el frente único pero por la base” sólo sirvió para dividir a la clase obrera alemana y favorecer el triunfo del fascismo. Por suerte para la revolución venezolana la influencia de Chirino y su combo en Venezuela está a años luz de la que gozaron los estalinistas en Alemania. Aún así ya ha servido para causar unos destrozos políticos considerables.
Según los partidarios del “frente único por la base” la tarea del partido revolucionario (en aquel caso en Alemania) era construir una tercera fuerza, auténticamente obrera y revolucionaria, ya que socialdemocracia y fascismo en el fondo eran hermanos gemelos. Lo mismo que hoy están diciendo Chirino y la USI en Venezuela. Trotsky respondió duramente a estos argumentos. Y ello a pesar de que en el caso alemán la dirección de la principal organización de masas, el Partido Socialdemócrata (SPD), estaba en manos de burócratas reformistas de derechas que habían traicionado el movimiento de las masas en el pasado, esos burócratas estaban desprestigiados ante un sector considerable del movimiento y los estalinistas movilizaban a centenares de miles de trabajadores. Era, por asi decirlo, como si en Venezuela al frente de la revolución no estuviese Chávez sino un burócrata reformista. Aún así, Lenin y Trotsky siempre insistieron en que el frente único no depende de la talla moral de los dirigentes que tengan las masas sino unica y exclusivamente de si hay masas que todavía les sigan o no. Los revolucionarios deben proponer acciones conjuntas a los dirigentes reformistas y participar en las acciones y movilizaciones dirigidas por ellos al tiempo que defienden tanto ante ellos como ante las bases propuestas revolucionarias.
Como explica Trotsky:“El Frente Único, ¿comprende solo a las masas trabajadoras o incluye también a sus dirigentes oportunistas? El solo hecho de hacer esta pregunta demuestra incomprensión del problema. Si pudiésemos simplemente unir al proletariado en torno a nuestra bandera o alrededor de nuestras consignas practicas, y saltar por encima de las organizaciones reformistas, ya fuesen partidos o sindicatos, lógicamente, esto seria lo mejor del mundo. En este caso, el problema del Frente Único no existiría en su forma actual. La cuestión surge de que algunos sectores muy importantes del proletariado pertenecen a organizaciones reformistas o las apoyan. Su experiencia actual es demasiado insuficiente para permitirles abandonarlas y unirse a nosotros. Es precisamente luego de intervenir en aquellas actividades de masas que están a la orden del día, que se producirá un gran cambio en la situación.” (L. Trotsky, “Las tácticas del Frente Único”, Incluido en “El método marxista”, Cuadernos de Formación Política de la CMR)
A principios de los años 20, en plena resistencia contra el avance del fascismo en Italia, Lenin criticó duramente a los dirigentes del Partido Comunista de Italia por negarse a participar en un movimiento antifascista de frente único “Los Atrevidos del Pueblo” con el argumento de que muchos de sus dirigentes no eran revolucionarios sino demócratas pequeño-burgueses, reformistas, burócratas, etc. “¿Dónde estaban en ese momento los comunistas italianos? Estaban ocupados en examinar con lente de aumento el movimiento para decidir si era suficientemente marxista y en conformidad con el programa (…) El PCI tenía que penetrar desde el primer momento de manera enérgica en el movimiento de los Atrevidos, agrupar alrededor de sí a los trabajadores y convertir en simpatizantes a los luchadores procedentes de las capas medias (…) poner a elementos de confianza a la cabeza del movimiento. El partido comunista es el cerebro y el corazón de la clase obrera y, para el partido, no hay movimiento de los trabajadores demasiado bajo o demasiado impuro (…) vuestro joven partido debe utilizar cada posibilidad para tener contacto con los trabajadores de las masas obreras y para vivir con ellos. Para nuestro movimiento es más y más favorable cometer errores con las masas que no cometerlos lejos de ellas, encerrados en el limitado círculo de los dirigentes del partido, afirmando la castidad como principio (el subrayado es nuestro) ". (C. Villa, Gramsci y la revolución italiana, Artículo incluido en la revista Marxismo Hoy)
Frente a esta política los estalinistas alemanes llegaron a coincidir con los fascistas en organizar un referéndum contra la socialdemocracia y les decían a sus bases que la llegada de Hitler al poder no significaba ningún problema grave porque inmediatamente las masas verían que ni los socialdemócratas ni los fascistas tenían solución a sus problemas y comprenderían que los únicos revolucionarios auténticos eran ellos, los estalinistas del Partido Comunista Alemán. Esta política sectaria y lunática, junto a la pasividad y falta de voluntad revolucionaria y confianza en la clase obrera de la burocracia socialdemócrata, paralizaron a las masas y permitieron a los nazis tomar el poder sin resistencia.
Orlando Chirino en busca de la “tercera fuerza” perdida
“Pero Orlando no está con los contrarrevolucionarios. Él no apoya a la oposicion burguesa sino que defiende la existencia de una Tercera Fuerza alternativa al chavismo y la oposición” nos podría decir cualquiera de los miembros de ese variopinto Club de Fans que le ha salido a Chirino, a lo largo de sus dos últimos años de deriva sectaria, entre la ultraizquierda ultarrevolucionaria (y también un poco ultraignorante) nacional e internacional.
En una reseña publicada en Aporrea (www.aporrea.org) sobre un acto en Panamá durante su campaña contra la reforma constitucional, Chirinos habla de esta Tercera Fuerza que hasta ahora nadie conoce ni ha visto nunca. Y lo hace como si sectores decisivos de la clase obrera y los campesinos se estuviesen orientando hacia ella. Pero ¿donde están las manifestaciones de masas de esa Tercera Fuerza que se desarrolla como una alternativa a chavismo y oposicion? ¿Cual es su programa? ¿Que actos ha organizado durante la actual campaña para explicar su alternativa a la enmienda? Y por último: ¿Cuál es su táctica para ganar a las masas: Hacer ruedas de prensa con Douglas Bravo y los diputados brincatalanqueras de la Asamblea Nacional; o pedir la despolarización del país en Tal Cual?
En vano buscariamos en la web de la USI y de sus amigos sectarios del resto del mundo cualquier rastro de dicha fuerza. Y no lo encontraremos porque no lo hay. Tal tercera fuerza sólo está en su cabeza. En ralidad, todo este arroz con mango teórico acerca de la tercera fuerza no es mas que el subterfugio al que recurren para justificar una posicion politica que en la practica consiste unicamente en aparecer en los medios de comunicación burgueses -para regocijo de la oposicion contrarrevolucionaria- haciendo declaraciones contra Chávez y el PSUV.
Por suerte para el movimiento obrero venezolano, las propias políticas aplicadas por Chirino han debilitado considerablemente su influencia. Aún así sus políticas ya han servido para que una capa (afortundamante cada vez mas limitada) de dirigentes obreros que permanecen bajo su influencia se separen del movimiento de masas y acaben desmoralizados políticamente. Buen ejemplo del pantano al que conducen los métodos sectarios de la USI fue lo ocurrido en el II Congreso de la UNT o el papel de Chirino y sus asesores en la lucha de Sanitarios Maracay.
El II Congreso de la UNT y la lucha de Sanitarios Maracay
El II Congreso de la UNT marcó un antes y un después para la clase obrera venezolana. Los 2.500 delegados participantes acudían al mismo entusiasmados buscando una orientación, plan de lucha y programa que permitiesen completar la revolución. Chirino y la C-CURA empezaron el Congreso siendo mayoría. Como hemos explicado en otros artículos, si hubieran centrado el debate del Congreso en las políticas que necesitaba la clase obrera para ponerse al frente de la revolución esta mayoría se habría consolidado y ampliado. Pero para ello tendrían que haber planteado -tal y como proponíamos la CMR y el FRETECO en ese momento- organizar y extender nacionalmente la toma de empresas y vincular la lucha de la clase obrera a la campaña por la reelección de Chávez en las presidenciales de 2006. Al mismo tiempo era imprescindible presentar a éste y al conjunto del movimiento bolivariano públicamente una propuesta de la clase obrera para ir hacia el socialismo basada en la estatización de la banca y las grandes empresas bajo control obrero y la construcción de un estado revolucionario basado en Consejos de Trabajadores.
Esto habría entusiasmado a los delegados asistentes al Congreso (incluida la inmensa mayoría de los que partcipaban en otras corrientes diferentes de C-CURA) y convertido a la UNT en punto de referencia de las bases chavistas. Ese también habría sido el mejor modo de ganar el debate sobre la legitimación de la dirección unetista. Cualquier dirigente reformista que se hubiese negado a aplicar ese programa habría sido inmediatamente superado por las bases y apartado a un lado. Los reformistas de derecha habrían quedado aislados.
Pero en lugar de todo esto Chirino y los dirigentes de C-CURA centraron el debate en las elecciones a la dirección (el terreno que permitía mas margen para las maniobras de sus adversarios) y dejaron el programa y el plan de lucha en segundo plano. No contentos con esto, se dedicaron a denunciar como traidores y abuchear a los dirigentes de las otras corrientes. El resultado fue que en lugar de aumentar su apoyo esto permitió a los reformistas que querían escindir la UNT encontrar base suficiente para poder hacerlo. El resultado ha sido la paralización y debilitamiento de la central durante los años siguientes.
Otro ejemplo del desastre que suponen para la clase obrera las ideas y metodos sectarios fue la lucha de Sanitarios Maracay. Ya durante la primera toma de la empresa, en los primeros meses de 2006, se daban las condiciones para poner la misma a producir bajo control obrero. Pero Chirino y los principales dirigentes de su grupo, atados a su idea de que era imposible cualquier expropiacion, en lugar de preparar la toma se dedicaron a intentar negociar con el empresario con la mediación de la burocracia estatal. El resultado fue perder un tiempo precioso y desparovechar aquella primera oportunidad.
Cuando el capitalista, luego de que los trabajadores gastaron el fondo que tenian para financiar la lucha y una parte de sus fuerzas en aquella primera batalla, organizó una provocacion y lanzó un ataque decisivo, cerrando la empresa, los dirigentes del grupo de Chirino se quedaron con la boca abierta y sin saber que plantear a los trabajadores durante varias semanas. No habían previsto nada. Fue el sano instinto de clase de los propios trabajadores y especialmente de los dirigentes del sindicato de Sanitarios Maracay lo que inicialmente salvó la situación. Ante el ataque que se avecinaba y la intuicion de que no iba a quedar mas alternativa que tomar la empresa o negociar las condiciones del cierre, los dirigentes del sindicato (militantes de C-CURA y del grupo de Chirino) invitaron a darles cursos de formación sobre control obrero y asesorarles de cara a tomar la empresa tanto a la CMR y el FRETECO como a los compañeros del movimiento de empresas recuperadas de Brasil. Esto parecía bastante lógico ya que habíamos sido los unicos que ya durante la primera toma habiamos defendido la necesidad de poner la fábrica a producir bajo control de los trabajadores.
A propuesta nuestra, los trabajadores de Sanitarios Maracay decidieron tomar la empresa, eligieron un Consejo de Fabrica en asamblea y pusieron a producir la fabrica dando un ejemplo maravilloso durante varios meses al conjunto del movimiento obrero nacional e internacional. Durante varias semanas ni Chirino ni otros de los principales dirigentes de su grupo se presentaron por la fabrica porque no sabian que proponer. La toma no entraba dentro de sus planes y contradecia todo el analisis politico y perspectivas que habían estado defendiendo. La primera vez que Chirino llego a la empresa lo hizo, para sorpresa e indignacion de muchos de los trabajadores presentes, de la mano de un empresario e intentando convencer a los dirigentes de la lucha de que abandonasen la toma y la consigna de la estatizacion y llegasen a un acuerdo con este empresario privado para que se hiciese cargo de la empresa. Una vez mas la bancarrota ideológica y la incomprensiçon de la dinámica interna de la revolucion venezolana llevaban a Chirino y sus compañeros a proponer exactamente lo contrario de lo que necesitaban los trabajadores. La CMR criticó esta posicion (asi como la de Marcela Máspero de apoyar a los empleados que boicoteaban la toma) en una carta abierta y llamó a ambos dirigentes sindicales a rectificar.
Finalmente, bajo la presión de los trabajadores, Chirino tuvo que renunciar a su propuesta de buscar otro empresario privado, apoyó públicamente la toma y pidió la estatización. Pero sin una orientacion consciente intentando ganar a las bases bolivarianas, un programa y unos metodos marxistas, la direccion que los dirigentes de C-CURA dieron a la lucha era como un cuchillo sin filo. La burocracia reformista, como era de esperar, pasó al ataque. El entonces Ministro de Trabajo, José Ramón Rivero, haciéndose eco de los intereses de los capitalistas y la derecha endógena se opuso publicamente a la expropiacion. Solo una campaña decidida y consecuente dirigida hacia las bases del naciente PSUV y hacia el conjunto del movimiento obrero podia debilitar la posición de burocratas reformistas como Rivero y hacer que la lucha por la estatizacion bajo control obrero de Sanitarios Maracay se convirtiese en una bandera para las bases chavistas. Pero la respuesta de los dirigentes de C-CURA, asesorados desde los Estados Mayores de la Revolución en Brasilia y Buenos Aires, fue la de negarse a participar en el PSUV y denunciar histéricamente a éste y al propio Chavez como burgueses y traidores. Esto les separó irremediablemente de las bases revolucionarias, facilitó los planes de la burocracia y la burguesia para aislar la lucha y acabó por separar a los dirigentes de la lucha que se mantuvieron bajo la dirección de Chirino y su grupo de un número cada vez mayor de trabajadores. Al cabo de un tiempo, el resultado fue perder la mayoria.
Confundir revolución y contrarrevolución (o cómo la USI compara a los trabajadores de Mitsubishi con el combo de Goicoechea, Smolansky y demás canalla fascista)
Una de las consecuencias más graves de las posiciones sectarias es que tienden a confundir la revolución con la contrarrevolución. Posiblemente de todas las frases increíbles que aparecen en la declaración de la USI contra le enmienda constitucional la mas increíble (y desde nuestro punto de vista la más inaceptable) es ésta: “Las conquistas democráticas logradas por los trabajadores y el pueblo en el marco del proceso revolucionario, se encuentran hoy en peligro. El gobierno intenta liquidarlas suplantándolas por el control autoritario de la sociedad y de todas las instituciones del Estado, y esto se refleja en una creciente corporativización del movimiento popular y sindical, expresada en el rechazo a la autonomía sindical; en el establecimiento de sindicatos paralelos aupados desde el Ministerio del Trabajo; en la represión a las movilizaciones, como el caso de los estudiantes o el reciente asesinato de 2 trabajadores de Mitsubishi por la policía de Anzoátegui; en el establecimiento de regímenes de presentación ante los tribunales; en la manipulación clientelar de los Consejos Comunales, y en el control presidencial de la Asamblea Nacional, la Fiscalía, el TSJ, la Defensoría del Pueblo, y demás instituciones estatales. Por ello decimos que tanto la reforma en el 2007, como ahora la enmienda, buscan liquidar las conquistas democráticas del pueblo.”
Como hemos explicado anteriormente, los trabajadores de la Mitsubishi han estado en primera linea en la formacion de los Comites por el SI y están en estos momentos impulsando junto a otros muchos sindicatos de Anzoátegui el Frente de Trabajadores del PSUV. Las declaraciones de los camaradas que lideran la toma responsabilizando a los contrarrevolucionarios enquistados dentro del aparato estatal del ataque sufrido sirvieron para cortar los intentos de los contrarrevolucionarios burgueses de utilizar demagogicamente contra Chávez el asesinato de los camaradas caidos. No sólo eso, también frenaron las maniobras de la burocracia -la llamada derecha endógena- para intentar aislar la lucha y presentarla como antibolivariana. La burocracia sabe que las luchas de Mitsubishi, Vivex y Macusa pueden convertirse en un poderoso punto de referencia tanto para el conjunto del movimiento obrero como para las bases del PSUV y hará todo lo que pueda para desprestigiarlas. El que la USI equipare en su volante la lucha revolucionaria de los trabajadores de Mitsubishi con las algaradas y desestabilización de las bandas fascistas compuestas por jovenes sifrinos y algunos lumpenes solo ayuda objetivamente a los contrarrevolucionarios, se vistan estos de azul, rojo o marrón. Esta comparacion, además, representa un insulto a la memoria de los camaradas asesinados.
Lo que la USI denomina “represión contra las movilizaciones de estudiantes” no es otra cosa que el resultado de provocaciones organizadas por grupos fascistas escudados en las marchas contrarrevolucionarias contra la enmienda que protagonizaron algunos miles de jovenes de origen burgués y pequeñoburgués. Los cachorros fascistas de la oposicion han provocado algaradas en Táchira y en las calles de Caracas y otros lugares con el objetivo de que se produzca la intervencion de la Guardia Nacional y poder utilizar las imagenes de los enfrentamientos en su campaña mediatica nacional e internacional contra Chavez. No contentos con ello se dedican a atacar a activistas revolucionarios de la JPSUV y del movimiento estudiantil que apoyan la revolucion bolivariana e incluso han llegado a amenazar de muerte a militantes revolucionarios y protagonizado diversos ataques fascistas, como el realizado contra la Escuela de Trabajo Social de la Universidad Central de Venezuela (UCV) durante la campaña contra la reforma constitucional. Increiblemente, la declaracion de la USI oculta todos estos hechos y obvia todo análisis del carácter de clase de esas marchas estudiantiles, sus objetivos, quién las organiza y porqué, para limitarse una vez más a repetir las mismas calumnias que lanza la burguesía y denunciar la “represión del gobierno” contra “los estudiantes”.
Que unos supuestos marxistas equiparen las provocaciones de los estudiantes contrarrevolucionarios con la lucha ejemplar de los trabajadores revolucionarios de Mitsubishi, Vivex y Macusa por el control obrero demuestra una total y absoluta bancarrota política.
“Velorios cuando toca boda y bodas cuando hay velorio”
El último episodio (!!por ahora!!) de esta degeneración política ha sido la oposición a la enmienda y la reforma constitucional participando junto a sectores contrarrevolucionarios y repitiendo uno por uno sus argumentos. Sin duda esto marca un salto cualitativo en la degeneración política de esta tendencia. Tras la derrota de la reforma en diciembre de 2007 Chirino y los teóricos del extravío que le rodean no sólo no hicieron ninguna autocrítica sino que publicaron una delirante valoración de los resultados según la cual el resultado era “una victoria del pueblo y una derrota del gobierno”.
Lamentablemente para ellos, los dirigentes de la USI fueron los unicos que lograron comprender tan extraña victoria. Las masas no se enteraron de la buena nueva y en su confusion vivieron tan grandiosa victoria como una derrota. La burguesia y los fascistas tampoco consiguieron elevarse hasta las alturas teóricas en las que suelen ubicarse los ideológos de la USI (un par de planetas mas alla de Jupiter según parece) y salieron a la calle a celebrar. Tampoco los burócratas reformistas entendieron un pensamiento tan profundo y complejo como el que se elabora en los laboratorios ideológicos de la USI . Primero no comprendieron que la reforma les beneficiaba y se dedicaron a sabotear la campaña por el SI y hacer todo lo posible para que ganase el NO (como denunciaron miles de chavistas de base) . Luego, una vez conocidos los resultados, tampoco entendieron que en el fondo aquello era una victoria revolucionaria de la clase obrera mundial y en su ignorancia se frotaron las manos y se dieron a la tarea de intensificar su ofensiva contra las bases revolucionarias. En fin, !otra victoria popular como ésa y tal vez no lo contemos!
Como gustaba decir Ted Grant, fundador de la Corriente Marxista Internacional, “los sectarios celebran velorios cuando toca boda y celebran bodas cuando lo que tienen delante es un velorio”. Ironizamos, pero el resultado de las políticas y métodos sectarios de Chirino y sus compañeros está a la vista y no puede ser más desastroso. No está siendo precisamente el de crear ninguna auténtica “opción revolucionaria de los trabajadores y el pueblo” -como ellos dicen- ni “tercera fuerza” sino el de quemar a toda una capa de activistas revolucionarios honestos que por rabia e indignación contra la burocracia reformista han permanecido en la C-CURA pero se ven cada vez más alejados del movimiento real del conjunto de la clase obrera. Al mismo tiempo, las ideas y actuaciones sectarias de la USI -como ya hemos explicado- sirven para desprestigiar las ideas del marxismo facilitando de ese modo el trabajo a los burócratas y la contrarrevolución.
Romper con los sectarios. !Volver a las ideas de Marx, Engels, Lenin y Trotsky!
Los sectores honestos y revolucionarios de la C-CURA deben romper cuanto antes con la línea política sectaria y antimarxista de la USI y desmarcarse de forma inequívoca de ellos, volviendo a las genuinas ideas y métodos de Marx, Lenin y Trotsky. A juzgar por las declaraciones de José Bodas dirigente de C-CURA publicadas en www.laclase.info (web de la USI) dentro de la corriente C-CURA no todos están de acuerdo con las posiciones de Chirino y la USI. Por lo que parece, la presión del movimiento obrero, que indudablemente sigue con Chávez y decidió movilizarse masivamente a favor de la enmienda, se ha hecho sentir dentro de esta corriente sindical.
Bodas, por una razón que desconocemos, no da su opinión sobre la enmienda pero según sus declaraciones: “Hay compañeros que rechazan la enmienda porque la consideran lesiva a los derechos democráticos y no la ven como una prioridad para los trabajadores, mientras que hay otros compañeros que la respaldan bajo el argumento de que hay que derrotar a la oposición golpista para seguir profundizando el proceso revolucionario. Y en materia de votación hay quienes llaman a votar nulo o abstenerse para diferenciarse de la oposición golpista y el imperialismo y hay otros compañeros que llaman a votar si en forma crítica. Por todas estas consideraciones nuestro criterio es dejar en libertad a los compañeros a tomar la decisión que consideren más conveniente para profundizar el proceso revolucionario, siguiendo el extraordinario ejemplo democrático de los camaradas de la UNT en el estado Aragua, que adoptaron una posición similar”. (“Jose Bodas a nombre de C-CURA exhorta a los trabajadores a votar este 15 de febrero” http://www.laclase.info/movimiento-obrero/jose-bodas-nombre-de-ccura-exhorta-las-trabajadoras-y-trabajadores-votar-este-15-d)
Saludamos a los camaradas que dentro de la C-CURA se han opuesto a las posiciones sectarias que hemos criticado a lo largo de todo este trabajo. Al mismo tiempo, les decimos de forma compañera a estos camaradas lo siguiente: la magnitud de los errores de Chirino y la USI es tal, su desviación de un punto de vista de clase y revolucionario tan grave, que resulta imprescindible desmarcarse publicamente de sus posiciones y combatirlas políticamente del único modo podible: defendiendo las ideas y métodos genuinos del marxismo. Confundir la revolución con la contrarrevolución es el error más grave e inexcusable que puede cometer cualquier revolucionario.
La revolución venezolana está en un momento decisivo. Situarse fuera del movimiento bolivariano, criticar a éste desde los medios de comunicación burgueses (no digamos ya repetir los mismos argumentos y ataques que la contrarrevolución) significa ubicarse , se quiera o no, en el lado de la barricada enemigo al de las masas y la revolución, significa aparecer al lado de la contrarrevolución. Para los revolucionarios honestos que defendemos las ideas del marxismo sólo hay un camino: luchar allí donde están las masas revolucionarias, en los batallones socialistas del PSUV y la J-PSUV, en los sindicatos clasistas, en los Consejos de Trabajadores y Comunales, en las fábricas, los barrios y las universidades, peleando junto a ellas por llevar hasta el final la revolución bolivariana, acabar con la burocracia y el capitalismo y defendiendo en el seno de las organizaciones de masas el programa del socialismo marxista. Sólo así contribuiremos al triunfo de la revolución.