Venezuela: Declaración sobre la nacionalización del Banco de Venezuela, de Sidor y de la industria cementera

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El intento del gobierno venezolano de recuperar el control sobre los recursos del país está totalmente justificado. Los trabajadores de Venezuela y de todo el mundo darán la bienvenida a la nacionalización del Banco de Venezuela, de SIDOR y de la industria del cemento, y entenderán que los ataques y las calumnias contra Hugo Chávez están dictados por la hipocresía, la avaricia y el odio a la revolución venezolana.

La Corriente Socialista El Militante de Argentina da la bienvenida a la decisión del gobierno venezolano de nacionalizar el Banco de Venezuela, SIDOR y la industria cementera del país.

Gran parte de estas empresas eran originariamente estatales y fueron privatizadas a un precio muy por debajo de su valor, y su explotación permitió a transnacionales extranjeras como el español Banco de Santander y el argentino grupo Techint, obtener cientos de millones de dólares en ganancias. Lo mismo se aplica a las grandes empresas cementeras que, en todos estos años, se llenaron los bolsillos exportando gran parte de la producción de cemento al extranjero, aprovechando los elevados precios internacionales, mientras desabastecían el mercado local, ayudando a extender el grave problema habitacional que padece el pueblo trabajador de Venezuela.

 

Una medida justificada

 

El intento del gobierno venezolano de recuperar el control sobre los recursos del país está totalmente justificado. Los trabajadores de Venezuela y de todo el mundo darán la bienvenida a la nacionalización del Banco de Venezuela, de SIDOR y de la industria del cemento, y entenderán que los ataques y las calumnias contra Hugo Chávez están dictados por la hipocresía, la avaricia y el odio a la revolución venezolana.

 

El asunto de las compensaciones

 

Para los marxistas, la cuestión de la compensación por sí misma no es una cuestión de principios. Hace tiempo, Marx defendió la compensación a los capitalistas británicos como una manera de minimizar su resistencia a la nacionalización, y Trotsky contempló una posibilidad similar con relación a EEUU. Sin embargo, la idea de los reformistas de que la propiedad de los capitalistas se debe comprar a precios de mercado  es totalmente falsa e imposible en la práctica. Nuestra política debe ser una compensación mínima sólo en caso de necesidad comprobada. En otras palabras, consideraríamos la compensación para los pequeños accionistas y ahorristas de clase media, pensionistas y jubilados, etc., pero no sumas enormes para los super-ricos que ya consiguieron grandes fortunas con el saqueo de países como Venezuela. Tanto el Grupo Santander, como Techint, y cementeras como Cemex, ya  recuperaron sus inversiones con creces, no hay justificación alguna para pagarles ni un solo centavo más.

Los marxistas saludamos cada paso en dirección a la nacionalización. Al mismo tiempo, señalamos que las nacionalizaciones parciales no son suficientes para resolver los problemas fundamentales de la economía venezolana. La nacionalización del sector bancario y financiero en su conjunto es una condición necesaria para establecer una economía socialista planificada, junto a la expropiación de los terratenientes para llevar adelante la reforma agraria y la nacionalización de todas las grandes empresas privadas, bajo control y gestión obreras. Esto permitiría movilizar todos los recursos productivos de Venezuela para resolver los problemas más acuciantes del pueblo.

 

Un primer paso, pero aún no es Socialismo

 

El socialismo sólo es posible cuando la clase obrera toma el poder en sus propias manos, expropia a los banqueros, terratenientes y capitalistas y empieza a dirigir la sociedad en líneas socialistas. El Estado debería tomar las fuerzas productivas en sus manos y utilizar esos recursos para crear una auténtica economía socialista planificada. La precondición necesaria es que las fuerzas productivas estén en manos del Estado y que el Estado esté en manos de los trabajadores.

Por lo tanto, saludamos y aplaudimos la nacionalización del Banco de Venezuela, de SIDOR y de la industria del cemento como un paso adelante. Pero el objetivo principal todavía no se ha logrado: la eliminación del poder económico de la oligarquía y el establecimiento de un auténtico Estado obrero socialista. La batalla continúa. La Corriente Socialista El Militante de Argentina permanecerá siempre al lado de la revolución venezolana y, junto a nuestros camaradas de la Corriente Marxista Internacional, pondremos todo de nuestra parte para ayudar a conseguir la victoria del socialismo en Venezuela, en América Latina y en el mundo entero.